Entre Ríos - 21-12-2025 / 19:12
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL
El silencio cómplice de Frigerio con Milei perjudica a Entre Ríos
Lo que debía convertirse en el primer triunfo del nuevo Congreso libertario se transformó en una seria complicación y atenuó la euforia del gobierno de los Hermanos Milei, que pasó de celebrar con estrépito una victoria a advertir que había sufrido otra derrota, en ambas cámaras del Congreso y también en las calles. La media sanción que obtuvo en Diputados el proyecto de Presupuesto de ajuste resultó un tiro en el pie del programa económico, debido a que los legisladores rechazaron el Capítulo 11 que hacía caer una serie de gastos necesarios, incluidos áreas como educación, discapacidad y asignaciones familiares, pero incompatibles con la política libertaria. Rogelio Frigerio, el cómplice que apoyó todo, quedó helado.
Lo que debía convertirse en el primer triunfo del nuevo Congreso libertario se transformó en una seria complicación y atenuó la euforia del gobierno de los Hermanos Milei, que pasó de celebrar con estrépito una victoria a advertir que había sufrido otra derrota, en ambas cámaras del Congreso y también en las calles. La media sanción que obtuvo en Diputados el proyecto de Presupuesto de ajuste resultó un tiro en el pie del programa económico, debido a que los legisladores rechazaron el Capítulo 11 que hacía caer una serie de gastos necesarios, incluidos áreas como educación, discapacidad y asignaciones familiares, pero incompatibles con la política libertaria. Rogelio Frigerio, el cómplice que apoyó todo, quedó helado.
La derrota fue consecuencia de una errónea estrategia parlamentaria. El proyecto fue aprobado en general, pero la votación fue negativa para el renglón que incluía la derogación del financiamiento universitario, fondos para atender la discapacidad, el recorte de subsidios energéticos (zona fría), el pago de compensaciones a Cammesa y el giro de la cuota de coparticipación para la Ciudad de Buenos Aires (añadido a último momento para salvar la votación).
Los diputados alineados con Frigerio y los sectores que acompañan la gestión de Milei votaron a favor del proyecto: Beltrán Benedit (La Libertad Avanza), Andrés Laumann (La Libertad Avanza), Alicia Fregonese (PRO) y Francisco Morchio (Encuentro Federal / PRO-ER), Estos legisladores votaron el Presupuesto 2026 sin decir una sola palabra en su defensa, siguiendo al gobernador en su apoyo total al anarco capitalista y su nefasto experimento económico. Un silencio cómplice que perjudica a Entre Ríos. Frigerio tendrá que gestionar la provincia con menores recursos, el PRO diluido y La Libertad Avanza al acecho de la gobernación en 2027, que de momento no piensan en compartir la fórmula.
Pero el bochorno mayor fue la compra de voluntades con los ATN previo a la votación. A lo Kueider. Pero los ATN no son un premio ni deben comprar nada; son de las provincias. El Presupuesto aprobado ha generado una fuerte controversia por su impacto negativo en las arcas provinciales. Aunque el Gobierno de Milei logró el apoyo de varios gobernadores a cambio de "limosnas" en ATN, el esquema general profundiza un modelo de saqueo fiscal que recae directamente sobre el interior federal. Veamos un detalle de los puntos por los cuales este presupuesto perjudica a las provincias:
- Continua el "cepo" a la Obra Pública. El presupuesto 2026 consolida la decisión de no iniciar nuevas obras públicas con fondos nacionales. La mayoría de las provincias dependen de los giros de la Nación para infraestructura (rutas, escuelas, cloacas). El nuevo esquema traslada esa responsabilidad financiera a las provincias o al sector privado, lo cual es inviable para muchas jurisdicciones del interior. Incluso el mantenimiento de rutas nacionales carece de partidas suficientes en términos reales, lo que se traduce en accidentes y muertes.
