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Nacionales - 15-03-2011 / 09:03
EFEMÉRIDES POPULARES. LA REBELIÓN OBRERO-ESTUDIANTIL DEL 15 DE MARZO DE 1971

El Viborazo o segundo Cordobazo

El Viborazo o segundo Cordobazo
El dirigente cordobés de Luz y Fuerza, el legendario Agustín “El Gringo” Tosco, con el gremio intervenido y desde la clandestinidad, impulsó y protagonizó el Viborazo.
Un día como hoy, el 15 de marzo de 1971, se producía el segundo Cordobazo, popularmente llamado Viborazo. Fue una huelga con protesta social masiva ocurrida en Córdoba, opuesta al gobernador de la provincia perteneciente a la dictadura militar imperante conocida como Revolución Argentina.
 
Ese día, los obreros y estudiantes que marchamos hacia el centro de la ciudad, generamos un enfrentamiento con la policía que devastó el área céntrica y se transformó en una insurrección general que tomó el control de unas 500 manzanas del centro y los barrios, quedando la ciudad en manos del pueblo.
 
Hubo manifestaciones, barricadas, fogatas, incendios y enfrentamientos entre trabajadores y estudiantes con fuerzas represivas de la Policía Provincial y de la Policía Federal. La sublevación popular formó parte de otras puebladas similares como el correntinazo, rosariazo, cordobazo, mendozazo, etc.
 
Escribe Blas García (participó como militante de la JP en el Viborazo)

 Scalabrini Ortiz y la Lucha Contra la Dominación Británica en la Argentina
Blas García

Córdoba, capital de obreros y estudiantes

En ciertos periodos históricos y por causas especiales, determinados actores políticos y sociales sobresalen en la escena nacional con un particular protagonismo, llegando a conformar alternativas a lo que sucedía en Buenos Aires, con una proyección que las convertía en fenómenos nacionales contra el proceso reaccionario que estaba en vigencia desde la llamada "revolución libertadora" de 1955.
 
Así, Córdoba adquirió un especial peso político nacional luego de lo sucedido en mayo de 1969, del llamado Cordobazo, y posteriormente, a comienzo de los setenta con la aparición de los sindicatos de la izquierda revolucionaria, denominado "clasistas" entre los obreros mecánicos.

En Córdoba existía una estrecha relación entre los estudiantes y los obreros de las grandes fábricas instaladas en el cordón industrial, ya que en aquellos años muchos trabajadores estudiaban en la Universidad de Córdoba.

Santiago Pampillón resumió a la unidad obrero-estudiantil que se forjaría en este período. Pampillón era obrero y estudiante, como un símbolo viviente de la ciudad que fusionaba ambos sectores sociales en su vida cotidiana y fue asesinado por la dictadura militar en las calles de la ciudad durante la gran huelga estudiantil universitaria de mediados de 1966.

Estas experiencias se dieron en el contexto de un movimiento obrero muy combativo, surgido de las luchas en la resistencia peronista y radicalizados al calor de las corrientes de ideas revolucionarias de los años 60.
 
A ello se sumaba al reclamo permanente de los peronistas por la convocatoria a elecciones limpias y el regreso de su Líder, lo que llevó a que la politización creciera notablemente tanto en las fábricas como en las facultades.
 
El "Cordobazo" y el "Viborazo" fueron organizados fundamentalmente por los trabajadores de la Energía (organizados en el Sindicato de Luz y Fuerza) y los mecánicos (en el SMATA), que constituían los dos principales sectores productivos de la región, tanto por número de trabajadores directos e indirectos como por su carácter estratégico para la economía nacional. Dichos sindicatos eran la punta de lanza de la combativa CGT cordobesa.

En el "Viborazo" se sumaron al movimiento los dos sindicatos que agrupaban a los trabajadores de FIAT (SiTraC y SiTraM), arrebatados unos meses antes a sus conducciones entreguistas por listas de la izquierda revolucionaria.
 
Esta confluencia obrero-estudiantil expresaba al conjunto de los sectores populares: a la clase media urbana y rural, a los productores pequeños y medios del campo y la ciudad, y al empresariado nacional; con un fuerte sentimiento antiimperialista y anticapitalista por el evidente copamiento de la economía por parte de los monopolios extranjeros. El Cordobazo y las movilizaciones populares subsiguientes se llevaron puesto a Onganía y el Viborazo, a Levingston.
 


