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Nacionales - 30-10-2025 / 11:10
ELECCIONES LEGISLATIVAS: ¿CUÁNTOS VOTOS PERDIÓ EL PRESIDENTE EN CADA PROVINCIA?

Con los 9.342.526 votos que sumaron ahora, cayeron 5.207.762 frente a lo que Milei cosechó en el 2023

Con los 9.342.526 votos que sumaron ahora, cayeron 5.207.762 frente a lo que Milei cosechó en el 2023
Javier Milei perdió 15 puntos porcentuales y más de cinco millones de votos. En concreto, los 9.342.526 que sumaron las 24 listas libertarias ayer, representan una caída de 5.207.762 de votos frente a lo que Milei cosechó en el balotaje 2023. El distrito donde más cayó el voto a Milei es, paradójicamente, la PBA. En el balotaje 2023 Milei obtuvo 4.801.185 votos y ayer sacó 3.605.127, una pérdida de 1.196.058. En la CABA, territorio más que amigable para el oficialismo libertario, hace dos años LLA sacaba 1.038.310 votos y ayer obtuvo 771.065, unos 267.245 sufragios menos.
El gran triunfo de La Libertad Avanza a lo largo de todo el país todavía encandila. El Gobierno de Javier Milei ganó en 15 de los 24 distritos nacionales, derrotó a 11 gobernadores y terminó finalmente pintando el país de violeta, algo que en la previa muy pocos creían posible. Como frutilla del postre, la boleta libertaria se impuso por centésimas en la PBA, donde el armado libertario dio vuelta la paliza de más de 13 puntos de distancia que se comió el 7 de septiembre pasado en los comicios provinciales.
 
Milei es el gran ganador de todo el proceso. Luego de un 2025 electoral que le venía resultando esquivo al Gobierno en las provincias, con apenas dos triunfos en los 10 comicios locales que se desarrollaron antes de este domingo, la definición del oficialismo fue poner al presidente como centro de la oferta electoral libertaria para las legislativas nacionales. Con muchos candidatos ignotos e inexpertos en buena parte de las provincias, Milei decidió plebiscitar su presidencia a riesgo de quedar como el gran derrotado de la jornada. Sucedió todo lo contrario.
 
Sin embargo, y más allá del aplastante triunfo a nivel nacional y en los principales distritos del país, el otro gran protagonista de la jornada fue el ausentismo electoral. El 67% de participación ciudadana en las urnas marcó el peor nivel de asistencia a unos comicios desde el retorno de la democracia. Esto expresa un distanciamiento de la sociedad con la política que no puede pasarse por alto. Las personas que no fueron a votar este domingo deben ser pensadas como votos perdidos por cualquier sector que pretenda constituirse en una alternativa de representación política.
 
Con este panorama puede arriesgarse una reflexión contraintuitiva en el día del gran triunfo libertario. Si Milei planteó una elección a todo o nada, casi en clave de supervivencia, como si fuera un balotaje como el del 2023 donde la alternativa era LLA o el kirchnerismo; si el presidente se planteó a él mismo como el centro único de la campaña y de la propuesta libertaria, para bien o para mal; si buena parte de la ciudadanía argentina decidió no votar, en una posible expresión de disconformidad con el sistema; entonces podría trazarse una comparación, algo forzada quizás aunque tal vez no tanto, con el resultado de la segunda vuelta del 2023.
 
Como salvedades es preciso aclarar que en esa instancia sólo había dos opciones, Milei o Massa, sin todas las alternativas provinciales y de los gobernadores que se pusieron en juego este domingo. También que en ese momento se definían unas elecciones ejecutivas y no la conformación del Congreso que se decidió ayer. Con estos asteriscos plantados, cabe la pregunta: ¿Cuántos votos perdió Milei desde su pico de 2023?
 
Aquel 19 de noviembre, dos años atrás, el entonces candidato libertario obtuvo 14.550.288 de votos, lo cual le valió haber sido objetivamente el presidente que nominalmente más votos sacó en una elección en toda la historia. Esa impresionante cantidad de votos resultó el 55,69% del total, prácticamente la suma directa del 30% que Milei había obtenido en la primera vuelta y el 23% que había sacado Patricia Bullrich.
 
