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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 01-09-2010 / 21:09
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL DE LOS ÚLTIMOS DÍAS. KIRCHNER VS. CLARÍN Y LA NACIÓN, LOS K PELEAN CONTRA LA REALIDAD

Con la “historia oficial” sobre Papel Prensa, a Kirchner, se le escapó la tortuga

Con la “historia oficial” sobre Papel Prensa, a Kirchner, se le escapó la tortuga
Kirchner está convencido de que perdió las elecciones de 2009 por culpa de Clarín y cree que, si se tiene que retirar derrotado del poder en 2011, Clarín lo va a hacer meter preso por las denuncias de corrupción, como a Carlos Menem.
El escabroso contrapunto entre el kirchnerismo y los dos conglomerados mediáticos más fuertes del país fue la noticia de la semana. Alegando supuestos delitos de lesa humanidad, los Kirchner pretendieron quedarse con la empresa Papel Prensa, para premiar a los medios "amigos" que subvenciona o los del Estado que ellos administran y excluir a los críticos. La artimaña zozobró 48 horas después, porque la historia oficial que los K expresan sobre los periodistas y la prensa no se lo traga nadie; ni siquiera ellos mismos.
 
Las contradicciones del informe, la falta de evidencias, la negativa inmediata de varios mencionados en la "historia oficial", la desaprobación de importantes empresarios a confirmar con su presencia una fábula que les sonaba equívoca y la inquietud que se creó en varias embajadas importantes, obligaron a los K a pisar el freno y parar el "linchamiento" de los directivos de Clarín y La Nación.

El problema no es el papel para los diarios, sino la pauta publicitaria. A ningún medio la falta el papel, pero varios han dejado de existir por falta de pauta publicitaria del Estado, como recientemente le ocurrió al diario "Crítica de la Argentina". Y esto no lo manejan Clarín y La Nación, sino que lo manipulan Néstor y Cristina Kirchner.


De la redacción de La Opinión Popular

"Historia oficial" sobre Papel Prensa

El empresariado hurtó el cuerpo, al igual que muchos gobernadores, y apenas un poco más que la flor y nata de los embajadores. Y escoltada exclusivamente por partidarios k, Cristina de Kirchner capitaneó un show para hablarle al país.
 
Por cadena nacional, informó de las consecuencias de una pesquisa teatralmente titulada "La verdad", que condujo el inefable Guillermo Moreno, en una investigación de dudosa objetividad y legalidad, lejos de las formas que tiene la Justicia para garantizar los derechos de los acusados.
 
Así, el kirchnerismo imputó a los dueños de los diarios "Clarín" y "La Nación", compradores de Papel Prensa en 1976, de "complicidad" con la dictadura, de haber "extorsionado" a la familia de David Graiver -muerto en un accidente en México ese mismo año- para que vendiera las acciones de esa empresa a un precio vil, bajo presión de los compradores o, como afirmaron el canciller Héctor Timerman y Osvaldo Papaleo, en una mesa de torturas.
 
Lo cierto es que el comportamiento de los grandes medios, como Clarín y La Nación, durante la dictadura en 1976, fue complaciente con el Gobierno militar.
 
Del mismo modo que Cristina y Néstor Kirchner, en lugar de defender los derechos humanos cuando eran avasallados en 1976, se dedicaron a enriquecerse aprovechando una ley confiscatoria de la dictadura. Ni Clarín, ni La Nación, ni los Kirchner estuvieron al frente de la lucha contra la dictadura militar.
 
No sabemos todo lo que hicieron los dueños de los multimedios durante la dictadura, pero maliciamos que unos querubines no son. Pero haber hecho negocios en esos tiempos no los convierte en represores.
 
De igual manera que los Kirchner hayan utilizado una norma de la dictadura para embargarles casas a deudores en apuros económicos y beneficiarse con ello, tampoco significa que sean represores.
 
Porque una cosa es criticar una conducta reprochable, y otra cosa muy distinta es acusar a los dueños de medios como Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre de haber participado activamente de la tortura y la represión.
 
