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Nacionales - 15-09-2009 / 23:09
16 DE SEPTIEMBRE DE 1955

“La Fusiladora”: Golpe militar autodenominado “Revolución Libertadora”

“La Fusiladora”: Golpe militar autodenominado “Revolución Libertadora”
Almirante Isaac Rojas y General Pedro Eugenio Aramburu.
El enfrentamiento entre dos campos antagónicos: el nacional-popular y el oligárquico-imperialista llegó a su punto más alto con la "La Fusiladora" conocida también como  "Revolución Libertadora" que es como se autodenominó la dictadura militar, que gobernó el país, mediante un golpe de estado iniciado el 16 de septiembre de 1955, tras derrocar al presidente Juan Perón.
El 13 de noviembre de 1955, el general Eduardo Lonardi sería reemplazado por el general Pedro Eugenio Aramburu, profundizando el contenido gorila y reaccionario del golpe militar. Tras más de dos años de gobierno antipopular, este hizo entrega del mismo al presidente Arturo Frondizi, el 1º de mayo de 1958.



Escribe: Blas García

 Revolución Nacional y Popular
 
Todo proceso de transformación de una sociedad que involucre un cambio de sus estructuras para crear condiciones de mayor justicia social, es revolucionario.
 
A partir de 1945, el peronismo fue una revolución en marcha desde el poder de las masas populares, del Estado y del gobierno, sin derramamiento de sangre.
 
Desde el momento que significó un cambio de estructuras para alcanzar una mayor justicia social, no pudo dejar de herir privilegios causantes de la injusticia y molestar situaciones estabilizadas hasta entonces.  

La revolución peronista hirió sensiblemente a las minorías oligárquicas del país, pero también perjudicó ostensiblemente a los intereses yanquis y británicos, que se unirían a quienes les ofrecieran la más segura posibilidad de revancha.
 

 
Antecedentes previos

Los cruces del peronismo con los militares  y políticos liberales comenzaron en ocasión de la Reforma Constitucional de 1949 que, entre otras medidas, le otorgaba más atribuciones al gobierno para intervenir en la economía e incorporaba cambios fundamentales para la igualdad social.
 
En la Constitución de 1949 se habían integrado los derechos sociales conquistados por el Movimiento Obrero y la legalización de los cambios económicos, especialmente la política de nacionalizaciones del comercio exterior, de los combustibles y del transporte. Todo esto generaba un fuerte malestar a las clases oligárquicas y conservadoras.
 
Posteriormente, estas fricciones se profundizaron cuando en 1951 se comenzó a hablar de la posibilidad de que Eva Perón fuese candidata a vicepresidenta a la que se enfrentaron.

 
Además debe señalarse que durante el Gobierno de Perón, la oposición substancial estuvo a cargo de la Unión Cívica Radical, una fracción de la pequeña burguesía aliada al imperialismo y la oligarquía. Su área de implantación era la zona agropecuaria de la Provincia de Buenos Aires y la zona de servicios de la Capital Federal. Vinculado a la estructura mas atrasada, al sistema agro exportador, el radicalismo ve con preocupación a las masas obreras y a la industria desarrollada por el peronismo.
 
Partido con una conducción arcaica, el radicalismo vivía una época que ya no era la suya. Las grandes convulsiones de una sociedad que buscaba resolver sus problemas fundamentales lo llevaron lejos del poder.
 
Escribía Abelardo Ramos: "Medroso ante la oligarquía, áspero hacia el proletariado, sin disimular su odio hacia el peronismo, incapaz de combatir al imperialismo sino en palabras, yrigoyenista en el pasado y liberal en los tiempos actuales, el radicalismo vive prisionero de todas las categorías formales de la democracia oligárquica e hipnotizado por un nirvana rural irrealizable".

 
Primer intento de golpe
  
En 1951 el general Benjamín Menéndez se sublevó contra el gobierno de Perón, pero no tuvo éxito, pues no encontró adhesiones importantes dentro del aparato militar. Perón declaró el Estado de Guerra interno, y dijo que "todo militar que no se subordine o se subleve contra las autoridades o participe en movimientos tendientes a derrocarlas o desconocerlas, será fusilado inmediatamente".
Pero la conspiración en contra del gobierno de Perón continuó, conforme aumentaba su respaldo popular.
 
El general Eduardo Lonardi, que estaba preso, nominó al entonces general Pedro Eugenio Aramburu como el jefe del movimiento. El presidente Perón contaba con el apoyo de grupos nacionalistas, tanto dentro del ejército como de la sociedad civil, sumados a la clase trabajadora y la CGT. Aramburu pensaba que todavía no era momento de sublevarse, pues la muerte de Evita había producido una galvanización del peronismo, y un abroquelamiento de los trabajadores en torno a su líder indiscutido.
 
