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                  22:06  |  Domingo 16 de Noviembre de 2013  |  Entre Ríos
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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Entre Ríos - 16-11-2025 / 19:11
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO

Santilli vino a hacerle a Frigerio las mismas promesas incumplidas de siempre

Santilli vino a hacerle a Frigerio las mismas promesas incumplidas de siempre
El ministro del Interior de la Nación, Diego Santilli, estuvo este miércoles en Paraná, y se reunió con Rogelio Frigerio, Gobernador de Entre Ríos, de gestión muy afín al oficialismo nacional. La carpeta con los reclamos históricos de Entre Ríos por incumplimientos de la Nación en fondos y partidas quedó en un segundo plano en la reunión que marcó el relanzamiento de la relación institucional entre ambas jurisdicciones. Esos planteos no serán un condicionante para que los legisladores oficialistas entrerrianos acompañen el Presupuesto nacional 2026, que envió el presidente Javier Milei.
El ministro del Interior de la Nación, Diego Santilli, estuvo este miércoles en Paraná, y se reunió con Rogelio Frigerio, Gobernador de Entre Ríos, de gestión muy afín al oficialismo nacional. La carpeta con los reclamos históricos de Entre Ríos por incumplimientos de la Nación en fondos y partidas quedó en un segundo plano en la reunión que marcó el relanzamiento de la relación institucional entre ambas jurisdicciones. Esos planteos no serán un condicionante para que los legisladores oficialistas entrerrianos acompañen el Presupuesto nacional 2026, que envió el presidente Javier Milei.
 
Santilli y Frigerio charlaron en privado durante una hora y media, repasando temas de cometido conjunto, problemas pendientes de solución y asuntos nacionales prioritarios para Milei, que busca apoyo legislativo para las reformas que pretende implementar su gobierno anarco capitalista, un delirio paranoico o una distopía fantasiosa que no se aplicó en ningún lugar del mundo. Santilli vino a hacerle a Frigerio las mismas promesas libertarias incumplidas de siempre. Aunque la administración libertaria nacional recibió al "Colorado" marcándole la cancha de entrada.
 
Santilli asumió como ministro del Interior, pero Milei le recortó el poder, lo que lo limitará para lograr aprobar las reformas clave del gobierno (laboral, fiscal, previsional, el RIGI, etc.). Tomó posesión de su cargo en un entorno en el que su autoridad ha sido limitada tras la redistribución de competencias en el gobierno. Milei transfirió áreas clave al Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich y la Jefatura de Gabinete de Manuel Adorni, disminuyendo así la importancia del Ministerio del Interior. Estos movimientos concentraron el control en un nuevo núcleo de poder, ejecutando la línea directa de Karina Milei. ¿Qué sentido tiene enviar a Santilli a hablar con gobernadores si le rebanaran el Ministerio del Interior? ¿Pretenden que los gobernadores finjan demencia y no perciban la licuación?
 
No obstante, Santilli comenzó su labor con visitas a diversas provincias para alcanzar alianzas y tiene como principal misión reforzar la comunicación con los gobernadores, priorizando la aprobación del Presupuesto Nacional 2026, conteniendo y dilatando las demandas de los mandatarios provinciales relacionadas con fondos y obras públicas. Evitar sobredimensionar las promesas de gobierno nacional debería ser una materia obligatoria para quienes administran la provincia. Además, el nuevo equipo libertario no busca reuniones con los gobernadores menos "dialoguistas", lo que podría complicar su gestión.
 
La intención primaria de las reuniones de Santilli en esta etapa es conocer cuáles son las principales demandas de los gobernadores y a partir de allí realizar una evaluación de los reclamos en común y supuestamente avanzar en una propuesta que los unifique para de esta manera obtener los votos necesarios para la aprobación del Presupuesto 2026. El factor común de todos los reclamos es la devolución de fondos saqueados y de obras públicas eliminadas.
 