Las jornadas de marzo de 1971
 
El 1 de marzo de 1971 el gobierno militar del general Roberto Marcelo Levingston, en un verdadero disparate político, designó como nuevo interventor de la provincia de Córdoba al dirigente conservador José Camilo Uriburu, a quienes sus amigos llamaban "El Conejo" por sus catorce hijos.
 
Uriburu era sobrino de José Félix Uriburu, el general filonazi que derribara al presidente popular Hipólito Yrigoyen en 1930; y al parecer estaba dispuesto a hacer honras a su ascendencia ideológica.
 
La CGT provincial de Atilio El Negro López llama a un paro activo contra la intervención y se realiza una concentración. Como respuesta a la movilización social que se había hecho constante en Córdoba, Uriburu, olvidando que estaba en la "provincia rebelde" lanzó su celebre provocación declarando que: "Confundida entre la múltiple masa de valores morales que es Córdoba por definición, se anida una venenosa serpiente cuya cabeza pido a Dios me depare el honor histórico de cortar de un solo tajo". El pueblo cordobés le respondió con una pueblada a la que llamaron, en "homenaje" al inspirado gobernador, el Viborazo.


Se prepara la insurrección

El 3 de marzo el dirigente de Luz y Fuerza Agustín El Gringo Tosco, con el gremio intervenido y desde la clandestinidad, propuso la formación de un Comité de Huelga provincial, incluyendo a los sindicatos "clasistas" de FIAT (Sindicato de Trabajadores de Concord -SiTraC- y Sindicato de Trabajadores de Materfer -SiTraM-) de conducción izquierdista para preparar la ocupación de todas las plantas fabriles el 12 de marzo con el reclamo del fin de la dictadura.
 
Se produce una discusión entre la CGT peronista y los sindicatos "clasistas". La Comisión de lucha de la CGT reafirma el paro para el 12 de marzo y los sindicatos "clasistas" SiTraC y SiTraM convocan a un acto con movilización en la localidad de Ferreyra, en la entrada de la ciudad, donde FIAT tenía sus tres plantas (Concord, Materfer y Grandes Motores Diesel).


Vísperas del incendio: El Ferreyrazo

El viernes 12, tal cual lo programado por el Comité de Huelga se produjeron tomas en diferentes empresas, los trabajadores de FIAT, en tanto, decidieron abandonar las plantas de Concord y Materfer y realizaron un acto en el paso a nivel de Materfer reuniendo a sus afiliados y a los trabajadores de Grandes Motores Diesel, Perkins, Thompson Ramco y a vecinos del barrio de Ferreyra.

Cuando llega la policía, dirigida por el comisario Sanmartino, el enfrentamiento se hizo encarnizado. Piedras contra las balas y gases de la policía dando lugar a lo que popularmente se conocería como Ferreyrazo. Ahí, mientras un grupo de jóvenes y obreros resistían la represión, un agente descerrajó un balazo con pistola 45 que dio en la cara de un obrero de FIAT de 18 años, Adolfo Cepeda.

La muerte de Cepeda exacerba la indignación popular y el sepelio se transforma en un elocuente testimonio de repudio hacia la dictadura y la represión.

La CGT respondió convocando a un nuevo paro general para el 15 de marzo con abandono de fábrica a las 10 hs., asamblea en puerta de fábrica y movilización para concentrarse en plaza Vélez Sarsfield, a las 11 horas.
 
Además, la CGT de Córdoba emitió un comunicado, criticando a Rucci y la CGT nacional por no solidarizarse con la clase obrera cordobesa, por mantener una complicidad pasiva y por negarse a convocar un paro nacional en respaldo a Córdoba.


Estalla el segundo Cordobazo

El lunes 15 de marzo, las acciones comenzaron en Villa Revol, donde se hallaba la planta eléctrica de EPEC, la empresa provincial de energía, y donde el gremio de Tosco, que ejercía el control de esas zonas, la tomó como ocurría en cada paro.

Los trabajadores de FIAT partieron temprano de Ferreyra rumbo al centro como se había acordado; al pasar por la planta de EPEC encontraron a los trabajadores de Luz y Fuerza tomando la planta.