Perón triunfó contundentemente en las elecciones de 1952 ampliando su apoyo hasta alcanzar un 62,49% de los votos. Las dificultades de la oposición para articular una opción política electoral al peronismo, impulsaría a muchos sectores a la actividad golpista e incluso terrorista. El 15 de abril de 1953 se produjo un grave atentado terrorista contra una manifestación sindical organizada por la CGT en la Plaza de Mayo, resultando asesinados 5 trabajadores y 95 heridos.
 
El conflicto con la iglesia católica, que se agrava rápidamente y el enfrentamiento de Perón con los sectores políticos católicos (Democracia Crisitana) precipitó la conspiración en su contra. Perón había llamado a una Convención para separar a la iglesia del estado, lo que puso a los sectores católicos en pie de guerra junto a los otros sectores que venían conspirando.
 
En marzo de 1955, funciona el congreso de la productividad y los empresarios pretenden reducir las conquistas obreras para aumentar la productividad, entrando en colisión con la CGT. El Frente Nacional, que representa a trabajadores y empresarios industriales, entra en crisis.
 
En abril de 1954, las elecciones para legisladores y vicepresidente (Quijano había muerto) arrojan amplia mayoría para el Partido Peronista, especialmente en el padrón femenino y en las provincias del interior, con el 63,2% de los votos.
 



 
Foto: Dos mujeres civiles peronistas muertas por el feroz bombardeo.


Segundo intento de golpe: la Masacre de Plaza de Mayo
 
El 16 de junio de 1955, un grupo de civiles y militares reaccionarios sobrevolaron la Plaza de Mayo en un supuesto desfile aéreo que había sido dispuesto por el Ministro de Aeronáutica como acto de desagravió a San Martín y de adhesión a Perón, pero que culminó en un salvaje ataque a la ciudad indefensa, en lo que fue el bautismo de fuego de la aviación naval.
 
Dicho ataque tenía como objetivo abrir camino a una tropa de la infantería de marina al mando del contralmirante Samuel Toranzo Calderón que debía tomar por asalto la casa Rosada y asesinar a Perón.
 
El levantamiento militar en el que la Aviación Naval bombardeó Buenos Aires es consecuencia del odio irracional de la oligarquía, alimentado desde las históricas jornadas del 17 de octubre de 1945, y que fue vomitado sobre la ciudad indefensa en una mansalva de bombas y metralla que dejo un saldo de más de 300 muertos y millares de heridos. 
 
Se combatió por aire, mar y tierra. Aviones de la Marina se enfrentaron a los de la Fuerza Aérea y atacaron a unidades del ejército que convergían sobre el epicentro de la ciudad. Los puntos bombardeados fueron: la Casa de Gobierno, los alrededores de Plaza de Mayo, el Ministerio de Guerra, el Departamento Central de Policía, la zona aledaña a la Residencia Presidencial, en la zona norte del Gran Buenos Aires en el barrio de Olivos y otros sectores de la ciudad.
 
La reacción del pueblo fue instantánea. Gran cantidad de trabajadores convergieron hacia la Plaza de Mayo y la CGT y al grito de "La vida por Perón" reclamaron armas y ofrecieron su apoyo en la defensa del gobierno constitucional y colaboraron en la lucha contra las fuerzas sublevadas. 
 
Perón dejó la represión en manos del ejército, que llegaría más tarde y comenzaría el ataque (al mando del General Valle, el mismo que será asesinado por la Fusiladora en 1956) sobre el Ministerio de Marina  que hacía de sede del comando rebelde, al tiempo que el pueblo seguía llegando a la Plaza en todo tipo de transporte y portando todo tipo de armas.
 
El Regimiento de Granaderos a Caballo y cuerpos del Ejército, con el Regimiento Motorizado Buenos Aires a la cabeza, lograron rechazar el ataque de la Infantería de Marina sobre la Casa de Gobierno y rendir al Ministerio de Marina, donde se había concentrado el alto mando rebelde, cuyo jefe, el Contralmirante Benjamín Gargiulo, al ver fracasada la asonada, se suicidó.
 
Por la noche, millares de militantes peronistas incendiaron los principales templos del casco histórico de la ciudad, la Curia Metropolitana y los edificios de instituciones, como el Jockey Club, por el apoyo que dieron a los golpistas.


 

Perón llama a la "convivencia democrática"
 
El fracasado intento subversivo sería la señal de que el conflicto entre el gobierno y la oposición ya no tenia retorno. O Perón profundizaba la revolución apoyado en la inmensa mayoría del pueblo argentino, o el proceso revolucionario iniciado en 1945 se truncaba.
 
En julio, Perón hace un llamado a los opositores para pacificar el país, apostando por la "convivencia democrática" y "la consolidación nacional". Con la sangre aún caliente de los millares de víctimas de la descabellada masacre de Plaza de Mayo, Perón llama a la conciliación y no a la lucha. Se ocultó el verdadero número de víctimas de los bombardeos y se negó a fusilar a los principales responsables.
 
Perón invita a la oposición a la conciliación y pacificación del país, y la oposición lo rechaza con argumentos bizantinos y pretensiones desmedidas, mientras continúa con la conspiración, el sabotaje y los atentados, alimentados por una oligarquía ávida de recuperar el poder que le había sido arrebatado en 1946.
 