La herramienta para negociar con los gobernadores serán los avales que la Nación les puede dar a las provincias para que obtengan créditos de organismos multilaterales o incluso de fondos privados. Frigerio ya ha decidido vivir con lo propio, bajar el tenor de sus pedidos, reacomodar expectativas y confiar en una apertura de los mercados financieros para la Argentina y para Entre Ríos que le permita endeudarse a más no poder porque, de Caputo y Milei, no habrá plata. Esos lineamientos están plasmados en el proyecto de Presupuesto 2026 ingresado a la Legislatura provincial.
 
La principal tarea de Santilli es lograr la aprobación de las "reformas estructurales" del gobierno en el Congreso, negociando directamente con los gobernadores para que alineen a sus legisladores nacionales (senadores y diputados). Milei necesita la ayuda del Congreso para cumplir con la sumisión a Donald Trump. A cambio, seguirá vendiendo espejitos de colores, mientras despoja al interior y hambrea a los jubilados. Las necesarias obras en el interior federal dependerán del financiamiento externo que cada provincia logre.
 

Las negociaciones se centran en los siguientes ejes: Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI): ¿Qué se negocia? Los gobernadores de provincias con recursos naturales (como Neuquén, Chubut o las provincias mineras) generalmente apoyan el RIGI por el potencial de inversión, pero negocian cambios para asegurar la participación de proveedores locales y un mayor control sobre las regalías o recursos que quedan en sus provincias.
 
Privatizaciones: ¿Qué se negocia? El listado de empresas a privatizar fue uno de los temas más debatidos, y el gobierno ha tenido que hacer concesiones y excluir o reevaluar empresas sensibles (como Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y medios públicos) para lograr el apoyo de algunos bloques.
 
El Paquete Fiscal es crucial para que Milei logre su insistencia del "déficit cero" y reordenar las cuentas públicas. Los puntos calientes son: Restitución del Impuesto a las Ganancias (4ta Categoría): El gobierno busca reimponer este impuesto, que fue derogado anteriormente. Esta es la negociación más dura con los gobernadores patagónicos y otros distritos.
 
La vuelta de Ganancias representa un costo político para los mandatarios, pero es una fuente clave de recursos coparticipables que las provincias recibirían. El debate se centra en el mínimo no imponible (el piso salarial a partir del cual se paga) que seria de $1.500.000 y las escalas. Esto afectaría a los trabajadores y jubilados de ingresos medios.
 
Además, para los sectores más ricos se busca una reducción gradual del impuesto a los Bienes Personales: para supuestamente estimular el blanqueo de capitales. Y Un régimen para declarar activos no exteriorizados, el Blanqueo de Capitales. Evidentemente, es un gobierno para beneficiar solo a los más ricos.
 
Santilli ha destacado que una de sus prioridades es impulsar una reforma laboral, poniendo como modelo la modernización del convenio colectivo de trabajo que se aplicó en el sector petrolero de Vaca Muerta en 2017. Pero el objetivo del gobierno alterar los derechos de los trabajadores formales, los que supuestamente incentivaría la creación de empleo. Cosa que nunca ocurrió. La preocupación de los sindicatos y de la oposición es que esta reforma se traduzca en una flexibilización total de las condiciones laborales y un debilitamiento del poder sindical. El objetivo final apunta a eliminar las indemnizaciones, el aguinaldo y las vacaciones pagas.
 
Que Frigerio parece no tener mucha confianza en el cumplimiento de las promesas de Santilli y Milei es que lleva adelante la reforma previsional. Por la Caja de Jubilaciones ya le deben $156 mil millones del Anses. Esa suma equivale a la masa salarial de un mes. Por ello, incrementó los aportes de los empleados estatales, del 13 al 16% el año pasado, como primer paso. Después del verano, los estatales y docentes entrerrianos irán por la recuperación de lo perdido este año. Los jubilados también, aunque sin fuerza real de protesta.
 