Debido a su aislacionismo y sectarismo, la conducción del "clasismo" interpretó la toma como una traición de Tosco y la CGT peronista a lo acordado el día 9, por lo que insultaron a Tosco y demás dirigentes de Luz y Fuerza.

De cualquier manera El Gringo los invitó a participar de la toma, que serviría como retaguardia del paro activo, pero no lo logró y las columnas siguieron su marcha hacia el centro. Al llegar los activistas de Fiat descubrieron que no había ni palco ni parlantes, lo que aumentó su bronca contra la CGT peronista.

Los dirigentes de SITRAC- SITRAM consumaron discursos criticando a la CGT de Córdoba y al Comité de Huelga, lo cual desorientó y confundió a la multitud, que respondió con las distintas consignas políticas que sostenían; los de FIAT y los grupos Universitarios vinculados al izquierdismo clamaban: ¡Ni golpe ni elección, revolución!, los de Tosco respondían: ¡El pueblo unido jamás será vencido!, y ¡Unidad-CGT!, y los peronistas de izquierda y el SMATA: ¡Si Evita viviera seria montonera!
 
Cuando todo indicaba el comienzo de una gran confusión corrió el rumor de que Tosco había ocupado la zona de EPEC con Luz y Fuerza y entonces la multitud comenzó a corear: ¡Córdoba se mueve por otro 29!, iniciando el Viborazo.


Ocupación de Córdoba

Las columnas principales, que en este caso fueron las de los obreros de FIAT, ocuparon los barrios aledaños al centro como Guemes y Observatorio.

Los que integramos la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP) entre los que se encontraban Jorge Busti y Hernán Orduna, tomamos parte en esa auténtica jornada de lucha popular con el SMATA y otros gremios y participamos en la ocupación los barrios estudiantiles y obreros de Clínicas y Alberdi, donde se concentraron un gran número de activistas universitarios y políticos.
 
A las primeras horas de la tarde, como el 29 de mayo de 1969, la ciudad estaba nuevamente tomada por el pueblo. Los trabajadores y estudiantes construyeron barricadas en Barrio Guemes, Colón y San Vicente. Sólo en Barrio Clínicas había 200 barricadas.
 
Si bien el viborazo mostró una mayor participación de grupos organizados en el levantamiento popular, estas luchas sociales conservaban como sello dominante su forma espontánea.
 
Así, se produjeron ataques a empresas como el Banco de Galicia, el Jockey Club, el Banco del Interior y gran cantidad de supermercados. Barrio Clínicas y Villa Revol ocupado por Luz y Fuerza de Tosco fueron los lugares mejor organizados y que resistieron más tiempo, seguramente por la experiencia del primer Cordobazo, y por la fuerte organización del sindicato eléctrico cordobés.
 
El nivel de destrucción material fue mayor que en el Primer Cordobazo, se produjeron gran cantidad de incendios y hubo muy pocas bajas. De la misma manera que en 1969 tampoco se produjeron saqueos ni robos a la propiedad.
 
A diferencia del Cordobazo no se tomó el centro sino la periferia y zonas perfectamente conectadas entre sí que abarcaron más de 500 manzanas, la policía casi no pudo intervenir y sólo comenzó a actuar por la tarde evitando choques frontales.
 
De la represión participa un grupo de elite de la Policía Federal traído de Buenos Aires, "la Brigada Antiguerrillera" al mando del siniestro comisario Villar, viejo enemigo del pueblo que utilizaba una violencia especializada y concentrada con motos, tanques, etc., para desarmar las barricadas.


No obstante, también resultaron impotentes para contener la bronca popular y al atardecer ocuparon la ciudad los militares paracaidistas al mando del general Alcides López Aufranc.


Desenlace de la sublevación y fin de la Revolución Argentina

Por la noche, Uriburu felicitó a los efectivos de la Policía Federal por su eficiencia en la tarea de "desalojar a la víbora del barrio Clínicas", clásica área de residencia estudiantil y uno de los epicentros de las luchas de todo ese período.
 
Finalmente Levingston le pidió la renuncia a Uriburu, quien se retiró de la provincia sin poder cortar ninguna cabeza de víbora, ni de animal alguno. El diario La Voz del Interior haciendo gala del humor cordobés publicó al día siguiente de la renuncia del "Conejo" Uriburu una caricatura de una serpiente satisfecha luego de haberlo devorado. 

