Por La Opinión Popular - 18-09-2025 / 11:09
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO
¿Frigerio se rinde ante la franquicia provincial de La Libertad Avanza?
Para no salir tercero, el porteño Rogelio Frigerio se encamina a una rendición política y electoral ante la franquicia provincial de La Libertad Avanza. Acuerdo, que un operador de la Casa Gris, califica de "indigno" y explica la retirada de sus legisladores nacionales en el Senado. Se quedaría sin reelección, con Milei en 50% de imagen positiva en la provincia, y masticando una doble condena: no poder asegurar su sucesión para 2027 y no poner los primeros candidatos nacionales a diputado y senador para las elecciones del 26 de octubre. A tragar sapos.
Más allá de sus diferencias y matices políticos o ideológicos, los 23 gobernadores, junto al jefe de Gobierno porteño, sostienen con firmeza el reclamo de recursos al presidente Javier Milei. En sus miradas, el poder central está robando fondos que, por derecho y lógica federal, deberían ir a las provincias. Pero en el fondo, no es una pulseada sólo por plata.
En el extremo más combativo de la oposición provincial se ubican gobernadores como el bonaerense Axel Kicillof, el pampeano Sergio Ziliotto y el formoseño Gildo Insfrán. Ellos no disimulan ni suavizan su postura: se oponen al anarco capitalismo de Milei. Apuntan a desalojar a los libertarios del poder en 2027. Algunos, alientan en privado una salida "democrática" a un modelo "deshumanizado" como el libertario: una Asamblea Legislativa.
En otra vereda se ubican la mayoría de los gobernadores que, sin compartir la hoja de ruta libertaria, tampoco abrazan salidas extremas. Son más moderados, pero no por eso menos críticos. Rogelio Frigerio es uno de ellos: marca diferencias, aunque reconoce el objetivo del equilibrio fiscal que pregona Milei. En la oposición no confían en ellos, a quienes necesitan para avanzar en la agenda social anti-Milei, pero sospechan que, cuando la presión aumente, terminarán aportando en el Congreso a los "héroes" necesarios para que el Presidente pueda vetar todas las leyes.
Alfredo Cornejo, mandamás de Mendoza, le puso fecha a la elección de cargos locales en simultáneo con la nacional. Fue la explicitación de un acuerdo con LLA, en el mismo rango que Leandro Zdero, gobernador de Chaco, que pactó con los libertarios en las elecciones de mayo. El tercer habitante de ese triunvirato es Frigerio, el porteño gobernador de Entre Ríos, que se encamina a pintarse de violeta. El radicalismo, mirando la fiambrera.
Los tres aparecen cruzados por un fantasma: la derrota electoral de Jorge Macri en CABA. Ese episodio facilitó la entrega del PRO en la provincia de Buenos Aires. Los gobernadores de Juntos por el Cambio temen ir solos, sin pactar con LLA, enfrentados al peronismo y terminar terceros. Este es un problema para Frigerio, que suele jugar a dos puntas. Pero es solo un dador de gobernabilidad para la Casa Rosada.
Para el presidente del PJ entrerriano, José Cáceres, "Frigerio tiene un doble discurso, a los entrerrianos les dice que está para defender los intereses de la provincia, para reclamar lo que nos corresponde; a sus pares gobernadores les dice que va a acompañar los reclamos por la coparticipación y la obra pública, que va a presionar junto a ellos al gobierno nacional; pero después agacha la cabeza y, cuando se deciden cosas importantes en el Congreso, por indicación de Casa Rosada, les ordena a sus legisladores que se levanten de la sesión, como hizo cuando se trataba la emergencia en salud para el Garrahan", disparó.
Entre Ríos es una de las provincias que elige senadores nacionales: el riesgo de la derecha anti peronista, de armar dos boletas, es que dividir votos puede hacer que el peronismo se filtre por el medio, gane la elección y se quede con los dos senadores de la mayoría. Para no salir tercero, Frigerio se encamina a una rendición política y electoral ante la franquicia provincial de La Libertad Avanza. Acuerdo, que un operador de la Casa Gris, califica de "indigno" y explica la retirada de sus legisladores nacionales en el Senado. Se quedaría sin reelección, con Milei en 50% de imagen positiva en la provincia, y masticando una doble condena: no poder asegurar su sucesión para 2027 y no poner los primeros candidatos nacionales a diputado y senador para las elecciones del 26 de octubre. A tragar sapos.