Es evidente que la oligarquía estaba dispuesta a llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias: la franca confrontación entre los beneficiarios y los enemigos de la Nueva Argentina. Ya lo había demostrado con el bombardeo de Plaza de Mayo.
 


El golpe final del 16 de septiembre de 1955
 
El 16 se septiembre de 1955 estalló en Córdoba  la insurrección militar que daría inicio a la autodenominada Revolución Libertadora.
 
Los rebeldes contaron con el apoyo de los llamados "comandos civiles", políticos gorilas que combatieron contra las tropas leales al presidente Perón en Alta Córdoba, y mantuvieron escaramuzas en distintos puntos del país, ocupando edificios públicos y constituyeron un factor de enlace permanente con los militares sublevados.
 
Hubo fuertes enfrentamientos entre la Escuela de Artillería, su aliada, la Escuela de Tropas Aerotransportadas y la vecina Escuela de Infantería, leal al gobierno, en las afueras de Córdoba y se combatió en el epicentro de aquella ciudad, sobre todo frente al histórico Cabildo; en la Basa Naval de Río Santiago, atacada por la Fuerza Aérea leal y en el Río de la Plata, donde la Escuadra de Ríos sufrió serios daños. También se produjeron choques en Curuzú Cuatiá (provincia de Corrientes), en Cuyo y Entre Ríos.
 
Hubo duros enfrentamientos entre fuerzas del Ejército y la Aviación Naval en la zona de Sierra de la Ventana y Tornquist y combates de consideración en Bahía Blanca y la provincia de Río Negro donde un convoy fue atacado por aviones navales.
 
Por otra parte, la Marina bombardeó los depósitos de combustible y la Escuela de artillería antiaérea de Mar del Plata, amenazó con hacer lo mismo en la Destilería de La Plata y  unidades rebeldes de la Fuerza Aérea atacaron aeródromos y bases leales en diferentes puntos de las provincias de Córdoba y Buenos Aires.



 
Foto: Pese a la brutal represión, en Rosario la resistencia no afloja. En una de esas jornadas de 1956, Villa Manuelita amanece pintada en abierto desafío al orden mundial imperante: " Los yanquis, los rusos y las potencias reconocen a la Libertadora. Villa Manuelita no ".


Rosario: Capital del Peronismo
 
Apenas iniciado el golpe contra el gobierno constitucional peronista, aparecieron los resistentes en Rosario y durante 7 días con sus noches soportaron el asedio de los golpistas.
 
El general León Bengoa con refuerzos militares, armamento y municiones suficientes sitia a la ciudad provocando una guerra civil en Rosario. Sitiados, sin alimentos, sin armamento, las fuerzas leales a Perón, el Regimiento Militar II de Infantería de Rosario junto a los trabajadores del cordón industrial y el pueblo pelean y avanzan sobre los sectores enemigos del centro de la ciudad y las fuerzas armadas.

Durante siete días mantuvieron en vilo a la ciudad y a las fuerzas golpistas que nunca pudieron entrar para arrancar los bustos de Perón y Evita, por ese motivo Perón la declara la Capital del Peronismo.

 
Allí la resistencia peronista fue una de las más feroces y activas. Tenía una base social amplia y en esos días de guerra civil, en Rosario, el golpe se cobró más de 400 muertos entre niños, mujeres y hombres de distintas edades, además de cientos de heridos.
 
Los enfrentamientos en todo el país se extendieron del 16 al 21 de septiembre y finalizaron cuando Perón renunció a la presidencia y se marchó al exilio, primero a Paraguay y posteriormente a Venezuela, República Dominicana y España.

 

¿Por qué renunció Perón?
 
Para la renuncia se unieron varios factores: la falta de disposición de Perón a la lucha, la débil lealtad de los militares hacia él y el deseo de evitar la abierta confrontación de la oligarquía con el pueblo en las calles y armado, dispuesto a todo.
 
Sumado a ello la profunda decisión de los militares sublevados de llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias; como lo demuestra la amenaza de la Marina de bombardear a la población civil de la ciudad de Buenos Aires y destruir las destilerías de petróleo "Eva Perón", una obra de extraordinario valor para la economía nacional.
 
El gobierno de Perón tal vez estaba en condiciones de derrotar militarmente a los sediciosos, sin embargo la estabilidad del régimen popular dependía de su decisión de enfrentar violentamente a la oligarquía terrateniente y profundizar el proceso revolucionario iniciado el 17 de octubre de 1945. Perón tuvo el temor de introducir al país en una guerra civil, cedió a la presión y cursó su renuncia.
 
El golpe militar de septiembre de 1955 provocó, entre junio y septiembre, la muerte de casi 4000 personas, entre civiles y militares y significó el triunfo y el festejo para los sectores pertenecientes a las clases media y alta, pero la mayoría de los trabajadores y de los sectores populares lo recibieron con tristeza e indignación.
 