El 23 de marzo de 1971 el comandante en jefe del Ejército, general Alejandro Agustín Lanusse, remplazó a Levingston y bajo su gobierno las tropas del Tercer Cuerpo de Ejército tomaron por asalto las fábricas Concord y Materfer para desmantelar los gremios combativos de Sitrac y Sitram y encarcelar a "El Gringo" Tosco y los principales dirigentes. 

Tiempo después, otras puebladas incendian la patria, tocando ahora el turno a Cipoletti en Río Negro, Orán en Salta y Casilda en Santa Fe. Entre el Cordobazo y 1972 estallaron al menos 13 insurrecciones en ciudades del interior del país. En varias de ellas junto a obreros y estudiantes manifestaban activa y públicamente su repudio al régimen militar incluso sectores de las elites locales. 

Jaqueado por puebladas y guerrillas que crecen y se expanden a lo largo y ancho del país y se rebelan contra la opresión y los proyectos del imperialismo, Lanusse convoca a elecciones, para asegurar una retirada en orden de los militares y un traspaso ordenado del gobierno a las autoridades civiles.

Lanusse estaba perfectamente consciente de que no iba a haber ningún modo de alcanzar esa meta sin tener en cuenta a Juan Perón. Por lo tanto, resolvió abrir la puerta a los peronistas. Entonces no tuvo más remedio que convocar a elecciones para el 11 de marzo de 1973 y aceptar la derrota del proyecto dictatorial, elitista, antinacional y antipopular.

El Viborazo fue una rebelión popular y un jalón muy importante en la larga resistencia iniciada en 1955 y que culminaría en 1972 con el regreso de Juan Perón a la Patria, el peronismo aglutinando a todo el pueblo, el intento de la izquierda peronista de convertirse en vanguardia del Movimiento, el triunfo electoral de 1973 y las Fuerzas Armadas retirándose repudiadas de la Casa de Gobierno.
 
Escribe Blas García (participó como militante de la JP en el Viborazo)

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01-08-2025 / 10:08
El dólar oficial subió 55 pesos y cerró a $1380. El salto se dio a pesar de la disparatada suba de las tasas, las intervenciones en el mercado de futuros, la baja de las retenciones y el anuncio del desembolso del FMI. Ya empezaron a circular nuevas listas de precios con subas del 9%. Atónito, Luis "Toto" Caputo solo atinó a decir que "era esperable" y Javier "el Loco" Milei insólitamente acusó a la vice presidenta Victoria Villarruel.
 
El dólar no trepó por la incertidumbre económica, ni por la licuadora encendida, ni por los despidos, ni por la miseria planificada: subió, según el prescindente Milei, porque Villarruel abrió el Senado. Sí, abrir el Congreso, para el funcionamiento democrático, sería ahora un acto golpista, un ataque fiscal, una amenaza monetaria. El delirio paranoico de Milei no descansa.
 
La escena ocurrió en Neura, el set donde el prescindente se sienta a filosofar con la economía nacional como si fuera un pizarrón de secundaria: garabatos, triángulos, y esa verborragia loca que intenta disimular un modelo económico anarco capitalista, que no se aplicó en ningún lugar del mundo, y que aquí se cae a pedazos.
 
En el set, Milei desempolvó su libreto favorito: culpar a todos, menos a sí mismo. Esta vez, la elegida fue su propia vicepresidenta, a quien señaló por permitir una sesión parlamentaria. El delito: que el Congreso sesione. El crimen: que la oposición gane.
 
"La traidora generó ruido y habilitó una corrida", soltó sin pestañar el desquiciado. El dólar blue ya había explotado, los precios volaban, los mercados no confiaban ni en su sombra, pero el responsable era Villarruel por dejar que la democracia funcione. Para Milei, abrir el Senado es tan desestabilizador como un golpe de Estado.
 
Mientras los argentinos miran los precios cambiar todos los días, el prescindente se entretiene redibujando su "triángulo de hierro" de poder. Esta vez, con Santiago Caputo como el maquiavelo de los zócalos, Karina "la Recaudadoras" Milei como emperatriz repostera sin cargo, y Guillermo Francos como el telefonista de lo imposible. Todo pasa por él, dice Milei.
 
