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“Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, está gobernado por aquellos que pierden con la difusión del saber”. Ítalo Calvino
Por La Opinión Popular - 13-11-2024 / 11:11
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO

El dilema del macrista Frigerio frente al anarco capitalista Milei

El dilema del macrista Frigerio frente al anarco capitalista Milei
Si bien conquistó la provincia, Frigerio quedó a la deriva, shockeado por el veredicto de las urnas nacionales y sin procesar el duelo de una interna costosísima, entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, que los llevó puestos. Frigerio se sintió así obligado a escoltar el experimento que encara Milei, implementando un "mileismo de buenos modales" en la provincia, ya que el PRO reniega de las formas, pero celebra que haga el trabajo sucio.
En 2023, Rogelio Frigerio se imaginaba el escenario ideal: ganaba Entre Ríos y Juntos por el Cambio el país, tenían 10 gobernaciones, casi la mitad del Congreso, y encaraban la agenda de reformas neoliberales pendientes. Pero Javier Milei le arrebató al PRO la bandera del cambio y muchos creyeron que el incierto Milei era mejor que el inepto Mauricio MacriMilei logró ganar en la segunda vuelta por el apoyo que le dio la mayoría de los votantes del PRO, luego de que la alternativa electoral se redujo a Sergio Massa o los libertarios. Aunque era un salto vacío, porque el libertario prometía destrucción y confrontación, los argentinos votaron eso.
 
Si bien conquistó la provincia, Frigerio quedó a la deriva, shockeado por el veredicto de las urnas nacionales y sin procesar el duelo de una interna costosísima, entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, que los llevó puestos. Frigerio se sintió así obligado a escoltar el experimento que encara Milei, implementando un "mileismo de buenos modales" en la provincia, ya que el PRO reniega de las formas, pero celebra que haga el trabajo sucio.
 
En estos 10 meses, Frigerio aportó, en todos los casos, los votos para los proyectos del anarco capitalismo, que le estiraron la soga de la gobernabilidad a Milei, quien no tiene gobernadores ni intendentes y que apenas cuenta con un puñado de legisladores. El porteño Frigerio decidió acompañar el cambio libertario y anti federal porque, al fin y al cabo, mucho de lo implementado (sobre todo el paquete de reformas de Federico Sturzenegger) estaba en la plataforma de gobierno de Bullrich.
 
El punto de quiebre fue el blindaje al veto presidencial sobre la ley de financiamiento universitario. Ahí se terminó de jugar el alineamiento del PRO: si la médula es el equilibrio fiscal, un aumento a los jubilados, otro a los universitarios y uno a los pilotos, terminaría en deuda, emisión e inflación, sostenían.
 
La lectura de Frigerio parece ser que Macri y Milei limaron asperezas y se prometieron llegar juntos al altar. Los libertarios entendieron que nunca podrán construir de cero un partido de gobierno, con candidatos potables en todo el país, si no arman una alianza con quienes vienen trabajando desde hace rato en el rubro. Los macristas aceptaron que no son los que mandan y que el acuerdo de colaboración se circunscribirá a determinadas áreas nacionales, cuyos "negocios" Macri pretende controlar.
 
Pero el dilema de fondo de Frigerio es más profundo: qué va a pasar en 2027. ¿Se van a desconocer en dos años? ¿Se van a canibalizar, como Bullrich y Larreta? Dicen que no, que se han prometido amor, quizá no eterno, pero al menos hasta 2031. La novedad es que Macri aceptó que 2027 no será del PRO. ¿Qué pasará en Entre Ríos? Al PRO, Milei le impuso dos condiciones. Una, que acordaran una lista de consenso entre los dos sectores. Y la segunda, que Milei tenga derecho a ser reelegido. La pregunta es: ¿tiene otra alternativa el PRO? ¿Podría hacer otra cosa que no pensar sólo en 2027? Sí y no.
 