 
"Ni vencedores, ni vencidos"

El 20 de septiembre Lonardi asumía la presidencia de la República con una frase que luego fue desvirtuada por la realidad de los hechos: "Ni vencedores, ni vencidos".

Los partidos políticos gorilas festejaban en las calles. El Comité Nacional de la UCR brindó su apoyo al gobierno militar explicitando textualmente que: "la revolución triunfante por el sacrificio de soldados, marinos, aviadores y civiles unidos por su patriotismo y amor a la libertad, abre una gran esperanza".

Incluso radicales como los doctores Roque Carranza, Carlos Alconada Aramburu, y en Entre Ríos, Sergio Montiel, resultaron ser relevantes conspiradores y "comandos civiles".

El Congreso Nacional se disolvió; las provincias fueron intervenidas; a los miembros de la Corte Suprema de Justicia se los dejó cesantes; se creó una Comisión Nacional de Investigaciones destinada a actuar contra el peronismo.

Mientras tanto, el Movimiento Peronista se encuentra desorganizado y lo previsible ocurre. Con la caída de Perón se produce el desbande general de los viejos dirigentes; muy pocos permanecieron en sus puestos de lucha.

Los "comandos civiles" atacan los locales obreros y los ocupan a punta de pistola (se interviene la CGT, se asaltan los locales partidarios y se encarcela a sus dirigentes más representativos) Pero la resistencia surgirá rápida y espontánea en las bases populares indignadas por el derrocamiento de Perón, aunque sus dirigentes estaban presos, exiliados o escondidos.



Política de los "libertadores"

El nuevo gobierno "de facto" toma medidas de neto corte antipopular que tiende a sustituir el Estado de Bienestar del peronismo.

El Plan Prebisch, alentado por el nuevo gobierno de facto, considera que existe una crisis económica en el país. Para salir de ella, siguiendo los lineamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) propone y efectiviza: fuerte incentivo a la producción agropecuaria, restablecimiento del mercado libre de cambios, acudir al crédito exterior, congelar sueldos y salarios, admitir la entrada de capital extranjero y la devaluación del peso argentino. Consecuentemente, dispone el ingreso como país-socio al Fondo Monetario Internacional.


 
Asume Aramburu

Pero grupos de militares cerradamente antiperonistas (llamados "gorilas") entienden que Lonardi es demasiado blando y no lleva a cabo la tarea de "desperonizar" al país con suficiente energía. Un golpe interno en las Fuerzas Armadas, determinó el día 13 de noviembre su reemplazo por un liberal de derecha, el General Pedro Eugenio Aramburu.


En ambas Presidencias el Almirante Isaac Rojas ocupó el cargo de vicepresidente de la Nación conjuntamente con la Junta Consultiva, integrada por representantes de los partidos gorilas opositores al peronismo, seleccionados por el poder militar.
 
Los siguientes partidos fueron los integrantes de la Junta Consultiva Nacional: Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Demócrata Conservador, Partido Demócrata Progresista y Partido Demócrata Cristiano.
 

Recrudece la política represiva


Con Aramburu comienza una etapa de mayor represión. Se disuelve el Partido Peronista y se intervienen más sindicatos. El 1º de Mayo de 1956 se vuelve a poner en vigencia a la Constitución de 1853, declarándose nulas y sin valor las reformas sociales realizadas en 1949.

Paralelamente al cambio presidencial, se agudiza la represión, llevándose a la práctica decretos leyes como el 4.161, que desautoriza toda actividad peronista (se prohíbe, con pena de cárcel: nombrar a Perón y a Eva Perón, tener sus retratos o símbolos, cantar la marcha peronista, etc.) también se proscribe electoralmente al peronismo y se secuestran los restos mortales de Evita.

Empieza una sorda resistencia inorgánica, con tres polos de desarrollo: la fábrica, el barrio y los militares peronistas. Desde el exilio, Perón envía "directivas secretas" a los dirigentes peronistas para intentar organizar la Resistencia, menciona especialmente a la Juventud Peronista y nombra su delegado personal para coordinar la Resistencia a John William Cooke.



La resistencia peronista

El año 1956 se caracteriza por el aumento de la oposición peronista al gobierno de Aramburu, la creciente tensión social y la crisis profunda que sacude al régimen.


Desde las fábricas, los barrios, el seno del movimiento obrero, desde las estructuras de los cuerpos de delegados y comisiones internas se formó el engranaje de una nueva manera de resistir el golpe, con la consigna de Perón Vuelve. Esa lucha se dará en Rosario, Córdoba, el primer y segundo cordón industrial de la provincia de Buenos Aires, en la provincia de Tucumán y en Tafí Viejo, donde se encuentran los talleres ferroviarios más emblemáticos, Altos Hornos Zapla, los cañeros de la Fotia, Minera Aguilar, Jujuy y las Pirquitas, y tanto más.