Quedó en evidencia que Néstor y Cristina remueven en los años del genocidio militar para usar lo que encuentren para ensuciar disidentes, opositores o enemigos.
 

Refutación de los multimedios

 
Inmediatamente, los multimedios aludidos publicaron entrevistas al hermano del accidentado Graiver, Isidoro Graiver y a Gustavo Caraballo, ex embajador argentino ante la UNESCO, y María Sol Graiver, hija de David, en las que éstos destruyeron el intento kirchnerista de vincular la venta de Papel Prensa "con la represión de la dictadura" y confirmaron el carácter lícito de la operación.
 
Graiver y Caraballo aseveraron que jamás Lidia Papaleo de Graiver, esposa de David, que en 1977 fue detenida, torturada y mantenida en cautiverio, vinculó su detención con las presuntas maniobras de Papel Prensa, cuya venta se había realizado el año anterior. La misma Lidia Papaleo manifestó, ante el fiscal de La Plata, que se encontraba en libertad al transferir la empresa.
 

¿Quienes eran los Graiver?


Lo real es que, en 1976, los Graiver eran unos empresarios picaros que se pasaban de "vivos", banqueros muy "rápidos" que negociaban con los militares y le manejaban el dinero de los secuestros al grupo Montoneros. Terminaron mal, hostigados por ambos.
 
Así fue secuestrada por la dictadura, varios meses después de la venta de Papel Prensa, la familia Graiver sometiéndola, a todo tipo de vejámenes. Y los Graiver transitaron por la tortura no por su vínculo político sino por la exigencia de los militares de encontrar el dinero que Born había pagado por su secuestro a los Montoneros.
 
En un escrito, Isidro Graiver enfatizó en las presiones soportadas por el grupo Graiver por parte de la organización Montoneros, que le había entregado 17 millones de dólares en custodia a David Graiver para que los blanqueara e invirtiera, fruto del secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born, en septiembre de 1974.
 
Los guerrilleros exigían el reintegro de los recursos que administraban los Graiver, porque creían que el banquero no había muerto en el accidente aéreo, en agosto de 1976, sino que había huido con todo el dinero.
 
Durante 34 años se consideró que esa coacción de los guerrilleros habría influido en la necesidad que tenían los Graiver de vender rápidamente las empresas, más que la fantasiosa historia, plagada de errores y falsedades, del kirchnerismo, sobre la venta, bajo presión y torturas, de Papel Prensa.
 
La maniobra de acusar por delitos de lesa humanidad a los dueños de los multimedios y no prever que habría alegatos y pruebas en contra, como los de Isidoro y María Sol, dejaron la "historia oficial" en el bochorno y desmontada en menos de 48 horas.
 
Es indudable que Néstor Kirchner dejó pasar la oportunidad y cometió un error imperdonable. Como dijo Maradona: "se le escapó la tortuga". Justo cuando venían subiendo de a poco en las encuestas.
 

Los K pisan el freno


La maniobra pensada por los K se frustró, porque el kirchnerismo especulaba intervenir la empresa, para separar a los accionistas privados y que algún juez, como Oyarbide, enviara a prisión al CEO de Clarín, Héctor Magnetto, y al director de La Nación, Bartolomé Mitre, por delitos de lesa humanidad.
 
Lo que se encaminaba a ser un "episodio revolucionario" contras las "siniestras" corporaciones monopólicas, que motivara y movilizara a la "tropa propia" para ganar las elecciones en 2011, terminó en una denuncia judicial que llevará mucho tiempo investigar y en un proyecto de ley de incierto destino en un Congreso que los K no controlan más.
 
Las contradicciones del informe, la falta de evidencias, la negativa inmediata de varios mencionados en la "historia oficial", la desaprobación de importantes empresarios a confirmar con su presencia una fábula que les sonaba equívoca y la inquietud que se creó en varias embajadas importantes, obligaron a los K a pisar el freno y parar el "linchamiento" de los directivos de Clarín y La Nación.