Desde esa cumbre hasta ayer, Milei perdió 15 puntos porcentuales y más de cinco millones de votos. En concreto, los 9.342.526 que sumaron las 24 listas libertarias ayer, representan una caída de 5.207.762 de votos frente a lo que Milei cosechó en el balotaje 2023.
 
Milei perdió votos en todas las provincias con respecto al balotaje. Si bien es concreto que ayer LLA derrotó a casi todos los gobernadores que la enfrentaron, también hay que poner la lupa en la cantidad de votos que la propuesta libertaria perdió en cada territorio, a riesgo de que no hacerlo signifique suponer que el presidente sostiene intacta la legitimidad social que obtuvo en el balotaje 2023.
 

 
El distrito donde más cayó el voto a Milei es, paradójicamente, la PBA. En el balotaje 2023 Milei obtuvo 4.801.185 votos y ayer sacó 3.605.127, una pérdida de 1.196.058. En la CABA, territorio más que amigable para el oficialismo libertario, hace dos años LLA sacaba 1.038.310 votos y ayer obtuvo 771.065, unos 267.245 sufragios menos.
 
Una de las grandes claves de la elección de este domingo fue la pésima performance de Provincias Unidas, el frente electoral conformado por gobernadores de algunas de las provincias más populosas del país y que soñaba con quedar establecido como una alternativa de centro a LLA. Milei ganó en todos esos distritos menos en Corrientes, donde igualmente quedó muy cerca de la lista del gobernador Gustavo Valdés.
 
Sin embargo, si se cuentan los votos de los distritos de provincias unidas comparando el balotaje 2023 con las legislativas de ayer, Milei perdió 1.922.523 votos. En Córdoba había sacado 1.639.102 votos y ayer obtuvo 822.240, prácticamente la mitad. En Santa Fe se dio una situación casi calcada: Milei cosechó 1.282.012 votos en el balotaje y ayer sacó 681.504.
 
Milei tuvo ayer importantes victorias en el NOA, particularmente en Jujuy y Salta, dos provincias que también fueron importantes en el resultado del 2023. Pero la tendencia se repite: en la provincia de la bota LLA cosechó 258.754 hace dos años y ayer 151.415, perdiendo 107.339; en Salta obtuvo 277.621 en el balotaje y ayer 110.864, una diferencia de 166.757.
 
Otras provincias muy favorables al oficialismo también marcaron la misma tendencia. En Mendoza, por ejemplo, en el balotaje Milei cosechó 784.109 votos y ayer sacó 538.693, una diferencia de 245.416 sufragios. Misiones es otro caso. Allí hace dos años 405.460 personas votaron a Milei, y ayer lo hicieron 223.539, unos 181.921 misioneros menos.
 
Hubo incluso provincias que se dieron vuelta desde aquel balotaje, en el que La Libertad Avanza ganó 21 de los 24 distritos a nivel nacional. En Santa Cruz, por ejemplo, hace dos años Milei sacó 104.531 votos y ayer 53.215, casi la mitad. En La Pampa fueron 126.794 votos en el balotaje y ayer 88.004. En San Juan LLA perdió más de la mitad de los votos entre los 277.621 que sacó en 2019 y los 110.864 de ayer. En La Rioja Milei perdió 37.189 votos, en Catamarca 53.149 y en Tucumán 193.510, todos distritos que habían marcado el triunfo libertario en el balotaje de hace dos años.
 
La pregunta de fondo es qué sucederá con esos más de cinco millones de argentinos que hace dos años optaron por Milei y ayer no lo acompañaron. El Gobierno nacional corre el riesgo de interpretar el resultado de este domingo como un nuevo cheque en blanco para las aspiraciones imperiales de Milei en lugar de como una bala de plata con la que la sociedad le dio una última chance para cumplir sus promesas.
 
Las alternativas al oficialismo libertario tienen en esos millones de argentinos, y en muchos que ayer habrán votado poco convencidos al Gobierno, una oportunidad para construir una oferta novedosa y seductora de cara al 2027. Eso es lo que hoy por hoy no aparece en el horizonte con claridad, y desde donde puede explicarse que un oficialismo que perdió cinco millones de votos en dos años haya tenido la elección arrasadora que tuvo este 26 de octubre.
 