La economía está en terapia, la política institucional colapsa, y él sigue aferrado a una lógica de meme presidencial: si el Congreso sesiona, los mercados lloran; si la oposición legisla, el dólar salta; si alguien no obedece, es traidor. El enemigo es cualquiera que no lo aplauda. Incluso su propia compañera de fórmula.
 
Lo más absurdo: mientras culpa a Villarruel de "romper el equilibrio fiscal", admite que él mismo y su equipo "armaron un bolsón de liquidez". Es decir, tiraron plata al mercado y se indignan porque el mercado respondió como mercado. Pero mejor que el culpable sea otro.
 
En un país donde el Estado se achica para el pueblo pero crece en blindajes para el poder económico, Milei sigue creyendo que todo lo malo viene de afuera: del Congreso, de la "casta", de los traidores internos. Nunca de su propio desgobierno. Nunca de las consecuencias de su "modelo" de beneficiar solo a los más ricos, la oligarquía terrateniente, y fundir a los sectores populares.
 
La Opinión Popular
 

31-07-2025 / 11:07
Un video grabado con cámara oculta en Nueva York muestra al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, ofreciendo su influencia política a Tim Ballard, exagente acusado de abuso y trata. El ministro le promete contactos con jueces, legisladores y periodistas para limpiar su imagen en Argentina. La oposición reaccionó con dureza. "Debe renunciar o enfrentar juicio político", exigieron Esteban Paulón, Mónica Fein y Maximiliano Ferraro. "Un escándalo que exhibe tráfico de influencias y violación de la Ley de Ética Pública", señaló este último. El Gobierno de Javier "el Loco" Milei aún no emitió respuesta oficial.
 
El video generó un fuerte impacto político. En las imágenes se escucha al ministro asegurar que puede "armarle algo lindo" a Ballard con ayuda de periodistas y que está dispuesto a revisar un proyecto de ley "a medida" antes de enviarlo al Congreso. También menciona la posibilidad de conseguirle reuniones con jueces y legisladores, comprometiendo la institucionalidad del Ministerio de Justicia. ¿A qué se refería el ministro de Justicia? Posiblemente a que Patricia Bullrich había bloqueado un encuentro con Milei después de denunciar que Ballard -que se presenta como un exagente de inteligencia que se dedica a perseguir la trata de personas- es, en realidad, "un abusador" con 23 denuncias en su contra.
 
El 22 de febrero pasado, Milei, de traje y corbata azul, se paró frente al auditorio de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) y dijo que ese día estaban haciendo historia. Habló de los males del Estado omnipresente y de la civilización. Cuando terminó su discurso, posó para una foto con Ballard. "Tuve una gran conversación con Javier Milei de Argentina. Regresaré a la Argentina esta semana con él y su equipo", escribió en su Instagram. Aparentemente, ese regreso no fue tal como lo había planeado Ballard, y la responsable fue la ministra de Seguridad.
 
Milei y La Libertad Avanza (LLA) conocen hace tiempo la historia de Ballard. Gran parte de esta trama está narrada en El arca de Milei, el libro de Valeria Di Croce. En 2023, después de las PASO, Milei y Victoria Villarruel se reunieron con Eduardo Verástegui, que acababa de estrenar la película Sound of Freedom (Sonido de libertad), que cuenta la historia de Ballard y es considerada una pieza de propaganda de la extrema derecha. La dupla presidencial firmó entonces un acta compromiso para erradicar la trata sexual infantil y el tráfico de órganos de niños y adolescentes. Ya la habían firmado Donald Trump (Estados Unidos) y Nayib Bukele (El Salvador).
 
Ballard ya había caído en desgracia. En junio de 2023, la ONG que él mismo había creado, Operation Underground Railroad (OUR), informó que ya no pertenecía a la entidad. En ese momento se habló de que siete mujeres lo denunciaban por abusos. También fue expulsado de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Ballard siguió impulsando otros grupos que le sirvieron como carta de presentación. Es parte de la fundación Aerial Recovery, que en marzo de este año firmó un convenio marco con el procurador general de la provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand, lo que le habría dado la posibilidad de inmiscuirse en algunos operativos.
 
