Nacionales - 14-11-2025 / 09:11
NO ES APERTURA, ES SOMETIMIENTO CIPAYO, ENTREGUISTA Y VENDE PATRIA AL IMPERIALISMO
Yes, bwana: Acuerdo del Loco Milei con Trump para convertir Argentina en colonia yanqui
La Casa Blanca de Estados Unidos dio a conocer unilateralmente los primeros lineamientos del acuerdo comercial entre Argentina y EE.UU., a espaldas de los argentinos y del debate en el Congreso. Anunciaron un acuerdo comercial y de inversiones que materializa el momento histórico de mayor subordinación colonialista de Argentina a Estados Unidos. Más apertura hacia la entrada de productos yanquis incluso agrarios, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, entre otros puntos. Sin detalles, que todavía deben ser negociados, el texto muestra un completo alineamiento con todas las regulaciones norteamericanas, más allá del interés argentino, y la apertura total a sus mercaderías. El comunicado local no expresa claramente cuáles serían los "beneficios" para Argentina.
La Casa Blanca de Estados Unidos dio a conocer unilateralmente los primeros lineamientos del acuerdo comercial entre Argentina y EE.UU., a espaldas de los argentinos y del debate en el Congreso. Anunciaron un acuerdo comercial y de inversiones que materializa el momento histórico de mayor subordinación colonialista de Argentina a Estados Unidos. Más apertura hacia la entrada de productos yanquis incluso agrarios, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, entre otros puntos. Sin detalles, que todavía deben ser negociados, el texto muestra un completo alineamiento con todas las regulaciones norteamericanas, más allá del interés argentino, y la apertura total a sus mercaderías. El comunicado local no expresa claramente cuáles serían los "beneficios" para Argentina.
Los argentinos nos enteramos del acuerdo por el que Trump viene a cobrar su apoyo electoral a Milei, y que pagaremos todos los argentinos. Allí, se anuncia la firma de un convenio Marco para un Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos con Argentina. Ambos países se comprometen en abrir sus mercados en "áreas clave", aunque en la letra del texto difundido es mucho más la Argentina abriendo sus fronteras a los productos norteamericanos que los "compromisos" asumidos por este último. Es una reversión de Pacto Roca-Runcimann de 1933, el Estatuto Legal del Coloniaje, que subordinó la economía argentina a los intereses británicos.
El acuerdo favorece mucho más a los Estados Unidos. Entre los puntos principales destaca que Argentina brindará "acceso preferencial a productos estadounidenses como medicamentos, maquinaria, tecnologías de la información y productos agrícolas". A su vez, Estados Unidos eliminará aranceles para "ciertos recursos naturales argentinos y bienes farmacéuticos no patentados" y considerará el impacto del acuerdo al aplicar medidas comerciales relacionadas con la seguridad nacional.
En el ámbito agrícola, ambas partes se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso al mercado de carne vacuna y aviar, así como a facilitar el comercio de productos como menudencias, carne de cerdo y productos lácteos. También se acordó no restringir el uso de ciertos términos cárnicos y lácteos.
El documento subraya que Argentina eliminará barreras no arancelarias como licencias de importación y formalidades consulares, y se comprometió a desmantelar gradualmente el impuesto estadístico para productos estadounidenses. Asimismo, se alineará con estándares internacionales en múltiples sectores y reconocerá certificaciones de organismos estadounidenses como la FDA. Este último punto implica un mazazo para la industria farmacéutica nacional.
Es un acuerdo con costos. El Marco de Comercio Recíproco e Inversión se presenta como un paso histórico para el vínculo bilateral. Sin embargo, la letra fina sugiere que Milei es un títere de los yanquis y los principales beneficios inmediatos recaerán sobre la economía de la potencia del norte: mayor acceso a sectores industriales y tecnológicos argentinos, influencia regulatoria ampliada, apertura en agroalimentos y una posición reforzada en cadenas de valor estratégicas. Para Argentina, los potenciales beneficios -posible llegada de inversiones- dependerán de cómo se implementen las reformas y de si el país puede evitar que la apertura derive en una nueva dependencia comercial asimétrica.