Frigerio es consciente de que puede pagar en las urnas los enojos acumulados del sector estatal, tanto de los activos como de los pasivos. Se trata de un universo amplio de votantes a los que pretenderá reconquistar de cara a los comicios de 2027, cuando busque la reelección. También depende de cómo resulten los próximos dos años de Milei. Las posibilidades de seguir se invierten si el jefe del Estado decepciona. El otro que está en gateras es el senador nacional electo, Joaquín Benegas Lynch, el más cauto a pesar de ser uno de los grandes ganadores de los últimos comicios legislativos.
 
Todo es lógico a esta altura del partido: nadie logrará posicionarse en 2927 ni sumar adhesiones si no apunta a lo máximo: Casa Gris e intendencias; para acordar o romper definitivamente, hay tiempo. Lo que sí es seguro es que, en el oficialismo, Milei y su proyecto político guiarán esos desenlaces, no aptos para apresurados. Mientras tanto, la centralidad es unívoca: Frigerio y Benegas Lynch miran al "Javo" y atan su suerte, como nunca antes, a los impredecibles vaivenes de las Fuerzas del Cielo. En tanto, el movimiento nacional y popular se reorganiza en la resistencia, con la bronca acumulada, en luchas sectoriales en hospitales, escuelas, fábricas y entre jubilados.
 
La Opinión Popular
 
 
Crecimiento sin derrame
 
Sostiene Rafael Cortes, columnista de Misiones Online, que bajo la tutela de EE.UU. empieza a perfilarse el segundo tiempo de Javier Milei que comenzará con el nuevo Congreso. La mano amiga del tío Scott promete mantener a raya al dólar hasta que el RIGI haga lo suyo. La nueva economía tiene ganadores claros: minería, soja y energía, a los demás sectores económicos les tocará mirar de afuera.
 
Una mejora en los salarios ni siquiera está en los planes. La reforma laboral se plantea como respuesta a la sostenida caída del empleo, pero con la economía real en el freezer, no es ningún remedio. Milei repite orgulloso a quien quiera escucharlo que sus terribles políticas de ajuste sacaron de la pobreza a 12 millones de argentinos, aunque ese dato claramente esté lejos de la realidad. Mentira pura.
 
Y es que, más allá del 2,3% de suba del índice de precios al consumidor, que marca una leve suba con respecto al mes anterior, el Indec también calcula con cuánto dinero se deja de considerar pobre a una persona. Y la cifra sería graciosa si no estuviéramos hablando de hambre y pobreza. Según las cifras difundidas una persona, puede comer, vestirse, viajar para ir a trabajar, gastar en recreaciones con $392,815. Lo que resulta tan pero tan ridículo que ni siquiera hay que explicarlo.
 
El salvataje de Donald Trump despejó los pronósticos devaluatorios de corto plazo y la posibilidad real de que Argentina pueda volver a los mercados de deuda despeja la preocupación que había por los exigentes vencimientos que el país debe enfrentar el año próximo.  La posibilidad de un default desapareció de todos los análisis, el Excel volvió a cerrar, con transfusiones directas del Tesoro yanqui, pero volvió a cerrar.
 
Los analistas coinciden que esta vez sí el Gobierno buscará acumular reservas, más por presión del FMI y del Tesoro de EE.UU. que por convicción propia, lo que podría acelerar la suba del dólar, algo que reconoció el propio ministro Luis Caputo cuando planteó la posibilidad de que las bandas se muevan a un ritmo mensual de 1,5% o 2%, pero nadie espera un salto devaluatorio.
 
Como lo explicó el economista cordobés Marcelo Capello (vicepresidente del IERAL), la duda por estos días entre los analistas pasa por saber hasta qué punto el Gobierno está dispuesto a tolerar que suba el dólar, con riesgo de que se traslade a precios, a cambio de sumar reservas y de evitar que se acumule atraso cambiario.
 
Durante buena parte de este año el Gobierno libertario buscó congelar al dólar para anclar a la inflación y eso terminó generando una presión cambiaria que, de no haber sido por la intervención salvadora de Tesoro yanqui, hubiera detonado al programa de Caputo y de Milei. La esperanza de los analistas es que no vuelvan a tropezar con la misma piedra.
 