También en el 56 comienzan a organizarse en forma embrionaria agrupaciones gremiales ligadas a jóvenes peronistas, nucleados fundamentalmente en los barrios. Estos grupos juveniles se organizaron progresivamente hasta confluir al año siguiente en la Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista, integrada por Gustavo Rearte, Héctor Spina, Felipe Vallese y otros. Aparecen varios periódicos ligados a ese sector (Norte, Línea Dura, etc.)



Se amplia la intransigencia

La exclusión política del peronismo, produjo un proceso de resistencia que ampliaría el perfil del justicialismo. A partir de 1955 el peronismo aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado.

El espectro político peronista se tornó muy amplio y variado. El activismo peronista opositor, con ingenio y combatividad, realizó sus intentos por la vía del levantamiento cívico-militar, acciones de resistencia por métodos encubiertos, "trabajo a tristeza", sabotajes, colocación de explosivos, paros gremiales, atentados, ataques con bombas "Molotov", etc.



Experiencias insurreccionales

En esta etapa se realizaron alzamientos cívico-militares -la revolución del general Juan José Valle y, posteriormente, la asonada del general Iñiguez- y se probaron otras formas de lucha que incluyeron experiencias insurreccionales -la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, encabezada por Sebastián Borro, que puso en pie de guerra al barrio de Mataderos durante una semana-, y experiencias guerrilleras rurales como fue la de los "Uturuncos" desarrollada en Tucumán y Santiago del Estero entre octubre de 1959 y junio de 1960.

Además, el peronismo participaba, aunque estaba proscripto, en las elecciones apoyando a otros candidatos en contra de los radicales, que eran los representantes civiles de la dictadura militar.



El radicalismo nunca se alejó demasiado del poder. En los interregnos militares inaugurados por la Revolución Libertadora de 1955 siempre se pueden encontrar ministros, gobernadores e intendentes radicales, en grado tal que es posible hablar de la Unión Cívica Radical como brazo civil del golpismo militar de las décadas del 50, 60 y 70.

 
La revolución del General Valle y la Operación Masacre

En el marco de la resistencia anti-oligarquica, en junio de 1956, el General Juan José Valle organiza un alzamiento cívico-militar contra el gobierno ilegítimo para defender la soberanía popular y la justicia social, avasalladas por el gobierno militar instalado en septiembre de 1955.

El movimiento revolucionario es infiltrado, pero no se lo reprime hasta que se manifiesta como tal. Se buscaba desde el poder dar un escarmiento total que sirviera para desalentar posibles intentos posteriores.

Tan es así, que los decretos de fusilamiento para el general Valle y sus compañeros fueron firmados antes del 9 de junio, pese a que el tribunal militar que los juzgó, los había absuelto. Así y todo se les aplicó la ley marcial retroactiva a la fecha y hora de disposición. Es de hacer notar que al rendirse el general Valle, se le garantizó salvaguardar su vida. Entre el 9 y el 12 de junio de 1956, murieron fusilados y asesinados en los basurales de José León Suárez 31 patriotas revolucionarios peronistas.

 

Si bien los militares gorilas y golpistas, testaferros de la oligarquía ávida de recuperar el poder que le había arrebatado el pueblo en 1945, hablarán del "tirano sangriento" y la "tiranía sangrienta" refiriéndose a Perón, que se había negado a fusilar a los culpables de la masacre de Plaza de Mayo y a perseguir a sus cómplices, lo cierto es que serán ellos los salvajes y homicidas que proscribirán, perseguirán, encarcelarán, torturarán y matarán al pueblo argentino.

 
Escribe: Blas García

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30-04-2025 / 10:04
Convocados por la CGT, gremios y movimientos sociales marcharán hoy para conmemorar el Día de los Trabajadores y Trabajadoras con una protesta contra las políticas de ajuste del Gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei y la sumisión oficial a los nefastos dictados del FMI. Bajo la consigna "El trabajo es sagrado", reclamarán en defensa de los derechos laborales y por la reapertura de paritarias frente al rebrote inflacionario. Además, los secretarios generales cegetistas invitaron a los gobernadores del peronismo, con Axel Kicillof a la cabeza, para incorporarlos a una reunión con el Consejo Directivo de la central obrera en la sede de la calle Azopardo.
 
La CGT se moviliza este miércoles por el Día del Trabajador con una marcha que partirá desde el cruce de Avenida Independencia y Perú hacia el Monumento al Trabajo, a unas pocas cuadras, en el Bajo porteño, con el eje puesto en el reclamo por la reapertura de las paritarias frente a una inflación que retomó un camino ascendente el último mes (en marzo fue de 3,7%), más lejos del 1% al que apuntaba Milei un tiempo atrás.
 
El salario mínimo perdió 33,5% del poder de compra desde que el mandatario libertario llegó al poder y los gremios acuerdan aumentos por debajo de lo que marca el índice de precios al consumidor. Milei dibuja los índices y según el INDEC, los salarios superaron la inflación, pero los trabajadores siguen reclamando paritarias ante la miseria. El INDEC aseguró que los sueldos crecieron más que la inflación en febrero, pero el sector público pierde poder adquisitivo y los trabajadores informales enfrentan datos "dibujados", generando reclamos.
 