Faltaron tantos que ...


Parafraseando a Macedonio Fernández, podemos decir que "esta vez faltaron tantos que, si faltaba uno más, no entraba".
 
El vacío de la embajadora de EE.UU., Vilma Martínez, y la ausencia casi total de empresarios (los presentes se contaron con los dedos de una mano) manifestó un duro golpe a la capacidad kirchnerista de someter voluntades.
 
Durante toda la semana, el secretario de Comercio Guillermo Moreno había ejercido presión sobre los empresarios para que asistieran al acto presidencial. El resultado fue demasiado exiguo. Las arbitrariedades por Fibertel, los bloqueos a las plantas de Siderar y la embestida por Papel Prensa, marcaron un límite en el ánimo de los empresarios.
 
El faltazo de los patrones de la UIA y la AEA, y el cambio de conducta que significó el comunicado de la UIA, la entidad políticamente más importante del empresariado, dado a conocer una hora y media antes del acto central, marcó un antes y un después en la tradición de sometimiento de los empresarios con el poder oficial. Minutos después, la Cámara de la Construcción, de Enrique Wagner, decidió no concurrir y la mayoría de los banqueros de Adeba tomaron igual camino. Dicen que "el capital es cobarde", pero esta vez se plantó.
 
Por su parte, el canciller Timerman viajó a Washington para informar lo que haría el Gobierno y buscar apoyo. Pero Vilma Martínez, la embajadora yanqui en Buenos Aires, no concurrió al show que montó la Casa Rosada después de recibir un llamado del Departamento de Estado.
 
Un portavoz de esa misma oficina, por primera vez en los ocho años de kirchnerismo, hizo público el interés de EE.UU. por el destino de la libertad de prensa en nuestro país. Timerman replicó a Washington que la libertad de prensa escasea en EE.UU., donde habría periodistas detenidos.


El problema no es el papel, sino la pauta publicitaria

Con una retórica agresiva y su estilo autoritario que nos recuerda a los setentas, pero no a la gloriosa JP, sino al gobierno de Isabel Perón, los Kirchner parecen resuelto a romper definitivamente las escasas relaciones que todavía pueden ligarlos con los sectores medios argentinos, y que necesitan imperiosamente para ganar en la segunda vuelta en 2011.
 
Kirchner ha resuelto instalar su candidatura en contra de los funestos pronósticos de todas las encuestas, y nadie tiene dudas que detrás del proyecto sobre el papel para los diarios se esconde la intención de los K de controlar la prensa, como una pieza clave en su estrategia electoral para el 2011.
 
El control de la información y la buena marcha de la economía son los elementos que tienen los pingüinos para esconder el hartazgo político de importantes sectores sociales, de la clase media urbana y rural, con ellos.
 
Kirchner dice que pelea contra los poderes monopólicos, pero lo único que busca, como ya lo mostró en su provincia y en el resto del país, es quitarle poder a la prensa independiente que no se somete a sus designios de perpetuarse en el poder.
 
Lo cierto es que Kirchner está convencido de que perdió las elecciones de 2009 por culpa de Clarín y cree que, si se tiene que retirar derrotado del poder en 2011, Clarín lo va a hacer meter preso por las denuncias de corrupción, como a Carlos Menem.
 
Pero el problema esencial no es el papel para los diarios, sino la pauta publicitaria. A ningún medio la falta el papel, pero varios han dejado de existir por falta de pauta publicitaria del Estado, como recientemente le ocurrió al diario "Crítica de la Argentina". Y esto no lo manejan Clarín y La Nación, sino que lo manipulan Néstor y Cristina Kirchner.
 
De la redacción de La Opinión Popular

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13-08-2025 / 10:08
La oposición en la Cámara baja dio un paso clave para destrabar la comisión investigadora del Criptoescándalo. A pesar de las dilaciones del oficialismo y sus aliados, el megabloque opositor -integrado por Unión por la Patria, Democracia para Siempre, Encuentro Federal, la Coalición Cívica y la izquierda- logró imponer un dictamen de mayoría en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Peticiones, Poderes y Reglamento, con el objetivo de romper el empate que paralizó el funcionamiento del cuerpo.
 
