Entre Ríos - 24-11-2025 / 21:11
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO
¿La provincia puede hacerse cargo de la desidia de Milei?
De nuevo, quedó expuesto con números el saqueo del gobierno centralista de Javier Milei al interior federal, con el que monta su "déficit cero". En 2024 del total de los ingresos tributarios nacionales, el 70,3% fue para Nación y el 29,7% para las 24 provincias. En paralelo, las jurisdicciones afrontaron el 55,7% de los gastos, mientras que el gobierno de Milei tan solo el 44,3%. Es un gran esfuerzo que deteriora las finanzas provinciales, y a pesar de contar con menos recursos, no pueden desertar de sus responsabilidades en: salud, educación y seguridad; aunque no pueden hacerse cargo de toda la desidia de Milei, al que Frigerio no reclama.
De nuevo, quedó expuesto con números el saqueo del gobierno centralista de Javier Milei al interior federal, con el que monta su "déficit cero". En 2024 del total de los ingresos tributarios nacionales, el 70,3% fue para Nación y el 29,7% para las 24 provincias. En paralelo, las jurisdicciones afrontaron el 55,7% de los gastos, mientras que el gobierno de Milei tan solo el 44,3%. Es un gran esfuerzo que deteriora las finanzas provinciales, y a pesar de contar con menos recursos, no pueden desertar de sus responsabilidades en: salud, educación y seguridad; aunque no pueden hacerse cargo de toda la desidia de Milei, al que Frigerio no reclama.
En el desglose, esta diferencia se ve mejor reflejada en la inversión en infraestructura: del 57% que invertían las provincias frente al 43% de Nación en 2023, se pasó a un esquema de 82% - 18% en el segundo trimestre del 2025. Además de la inversión de capital, el conjunto de las provincias aumentó su participación en muchas funciones esenciales del Estado. Por ejemplo, en Vivienda y urbanismo, la participación provincial se incrementó 30 puntos en comparación con el promedio de la última década. A su vez, se dio la caída relativa de los impuestos coparticipables (-10%) vs. los no coparticipables (2,7%) hace que la Nación concentre una porción mayor de los recursos.
Como es sabido, Milei es un presidente sin gobernadores. Llegó al poder sin el acompañamiento de estructuras provinciales y apenas si logró algunos pactos locales para las elecciones del 26 de octubre, cuando La Libertad Avanza se presentó por primera vez como un partido nacional y enfrentó a los jefes provinciales en 19 de los 24 distritos. La sorpresiva victoria legislativa de octubre no le alcanzó a Milei para dominar el Congreso. En ese contexto sobrevuela un precedente: Guillermo Francos se fue de la Jefatura de Gabinete sin conseguir un solo acuerdo estructural con las provincias.
Milei tendrá un tercio en la Cámara de Diputados, lo necesario para blindar eventuales vetos y protegerse de un juicio político. Pero no pudo quedar al filo de la mayoría automática en ambos recintos para soñar con una agenda legislativa propia. Los números del próximo Congreso, hasta este fin de semana, están por debajo de lo que esperaba Milei la noche del 26 de octubre. LLA tiene por ahora 91 miembros en la cámara baja y 21 en el Senado. Son necesarios 129 y 37 voluntades, respectivamente, para abrir los recintos.
Frigerio y los mandatarios provinciales repiten un menú estable de demandas. Financiamiento para obras e infraestructura, con la expectativa de que Nación habilite avales para que las provincias puedan tomar deuda. El gesto inicial fue para Mendoza: US$75 millones del BID para obras de agua potable. El resto está en la bandeja del Ministerio de Economía. También reclaman que se regularice la deuda previsional con las cajas no transferidas: alrededor de $5 billones que la ANSES les debe a 13 distritos. Y piden discutir la distribución del impuesto a los combustibles y de los ATN.
Después de tres semanas de rosca, el gobierno libertario no pudo armar sus soñados interbloques, quedó tan lejos del quórum propio en ambas cámaras y cada negociación legislativa tendrá a muchos actores interactuando en simultáneo. Justo lo que Milei buscaba evitar. En este escenario, cada vez que quiera una ley, el Presidente deberá discutir párrafo por párrafo con aliados y, sobre todo, con los gobernadores, que, sin un frente oficialista amplio, tendrán más armas para hacerse valer en forma individual.