"Marchamos para darle voz y fuerza al reclamo de los trabajadores y las trabajadoras y para poner bien en alto nuestra bandera, que es la defensa del trabajo. No somos indiferentes al sufrimiento de nuestro pueblo. Queremos que nuestros abuelos tengan una vida digna y que nuestros hijos puedan soñar con un país más justo", sostuvieron desde un comunicado. Además, la CGT exigirá que "se deje de reprimir la protesta social", que no sigan "echando trabajadores", tanto en dependencias estatales como en empresas privadas; y que las paritarias sean "libres y homologadas".
 
La movilización de los trabajadores tiene lugar después del tercer paro general que la central obrera llevó a cabo durante el gobierno de Milei, aunque esa última huelga del pasado 10 de abril tuvo acatamiento dispar a raíz del funcionamiento del servicio de colectivos. Tras el último paro, la tensión entre la CGT y el Gobierno anarco capitalista recrudeció y se rompió una tregua de casi un año sin medidas de fuerza; las dos primeras huelgas habían sido casi al inicio de la gestión libertaria.
 
La movilización es parte de un plan de lucha contra la fuerte caída del empleo, la apertura indiscriminada de importaciones con el consiguiente cierre de Pymes y, por supuesto, el achicamiento cada vez mayor del Estado. Así, la movilización del Día del Trabajador se presenta como un acto de resistencia popular frente al rumbo económico del actual gobierno neoliberal. El brutal y cruel ajuste aplicado por Milei está deteriorando las condiciones laborales y sociales de millones de argentinos. Y no se aguanta más.
 
La Opinión Popular
 

29-04-2025 / 12:04
La incertidumbre rodea el paradero de los miles de millones de dólares en oro que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) poseía hasta antes de la gestión de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo. En el reciente balance presentado por la entidad, este activo, históricamente significativo, no aparece registrado entre sus reservas. Esta omisión en los estados contables, financieros, notas o informes del BCRA genera desconcierto, ya que no se detalla qué ocurrió con los lingotes que, según trascendidos, fueron enviados al exterior en vuelos comerciales.
 
Aunque se especula que podrían estar en Basilea o Londres, ni el ministro de Economía, Caputo, ni el presidente del BCRA, Santiago Bausili, han proporcionado información oficial sobre su destino o uso. Cabe destacar que la operación solo se reconoció públicamente.
 
En este contexto, expertos del sector financiero han manifestado su preocupación. "El destino del oro es un dato esencial que el Banco Central no puede eludir. Es como si el Tesoro omitiera en qué banco guarda sus fondos", señaló un directivo bancario, quien añadió: "Aunque no detallen operaciones crediticias por secreto bancario, al menos deben aclarar dónde se resguardan los lingotes que pertenecen a todos los argentinos".
 
Por ello, la exigencia ya no se centra en conocer los detalles de operaciones como el Repo de Basilea u otras transacciones con el oro, sino en obtener una respuesta clara sobre su ubicación actual. La falta de transparencia en este punto ha intensificado las sospechas de corrupción y las críticas hacia la gestión de las autoridades económicas.
 
Mientras tanto, desde Basilea, donde opera la organización que agrupa a las autoridades de supervisión bancaria mundial, surgieron más dudas tras analizar el balance del BCRA. Un técnico bancario radicado en Suiza explicó: "Aunque el informe menciona cobros por dividendos e intereses, se deduce que incluye montos relacionados con líneas de swaps respaldadas por el oro depositado en el Bank of England". ¿Qué hicieron con el oro Milei y Caputo? ¿Se lo encanutraron?
 
A pesar de estas incógnitas, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, destacó los resultados del balance en redes sociales: "El BCRA obtuvo una ganancia de 19,4 billones de pesos en 2024 y puso a disposición del gobierno 11,7 billones de pesos para el pago de deuda". Sin embargo, las reacciones no tardaron. Un operador financiero señaló: "El 90 por ciento de esas ganancias proviene de intereses y amortizaciones de letras y bonos ligados a la inflación". En otras palabras, Quirno celebró pagar deuda con los rendimientos generados por esa misma deuda.
 
Además, en la última licitación del jueves, Quirno solo logró renovar el 70 por ciento de los vencimientos. Según el especialista Cristian Buteler, "el traspaso de utilidades del BCRA al Tesoro para cubrir vencimientos llega en un momento crítico, cuando los depósitos del Tesoro se están agotando". Para el economista Nicolás Gadano, esto evidencia un regreso al financiamiento del Tesoro por parte del Banco Central, una práctica que genera mucha preocupación en el sector.
 
La Opinión Popular
 

29-04-2025 / 11:04
Mientras la sobrepoblación carcelaria se convierte en una crisis para miles de detenidos comunes, el gobierno de Javier "el Loco" Milei, de la mano de la ex montonera Patricia "Chaborra" Bullrich, encontró una solución exprés... pero para los represores asesinos. La ministra de Seguridad impulsa el traslado de genocidas emblemáticos como Alfredo Astiz a la Unidad 34 de Campo de Mayo, un complejo que, lejos de parecer una prisión, ofrece canchas de tenis, huertas orgánicas, gimnasio con aparatos y talleres de filosofía y stretching. Una cárcel VIP 5 estrellas para quienes reprimieron, secuestraron, torturaron y asesinaron durante el terrorismo de Estado.
 