Las modificaciones al reglamento deberán revalidarse en la próxima sesión de Diputados, que podría ser el 20 de agosto. Ese día se debatirán también los proyectos impulsados por los gobernadores. Los libertarios acusaron a la oposición de montar un "show político" en plena campaña electoral.
 
A cuatro meses de su creación, la comisión investigadora por la estafa del Libragate salió del coma inducido por el oficialismo. Diputados de la oposición lograron quebrar la parálisis que frenaba el avance sobre uno de los mayores escándalos de la gestión libertaria: La estafa promocionada por el presidente Javier "el Loco" Milei desde su cuenta de X la noche de San Valentín.
 
La iniciativa, tratada en un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Peticiones, Poderes y Reglamento, obtuvo 38 firmas sobre 66 y permitirá destrabar la presidencia del cuerpo, un paso clave para poner en marcha la investigación. Una vez más, la oposición debió recurrir al camino del emplazamiento para forzar que las comisiones presididas por el oficialismo y el PRO trataran la moción.
 
La propuesta, impulsada por el diputado de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, modifica el reglamento con el que se creó la comisión e incorpora que, en caso de empate, las autoridades deberán surgir de los bloques que concentren la mayoría en el pleno de la Cámara de Diputados.
 
La vicepresidencia quedará para el otro miembro propuesto para la presidencia -es decir, un representante del oficialismo-, mientras que la secretaría será asignada a un integrante propuesto por el conjunto de bloques o interbloques que hayan respaldado al presidente designado.
 
Si el dictamen logra su aprobación en el recinto, la presidencia de la comisión quedará en manos de la diputada de Unión por la Patria, Sabrina Selva -propuesta por los 14 integrantes del bloque opositor-, mientras que la vicepresidencia será para el libertario Gabriel Bornoroni.
 
Selva anticipó que buscarán "avanzar para que la comisión empiece a funcionar con todas las facultades con que fue creada, porque la facultad de investigar no prescribe y el deber de control del Congreso tampoco".
 
Durante su intervención, la diputada advirtió que el titular de la Oficina Anticorrupción, Alejandro Melik; la responsable de la Unidad de Tareas de Investigación (UTI), María Florencia Zicavo -disuelta por el propio Gobierno-; y la secretaria de la Presidencia, Karina Milei, deben dar explicaciones al Congreso.
 

12-08-2025 / 09:08
Los cuentos infantiles clásicos condensan el alma humana. En Pinocho, escrito por Carlo Collodi, el carpintero Geppetto crea un muñeco de madera que sueña con un ser un niño de verdad. Un día aparece un hada mágica que le da vida al muñeco y le dice que terminará de transformarlo en un niño si es sincero, valiente y desinteresado. Se sabe que Pinocho empieza a mentir y su nariz a crecer. El presidente Javier Milei brindó una nueva cadena nacional el viernes. Si por cada mentira que dijo le creciera un poco la nariz, el mandatario podría dedicarse a interpretar a Cyrano de Bergerac todos los fines de semana en algún teatro.
 
Milei defendió de ante mano la decisión de vetar los proyectos que Diputados aprobó en la semana, si es que el Senado las transforma en leyes. Repitió los dogmas a los que está aferrado, al menos en el discurso. Mintió diciendo que los salarios le ganaron a la inflación. Dijo que la única forma de financiar la mejora de las jubilaciones, el Hospital Garrahan y la emergencia en discapacidad es aumentar impuestos. "Eso atenta contra la inversión y creación de empleo", dijo, repitiendo otro dogma que ha sido decenas de veces desmentido.
 