- Siguen las transferencias discrecionales como "Moneda de Cambio". Si bien las transferencias automáticas (ley de coparticipación) se mantienen, las transferencias no automáticas (fondos discrecionales y ATN) se han convertido en una herramienta de extorsión política. El presupuesto le da a Milei un amplio margen para decidir a quién enviar fondos extras (Aportes del Tesoro Nacional - ATN). Esto obliga a los gobernadores a negociar "voto a voto" y apoyar cada ley en el Congreso para obtener fondos que antes llegaban de forma regular.
- Se profundiza el desfinanciamiento de educación y salud. Aunque el Congreso logró rechazar el artículo que derogaba la Ley de Financiamiento Universitario, el presupuesto general mantiene techos de gasto muy bajos. La eliminación definitiva de fondos que antes cubría Nación obliga a las provincias a usar recursos propios para pagar salarios docentes si no quieren que los sueldos caigan mucho frente a la inflación. Además, varias provincias (incluida Entre Ríos) mantienen el reclamo por la falta de giro de fondos para cubrir los déficits de sus cajas de jubilaciones no transferidas, un punto que el presupuesto 2026 no resuelve de manera automática. Esto obligará a mayores ajustes provinciales.
Uno de los puntos más críticos, denunciado por el entrerriano Guillermo Michel, es la Reducción de la Coparticipación en la Reforma Laboral truculenta, que no tiene nada a favor de los trabajadores y que se trata en el Senado, y afecta al presupuesto. La reducción de contribuciones patronales y cambios en el Impuesto a las Ganancias de sociedades, para beneficiar a los más ricos, implica una caída en la recaudación nacional. Al ser impuestos coparticipables, cualquier baja en su recaudación reduce automáticamente la masa de dinero que la Nación envía a las provincias. Se estima que esta reforma podría costar cerca del 0,8% del PBI, afectando directamente los fondos que reciben las provincias.
Según el ex ministro de Economía de la provincia, Marcelo Casaretto, esto "puntualmente afectaría a Entre Ríos en 80.000 millones de pesos menos para el año que viene". Esto debería inquietar a Frigerio porque es mucho más que el mísero ATN que le llegó justo antes de la votación. En la Casa Gris se ha naturalizado esa actitud como un acto "responsable" del gobernador, como si Milei pudiera usar con ese fin los ATN que son para problemas concretos y no para comprar votos. Usado de esa manera, ese mecanismo es directamente extorsivo.
En el proyecto que envió Milei a la Cámara de Senadores, y que Frigerio apoya, entre otros cambios, propone modificar la escala para el pago del impuesto a las Ganancias de las sociedades. Para los Tramos 2 y 3, se pretende pasar de una alícuota del 30% a 27% y 35% al 31,5% respectivamente. "Esta baja de alícuota impacta en una menor recaudación del impuesto y, por ende, en una reducción de la coparticipación para las provincias", alertó Michel, quien calculó que el beneficio fiscal, del 0,3% del PBI, se concentra mayormente "en solo 144 grandes empresas". Un Gobierno para los más ricos.
Milei quiere eliminar o reducir 19 impuestos a los más ricos a costa de los pobres. Son miles de millones de pesos. Y después dice que no tiene plata para las universidades ni para la discapacidad. O sea que el aumento de las ganancias de los más ricos se los saca a las universidades, a los discapacitados y también a los trabajadores que deben usar gran parte de sus bajos salarios para pagar transportes y servicios, que han aumentado desmesuradamente por la desregulación que decretó Milei. En el modelo libertario, el trabajo es una carga costosa que, piadosamente, sostienen los empresarios. A esto lo llaman "batalla cultural".
Además, el proyecto de reforma laboral de Milei prevé la creación de un Fondo de Asistencia Laboral (FAL) para afrontar indemnizaciones por despidos, que será obligatorio y se financiará con aportes de las empresas del 3% por cada sueldo de sus trabajadores, a la vez que se deducirá de las contribuciones patronales a la ANSES. Dicho de otro modo, el organismo previsional del Estado financiará las cesantías. En palabras de "Toto" Caputo, "facilitará los despidos".