Por Nicolás Baccaro
 
Fuente: diagonales.com
 

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30-10-2025 / 11:10
El gran triunfo de La Libertad Avanza a lo largo de todo el país todavía encandila. El Gobierno de Javier Milei ganó en 15 de los 24 distritos nacionales, derrotó a 11 gobernadores y terminó finalmente pintando el país de violeta, algo que en la previa muy pocos creían posible. Como frutilla del postre, la boleta libertaria se impuso por centésimas en la PBA, donde el armado libertario dio vuelta la paliza de más de 13 puntos de distancia que se comió el 7 de septiembre pasado en los comicios provinciales.
 
Milei es el gran ganador de todo el proceso. Luego de un 2025 electoral que le venía resultando esquivo al Gobierno en las provincias, con apenas dos triunfos en los 10 comicios locales que se desarrollaron antes de este domingo, la definición del oficialismo fue poner al presidente como centro de la oferta electoral libertaria para las legislativas nacionales. Con muchos candidatos ignotos e inexpertos en buena parte de las provincias, Milei decidió plebiscitar su presidencia a riesgo de quedar como el gran derrotado de la jornada. Sucedió todo lo contrario.
 
Sin embargo, y más allá del aplastante triunfo a nivel nacional y en los principales distritos del país, el otro gran protagonista de la jornada fue el ausentismo electoral. El 67% de participación ciudadana en las urnas marcó el peor nivel de asistencia a unos comicios desde el retorno de la democracia. Esto expresa un distanciamiento de la sociedad con la política que no puede pasarse por alto. Las personas que no fueron a votar este domingo deben ser pensadas como votos perdidos por cualquier sector que pretenda constituirse en una alternativa de representación política.
 
Con este panorama puede arriesgarse una reflexión contraintuitiva en el día del gran triunfo libertario. Si Milei planteó una elección a todo o nada, casi en clave de supervivencia, como si fuera un balotaje como el del 2023 donde la alternativa era LLA o el kirchnerismo; si el presidente se planteó a él mismo como el centro único de la campaña y de la propuesta libertaria, para bien o para mal; si buena parte de la ciudadanía argentina decidió no votar, en una posible expresión de disconformidad con el sistema; entonces podría trazarse una comparación, algo forzada quizás aunque tal vez no tanto, con el resultado de la segunda vuelta del 2023.
 
Como salvedades es preciso aclarar que en esa instancia sólo había dos opciones, Milei o Massa, sin todas las alternativas provinciales y de los gobernadores que se pusieron en juego este domingo. También que en ese momento se definían unas elecciones ejecutivas y no la conformación del Congreso que se decidió ayer. Con estos asteriscos plantados, cabe la pregunta: ¿Cuántos votos perdió Milei desde su pico de 2023?
 
Aquel 19 de noviembre, dos años atrás, el entonces candidato libertario obtuvo 14.550.288 de votos, lo cual le valió haber sido objetivamente el presidente que nominalmente más votos sacó en una elección en toda la historia. Esa impresionante cantidad de votos resultó el 55,69% del total, prácticamente la suma directa del 30% que Milei había obtenido en la primera vuelta y el 23% que había sacado Patricia Bullrich.
 
Desde esa cumbre hasta ayer, Milei perdió 15 puntos porcentuales y más de cinco millones de votos. En concreto, los 9.342.526 que sumaron las 24 listas libertarias ayer, representan una caída de 5.207.762 de votos frente a lo que Milei cosechó en el balotaje 2023.
 
Milei perdió votos en todas las provincias con respecto al balotaje. Si bien es concreto que ayer LLA derrotó a casi todos los gobernadores que la enfrentaron, también hay que poner la lupa en la cantidad de votos que la propuesta libertaria perdió en cada territorio, a riesgo de que no hacerlo signifique suponer que el presidente sostiene intacta la legitimidad social que obtuvo en el balotaje 2023.
 