Los números: en diciembre de 2023, al finalizar el gobierno de Alberto Fernández, el país tenía muchos problemas, pero el desempleo estaba en 5,7 %. Era uno de los más bajos de las últimas dos décadas. En el primer trimestre de 2025, según el Indec, la tasa de desocupación llegó al 8 %. Milei le bajó impuestos a los más ricos. Eso -una vez más- no se tradujo en inversión productiva sino en fuga de capitales. Los sectores privilegiados especulan en la bicicleta financiera, compran los dólares que Milei le pidió al FMI y los sacan del país. Esa deuda después la tendrá que pagar todo el pueblo argentino. Lo demás es otra mentira de "Pinocho" Milei.
 
El presidente habló del impuesto a las "Ganancias" que pagan los trabajadores que tienen mejores ingresos. Es raro que lo haya mencionado. Él lleva 18 meses tratando de que se apruebe en el Congreso el proyecto que revierte la Ley de Impuesto a las Ganancias que hizo que más de un millón de trabajadores dejaran de pagar ese tributo en el final del gobierno de Alberto. Es decir, Milei quiere que lo vuelvan a pagar.
 
En la cadena reiteró su mantra de que la inflación es sólo un fenómeno de emisión monetaria y que el dólar no tiene ninguna influencia. Si el dólar no influye, ¿por qué la inflación de la Ciudad de Buenos Aires fue de 2,5% en julio; si había sido de 2,1 en junio y del 1,6 en mayo? ¿Por qué aumentó en estos meses? El peso se devaluó. A principios de mayo el dólar oficial estaba en $ 1107 y este viernes ocho de agosto cerró a $ 1335.
 
Si el valor del dólar no tiene nada que ver con los precios, ¿por qué el presidente le pidió US$ 20.000 millones al FMI? ¿Por qué permite que se compren bienes por hasta U$S 100.000 sin que haya que explicar el origen de los fondos? Mientras tanto, los supuestos paladines de la lucha contra el narcotráfico y el lavado de dinero, entre ellos la embajada de Estados Unidos, hacen silencio. Otra prueba de que la "batalla" contra estos delitos es sólo un instrumento político.
 
El gobierno intentó aplicar estos días una receta política que parece estar perdiendo efectividad. El argumento de que quienes apoyaron estas leyes son "funcionales al kirchnerismo". La fórmula sirvió durante mucho tiempo para asustar a un sector de la dirigencia política que pensaba que quedar "pegado" al kirchnerismo era piantavotos porque traía aparejado el maltrato de los medios hegemónicos. Pero, como dice la canción de Luis Fonzi, nada es para siempre. Las encuestas muestran que hay más antimileismo en la sociedad argentina que antikirchnerismo.
 
En el cuento de Collodi, Pinocho corrige su conducta. Deja de mentir. El hada cumple su promesa y lo transforma en un niño de verdad. Lo que la Argentina necesita es un presidente de verdad. Y el hada buena no es un bichito con alas de color azul. Es el voto popular.
 
Por Demián Verduga 
 

11-08-2025 / 08:08
La goleada sufrida por el oficialismo en Diputados, la marcha de San Cayetano y la foto de Javier "el Loco" Milei banalizando el Nunca Más son tres episodios confluyentes para, en buena medida, ratificar preguntas que continúan sin respuestas certeras. Los une un clima políticamente agitado que, en parte, es lógico porque se corresponde con el tiempo pre-electoral; pero también se trata de que van acercándose definiciones, capaces de reperfilar el mapa de las fuerzas en pugna. Hacia dónde, es lo que no se sabe.
 
Las doce derrotas libertaristas en la Cámara Baja, consecutivas, fueron el golpe parlamentario más duro en lo que va del Gobierno. Resultó múltiple y no es ocioso recordarlo porque, además de la media sanción para el financiamiento a las universidades y al Garrahan, se voltearon cinco decretos desregulatorios; se resolvió debatir los proyectos de reparto de fondos, que impulsan los gobernadores, y se aprobó emplazar a las comisiones para que no cajoneen la investigación del caso $Libra.
 
Esto último es lo que más inquieta en Casa Rosada porque reaviva la potencia de un tema, la cripto-estafa, que en la Justicia local se mueve a paso de tortuga. Pero en los tribunales estadounidenses, donde estas cuestiones no son joda, avanza con firmeza.
 