Entre Ríos está -al menos por ahora- entre las provincias cuyos gobiernos cambian el voto en el Congreso por un ATN. De hecho, recibió alguno. Lo que la Casa Gris debería buscar es una negociación en serio, que todavía no logra encauzar, por la deuda de la Anses con la Caja de Jubilaciones. Frigerio sostiene que la relación institucional con Milei es óptima, no obstante, los intentos nunca se materializan. Ahora la clave está en la Corte, que tendrá que resolver, luego de que se determine cuánto adeuda la Nación a Entre Ríos.
El complicado debut del nuevo Congreso obliga a Milei a recalcular su estrategia. La Libertad Avanza enfrentó un inicio problemático en las sesiones extraordinarias, con la caída de un capítulo del Presupuesto y la postergación de la reforma laboral. El Gobierno, afectado por errores y un exceso de confianza, perdió apoyo de aliados cruciales. La estrategia de votar por capítulos resultó desastrosa, y los vínculos con el PRO y otros bloques se deterioraron. La situación evidencia que el crecimiento de bancas no garantiza éxitos legislativos. Esto puede abrir a los gobernadores la posibilidad de negociar en mejores condiciones, si hacen un frente común, porque es inocultable la resistencia social al desfinanciamiento de salud y educación. ¿Participará del mismo Frigerio? Parece difícil, le falta coraje político.
En el gobierno de Milei, que Frigerio apoya incondicionalmente, cayó la producción industrial, se redujo el número de empresas, se disparó la deuda externa, se redujo el salario real y también el mínimo, aumentó la pobreza, se acrecentó la brecha de ingresos entre ricos y pobres, empeoró la desocupación y el subempleo, cada vez es más difícil afrontar el gasto en electricidad o transporte, se desplomó el consumo de carne, bajó la venta de alimentos en supermercados, creció el endeudamiento de los hogares, subió la tasa de interés de los préstamos personales. Y cada vez será peor. ¿Podrán, Milei y Frigerio, quebrar la maldición del tercer año?
La Opinión Popular
El Presupuesto que Milei no quería
Sostiene Rafael Cortes, columnista de Misiones Online, que el gobierno libertario tensó por demás la cuerda en la votación del Presupuesto y se quedó con las manos vacías. Ahora buscará reducir daños cuando el proyecto se trate en Senadores. El equipo económico anunció una nueva modificación en la política cambiaria para alinearla al objetivo de acumular reservas, a riesgo de resignar algo en la política antinflacionaria.
El oficialismo nacional jugó a todo o nada en la votación del proyecto de Presupuesto y se quedó con casi nada. Pretendió imponer a sus aliados circunstanciales una serie de condiciones que no estaban acordadas de antemano y perdió en la votación de un capítulo clave. De resultas que lo que se proponía como un presupuesto superavitario, terminó en uno deficitario. Remató la faena con un acuerdo con el peronismo para designar representantes en la AGN, lo que enfureció al PRO, la UCR y a Provincias Unidas, que se quedaron afuera.
La votación del Presupuesto 2026 empezó a definirse mucho antes de que el proyecto se tratara en las comisiones. En cada uno de los contactos del ministro del Interior, Diego Santilli, con gobernadores y en cada llamada del presidente de la Cámara baja, Martín Menem, a dirigentes de la oposición. En la lógica del garrote y la zanahoria, solo en la primera quincena de diciembre la Nación repartió ATN por 66 mil millones de pesos, un tercio de lo disponible para todo el año.
Gracias a estas negociaciones, el Gobierno nacional se había conseguido una mayoría para sancionar un Presupuesto de ajuste, pero no tenía asegurados los porotos para aprobar todos los ajustes que pretendía, incluidos recortes en áreas sensibles como educación, discapacidad y asignaciones familiares.
Los puntos más polémicos que el oficialismo pretendía aprobar eran la derogación de las emergencias en universidades y en discapacidad, leyes sancionadas por el Congreso, luego vetadas por el Ejecutivo y reafirmadas por ambas cámaras.