La Opinión Popular
 

30-07-2025 / 10:07
En la demanda colectiva por la criptoestafa que tramita en los tribunales de Nueva York, Javier "el Loco" Milei fue acusado de haber realizado "una declaración promocional altamente engañosa" que fue "estratégicamente planificada para dar a $LIBRA una falsa apariencia de legitimación en el momento del lanzamiento del token", en la que cayeron "decenas de miles de consumidores razonables".
 
El texto señala que "el proyecto de inversión" que el tuit del presidente del 14 de febrero asociaba a la criptomoneda "era falso". El posteo decía que el propósito era fondear y así impulsar pequeños emprendimientos. Involucran así a Milei en la denuncia colectiva que se tramita en EE.UU. por el caso $LIBRA.
 
El expediente civil que tramita en el juzgado de Jennifer Rochon apunta a Hayden Davis, creador de $LIBRA, y a su empresa Kelsier Ventures; a Julian Peh y su firma Kip Protocol, que participaban del desarrollo del supuesto proyecto; y a Benjamin Chow, exCEO de Meteora, la plataforma utilizada.
 
Milei no figura entre los demandados por el momento porque mientras sea jefe de Estado goza en Estados Unidos de inmunidad. Pero a largo plazo podría extenderse el reclamo hacia a él. El hecho de que el mandatario sea mencionado en el escrito parece ser un mensaje del estilo de: "alguien, sea Davis o Milei, u otro, nos tiene que devolver lo perdido".
 
La afirmación que compromete al Presidente es parte de un planteo donde los estudios que representan a los demandantes, Burwick Law y Hoppin Grinsell, piden que se mantenga el congelamiento de 57,654,371 millones de USDC (dólar cripto, que equivale al dólar billete) "junto con cualquier otro producto de $LIBRA retenido en dos billeteras de criptomonedas específicamente identificadas" que son "LIBRA Wallet 1 y LIBRA Wallet 2".
 
Le solicitan específicamente una medida cautelar que inmovilice los activos hasta el final del juicio, para garantizar la eventual restitución de lo que alegan haber perdido. "Cuando decenas de miles de inversores perdieron más de 280 millones de dólares en un fraude coordinado de criptomonedas", solicitaron las facultades de este Tribunal para preservar el producto de dicho fraude.
 
Los demandados (por Davis y Chow, que se presentaron en la causa) ahora piden a este Tribunal que mire hacia otro lado y "que trate los activos digitales que se mueven con solo pulsar un botón a través de redes anónimas, como si fueran dinero en efectivo guardado a salvo en una bóveda de un banco", dice el escrito.
 
La denuncia en Nueva York refuerza la hipótesis de que la promoción de LIBRA por parte de Milei no fue inocente. Según los demandantes, el presidente habría utilizado su investidura para legitimar LIBRA, participando en la estafa.
 
La Opinión Popular
 

29-07-2025 / 09:07
Disparos para mutilar, el método de Patricia "Chaborra" Bullrich. Jonathan Navarro, un trabajador de 33 años del municipio de San Martín, el 12 de marzo se convirtió en víctima de la brutalidad desatada por el protocolo antipiquetes de Bullrich. Un estudio realizado por expertos del colectivo Mapa de la Policía identificó al autor del disparo que dejó ciego de un ojo a un asistente a la marcha por los jubilados. Es un prefecto que le apuntó a la cabeza a solo 5 metros. Al mismo tiempo, un gendarme casi mata de un granadazo al fotógrafo Pablo Grillo. La superposición de casos revela que hubo una orden del ministerio de Bullrich.
 
Mientras intentaba socorrer a dos jubilados que caían durante una represión frente al Congreso Nacional, un disparo de posta de goma le destrozó el ojo izquierdo de Navarro, dejándolo ciego de por vida. Este no es un caso aislado, sino el resultado directo de una política represiva que convierte a las fuerzas de seguridad en instrumentos de terror lubertario, bajo la mirada cómplice de una ministra que prioriza el autoritarismo sobre los derechos humanos.
 
Gracias a una reconstrucción audiovisual liderada por organizaciones de derechos humanos, se identificó al responsable: un agente de la Prefectura Naval Argentina (PNA). Imágenes del centro de monitoreo urbano y testimonios de manifestantes desenmascararon al agresor, cuyo rostro ya está en manos de la Justicia.
 