Por si fuera poco, se dio en simultáneo con la sorpresiva reaparición de Diana Mondino. "O no es muy inteligente o es una especie de corrupto", dijo la ex canciller en torno a Jamoncito y sus andanzas con las monedas virtuales para, encima, aceptar que puede no ser "mentalmente estable" y que, en efecto, consultaría a sus perros para tomar decisiones.
 
El hecho corroboró dos aspectos. Uno, lo que suele suceder cuando alguien -sobre todo funcionario, presente o pasado- se enfrenta a un entrevistador dispuesto a no hacerle concesiones. El otro, igual de pedagógico, lo que casi siempre acontece cuando se es tratado y despedido como si se fuese una bazofia: a la corta o larga, el basureado presentará la factura. Y si es alguien poderoso, junto con eso envía un mensaje (salvo, claro, que algún habitante de Narnia suponga que Mondino concedió esa entrevista sin saber quién la interpelaría).
 
Las votaciones en Diputados pusieron de manifiesto una certeza y un interrogante. La primera es que, incluso entre legisladores envioletados y modositos, ya se expone el hartazgo por los modos presidenciales. Y algo más que ese factor.
 
Una cosa es compartir los grandes lineamientos ideológicos de este experimento sociopático. Y otra, siquiera por vergüenza propia básica, es aceptar mansamente que se recorten fondos elementales para un hospital pediátrico de excelencia mundial.
 
Que se reprima a jubilados y gente con discapacidades. Que se deje pasar el dicho sobre los cadáveres en las calles si fuera cierto que no se llega a fin de mes. Y, quizás en primer término o a la par, que nada de todo eso sea a cambio de ver una economía en despegue.
 

10-08-2025 / 09:08
La disolución del PRO de Mauricio "el Gato" Macri en manos de La Libertad Avanza de Javier "el Loco" Milei expone el derrumbe de una derecha que soñó con décadas de hegemonía y terminó subordinada a los libertarios, en medio del avance de la investigación por la criptoestafa $LIBRA, tensiones con el Congreso, protestas en las calles y señales de que el capital político del Presindente empieza a desinflarse como una burbuja.
 
Esta semana, después de veinte años, culminó uno de los experimentos políticos que dieron pulso al primer cuarto del siglo XXI en la Argentina: el PRO. Como había pasado hace algunas semanas del otro lado de la General Paz, el "acuerdo" con La Libertad Avanza se pareció mucho a una liquidación o la adquisición hostil de una compañía por otra: el nombre, el color, la campaña, los candidatos y los laureles por el triunfo van a ser todos del gobierno de los hermanos Javier y Karina Milei.
 
El único rastro del partido que monopolizó durante 18 años el poder metropolitano y que hace menos de diez hacía ilusionar a la clase dirigente argentina con una dinastía neoliberal destinada a durar décadas, van a ser dos lugares entrables, el quinto y el sexto, en la lista para diputados nacionales, si los nombres propuestos caen bien en la Casa Rosada.
 
Toneladas de tinta y papel que teorizaron sobre el surgimiento de una nueva derecha más democrática y moderna, millones de dólares invertidos en fundaciones y vocerías, un aparato mediático abocado enteramente a la impunidad de los propios y la persecución de los otros, todo quedó rápidamente sepultado por el peso de una realidad vertiginosa.
 
El obamismo nacional, la flor y la nata de nuestra burguesía republicana, con cuadros formados en universidades de la Ivy League y una aceitada estructura de comunicación política al día con las últimas técnicas y tecnologías, terminó siendo el furgón de cola de un energúmeno desquiciado que no disimula su fascismo, un rol que no es menos patético que el que jugó la UCR para el PRO durante su breve pero fatal hegemonía.
 