La hoja de ruta del Gobierno es recurrir a la ayuda del secretario del Tesoro Scott Bessent (el tío Scott) y deuda tomada en los marcados hasta que supuestamente los dólares de las inversiones del RIGI fluyan con vehemencia.
 
Pero este potencial crecimiento será diferente a los períodos de expansión de la economía de las últimas décadas. El derrame a la mayoría de la gente será casi nulo, son suerte los salarios acompañarán a la inflación y la destrucción del empleo seguirá siendo una deuda del modelo.
 
Porque ninguno de los sectores que se perfilan como los grandes ganadores de este nuevo país se caracterizan por generar empleo. Son intensivos en la demanda de capital, pero no de mano de obra.
 
Mientras que las actividades que sí son demandantes de mano de obra, como los servicios, el comercio y en menor medida la industria, no tienen buen pronóstico. Todo lo que dependa del consumo interno no registrará mejora y todo lo que pueda ser reemplazado por importaciones, más tarde o más temprano será reemplazado por importaciones.
 
Los sectores exportadores que no tengan la competitividad del agro de la Pampa Húmeda ni los beneficios que el RIGI tenderán a desaparecer por la apreciación del peso bajo los efectos de la enfermedad holandesa. En el mapa regional de ganadores y perdedores, el interior figura definitivamente en el segundo grupo.
 
 
La entrega más absoluta
 
El extraño "acuerdo bilateral" con Estados Unidos es donde la Argentina entrega todo a cambio de nada. A pesar de que muchos libertarios salieron a celebrar el acuerdo comercial con Estados Unidos, la letra chica muestra que varias industrias nacionales se verán seriamente perjudicadas. En este caso, hay 3 beneficios para la Argentina y 24 para EEUU.
 
Como era de esperarse un "acuerdo bilateral" con un país con el que no hay equivalencias va a beneficiar al más grande. Y es que leyendo la letra chica de dicho acuerdo puede verse todo lo que cederá la Argentina y lo poco que recibirá a cambio. Las fábricas de autos, los productos agrícolas y ganaderos son dos de los grandes ejemplos de industrias que dejarán de producir y exportar para empezar a importar.
 
 
Empleo en crisis
 
La pérdida de empleo, especialmente de empleo registrado en el sector privado, es uno de los problemas más serios que plantea el escenario actual. Con el gobierno de Milei, Argentina pasó de ser un país que no generaba nuevas fuentes de trabajo a uno que destruye empleo. La contracara son los hospitales sin presupuesto, las escuelas sin recursos, las jubilaciones licuadas, el salario en caída.
 
La caída más pronunciada se registró durante el primer semestre de 2024, en la segunda mitad hubo un tibia y despareja recuperación que se cortó a inicios de este año, cuando los indicadores volvieron a terreno negativo.
 
De acuerdo con datos oficiales del SIPA, de noviembre de 2023 a agosto de 2025 se perdieron 223.796 puestos de trabajo registrado, de los cuales 138.573 se desempeñaban en el sector privado. Lo único que creció desde que asumió Milei fue la categoría más baja del monotributo.
 
La tendencia está lejos de revertirse. El último dato disponible indica que solo durante agosto perdieron sus puestos 10.555 trabajadores asalariados del sector privado en todo el país. Desde el Gobierno apuestan a que una reforma laboral que de alguna manera abarate los costos del trabajo y reduzca los riesgos para los empresarios reactive el mercado del empleo formal.
 
Más allá de la discusión respecto al contenido que debería tener esta reforma, son muchos los que dudan que una modificación en las leyes laborales resulte suficiente para generar empleo. La experiencia de la flexibilización laboral menemista todavía está fresca. Aquella reforma se hizo como un traje a medida de acuerdo a los requerimientos de los grandes empresarios, sin embargo, no sirvió para reactivar la demanda de empleo en blanco que continuó cayendo.
 
Años más tarde, ya bajo los gobiernos de Duhalde y de Néstor, se dio marcha atrás con la flexibilización y el empleo volvió a crecer porque la economía entró en fase expansiva. En aquel momento la lección parecía haber quedado clara: si no aumenta la actividad en los sectores que son demandantes de mano de obra, el empleo no se incrementa por más que se cambie la normativa laboral al gusto de los empresarios.
 