Como los ex-Juntos por el Cambio no se fundieron en el oficialismo, los gobernadores de todos los colores políticos, la mayoría derrotados en las elecciones de octubre, serán los árbitros del Congreso. Los próximos tiempos serán complejos para Milei en el Parlamento. Logrará sancionar algunas leyes, con el "método Edgardo Kueider", pero en otros temas -tal vez, en la mayoría- las negociaciones quedarán trabadas en discusiones por la distribución de los fondos. Frigerio es uno de los gobernadores más subordinados a Milei, sin embargo, su colaboracionismo en el Congreso no sirvió para que Nación envíe los dineros que necesita. Ahora, su amigo Diego Santilli negocia apoyos al Presupuesto 2026 y a las reformas mileistas, con más promesas que plata.
Habrá muchos proyectos cajoneados y comisiones inactivas. Santilli les pone mucha voluntad a sus charlas, pero en las provincias esperan propuestas concretas. Y recursos. Frigerio es uno de los más permeables a los acuerdos pero que, como el resto desempolvó promesas incumplidas, en reclamo por la compensación de las cajas previsionales y, entre otros ítems, por la distribución de Aportes del Tesoro de la Nación. Las obras viales son otra queja compartida que puede tener un efecto dominó luego del triunfo judicial de Río Negro contra Vialidad Nacional en su demanda por la ruta 40.
La "nueva etapa de diálogo" que el Gobierno promociona es para asegurar los votos que necesita Milei para el Presupuesto 2026, la pieza central del plan económico que el oficialismo quiere blindar antes de fin de año. A partir de ahí, dice la Casa Rosada, deberían destrabarse las reformas "de segunda generación": laboral, fiscal y penal. Pero cada encuentro deja un mismo subtexto: hay voluntad de dialogo, pero la plata no aparece. Los gobernadores necesitan resultados ya a que en varias jurisdicciones la recaudación no alcanza para esquivar el rojo fiscal. Si no hay un flujo real de fondos, las promesas se vuelven papel mojado.
Y ahí aparece la tensión central. El Gobierno aspira a que el Presupuesto 2026 ordene la política y marque el inicio de la recuperación económica. Los mandatarios invierten la ecuación: primero los recursos, después los votos. "¿Qué reformas quieren que aprobemos si no tenemos con qué pagar los sueldos?", se preguntan cerca de los mandatarios. La frase sintetiza la ecuación que sobrevuela todas las reuniones: si no hay plata, no hay reformas.
En Entre Ríos no transcurre un día sin que se acumulen cierres y quebrantos de empresas, con las pymes a la cabeza. En la medición interanual, descendió marcadamente el consumo en hipermercados, mayoristas y farmacias. La actividad industrial acusa lo mismo. La suba en el precio de los alimentos, con carne y frescos en primer lugar, explican un tercio del Índice de Precios al Consumidor; pero el Indec no quiere que se actualice la medición. Las tarifas de servicios públicos, los alquileres, el transporte, las prepagas, determinan sumado a lo anterior el peso aplastante en la canasta familiar.
La obligación del Gobierno, nacional y provincial, es volver a dinamizar el mercado interno, la producción y generar empleo. Una baja de la inflación debe ir acompañada por un deseo de los argentinos de mantener pesos en lugar de dólares. Sumar reservas cuando la demanda de pesos no está disponible generaría mayor presión sobre los precios. Además, la importancia de estabilizar el mercado cambiario para facilitar una agenda productiva que fomente las inversiones y la creación de empleo.
En la Argentina de Frigerio y Milei son pocos los que ganan y todos los demás pierden. Los que no entran al RIGI, los que no especulan en el mercado financiero, los que no ganan con la desregulación de las tarifas, los que no tienen un área de explotación en Vaca Muerta, todos esos pierden. La inmensa mayoría.
No importa en qué lugar de la provincia se localicen ni qué actividad desplieguen, la crisis es la misma. No se trata de un problema local, es la consecuencia directa de un experimento económico anarco capitalista, que no se ha aplicado en ningún país de mundo, y que desploma el consumo interno, encarece el crédito, habilita una competencia desigual con productos importados y deja a los comercios sin margen para sostener su plantel de empleados.
Hasta ahora, Milei viene intentando condicionar a los gobiernos provinciales desde el Puerto de Buenos Aires, recortando recursos, tensando la discusión presupuestaria y buscando adhesiones bajo la lógica del garrote y la zanahoria, pero con bastante más garrote que zanahoria. Frente a este escenario, se debe sostener la defensa de la producción y el trabajo nacional, por una distribución más justa de recursos, con programas concretos de infraestructura, apostando a un Estado presente que intervenga para corregir desigualdades sociales y mejorar la calidad de vida.
La Opinión Popular