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Entre Ríos - 15-10-2009 / 07:10
“Uno pasa años intentando cerrar heridas. Y esto las vuelve a abrir pero en el mejor sentido”, sostuvo Diego López Torres.

En búsqueda de un hermano que habría nacido en el Hospital Militar de Paraná

En búsqueda de un hermano que habría nacido en el Hospital Militar de Paraná
Gustavo y Diego López Torres quieren encontrar a un niño que habría nacido en el Hospital Militar. Foto Rosana Ponti (Diario UNO).
Por Luz Alcain
Dos jóvenes santafesinos presentaron una denuncia en la Justicia Federal de Paraná. Pretenden que se investigue si su madre, hoy desaparecida, fue trasladada al Hospital Militar para dar a luz, en tiempos del Terrorismo de Estado.
 

“Uno pasa años intentando cerrar heridas. Y esto las vuelve a abrir pero en el mejor sentido”. La frase de Diego López Torres, minutos antes de presentarse ante el Juzgado Federal de Paraná, sintetiza una historia trágica y una esperanza intacta de encontrar a un hermano. Toda la historia, que lleva más de tres décadas, se hilvana en la atrocidad del terrorismo de Estado, en la justicia que no llega nunca y en la persistente confianza porque “la sangre tira”, lo resume el joven.
 
Diego tiene 35 años. Ayer prendió uno tras otro cigarrillo mientras se terminaban de ajustar detalles de la denuncia que formuló el Registro Único de la Verdad en una causa que lo tendrá como querellante, junto a su hermano Gustavo, de 33.
 
Desde 2004 a la fecha, Diego y Gustavo intentan rearmar su historia. Lo intentaron siempre, de uno u otro modo. Pero recién en 2004 consideraron que era el tiempo de la Justicia. Se presentaron en los Tribunales Federales de Rosario para denunciar la desaparición de sus padres, Graciela Susana Capocetti, estudiante de Letras, y Guillermo López Torres, que cursaba Derecho, ambos santafesinos.
 
La pareja fue secuestrada, junto a Diego y Gustavo, de 3 y 1 año, en el barrio de Fisherton de Rosario. Era agosto de 1977. Graciela estaba embarazada de por lo menos cinco meses. En búsqueda de ese hermano, que estaba en el vientre de la madre de la que nunca más supieron, llegaron ayer a Paraná quienes se constituyen en los querellantes de una nueva causa por violaciones a los Derechos Humanos en Entre Ríos.
 
Por qué aquí.
 
Varios testimonios y cruces de investigaciones en Paraná, en Rosario y en Santa Fe permiten abonar la hipótesis que apunta otra vez al Hospital Militar de Paraná como maternidad clandestina.
 
Está probado ya que en el nosocomio nacieron y fueron robados los bebés mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, hoy desaparecidos. La causa, conocida como “Hospital Militar”, tuvo su mejor avance cuando se encontró a Sabrina aunque poco y nada se sabe del otro bebé. Negro estuvo en el centro clandestino de detención conocido como La Quinta de Funes, donde estaría probado que también fue encarcelada Capocetti. Se supo de esto porque un niño, secuestrado en Funes junto a sus padres, fue abandonado luego en una plaza de Santa Fe en septiembre de 1977. Entre sus ropas, el niño tenía oculta una carta de Graciela y las indicaciones para dar su madre. Esto permite suponer que si los grupos de tareas trasladaron a Negro al Hospital Militar de Paraná para dar a luz, también pudo correr la misma suerte la madre de Diego y Gustavo al momento del parto.
 
Por otro lado, y de las causas por Derechos Humanos que tramitan en Paraná, surgen testimonios de ex conscriptos que hablan de la llegada al Batallón de Comunicaciones de una embarazada, entre septiembre y octubre de 1977 que bien podría ser Capocetti.
 
Desde siempre.
 