Los números actuales de la economía real muestran un cuadro muy negativo para los rubros que tradicionalmente toman empleo. La construcción cayó 19% desde que asumió Milei, la industria arrastra un rojo de 8% y la venta minorista se contrajo 20% y acumula 9 meses consecutivos de caída. Si no se revierte este contexto cuesta pensar que las empresas salgan a tomar empleados por más reforma que se apruebe.
 
Los que miran con más optimismo los planes de reforma laboral argumentan que si se consiguiera mejorar la competitividad de las empresas a través de un cambio en la normativa que regula al trabajo, entonces sí se estarían generando condiciones más propicias para el crecimiento de la economía y con ello, del empleo. Cualquiera sea el caso, la pregunta que queda por hacerse es ¿quién pagará la reforma laboral?
 
Porque para disminuir el costo laboral hay que reducir los aportes patronales por algún lado, lo que irremediablemente tendría costo fiscal que habría que compensar de alguna manera. Durante la semana trascendió que el Gobierno nacional estudiaba la posibilidad de eliminar el monotributo y pasar a todos los contribuyentes a ese régimen al de autónomos (lo que implicaría un incremento en la carga impositiva que paga el trabajador) y bajar el mínimo de ganancias, para que lo paguen más trabajadores y jubilados.
 
 
Segundo tiempo político
 
Los detalles de la reforma laboral y de las demás que pretende impulsar el gobierno de Milei se conocerán con mayor detalle en las próximas semanas, cuando asuman los legisladores que resultaron electos en octubre y el oficialismo disponga de mayor poder de fuego para defender los nefastos proyectos que envíe el Ejecutivo.
 
Pero la causa libertaria no cuenta con mayoría en ninguna de las cámaras, situación que lo obligará a negociar para retomar una agenda propositiva, algo que tanto el FMI como EE.UU. vienen exigiendo al gobierno de Milei.
 
En ese contexto, los gobernadores jugarán un rol protagónico. El objetivo del Gobierno de Milei es repetir las mayorías alcanzadas cuando se trató la Ley de Bases en el primer semestre del año pasado, pero ahora le resultará más difícil porque la relación entre Nación y provincias cambió.
 
Los repetidos incumplimientos del Gobierno de Milei a compromisos asumidos durante el tratamiento legislativo de aquella Ley de Bases generaron desconfianza entre los gobernadores, a muchos de los cuales tampoco les resultó simpático que La Libertad Avanza saliera a competirles a escala provincial.
 
Casi todos los mandatarios provinciales tienen alguna deuda para reclamar al gobierno central y todos ellos enfrentan necesidades acuciantes en materia de obra pública ante el virtual retiro de la Nación de la inversión en infraestructura.
 
El flamante ministro de Interior, Diego Santilli, es el encargado de la delicada tarea de recomponer las ásperas relaciones entre la Nación y las provincias. En los primeros contactos que tuvo, los mandatarios ya le hicieron saber que no están dispuestos a acatar órdenes ni a prestarse a contratos de adhesión cerrados a la discusión y le recomendaron que para futuras reuniones lleve la chequera.
 
El otrora discípulo de Macri tomó nota y pidió que el propio Luis Caputo participe de las reuniones con gobernadores para resolver in situ los reiterados reclamos de fondos de las provincias. El tratamiento del proyecto de Presupuesto 2026, que será la primera tarea importante que tendrá el nuevo Congreso, estará tensionado por esos reclamos.
 
Los gobernadores ya no quieren promesas derramadas en la informalidad de una mesa de negociación en clave de rosca política, quieren que los compromisos de Nación esta vez queden inmortalizados con fuerza de ley en la letra del Presupuesto 2026, lo que, como sabemos, tampoco es garantía absoluta, pero al menos deja constancia escrita en caso de incumplimiento.
 