Milei celebró la difusión del acuerdo por parte del gobierno de Estados Unidos (que en Argentina no se oficializó formalmente). Para los norteamericanos, los "recates" al gobierno anarco capitalista tras haber fracasado no una, sino dos veces en menos de seis meses (salvataje del FMI en abril y de EEUU en octubre), están rindiendo con el sometimiento de Argentina en forma de entrega de soberanía.
La Opinión Popular
UN MARCO DE ACUERDO COMERCIAL QUE PROFUNDIZA LA DEPENDENCIA DE LAS DECISIONES QUE SE TOMEN EN WASHINGTON
El mercado interno, para Trump
La Casa Blanca anunció que ya se estableció el marco de un acuerdo de comercio recíproco e inversiones que abre las puertas casi sin límites del mercado local a los productos estadounidenses de cualquier tipo.
Al mismo tiempo que el canciller argentino, Pablo Quirno, era recibido por el secretario de Estado Marco Rubio en Washington, el gobierno de Estados Unidos infomaba, unilateralmente, que ya se había alcanzado el consenso para un Acuerdo de Comercio e Inversión entre ambos países, con el fin de "fortalecer y equilibrar la relación económica" bilateral. El punteo de los principales aspectos del futuro acuerdo dejan poco margen para hablar de "equilibrio".
En materia de apertura comercial y normas de regulación, la Argentina prácticamente se somete a las condiciones que impongan las empresas y las leyes estadounidenses. Argentina se obliga a seguir los lineamientos de la política comercial de Washington, específicamente en la relación con terceros países, lo que podría leerse como una alusión directa a China.
Tampoco queda claro cuáles son los márgenes de libertad que tendrá el país para comerciar con el gigante asiático en un área tan sensible a los intereses de la economía estadounidense como la soja y sus derivados. Tampoco es transparente cómo quedará la relación de Argentina con el resto de países del Mercosur, puesto que las cláusulas anticipadas en la comunicación oficial de Washington señalan un tratamiento privilegiado en materia arancelaria y para arancelaria para los productos de origen norteamericano.
Javier Milei celebró el anuncio del acuerdo con la administración de Donald Trump, y lo exhibió como un logro de su alineamiento incondicoional con el gobierno republicano. "Parece que los viajes estuvieron rindiendo un poquito, no?", ironizó el presidente en un discurso en un acto neoconservador realizado este jueves en la capital correntina.
El acuerdo -denominado Marco de Comercio Recíproco e Inversión- debe aún ser cerrado técnicamente y firmado, además de que corresponde su aprobación parlamentaria para ogtorgarle validez. Entretanto, el Gobierno argentino consolida su postura económica y política, en privilegio de unos pocos sectores vinculados fundamentalmente a la explotación primaria, mientras somete a un serio riesgo de desaparición a diversas ramas productivas muy sensibles a ser barridos por la importación.
Desde la Casa Blanca confirmaron la noticia a través de un comunicado oficial. "El presidente Donald Trump y el presidente Javier Milei reafirman la alianza estratégica entre Estados Unidos y la Argentina, basada en valores democráticos compartidos y una visión común de libre empresa, iniciativa privada y mercados abiertos", señaló el texto conocido un par de horas después del primer adelanto oficial.
Inmediatamente después del anuncio, Milei insistió en que el país se "capitalizará fuertemente" y que se abre "un nuevo siglo de oro" basado en minería, energía y alimentos. También reforzó su agenda de reformas laborales, tributarias y penales, señalando que su administración seguirá siendo "la más reformista de la historia argentina".
Tras el anuncio, Quirno celebró en redes sociales que el acuerdo "marca el inicio de una etapa superior en la relación bilateral", aunque evitó detallar los costos internos que implicará para el aparato productivo nacional.
