“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
EFEMÉRIDES POPULARES. EN ESTE 9 DE JULIO RENDIMOS HOMENAJE A QUIENES LUCHARON POR NUESTRA VERDADERA INDEPENDENCIA
Patria Sí, Colonia No. Significado político de una fecha histórica
El promotor de la independencia fue José de San Martín. En 1816 era el patriota más preclaro, tanto desde el punto de vista político como militar, en el Río de la Plata. Y conducía los sucesos en función de su estrategia para vencer al colonialismo español en América.
Este 9 de julio reivindicamos la lucha del Pueblo contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de factoría de las metrópolis imperialistas.
La alternativa histórica es entre independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar la dependencia del país o luchar por una nación justa, libre y soberana.
Tomamos el ejemplo de José de San Martín, que para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite de Buenos Aires que ya estaban negociando, tanto con España como con Inglaterra, la dependencia argentina.
Ahora debemos pelear para desenmascarar el aparato de la colonización mental montado por los países centrales y sus operadores internos con el objetivo de perpetuar la dependencia.
Como decía don Arturo Jauretche: "La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente".
Escribe: Blas García
Blas García Lucha por la emancipación nacional
Un país semicolonial y dependiente, oprimido por el colonialismo y el imperialismo, no puede aplicar, con autonomía, los instrumentos necesarios para transformarse y crecer.
La historia de nuestra Patria está caracterizada por la lucha constante de las masas populares para conformar una Argentina independiente de ataduras e imposiciones externas.
Nuestra historia es la conjunción de acontecimientos, de triunfos y derrotas, de avances y de retrocesos en el tránsito hacia la liberación nacional. Nuestra historia es hija de la lucha por la emancipación nacional.
San Martín- Rosas - Perón
Producido el golpe militar, gorila y fusilador, del 16 de septiembre de 1955, los liberales se instalaron en el poder como continuadores históricos de una línea que denominaron "Mayo - Caseros - Septiembre".
Además, los personeros de esa feroz dictadura tildaron al gobierno peronista de "segunda tiranía", igualando a Juan Perón con Juan Manuel de Rosas.
Así encontramos la continuidad histórica de nuestras luchas y nuestra naturaleza política, en la consigna de los años 60, cuando, en las concentraciones populares, los muchachos peronistas de la resistencia coreaban: "San Martín-Rosas-Perón". Era la respuesta del pueblo y sus organizaciones a la consigna gorila.
Una comunidad sin historia es un pueblo sin identidad
La consigna militante se convirtió en línea histórica porque era un hilo conductor que unía los momentos de mayor combatividad popular de nuestra historia. Y no era por capricho, ni por ignorancia, sino porque esos tres personajes, y agregaríamos a Irigoyen, tuvieron los mismos amigos, el Pueblo, y los mismos enemigos, el Imperio. Cuando entendimos esto, pudimos entender todo lo demás.
Participando en la lucha popular aprendimos que hay una Argentina formal que antepuso las estructuras formales liberales; y hay una Argentina nacionalista para quien lo que debía predominar era la existencia y la soberanía de la Nación. Una corriente minoritaria pero intelectualmente destacada y otra corriente mayoritaria, popular y espontánea.
Por eso, porque no hubo entre nosotros una conformidad plena sobre lo que es la Patria, es que nuestras guerras civiles fueron tan implacables. Podemos decir que nuestras oposiciones políticas continúan esta tradición, la mejor conservada quizá de nuestras tradiciones vernáculas.
Líneas políticas de nuestra revolución
Desde 1810, luchan dos argentinas que no pueden entenderse, que necesariamente son antagónicas, que chocaron desde los comienzos de nuestra historia.
Y como no hay nación sin organización política que la sustente, unos y otros dieron origen a las dos corrientes políticas que, prolongadas a través de distintos nombres: provincianos y porteños, federales y unitarios, yrigoyenistas y conservadores, peronistas y antiperonistas, han llegado hasta nuestros días.