El Servicio Penitenciario Federal (SPF) notificó su intención de desalojar los pabellones de Ezeiza donde están alojados 19 represores, bajo el pretexto de liberar espacio para mujeres detenidas. Sin embargo, los organismos de derechos humanos y sobrevivientes denuncian que el operativo es parte de un plan mayor: garantizar condiciones de privilegio para los asesinos genocidas y acelerar su impunidad.
 
Astiz, conocido como "el ángel rubio de la muerte", ya pidió una celda individual y exigió seguir usando Skype para hablar con su familia, mientras sus víctimas apenas tuvieron el derecho al silencio eterno. Otros represores, como Ricardo Cavallo y Antonio Pernías, también solicitaron habitaciones privadas y toda clase de comodidades, pedidos que los tribunales de Comodoro Py, siempre tan atentos, no dudaron en aprobar.
 
Desde H.I.J.O.S Capital y la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos alertaron sobre la maniobra: trasladar a Campo de Mayo no resuelve la sobrepoblación carcelaria sino que premia a quienes deberían purgar sus crímenes en cárceles comunes. "No buscamos venganza, sí justicia", remarcaron.
 
La historia de Campo de Mayo habla por sí sola: fue cerrada en 2013 tras fugas escandalosas y reabierta en 2016 durante el gobierno de Mauricio Macri para recibir a represores que pidieron el cambio como si reservaran un hotel boutique. Hoy cuenta apenas con 52 detenidos en un espacio para más del doble, rodeados de privilegios.
 
"La decisión de Bullrich de trasladar a los genocidas de la cárcel de Ezeiza, donde ya gozan de condiciones de detención de privilegio, al lugar de detención de Campo de Mayo -al que no se puede llamar cárcel- es un paso más en el camino iniciado por el actual gobierno para lograr la impunidad de los genocidas y mentir sistemáticamente sobre la dictadura militar, el terrrorismo de Estado y la desaparición de personas", afirma Mabel Careaga, hija de Esther Ballestrino de Careaga, una de las tres Madres de Plaza de Mayo secuestradas tras la infiltración del delator Astiz.
 
El fiscal de Derechos Humanos de la Procuración General de la Nación, Félix Crous, salió al cruce de esta decisión y aseguró que se trata de "mejorar condiciones de detención que ya son de privilegio". Lejos de reparar la memoria colectiva, el gobierno de Milei (con Bullrich como ejecutora) no solo entierra las políticas de memoria, verdad y justicia: también se dedica a mimar a los asesinos  genocidas mientras se desploma todo el sistema penitenciario. En esta tragicomedia macabra, el verdugo Astiz se queja del WiFi, los represores juegan al tenis, y la ministra garantiza su "comodidad". El dolor de las víctimas, claro, no tiene cancha de tenis ni taller de reeducación postural.
 
La Opinión Popular
 

28-04-2025 / 09:04
Javier "el Loco" Milei regresó al país este domingo tras su viaje al Vaticano, donde participó de la misa de despedida del Papa Francisco. Pero el mandatario no trajo paz espiritual en su equipaje: apenas pisó suelo argentino, volvió a cargar con furia contra periodistas que reportaron su recalada tardía al funeral. Es que no llegó a la despedida del Papa porque se demoró en la escuelita de Benegas Lynch, donde los libertarios se disfrazan de catedráticos, se reparten premios y doctorados inexistentes. Y se las creen.
 
Desde su cuenta de X, el Presidente libertario escribió que "la gente no odia lo suficiente a los periodistas", citando una encuesta de Marcelo Bonelli sobre su polémica ausencia a la despedida a cajón abierto. A Bonelli lo tildó directamente de "mentiroso patológico", aunque no se privó de extender sus ataques a Diego Brancatelli, acusándolo de tibio y de usar "videos viejos" para criticarlo.
 
La ofensiva no quedó ahí. Milei también acusó a periodistas de "ciencia ficción y chimentos baratos de peluquería", compartiendo publicaciones de cuentas libertarias que sugerían que los medios mintieron deliberadamente sobre su presencia en la ceremonia papal. Es cada vez más evidente que el trastornado Milei quiere que uno de los legados de su presidencia sea la destrucción de la imagen de los periodistas frente a la opinión pública.
 
El sueño de Milei es que luego de su mandato la gente ya no use a los medios tradicionales para informarse sino que opte por los canales de streaming abiertamente jugados por las "ideas de la libertad" de mercado o en redes como X, controlada por su amigo Elon Musk.
 
En paralelo, mientras atacaba el periodismo en redes sociales, el Presidente entregó una nueva distinción al economista español ultra derechista y enemigo del Papa Francisco, Jesús Huerta de Soto, demostrando que la repartija de medallas inmerecidas sigue siendo una prioridad en su agenda internacional.
 