29-10-2025 / 09:10
La reforma laboral esclavista de Javier "el Explotador" Milei fue anticipada hace varias semanas, pero sus detalles no se dieron a conocer sino hasta después de las elecciones de medio término. Dos días más tarde, finalmente trascendió la letra chica del proyecto del Gobierno para "modernizar" el régimen de trabajo. La diputada libertaria Romina Diez presentó la llamada Ley de Promoción de Inversiones y Empleo, que amplía la jornada laboral, flexibiliza convenios y reduce costos para las empresas. Una ofensiva contra los derechos conquistados de la clase trabajadora durante más de 100 años de lucha.
 
El texto, como se esperaba, incluye varios puntos que despertarán fuerte resistencia en su tratamiento en el Congreso, entre ellos la ampliación de los despidos sin causa y la introducción de cambios en las jornadas, indemnización, vacaciones y horas extra. La iniciativa lleva el respaldo de la diputada Diez y de varios legisladores libertarios -entre ellos el narco José Luis Espert, hoy en uso de licencia- y Milei tiene la intención de darle tratamiento durante el período de sesiones extraordinarias en el verano, en tándem con la propuesta de reforma previsional.
 
El proyecto fue denominado "Ley de Promoción de Inversiones y Empleo". Se espera que sea objeto de una discusión parlamentaria ajustada en los números y agitada debido a su controversial contenido. Algunos de los puntos más salientes del texto son:
 
- Ampliación de la jornada laboral, que podría llegar hasta las 12 horas consecutivas. La medida sería acompañada por una flexibilización de las horas extra a decisión de los empleadores, que podrían dejar de pagarlas y, en su lugar, ofrecerle a los trabajadores la posibilidad de "recuperarlas" el mismo mes.
- Indemnización en cuotas para las micro, pequeñas y medianas empresas. Deberían abonarlas a lo largo de 12 pagos mensuales consecutivos y con una tasa de interés a definir.
- Ampliación de las causales de despido sin causa. Según el mencionado medio, "el empleador podrá introducir cambios" en materia de movilidad y disciplina laboral siempre y cuando "no resultan irrazonables ni alteren aspectos esenciales del contrato". Si el trabajador no los cumple, podría ser desvinculado sin consecuencias para la empresa.
- Cambios en el sistema de vacaciones. La ley le permitiría a los empleadores otorgar días en cualquier momento del calendario siempre y cuando el empleado pueda "gozar de sus vacaciones en temporada de verano al menos una vez cada dos años, salvo que opte en contrario".
- Reglamentación de un "salario dinámico" que establecería que "los aumentos tengan correlación con una mayor productividad de cada empleado y no aumentos generales negociados por el sindicato".
- Descentralización de la negociación colectiva de convenios para que primen los acuerdos empresariales por sobre los sectoriales.
- Implementación de incentivos al empleo a través de bonos para los empleadores que inicien nuevas relaciones laborales en los primeros 18 meses de vigencia de la reforma. Los beneficios se extenderían por doce meses y variarían según el tamaño de la compañía.
 
Con el impulso del anarco capitalismo, tras el resultado electoral, y bajo las recomendaciones del FMI y los grandes grupos empresarios, el Gobierno de Milei volvió a poner en agenda la reforma laboral, una de las piezas centrales de su programa económico ultra conservador, fascista y reaccionario, que promueven las llamadas "ideas de la libertad" y un modelo de mercado sin regulaciones estatales ni derechos laborales colectivos. La iniciativa busca abaratar despidos, bajar salarios, debilitar convenios y ampliar el poder patronal sobre las condiciones de trabajo.
 
La Opinión Popular
 

28-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump se adjudicó el triunfo libertario en la lejana Argentina y felicitó a su propio equipo por el resultado. Javier Milei se deshizo en agradecimientos. Para buena parte de los consultores, lo decisivo fue el factor miedo: temor a que las cosas exploten si no ganaba Milei; caos, disparada del dólar; precios en aumento incontenible. Para otros consultores, las cosas se combinaban con que hay un 40 por ciento de la población que (todavía) califica con un bien o muy bien al presidente, es decir que tienen expectativas de que las cosas mejoren. Y, por supuesto, en ese 40 por ciento anida el temor al regreso del peronismo.
 