Sabiendo que no tenía los números para desactivar esas leyes, los libertarios optaron por una estrategia a todo o nada. Modificaron el articulado del proyecto a efectos de concentrar en un mismo capítulo, el número XI, todos los ajustes polémicos, incluidas las mencionadas leyes, además de beneficios para algunas provincias (como la coparticipación para CABA) y financiamiento para la Justicia, (por si a algún juez se le ocurriera analizar la constitucionalidad del artículo).
Luego cambiaron la forma de votar en particular. En vez de hacerlo artículo por artículo se votaría por capítulos, forzando a los diputados a votar el paquete completo, sin posibilidades de hacer sintonía fina.
El tiro les salió por la culata, porque el intento de meter por la fuerza la derogación de dos leyes sancionadas y confirmadas por dos terceras partes del Congreso dentro de un paquete cerrado, resultó un sapo muy difícil de tragar para muchos de los aliados circunstanciales del Gobierno, que votaron el contra del Capítulo XI.
Si los libertarios hubieran seguido el procedimiento estándar, se hubieran aprobado los ajustes que estaban consensuados y los demás se hubieran rechazado, pero al meterlos a todos en el mismo paquete, se terminaron quedando sin nada.
La cólera en las filas libertarias fue tal que el presidente barajó la posibilidad de vetar el Presupuesto que él mismo había mandado, pero eso hubiera ido en contra de las exigencias del FMI y de Estados Unidos que reclaman la sanción de un presupuesto y una mayor atención a la calidad institucional.
Hasta el cierre del presente envío, se imponía dentro del Gobierno la idea de adoptar una estrategia de reducción de daños que procure, no ya derogar las emergencias en discapacidad y universidades, sino reducir el costo fiscal de estas medidas.
Es que tras la votación del presupuesto esas leyes de emergencia se convirtieron en las que ostentan mayor respaldo institucional en la historia legislativa del país: fueron sancionadas, luego confirmadas por dos tercios de ambas cámaras en rechazo al veto presidencial y finalmente respaldadas nuevamente por Diputados durante la votación del Presupuesto.
Más allá de que el Gobierno ahora tendrá que arreglárselas con un Presupuesto diferente al que diseñaron, el tropiezo del Capítulo XI reveló lo frágil del entramado de alianzas que tejió el Gobierno nacional con el amplio abanico no libertario del espectro político nacional.
Ese andamiaje precario quedó todavía más sacudido luego de la sorpresiva designación de autoridades de la Auditoría General de Nación (AGN) tras una votación entre gallos y medianoche. Había tres lugares vacantes. Tanto el PRO como el bloque de Miguel Pichetto tenían aspiraciones de quedarse con alguna de las sillas. Pero los libertarios terminaron negociando con el kirchnerismo y con el salteño Gustavo Sáenz.
En plena madrugada, cuando el recinto estaba medio vacío, Martín Menem avanzó con las designaciones en la AGN a pesar de que el asunto no estaba incluido en el temario. De la nada aparecieron en el lugar, a las 3 de la mañana, Rita Mónica Almada (LLA), Juan Ignacio Forlón (La Cámpora) y Pamela Caletti (Sáenz) que se aprestaron a jurar.
El Jefe de bloque del PRO, Cristian Ritondo, denunció que se estaba cometiendo un acto inconstitucional, porque la designación de los auditores no figuraba entre los temas de sesiones extraordinarias incluidos en el decreto de Milei. Adelantó que el PRO lo impugnará en la Justicia.
Nuevo esquema cambiario
En el plano de la economía, lo más importante de la semana fue el anuncio de un cambio significativo en el sistema de bandas que instrumenta el Banco Central para administrar el tipo de cambio.
Hasta este anuncio, la regla era que los límites inferior y superior de la banda se actualizaban mensualmente en un porcentaje fijo de 1%. A partir de ahora se moverán en igual porcentaje al que arroje el último índice de inflación disponible. Es decir que cuando se actualicen las bandas en enero, se moverán 2,5%, que fue el dato de inflación de noviembre.