El dato, en todo caso, es que hoy ese partido, que supo proyectar hegemonía, vale menos de dos diputados en CABA, un territorio que (además) todavía gobierna. Pesan, sin dudas, los errores de Mauricio Macri, que se dedicó a traicionar linealmente a todos sus posibles sucesores convencido de que Milei era más "fácilmente infiltrable" por su estructura de poder, una proyección que se avinagró demasiado pronto.
 
Sin embargo, esos errores, que pueden haber sido un desencadenante, no explican la velocidad vertiginosa de la devaluación del PRO. Eso sólo puede entenderse si asumimos que su crecimiento y hegemonía estuvieron estimulados y magnificados de manera artificial e interesada en una especie de burbuja especulativa de capital político.
 
No hay otra forma de explicar la caída del Imperio Calabrés de La Plata, una aceitada plutocracia de negocios que controló con suficiencia los tres poderes del Estado porteño durante veinte años sin que en todo ese tiempo fuera desafiado realmente por ninguna oposición, en manos de unas invasiones bárbaras encabezadas por Milei, un dirigente que carece de las aptitudes morales, intelectuales y humanas básicas para ocupar el cargo de presidente de la Nación. 
 

09-08-2025 / 10:08
Diputados rechazó cuatro decretos presidenciales, apresuró el tratamiento para rechazar tres vetos de Javier "el Loco" Milei, aprobó la emergencia en discapacidad, la emergencia en pediatría y el aumento del presupuesto universitario, encomendó la formación de la comisión investigadora de la estafa cripto con $Libra, y apresuró a las comisiones que deben dictaminar los ATN y el impuesto a las naftas.
 
El gobierno se desinfló en un día, incapaz de negociar, desubicado y lo que es peor: sin reflejos. Y Milei anunció en cadena nacional que estas medidas van contra un crecimiento de la economía, cuando la economía cayó en picada. Se opondrá a todo lo que votaron los representantes del pueblo.
 
Al mismo tiempo el peronismo consolidó su proceso de unidad, el PRO fue fagocitado por los libertarios en CABA y provincia de Buenos Aires, los radicales aparecen fragmentados en varias líneas pero una alianza de gobernadores surgió en un espacio donde es posible que se produzca un retroceso del gobierno.
 
La derrota del oficialismo puede ser sólo un traspié o la bisagra hacia una nueva reformulación de la derecha a través de los gobernadores Martín Llaryora, de Córdoba; Ignacio Torres, de Chubut; Maximiliano Pullaro, de Santa Fe; Carlos Sadir, de Jujuy; Claudio Vidal, de Santa Cruz; y Gustavo Valdés, de Corrientes.
 
Son tres radicales, un ex PRO, un ex aliado del oficialismo y un peronista cordobesista. El cordobesismo ha sido la expresión histórica de la Fundación Mediterránea, --la de Domingo Cavallo--, en esa provincia. El exgobernador Juan Schiaretti se configura como referente nacional con expectativa de ser el candidato 2027 de esa alianza. Ignacio Torres tomó distancia de un PRO en proceso de implosión y trata de organizar su armado provincial en Chubut.
 
Los radicales cordobeses aspiran a una alianza con los libertarios, como hizo Alfredo Cornejo en Mendoza. Provincias Unidas dio cobijo a los radicales referenciados en Facundo Manes y Martín Lousteau. Los demás buscan cerrar con Karina Milei. El entrerriano Rogelio Frigerio, del PRO, se hubiera sumado a Provincias Unidas, pero prefirió una alianza con los libertarios ante el temor de un triunfo del peronismo en esa provincia.
 
El peronismo superó su interna y se presenta unido, con algunos altibajos, como en Santa Fe con el sector del exgobernador Omar Perotti. Lo mismo la izquierda con el FIT, aunque en algunas provincias se presenta el Partido Obrero por separado.
 
En el centro del huracán que provocó la desaparición de Juntos por el Cambio, la absorción del PRO por la Libertad Avanza y los tropezones del gobierno, Mauricio Macri se mantuvo estático. No peleó mejores condiciones con el oficialismo en la provincia de Buenos Aires y en CABA, que fue el centro de poder del PRO. 
 

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