“Siempre tuvimos expectativas de encontrar a nuestro hermano”, dijo Gustavo, ayer, en la sede de Registro Único, mientras la abogada querellante, Marina Barbagelata, ajustaba los últimos detalles para la presentación de la denuncia. “Con la historia de Sabrina, la hija de Raquel Negro, uno siente que se reavivan las esperanzas. Acá operó el Segundo Cuerpo de Ejército y a mis padres los secuestró el Ejército. Posiblemente hayan estado en la Quinta de Funes y por eso, por el recorrido de Raquel Negro, pensamos en esta hipótesis. Si nuestro hermano nació, pudo haber nacido acá”, agregó para luego aportar un dato que ayude en la búsqueda; “Hoy tendría 32 años o estaría a punto de cumplirlos”.
 
Consultado por los medios, Gustavo repasó su historia, cruel como pocas: “A nosotros, a Diego y a mí, nos secuestraron a los cuatro, junto a mi papá y mi mamá. A mi papá lo hieren en la misma casa, en Rosario. Nos llevan a Diego y a mí en un auto y a mi mamá embarazada, en otro”. “Nosotros aparecemos después en el Juzgado de Menores de Rosario. Y nos separan en dos familias distintas por más o menos tres meses, hasta que sale una nota periodística en el Litoral (de Santa Fe) y en la Capital de Rosario, diciendo que nos habían encontrado en la calle y que fuimos entregados al Juzgado”, continuó su relato Gustavo. “Mis abuelos paternos nos buscan y quedamos a cargo de ellos”, señaló el joven que aportó otro dato: “Él estudiaba abogacía y ella Letras, en la Católica de Santa Fe. Mis padres militaban en Montoneros”.
 
Cuatrocientos hermanos
 
“Son más de 400 hermanos los que estamos buscando”, enmarcó el caso el dirigente de Hijos y representante del Registro Único, Julián Froidevaux.
 
“Estos hechos ocurrieron en 1977 y estamos en 2009 y el Poder Judicial de la Nación no ha hecho justicia”, reclamó el joven que enfatizó que “los responsables militares de esta zona están bajo la sombra de la impunidad porque la Justicia Federal no los ha detenido”. Enfocó de inmediato: “Estamos hablando de General Juan Carlos Trimarco que detentaba y decidía sobre la vida y la muerte de entrerrianos y santafesinos”.
 
“Se trabaja contra la impunidad. Los organismos de Derechos Humanos y oficinas como el Registro, junto a familiares y querellantes, buscamos armar un rompecabezas muy difícil de armar en el cual el Hospital Militar de Paraná ocupaba un rol protagónico”, remarcó Froidevaux que acompañó ayer a los hermanos López Torres.
 
“La Justicia Federal va a tener que tomar una decisión con Trimarco –reclamó-. Nuestra exigencia es la inmediata detención, el procesamiento y el juicio para quien fuera el responsable del genocidio en la provincia”.
 
“Más de 400 hermanos seguimos buscando. Cualquier elemento que nos acerque a uno de de ellos es avanzar en la búsqueda de los 400”, concluyó el joven.
 
Fantasmas
 
Cada paso en las investigaciones tornan cada vez más siniestro el rol del Hospital Militar de Paraná en tiempos de la dictadura como maternidad clandestina.
 
Pese a los avances, no es posible saber ni se cerca cuántos niños nacieron y fueron robados en el nosocomio. “No tenemos un número cerrado. En realidad hay cabos sueltos, tenemos embarazadas a las que no les encontramos el chico, tenemos chicos nacidos aquí que no sabemos quién puede ser la madre”, graficó la situación Marina Barbagelata, abogada de la querella.
 
“Hay relatos de conscriptos que ven bajar gente secuestrada que viene de camino desde el norte. Las víctimas pasaban la noche en Paraná, todos hacinados, mientras los grupos de tareas descansaban. Esta ciudad era un poco un parador. Todos los cuarteles de Paraná son un parador, un lugar de paso. Es muy complicado definir ni siquiera la cantidad de gente que estuvo aquí, la que pasó, que destino tuvo”, resumió.
 
Fuente: EL DIARIO

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