Hoy, dicen no tener opción. Coinciden con Milei en que el superávit fiscal es innegociable, porque sería la condición para que lo demás pueda suceder: baja de impuestos a los ricos y levantamiento del cepo. Pero también puede pasar que en 2027 este estilo autoritario de gobierno se agote, que la ciudadanía entienda que el período de locura terminó, que basta de motosierra y de violencia permanente, y que sea el turno de formas más democráticas de gobierno. Y que la caída de Milei termine por arrastrar a Frigerio. La relación de Milei con Frigerio se pondrá a prueba por estos días en el Congreso donde comenzó el debate de fondo -y de fondos- entre la Nación y las provincias por el Presupuesto 2025.
Hay un esquema de reparto de recursos y responsabilidades conflictivas con la gestión libertaria y el tema es la plata, pero también el tiempo: el ajuste a lo bruto que aplicó en su primer año Milei difícilmente pueda reiterarse en el segundo sin un conflicto institucional con las provincias. Incluso con gobernadores "dialoguistas" como Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro y Frigerio.
 
El Congreso ya inició el debate en comisión del proyecto de presupuesto 2025 que no repara las pérdidas de los jubilados, no incluye los fondos que esperan las cajas jubilatorias provinciales, minimiza al extremo las partidas para obras públicas y a las universidades nacionales les otorga la mitad de lo que pidieron los rectores. Milei amenazó con vetar cualquier cambio que altere el equilibrio fiscal y dijo que para él no es problema gobernar por segundo año consecutivo sin presupuesto: esa opción le da discrecionalidad casi absoluta, aunque es objetable legalmente, además de ser una pésima señal institucional.
 
Lo real es que Milei no tiene los votos para imponer el presupuesto que envió al Congreso. La oposición puede aplicar cambios a ese proyecto, pero después le resultará difícil resistir un veto. Además, entre los opositores hay posturas muy distintas: para el peronismo el equilibrio fiscal no es prioritario y entre los "dialoguistas" que coinciden en la necesidad de no gastar más de lo que ingresa, no le será tan sencillo un acuerdo respecto de qué hay que recortar para pagar al FMI o para reducir impuestos a los más ricos.
 
La mayor parte de los legisladores del interior coincide en que el proyecto de Milei debe garantizar los recursos para las Cajas de Jubilaciones y para que el sistema universitario supere el conflicto permanente que amenaza con dejar sin clases y sin mesas de exámenes a dos millones de estudiantes. Para Frigerio no se trata de una meta muy ambiciosa: ya dio por perdidos para siempre los subsidios al transporte del interior, el Incentivo Docente, todo envío no automático y numerosos programas sociales y sanitarios que se cortaron cuando asumió Milei.
 
En la Casa Gris piden poco y esperan menos. Después de escuchar al titular de la Anses desconociendo que tenga responsabilidades con las cajas jubilatorias provinciales, asumieron que mientras la Corte Suprema de Justicia siga mirando para otro lado no llegará un peso. Este año la reducción de la inversión en obra pública fue abrupta, la pérdida salarial de los estatales, activo y jubilados, en nueve meses, fue del 32% del poder adquisitivo. Entonces se preparan para un 2025 más complicado.
 
El clima de época tampoco admite nuevos impuestos provinciales, la profunda crisis no permite recortes en materia social y el discurso político entrerriano correcto exige un Estado presente que cuesta. A Frigerio le será muy dificultoso sostener la gestión provincial sin reactivación económica nacional y afrontando, con recursos del Tesoro provincial, todo el déficit de la Caja de Jubilaciones.
 
La realidad de Entre Ríos es que, para Milei, el Estado nacional no tiene ningún compromiso con la gente de a pie y que procurará traspasar todo a las provincias y a los municipios, para ocuparse tan solo de la macroeconomía -sin protección alguna y sin un plan de desarrollo-, de la Defensa y de la Justicia federal. Y detrás del desfinanciamiento de las universidades nacionales empieza a insinuarse la voluntad de transferirlas a las provincias. Para Milei, la gente no existe, es tema de las provincias y los municipios.
 
Lo real es que los gobernadores y legisladores deberían empezar a prepararse para una batalla política de fondo: centralismo porteño vs federalismo y de un debate trascendental sobre las responsabilidades de cada estamento del Estado y los recursos para atenderlas. Ya que no queda claro cómo financiarán las provincias las prestaciones con un presupuesto que los obliga a ajustar aun más. Y considerando que las personas nacen, viven y mueren en las provincias, que con sus industrias y campos son las que generan los impuestos que el cruel e insensible Milei maneja tan arbitrariamente.
 
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