Si bien esto no implica que el dólar vaya a subir más rápidamente, porque eso en definitiva dependerá de la oferta y demanda de divisas, sí implica que el Gobierno libertario está dispuesto a convalidar un ritmo más acelerado de devaluación. Este cambio sería consistente con el objetivo de acumular reservas, que se veía restringida por la rigidez del sistema anterior.
Con las bandas moviéndose a un ritmo muy inferior a los precios internos se estaba generando una apreciación del tipo de cambio real que con el correr de los meses hubiera generado una presión cambiaria difícil de contener, como ya ocurrió a fines del año pasado.
Si se hubiera mantenido esa dinámica, más tarde o más temprano esa presión cambiaria hubiera obligado al Banco Central a salir a quemar dólares para mantener al tipo de cambio dentro de la banda. Teniendo en cuenta que el dólar actual está muy cerca del techo y que se avecina un período de alta demanda por las vacaciones, es esperable que el dólar tienda a aumentar en los próximos dos meses.
Con este cambio, el Gobierno resigna terreno en el objetivo de bajar la inflación, porque "aliviana" el ancla cambiaria, a cambio de una mayor flexibilidad necesaria para recomponer reservas y también mayor previsibilidad, porque en los mercados ya estaba instalada la duda respecto a la capacidad del Gobierno de sostener el esquema de bandas tal como venía funcionando hasta la semana pasada.
Calculan que el crecimiento de la economía resulta crucial para el sostenimiento del sistema, porque incrementaría la demanda de dinero, lo que a su vez permitiría al Banco Central inyectar liquidez a través de la compra de divisas sin que ese crecimiento en la base monetaria se traduzca en más inflación.
El Gobierno espera que esta modificación en la regla cambiaria, que ahora se ajusta mejor a lo que venía reclamando el mercado, facilite una reducción del riesgo país, objetivo imprescindible para que Argentina pueda volver a los mercados de crédito sin pagar las tasas exorbitantes que se pagaron en la última toma de deuda nacional.
La otra cara de la luna
El lado B del modelo anarco capitalista de los Hermanos Milei ya se manifiesta en el deterioro que sufren la industria, la construcción y el comercio. 20.000 pymes cerraron y 150.000 personas perdieron sus trabajos en lo que va de la gestión.
La apertura abrupta a las importaciones, antes de la sanción del nuevo esquema laboral e impositivo, deja a la intemperie a un segmento que debe competir asimétricamente con productos chinos o provenientes de países que no sufren el "costo argentino".
El programa enfrenta, sin éxito, el desafío shumpeteriano de crear valor a mayor velocidad que la de la destrucción inherente al proceso. La incógnita es cuál será el nivel de tolerancia social en el cruce del desierto que deja este modelo hasta llegar a la supuesta tierra prometida.
El freno en la actividad económica es asociado con la política contractiva del Gobierno libertario. Su guerra antiinflacionaria -el eje del proyecto Milei- lo ha llevado a desoír hasta ahora las exigencias del mercado de acumulación de reservas, por temor a que la emisión de pesos para comprar divisas recrudeciera el incremento de precios.
El reciente anuncio de flexibilización del sistema de bandas, que amenazaba con aumentar el atraso cambiario, junto con el compromiso de futuras compras de dólares han mejorado el clima de los agentes económicos y permitió que el riesgo país bajara de los 600 puntos. Aseguran que la sanción de las reformas abriría al Estado argentino un regreso más contundente al mercado de deuda. Esa puede ser la canilla financiera que permita a Milei construir el próximo tramo del puente hacia la reelección soñada.
El desafío del tercer año será conjugar equilibrio fiscal, crecimiento y una transición que combine flujo de inversiones hacia los sectores estratégicos con una recuperación de la actividad que atenúe los efectos sobre el empleo y los sectores desfavorecidos por el modelo. Parece muy difícil de lograr.
La Opinión Popular