Huerta de Soto quien, cuatro días después de la muerte de Bergoglio, vino a la Argentina y dijo en un programa de televisión que el Papa "estaba equivocado", además de volver a insistir con la idea del "maligno en la tierra", un insulto que el Presidente argentino le profirió al sumo pontífice años atrás, además de decirle imbécil.
 
Después de la entrega de la condecoración, el "experto en crecimiento económico con y sin dinero" se fue a Olivos. Desde allí dedicó la tarde a repostear comentarios en contra del periodismo porque, según él, fueron los periodistas los que "inventaron" que llegó tarde a los homenajes que le hicieron a Francisco en Roma. Lo cierto es que el avión presidencial partió el viernes con demora por una ceremonia de agasajo que el presidente hizo al ignoto y delirante economista libertario Huerta de Soto. Eso hizo que el jefe de Estado llegara tarde y no estuviera presente frente al féretro abierto del primer Papa argentino de la historia. Un verdadero papelón.
 
Durante su estadía en Roma, Milei también declaró que el papa Francisco lo "perdonó" por sus guarangos insultos, asegurando que el sumo pontífice minimizó sus exabruptos como "un error de juventud". Un "perdón" totalmente incomprobable. Aun así, Milei no pudo evitar despedirlo a su manera: entre lagrimitas en la Basílica de San Pedro y berrinches de Twitter en Buenos Aires. Un verdadero imbécil.
 
La Opinión Popular
 

27-04-2025 / 10:04
La despedida de Francisco se convirtió en espejo de su papado. Más allá de la presencia récord de mandatarios, su sello distintivo fue la inédita presencia popular. Cientos de miles desbordaron la plaza de San Pedro y muchos de los elegidos de Bergoglio -pobres, reclusos y migrantes- acompañaron en primera fila el féretro. La escena se repitió en Buenos Aires, donde una enorme multitud le acercó su adiós.
 
En el Vaticano, las calles y pasajes ya estaban completamente bloqueadas y a las 8.30, una gran multitud había colmado el lugar donde recién unas horas más tarde comenzaría la misa exequial a cargo del cardenal Giovanni Battista Re. Viajaron hasta Roma desde todas partes del mundo. Más de 160 delegaciones: reyes, príncipes, presidentes, ministros, representantes de las Naciones Unidas.
 
También referentes de distintas religiones: budistas e induistas, valdenses, ortodoxos, metodistas, luteranos. Además, numerosos miembros de países musulmanes y, por supuesto, de la propia Iglesia Católica. Como un fiel reflejo de su papado, la presencia de pobres, migrantes y jóvenes terminó de transformar la masiva ceremonia en un acontecimiento histórico a nivel global.
 
En Buenos Aires la convocatoria fue hecha con un flyer donde se ve la imagen de Francisco saludando a una multitud imaginaria y de fondo la Catedral Metropolitana: "Misa por el eterno descanso del Papa Francisco" rezaba y abajo, en letra más pequeña, un llamado a una caravana alrededor de la Plaza de Mayo en acción de gracias.
 
Las líneas A, D y E de subterráneos fueron la vía principal por la que fieles de distintos puntos de la Ciudad se acercaron hasta el evento, aunque bajando una o dos estaciones antes debido al operativo de seguridad. Ya en la línea A podía adelantarse quienes, de manera moderada en número, se estaban acercando al evento: grupos parroquiales de barrios populares y grupitos de mujeres o parejas mayores de la clase media porteña.
 
Este es el caso de Beatriz, Esther y Norma que en una alegría solo de paseo dominguero respondieron de manera tajante que iban a la Misa por el Papa. La estación Piedras fue el destino final. Y allí al trío parroquial se le sumaron Ernesto, María y Jessica, una beba en cochecito, que venían desde el Bajo Flores a agradecer a Francisco al que llamaron "el cura de los pobres".
 
Entre ambos discursos hay una grieta o herida, como prefiere llamarla el arzobispo García Cuerva, que es tan discursiva como material: todos iban a despedir a "un" Francisco, aunque no pareció ser el mismo en las dos primeras respuestas de la mañana. Las acentuaciones y los tonos hablan.
 
Durante toda la semana fue casi imposible abstraerse del duelo colectivo por la muerte de Francisco. En lo que probablemente haya sido uno de sus mayores logros, el fenómeno afectó no sólo a los católicos: muchas personas de otros credos, incluso ateos y agnósticos, participaron con seriedad y empatía de esta despedida a quien ha sido calificado como "el argentino más grande de la historia".
 
Entre otras cosas, porque cuesta imaginarse quién podrá ocupar el lugar de este hombre, cuya voz poderosa abogaba por los marginados, los pobres, los migrantes y los ancianos desvalidos, en una época en que los líderes mundiales, como Donald Trump y Javier Milei, parecen competir a ver quién es el más canalla.
 
La Opinión Popular
 

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