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16-11-2025 / 19:11
El ministro del Interior de la Nación, Diego Santilli, estuvo este miércoles en Paraná, y se reunió con Rogelio Frigerio, Gobernador de Entre Ríos, de gestión muy afín al oficialismo nacional. La carpeta con los reclamos históricos de Entre Ríos por incumplimientos de la Nación en fondos y partidas quedó en un segundo plano en la reunión que marcó el relanzamiento de la relación institucional entre ambas jurisdicciones. Esos planteos no serán un condicionante para que los legisladores oficialistas entrerrianos acompañen el Presupuesto nacional 2026, que envió el presidente Javier Milei.
 
Santilli y Frigerio charlaron en privado durante una hora y media, repasando temas de cometido conjunto, problemas pendientes de solución y asuntos nacionales prioritarios para Milei, que busca apoyo legislativo para las reformas que pretende implementar su gobierno anarco capitalista, un delirio paranoico o una distopía fantasiosa que no se aplicó en ningún lugar del mundo. Santilli vino a hacerle a Frigerio las mismas promesas libertarias incumplidas de siempre. Aunque la administración libertaria nacional recibió al "Colorado" marcándole la cancha de entrada.
 
Santilli asumió como ministro del Interior, pero Milei le recortó el poder, lo que lo limitará para lograr aprobar las reformas clave del gobierno (laboral, fiscal, previsional, el RIGI, etc.). Tomó posesión de su cargo en un entorno en el que su autoridad ha sido limitada tras la redistribución de competencias en el gobierno. Milei transfirió áreas clave al Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich y la Jefatura de Gabinete de Manuel Adorni, disminuyendo así la importancia del Ministerio del Interior. Estos movimientos concentraron el control en un nuevo núcleo de poder, ejecutando la línea directa de Karina Milei. ¿Qué sentido tiene enviar a Santilli a hablar con gobernadores si le rebanaran el Ministerio del Interior? ¿Pretenden que los gobernadores finjan demencia y no perciban la licuación?
 
No obstante, Santilli comenzó su labor con visitas a diversas provincias para alcanzar alianzas y tiene como principal misión reforzar la comunicación con los gobernadores, priorizando la aprobación del Presupuesto Nacional 2026, conteniendo y dilatando las demandas de los mandatarios provinciales relacionadas con fondos y obras públicas. Evitar sobredimensionar las promesas de gobierno nacional debería ser una materia obligatoria para quienes administran la provincia. Además, el nuevo equipo libertario no busca reuniones con los gobernadores menos "dialoguistas", lo que podría complicar su gestión.
 
La intención primaria de las reuniones de Santilli en esta etapa es conocer cuáles son las principales demandas de los gobernadores y a partir de allí realizar una evaluación de los reclamos en común y supuestamente avanzar en una propuesta que los unifique para de esta manera obtener los votos necesarios para la aprobación del Presupuesto 2026. El factor común de todos los reclamos es la devolución de fondos saqueados y de obras públicas eliminadas.
 
La herramienta para negociar con los gobernadores serán los avales que la Nación les puede dar a las provincias para que obtengan créditos de organismos multilaterales o incluso de fondos privados. Frigerio ya ha decidido vivir con lo propio, bajar el tenor de sus pedidos, reacomodar expectativas y confiar en una apertura de los mercados financieros para la Argentina y para Entre Ríos que le permita endeudarse a más no poder porque, de Caputo y Milei, no habrá plata. Esos lineamientos están plasmados en el proyecto de Presupuesto 2026 ingresado a la Legislatura provincial.
 
La principal tarea de Santilli es lograr la aprobación de las "reformas estructurales" del gobierno en el Congreso, negociando directamente con los gobernadores para que alineen a sus legisladores nacionales (senadores y diputados). Milei necesita la ayuda del Congreso para cumplir con la sumisión a Donald Trump. A cambio, seguirá vendiendo espejitos de colores, mientras despoja al interior y hambrea a los jubilados. Las necesarias obras en el interior federal dependerán del financiamiento externo que cada provincia logre.
 

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