Desde ya que ni la propia Casa Rosada tenía un diagnóstico, algún estudio, que indicara la posibilidad de ganar en el territorio de la Provincia de Buenos Aires. Se preveía que LLA ponía ganar en Córdoba y en Santa Fe, pero no por tanta distancia y, en cambio, eran previsibles los triunfos libertarios en Mendoza, CABA y Entre Ríos. En todos los casos, los números finales fueron mejores que las previsiones, pero el salto cualitativo y cuantitativo fue el bonaerense. Nadie lo vio venir.
 
"La campaña del miedo, que fue armada directamente desde Estados Unidos, en la que participó Scott Bessent y el propio Trump, no fue casualidad -analiza Roberto Bacman, del CEOP-. El presidente norteamericano dijo que los argentinos nos estamos muriendo y que si no nos queremos morir tienen que confiar en Milei. Esa campaña, además, se produjo en una semana en que el dólar crypto había llegado a 1.600 y se vivía una fuerte inestabilidad. Eso pegó mucho en Provincia de Buenos Aires, Córdoba, CABA, Santa Fe, Mendoza, los lugares con mayores centros urbanos".
 
La situación más bien dramática en el plano económico, vivida durante la semana anterior a las elecciones, derivó también en una polarización: se cayeron fuertemente las fuerzas del centro. El dato objetivo es que el peronismo, en Provincia de Buenos Aires, perdió únicamente 256.000 votos -bajó de 3.861.000 a 3.558.000 votos, algo que se puede adjudicar a que no votaron los extranjeros esta vez y, obviamente, a que las listas de concejales, en los que además figuraban muchos intendentes, esta vez traccionaron menos. No mucho menos. También ocurrió que hubo varias listas peronistas disidentes que sumaron 220.000 votos. Pero lo decisivo fue que LLA subió en 850.000 sufragios -de 2.755.000 a 3.605.000 votos-, consiguiendo la ventaja. La elección se convirtió casi en un blanco o negro, desapareciendo las fuerzas que transitaban por el medio, en especial en el interior bonaerense y, en especial, subió la cantidad de votantes (computando votos válidos) en casi 1.200.000, que gran parte se fue también a la lista libertaria.
 
El gobierno tiene una base. "El gobierno obtuvo el 40 por ciento y es evidente que no hay un 40 por ciento al que le vaya bien económicamente -diagnostica Federico Aurelio, de Aresco-. Pero yo observo que al núcleo duro de acompañamiento que tiene el gobierno, un 25 por ciento del electorado, se suma un núcleo esperanzado que considera que vale la pena el esfuerzo y que Milei es el que puede encabezar o intentar de alguna manera solucionar las problemáticas. Para mí, el peronismo no hizo una mala elección. En muchas provincias perdió por márgenes muy bajos. A nivel nacional no sacó muchos menos votos que los previstos. Lo que ocurrió es que LLA consiguió en las últimas horas una mayor polarización del voto, a costa de las terceras opciones. Estaba prevista una mala elección de Provincias Unidas, pero no tanto. Y todo eso que perdió Provincias Unidas en Córdoba, Santa Fe y otras terceras opciones, fue a LLA".
 
Redondea Hugo Haime, de Haime y Asociados- "Si viene el presidente de Estados Unidos diciendo que ustedes se están muriendo y tienen una sola alternativa, indefectiblemente pega. A esto hay que sumarle el temor a la vuelta del peronismo. La campaña de LLA se centraba en el peligro del regreso del kirchnerismo, que, además, había ganado de forma impactante en septiembre en la Provincia de Buenos Aires. No tengo dudas que eso sembró temor. Yo creo que las peleas del peronismo, la falta de autocrítica y balance del gobierno que terminó en 2023, también tienen su peso. Todos fueron factores concurrentes para que LLA se quedará con los votos de las fuerzas del medio y sumara ese 40 por ciento que te dice que tiene esperanzas".
 
En 24 horas se convirtió en un lugar común el paralelismo con la elección legislativa que Mauricio Macri ganó en 2017, con más amplitud todavía que LLA, y que terminó en su derrota en las presidenciales de 2019.
 