Claves del acuerdo
Uno de los ejes centrales del acuerdo es la apertura recíproca de mercados. Argentina otorgará preferencias arancelarias a exportaciones estadounidenses de alto valor agregado: medicamentos, químicos, maquinaria, equipamiento tecnológico, dispositivos médicos, vehículos y una amplia gama de productos agrícolas. Estados Unidos, por su parte, eliminará aranceles sobre "ciertos recursos naturales no disponibles" y artículos farmacéuticos sin patente.
La asimetría es evidente: mientras Argentina abre sectores donde compite una de las industrias más desarrolladas del mundo, Washington ofrece concesiones centradas en bienes primarios o insumos que no afectan a su industria interna. Además, la Casa Blanca adelantó que considerará positivamente este acuerdo al evaluar medidas vinculadas a la Sección 232, un mecanismo que habilita restricciones por motivos de seguridad nacional. Ese gesto, más político que económico, no equivale a un compromiso de acceso garantizado a su mercado.
Otro punto destacado es la eliminación de barreras no arancelarias. Argentina se comprometió a desmontar licencias de importación, formalidades consulares y, de manera progresiva, la tasa estadística aplicada a mercancías estadounidenses. También aceptará que los productos de ese país ingresen bajo estándares estadounidenses o internacionales sin exigencias adicionales de conformidad.
Esto incluye vehículos fabricados bajo normas de seguridad y emisiones de Estados Unidos, así como el reconocimiento por parte de ANMAT de certificaciones de la FDA para dispositivos médicos y fármacos. En la práctica, el país renuncia a buena parte de su potestad regulatoria en áreas sensibles, algo poco usual en acuerdos comerciales modernos y que refuerza la posición negociadora estadounidense.
Estados Unidos consiguió además que Argentina avance en temas que desde hace años figuran en el informe Special 301, donde Washington identifica países que "no protegen adecuadamente" los derechos de propiedad intelectual. Buenos Aires se comprometió a revisar criterios de patentabilidad, acortar demoras en el otorgamiento de patentes y ajustar el régimen de indicaciones geográficas, además de reforzar la lucha contra la falsificación, también en entornos digitales.
Sector agropecuario
En materia agrícola, el acuerdo prevé nuevas aperturas: Argentina recibirá ganado bovino vivo de Estados Unidos, permitirá el ingreso de carne aviar en un plazo de un año, eliminará restricciones sobre términos queseros y simplificará trámites para carne vacuna, menudencias, porcinos y lácteos.
Para las economías regionales y pequeñas industrias alimentarias, estas flexibilizaciones podrían aumentar la competencia con productos provenientes de una de las cadenas agroindustriales más subsidiadas y tecnológicamente avanzadas del mundo. Para la industria de la alimentación argentina, en la que conviven grandes corporaciones nacionales e internacionales con pequeñas y medianas industrias, podría significar un camino de salida de la actividad para las unidades más débiles.
Trabajo, ambiente y minerales
Argentina ratificó obligaciones laborales internacionales y adoptará una prohibición a la importación de bienes producidos con trabajo forzoso. En materia ambiental, se comprometió a combatir la tala ilegal y a aplicar plenamente el acuerdo de la OMC sobre subsidios a la pesca. Además, el entendimiento incorpora cooperación estratégica en minerales críticos -litio, cobre y otros- un punto central para la matriz energética y de seguridad estadounidense.
Para la Casa Blanca, asegurar cadenas de abastecimiento de minerales críticos es una prioridad geopolítica. Para Argentina, ceder márgenes de decisión en este sector implica poner bajo supervisión externa un recurso donde el país tiene ventajas competitivas y disputa global.
Comercio digital y datos
El acuerdo también profundiza el alineamiento en comercio digital. Argentina reconocerá a Estados Unidos como jurisdicción adecuada para la transferencia de datos personales y aceptará firmas electrónicas validadas bajo legislación estadounidense. Esto permitirá un flujo de información más fluido para las empresas de ese país, aunque abre interrogantes sobre la compatibilidad con estándares de protección de datos más exigentes -como los europeos- y sobre el resguardo de información local.
Fuente: Página 12