Sin embargo, el nombre sigue en secreto, y la causa se arrastra en un laberinto judicial que evidencia la negligencia deliberada del sistema. En más de cuatro meses, el expediente ha pasado por tres juzgados y varias fiscalías, hasta recalar en el juzgado federal 12, subrogado por Ariel Lijo, gracias a la intervención de la jueza Karina Andrade.
 
Todo por un hecho que involucra a una fuerza federal y al infame protocolo de Bullrich. Navarro, quien complementaba su ingreso con changas de albañilería para sostener a su familia, hoy enfrenta un futuro truncado. Dos operaciones no han devuelto su visión ni su capacidad para levantar peso, pero su espíritu no se doblega.
 
La narrativa oficial hablaba de supuestos "barrabravas". Curiosamente, el gobierno identificó a 29 supuestos violentos en tiempo récord, pero no al agente que le arrancó la vista. ¿Casualidad? Más bien, una estrategia para encubrir la violenta represión desmedida. El protocolo antipiquetes de Bullrich, lejos de garantizar orden, continúa sembrando violencia y miedo.
 
Su obsesión por silenciar protestas pacíficas ha convertido a ciudadanos como Navarro en blanco de balas, mientras el Ministerio de Seguridad protege a los culpables con burocracia y dilaciones. La imagen del agresor está en la Justicia, pero la impunidad pareciera asegurada si dependiera de esta gestión. Bullrich no solo falló en su deber de proteger; ha diseñado un sistema que premia la brutalidad y castiga a los inocentes.
 
La Opinión Popular
 

28-07-2025 / 08:07
La economía sigue presentando signos alarmantes para Javier "el Loco" Milei. El Fondo advirtió que la situación de las reservas monetarias es crítica. Una forma de prevenir al Gobierno libertariano que está con la soga al cuello, y que quienes regulan el apriete son precisamente ellos.
 
Entre mediados de abril y comienzos de mayo se fugaron 5400 millones de dólares. En interpretación básica, son el 44 por ciento del último préstamo del organismo de control geopolítico al que un cinismo, supremo, pretende como entidad de asistencia financiera.
 
Siempre muy apartado de las inquietudes cotidianas, otros siguen siendo los números que importan entre quienes "la macro" significa una ajenidad absoluta. Las ventas en supermercados y mayoristas, de acuerdo con los indicadores más recientes, cayeron en junio un 6,4 por ciento cada una.
 
La pérdida del poder adquisitivo y el aumento del desempleo son los factores elementales que explican la cuestión, por si hiciera falta apuntar una perogrullada que, de tan manifiesta, da pudor señalarla.
 
Como el año pasado fue muy malo, se esperaba que, a esta altura, las estadísticas comenzaran a jugar a favor. No ocurre. La consultora Scentia, una de las más respetadas del mercado, explica otra obviedad. Los patrones de compra se orientan al control del gasto y la elección de lo estrictamente necesario.
 
Es un acostumbramiento al ajuste, sin chances de mejora a la vista, que no tiene contrapartida en esperanzas opcionales. Las encuestas que encarga el propio Gobierno revelan un descenso en la popularidad de Jamoncito, cuya imagen negativa está en alrededor del 50 por ciento.
 
Por las dudas, el Fondo advirtió en rango oficial que la situación de las reservas monetarias es extremadamente crítica. Vaya. Directa manera de prevenir que estamos con la soga al cuello, y que quienes regulan el apriete son precisamente ellos.
 
Recordemos, ante todo, que el lobby corporativo lo preside Facundo López Minujin, el CEO local del JP Morgan. Es decir: la entidad que comanda cómo se establece el riesgo-país.
 
Sin ningún subterfugio, le reclaman a Argentina la eliminación de restricciones cambiarias para girar dividendos. Avanzar urgentemente en las reformas laboral e impositiva. Encontrar las garantías institucionales, y acuerdos, para que el actual modelo perdure y evite la generación del "efecto péndulo", quedando "a salvo" del retorno a políticas regulatorias.
 
Falta saber aquello de lo que nadie tiene ni la menor idea: si la reacción social y política despertará antes de que las consecuencias sean peores.
 

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