La Opinión Popular
 

27-10-2025 / 08:10
Aunque bajó 15 puntos desde 2023, el Gobierno de Javier "el Cipayo" Milei consiguió el triunfo que buscaba. La ola violeta recorrió el país y hasta ganó por décimas la provincia de Buenos Aires. Apoyado en la intervención extorsionadora de Donald Trump, Milei convocó a los gobernadores derrotados para alcanzar el respaldo parlamentario que necesita para profundizar el ajuste sobre los trabajadores, los jubilados, la educación y la salud pública. El mandatario yanqui escribió un mensaje en el que destacó el triunfo libertario en las legislativas. "Cuente conmigo para dar la batalla por la civilización occidental", le respondió Milei.
 
La Libertad Avanza llegó en crisis a la elección, pero, con polarización y el salvataje multimillonario de Trump, logró un triunfo electoral este domingo en comicios con muy baja participación. Sin embargo, no resuelve su problema de fondo, que consiste en la falta de fortaleza política para aplicar los próximos ajustes y reformas estructurales que le exigen Estados Unidos, el FMI y los grandes empresarios. Derrota del peronismo y fracaso de su estrategia de moderación y pasivización como vía para enfrentar a Milei.
 
Nadie muere en la víspera, tampoco se suicida antes. Al parecer esto se puede aplicar a un conglomerado más complejo como es el pueblo e incluso podría servir como una primera explicación del resultado electoral de estas elecciones legislativas de medio término. El miedo que el gobierno distribuyó de manera equitativa (la única distribución que hizo desde que asumió) con la inminencia de la debacle si no se conseguían los salvatajes de Donald Trump fue uno de los factores que provocó este resurgimiento electoral.
 
En la vereda de enfrente, el peronismo contuvo su núcleo duro, pero la continuidad de la disputa interna dejó al movimiento nacional y popular sin un mensaje que convoque y aglutine, sobre todo a ese votante más laxo. Así, La Libertad Avanza obtuvo, a nivel nacional, 40,84 por ciento (15 puntos menos que en 2023), contra un peronismo que sumó en todas las provincias 34,8 por ciento.
 
Una elección absolutamente polarizada que dejó al experimento Provincias Unidas prácticamente hundida con un 5,12 por ciento de votos. Pero este resultado, que le permitirá al Presidente enfrentar unas semanas con más tranquilidad, lo deja ya sin la red de última instancia que representaba la herencia del gobierno anterior. A partir de ahora, todo lo que haga, todo lo que toque, todo lo que rompa, será pura y exclusivamente su responsabilidad.
 
En cada elección los partidos invierten dinero para la campaña. Reciben donaciones, pero también una cuota que le corresponde por ley y que entrega el gobierno. Ahora, para estos comicios el presidente Milei consiguió un récord histórico porque su triunfo lo garantizó con un incremento neto de la deuda externa en 40 mil millones de dólares que le mandan desde la Casa Blanca. Por ahora superó el primer escollo, el electoral. Ahora tiene que garantizar gobernabilidad, pero sobre todo la entrega del país a los capitales norteamericanos que visitan de manera asidua la Argentina. Es lo que le reclama Trump y Scott Bessent. Los recursos naturales del país son la garantía de esos miles de millones de dólares que llegarán.
 
Estas elecciones reavivan un debate. ¿Qué lleva a muchas personas a votar en contra de sus propios intereses? Entendiendo por intereses, no sólo los económicos, sino también los culturales, los políticos, los derechos en general. La explicación de moda tiene que ver con la "política identitaria": esto es, quien vota en contra de sus intereses lo hace por defender una identidad, una autopercepción de su persona. Por ejemplo, el pobre que vota a la derecha que lo va a sumergir aún más en la indigencia, lo haría porque se auto percibe como miembro de una clase superior en la que se cree bienvenido.
 
Sin embargo, estos análisis a veces olvidan una explicación bastante más sencilla, que nunca debería descartarse como explicación de la conducta humana: la estupidez, que siempre encuentra el justificativo moral en la pertenencia a un sistema colonizador de conciencias. La estupidez es la conducta de quien produce un daño a otros sin que de ello derive un beneficio propio.
 