Para un sector que participó en la Revolución de Mayo de 1810 esta significaba la salida de la órbita española para entrar en la órbita inglesa. Ello implicaba reconocer la apertura de la economía y el libre comercio inaugurado por los ingleses en 1806-7, durante las invasiones, en contra del monopolio español.
Para ellos, la argentinidad nació consubstanciada con el régimen liberal y su objetivo consistía en abrirse, económica y culturalmente, a la llamada "civilización europea", al enciclopedismo francés y al libre cambio inglés.
Esto beneficiaba a la clase de los comerciantes porteños, que lucraban con las exportaciones agro-ganaderas y con las importaciones de manufacturas inglesas, lo que hacía que los grupos con intención independentista del interior del país no se vinculasen a ellos, por cuanto su política perjudicaba a las producciones provinciales que no podían competir con la industria inglesa.
José de San Martín, el Libertador
El primer choque político importante se produjo con el ingreso de los Diputados del interior a la Primera Junta. Moreno sostuvo que no convenía que ingresaran los diputados del interior, porque si no la Revolución iba a perder su eficacia por falta de ejecutividad del gobierno. Saavedra, en cambio, quería que los diputados del interior se incorporasen a la Primer Junta, para transformar la Revolución porteña en Revolución nacional.
Un acontecimiento de suma importancia en el proceso revolucionario, fue la llegada de San Martín, Alvear y un grupo de oficiales españoles de origen americano, que habían luchado, en España, contra Napoleón. Tenían pues, una gran preparación militar, encontrándose al tanto de los adelantos materiales, estratégicos y las tácticas más modernas.
En la América española eran escasos los militares de carrera, y aún en la Revolución Norteamericana no se notó la presencia de un grupo tan preparado como el recién llegado al Río de la Plata.
Estos oficiales organizaron la Logia Lautaro, logia republicana, que cumplía las funciones de un aparato político, cuya finalidad era conseguir la independencia y llevar fuera de las fronteras la revolución producida en el Río de la Plata.
Las actividades del gobierno porteño del nefasto Bernardino Rivadavia produjeron reacciones en los sectores políticos con vocación independentista. Todos unificaron sus esfuerzos para derrocar al nuevo despotismo que quería restaurar la monarquía en el Río de la Plata. San Martín con las fuerzas militares, participando políticamente, exige la renuncia del triunvirato rivadaviano.
Perspectiva independentista americana
En el año de 1816, San Martín era el patriota más esclarecido política y militarmente en el Río de la Plata, conduciendo la marcha de los acontecimientos en función de su estrategia para derrotar al colonialismo español en América.
Su primer paso fue garantizar la Independencia en el Río de la Plata, y así lo hizo. Si bien no participó personalmente en el "Congreso de Tucumán" de 1816, en el cual se proclamó la Independencia, fue el principal responsable político de este hecho.
Quienes intervinieron en dicho Congreso se hallaban divididos en cuanto a la conveniencia de declarar la Independencia, y fueron justamente los hombres enviados por el Libertador quienes impusieron la decisión de romper el vínculo con España.
El Congreso se pudo llevar a cabo en el marco de una mínima seguridad en las provincias, provista por la victoria de San Martín en la batalla de San Lorenzo y por la presencia de las tropas del Norte y de Cuyo reorganizadas por él.
Para la Declaración de Independencia, San Martín se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite de Buenos Aires que ya estaban negociando, tanto con España como con Inglaterra, la dependencia argentina.
Sólo desacatándose del gobierno porteño, pudo realizar San Martín la Campaña de Chile y Perú y lograr la definitiva independencia.
La oligarquía porteña, dispuesta a enriquecerse como intermediaria de un comercio sin restricciones con Europa, y con el beneficio de las rentas de la Aduana de Buenos Aires, le pagó dejándolo abandonado y solo, a su propia suerte, en suelo peruano, del cual pasó al exilio definitivo.