Eso sí: Frigerio como la mayoría de sus colegas más pusilánimes, cuestiona en voz baja el método elegido por el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, para llegar al déficit cero: una motosierra que cortó las partidas para las provincias. Más allá de los reclamos por la distribución de los anticipos del Tesoro nacional (ATN) y los fondos del Impuesto a los Combustibles, se libra una pulseada más profunda. Es ideológica, y también de poder.
En un rincón, Javier Milei, el presidente más autoritario desde la recuperación democrática. En el otro, un mosaico de gobernadores -con sus matices- ligados a la política tradicional. Milei irrumpió como un outsider furioso, subido a la ola del hartazgo social que se gestó durante años de fracasos acumulados. Tanto el macrismo como el albertismo terminaron siendo los polos de un mismo desencanto, y en esa grieta la avanzada libertaria encontró un terreno fértil.
Para Milei, el futuro del país se jugará en las elecciones legislativas del 26 de octubre. Será, según su narrativa, una confrontación de modelos. Llaryora y varios de sus colegas, en especial el santafesino Maximiliano Pullaro, replican al discurso anti-Estado de Milei con una consigna que busca reconectar con el ciudadano: "Más allá de la ideología, está la gente", coinciden varios mandatarios provinciales. Ese será el eje de sus campañas. Reivindicará el rol del Estado, pero con una aclaración: "Un Estado eficiente", insistirán en sus discursos. Y mientras Llaryora y Pullaro se preparan para enfrentarse a la LLA en sus distritos, Frigerio será "furgón de cola", un mero apéndice violeta de ese partido sin organización, ni dirigentes ni experiencia de gobierno en la provincia.
El proyecto que termina desnudando el conflicto entre el presidente y los gobernadores, se refiere a recursos que obligan al Ejecutivo a repartir con las provincias, que según estas los viene robando, que son Aportes del Tesoro Nacional (ATN), de varios fondos fiduciarios y de una porción importante del impuesto a los Combustibles. Esta semana, dos informes de la Fundación Mediterránea, abordaron el costo fiscal de los proyectos de los gobernadores: el del impuesto a los Combustibles, anualizado, tendría un costo de 0,16 del PBI para Nación mientras que el referido a los ATN impacta con 0,05 del PBI si se proyecta todo el 2025 cuando, de quedar en pie, solo se aplicaría 5 meses.
De ahí que los gobernadores no lo tomen como una cuestión fiscal sino política. Milei no quiere aflojar en nada. Es un ninguneo por parte del Ejecutivo nacional al no devolverles recursos que son de las provincias. En términos políticos, sin dudas que es el peor momento de Milei como Presidente, a lo que se suman otros indicadores económicos que no mejoran.
El malestar en Casa Rosada con los que supieron tener buen diálogo es cada vez más profundo. Algunos gobernadores, como Frigerio, preferirían dialogar antes que librar la última batalla contra Milei en la Cámara de Diputados. Sin embargo, ninguno de los mandatarios ha recibido llamado alguno de la Casa Rosada. De la misma manera niegan algún contacto en la mayoría de las provincias a pesar de que en la Jefatura de Gabinete aseguran que Guillermo Francos ya intenta recomponer el diálogo.
¿Es posible mantener una actitud dialoguista con un gobierno central insensible, cerrado y que concentra el poder real en un triángulo de hierro compuesto por solo tres personas? Resulta difícil -por no decir imposible- cuando ese poder se ejerce con soberbia, sin criterio federal y con una mirada mezquina sobre el interior del país.
Los ATN no son una dádiva: son recursos que las provincias generan y que la Nación administra. Pero Milei ha transformado esa administración en un sistema clientelar: reparte los fondos a quienes considera aliados y castiga a los díscolos. La chequera se convierte así en una herramienta de disciplinamiento político. Se premia la sumisión. Se castiga la autonomía. Pero, no se puede gobernar con todas las provincias enfrente.
El interior federal no debe seguir atado a una lógica centralista, porteña y extorsiva. Se necesitan políticas públicas verdaderas, no gestos o eslóganes. No alcanza con prometer que la inflación va a bajar: hay que generar condiciones reales para el desarrollo económico y productivo. Sólo se escucha hablar de la timba financiera, de cerrar organismos, despedir empleados, ajustar sin evaluar consecuencias.
¿Por qué no apuesta a una política enfocada en el trabajo, la producción, el desarrollo y el federalismo real? Las respuestas están en el "porque no quieren". Gobiernan los neoliberales de siempre: de la dictadura de Martínez de Hoz, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Mauricio Macri y Milei. Y los de siempre quieren lo de siempre: todo para los ricos, nada para los pobres.
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