La Opinión Popular
 

26-10-2025 / 10:10
La elección de legisladores a nivel nacional tiene un doble peso: además de renovar el Congreso, será un plebiscito para Javier Milei. Las escuelas ya están abiertas. Las urnas esperan. Este domingo 26 de octubre, la Argentina decide mucho más que 24 senadores y 127 diputados nacionales. En esta jornada, el veredicto de 36 millones de electores funcionará como un plebiscito ineludible sobre la desastrosa gestión de Milei que, con la lengua afuera, está desesperado por mostrarle algo a Donald Trump.
 
El Gobierno, que hace poco pronosticaba un amplio triunfo en todo el país, llega a las elecciones con corrida cambiaria, escándalos de corrupción, una interna que lo paraliza y la difícil tarea de defender el 55% de 2023 y evitar que toda la atención se concentre en la provincia de Buenos Aires. Aun así, aspira a un resultado que le permita a Trump sostener su inédita intervención imperialista. En ese escenario, la oposición busca poner freno a la destrucción nacional que impulsa Milei.
 
En una jornada crucial, sin PASO y con el debut absoluto de la Boleta Única de Papel, los comicios legislativos reconfigurarán el centro de gravedad de la política nacional. El resultado no solo moldeará el Congreso que asumirá el 10 de diciembre, sino que definirá la gobernabilidad inmediata, la proyección de un Gobierno que viene de meses a la defensiva y los liderazgos de una oposición que ya mira hacia 2027.
 
El oficialismo, con La Libertad Avanza como única fuerza presente en los 24 distritos, llega a esta cita con una ventaja estructural: no pone bancas en juego en el Senado y solo renueva dos en Diputados. Su representación crecerá sí o sí. Sin embargo, el presidente y su ministro más poderoso, Luis Caputo, calificaron esta elección como más determinante que la presidencial de 2027.
 
La apuesta es alta. El crecimiento libertario se dará, en buena medida, a expensas de sus propios aliados. El PRO, socio electoral en distritos clave como Buenos Aires y CABA, pone en juego 21 de sus 35 bancas y ya cedió espacios y cabezas de lista a LLA. El Gobierno incluso puso en la cancha a dos ministros: Patricia Bullrich, como candidata a senadora por la Ciudad, y Luis Petri, como cabeza de lista en Mendoza.
 
Frente a ellos, el peronismo estrena a nivel nacional el frente Fuerza Patria, la marca que lo llevó a una victoria aplastante en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre. Pero este sello solo se repite en 13 provincias. De fondo, se disputa el liderazgo interno entre el gobernador Axel Kicillof, arquitecto del desdoblamiento electoral, y Cristina Kirchner, quien se opuso a esa estrategia. Cualquier resultado ajustado en el distrito que alberga al 40 por ciento del padrón puede reactivar una interna apenas contenida por la disciplina electoral.
 
Un tercer actor busca quebrar el duelo bipolar. Seis gobernadores -de Santa Fe, Córdoba, Chubut, Santa Cruz, Corrientes y Jujuy- conformaron el frente Provincias Unidas con la ambición de erigirse como una opción de poder real. Su performance, especialmente la de Córdoba, un feudo clave para Milei en 2023, pesará en la interpretación final del resultado nacional.
 
Lo que está en juego trasciende las bancas. Para el Gobierno, se trata de asegurar al menos un tercio del Congreso para ahuyentar el fantasma de un juicio político y garantizar la viabilidad de sus decretos de necesidad y urgencia y sus vetos. Su ambición máxima es un Congreso más amigable para impulsar reformas laborales, tributarias y previsionales.
 
Pero el resultado de hoy hará más que definir números. Dentro de la Rosada, dirimirá la interna sorda entre el armado político de los "Menem" que reportan a Karina Milei vs Santiago Caputo. Y fuera del país, las miradas están puestas en Washington. Trump ya advirtió: si Milei no gana, Estados Unidos no será "tan generoso" con la Argentina.
 
La Opinión Popular
 

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