Nacionales - 12-10-2025 / 10:10
EL TRAIDOR A LA PATRIA Y LOS ESPEJITOS DE COLORES
Milei vende el espejismo de que es posible ser una colonia yanqui y tener prosperidad económica
La derecha libertaria de Javier Milei suele vender la fantasía de que existe la posibilidad de ser una colonia yanqui próspera. Es una visión que trae interrogantes: el modelo neocolonial, ¿fracasa por impericia del imperio o por la voracidad de las élites económicas? Para ello hay que dejar de lado cualquier sentimiento de orgullo nacional. Hay que cambiar la frase de San Martín "seamos libres que lo demás no importa nada" por "seamos esclavos prósperos que lo demás no importa nada".
La derecha libertaria del cipayo Javier Milei suele vender la fantasía de que existe la posibilidad de ser una colonia yanqui próspera. Es una visión que trae interrogantes: el modelo neocolonial, ¿fracasa por impericia del imperio o por la voracidad de las élites económicas? Para ello hay que dejar de lado cualquier sentimiento de orgullo nacional. Hay que cambiar la frase de San Martín "seamos libres que lo demás no importa nada" por "seamos esclavos prósperos que lo demás no importa nada".
El espejismo es el siguiente: si uno se vuelve obediente de la potencia dominante, los norteamericanos motorizan miles de millones de dólares en inversiones que generan empleo y prosperidad. Un buen punto de partida entonces es analizar la situación económica y social de países de la región que llevan muchos años de alineamiento total con Estados Unidos. Si poner bases militares estadounidenses trajera bienestar, Colombia debería ser el país más próspero del planeta. Tiene siete bases en su territorio. Ahora gobierna una expresión de la izquierda nacionalista colombiana, Gustavo Petro, pero después de más de dos décadas de gobiernos de derecha.
¿Colombia es próspera? Un dato local: entre 2010 y el 2022 la cantidad de colombianos que viven en Argentina se multiplicó por siete. Pasó de 17 mil a 111.000. Se suele poner el foco en el crecimiento de los migrantes venezolanos para retratar la catástrofe social del gobierno de Nicolás Maduro -asediado por EE UU-, pero se oculta lo que pasa con la diáspora colombiana porque ha sido gobernada por la derecha. Los colombianos prefieren venir a la "infernal" Argentina porque pueden estudiar en la universidad pública y conseguir trabajo. Nada más y nada menos.
Otro país que estuvo absolutamente doblegado, y a lo mejor se justifica por su pequeño tamaño, es Honduras. En la década de 1980 fue la base de entrenamiento militar contra la revolución sandinista en Nicaragua. Los militares argentinos fueron para enseñar a torturar. En Honduras está la base de Soto Cano (Palmerola) desde 1982.
Estados Unidos la utiliza para que aterricen los aviones con los hondureños que Donald Trump deporta con su política de acusar a los migrantes por la falta de empleo y la delincuencia. Ahora gobierna Honduras Xiomara Castro, que conoce bien la injerencia gringa que motorizó el golpe de Estado contra su esposo Manuel Zelaya en 2009. ¿Honduras es próspero? El PBI per cápita es la cuarta parte del argentino.
Otro país con bases de EE UU es El Salvador. En este caso el modelo de intervención es más parecido al que se está proponiendo para Tierra del Fuego, una base de operación conjunta ubicada en Comalapa, cerca de la frontera con Honduras y Guatemala. La excusa ya no es la del siglo pasado, la batalla contra el comunismo, ahora es contra el narcotráfico.
Es muy difícil no afirmar que la lucha contra el narco es una excusa cuando se cruza información. En Colombia -se dijo- los americanos tienen siete bases. En mayo de este año la DEA presentó un informe en el que sostiene que el 80% de la cocaína que se consume en Estados Unidos se produce en Colombia. ¿Para qué sirven las bases entonces? ¿La famosa guerra fracasa o en realidad no hay ninguna guerra y se utiliza para intervenir? ¿Qué haría todo ese despliegue de fuerzas de seguridad y militares si no existiera el narcotráfico?
Los yanquis nunca apostaron a impulsar el desarrollo económico y social en la región. Los motivos son varios, entre otros porque el desarrollo puede colaborar con que se forme un bloque que genere un poco de contrapeso a la hegemonía de EE UU en el continente. Un buen ejemplo es México, que comparte 3000 kilómetros de frontera con EE UU. Ha mejorado su situación los últimos siete años bajo un gobierno que no practica el alineamiento automático con Washington, todo lo contrario de los espejitos de colores que la derecha vende.
La Opinión Popular
EE.UU. Y EL FMI APUESTAN AL TRIUNFO DE MILEI EL 26 Y A «SACAR A CHINA DEL PAÍS»
Bessent promete otra lluvia de inversiones
El rescate de EE.UU. viene de la mano del intento de convertir al país en un bastión de resistencia a China, y la promesa de inversiones en áreas estratégicas para consolidar su hegemonía
El éxito de la operación de la Administración Trump para el rescate del gobierno de Javier Milei dependerá, en gran medida, del interés que pueda despertar en empresarios estadounidenses para invertir en Argentina en un plazo relativamente corto. Los gestos de respaldo incondicional al plan económico argentino mostrados en las últimas semanas desde Washington, más allá de evitar en lo inmediato que Milei transforme a la Argentina en un estado fallido (palabras de Bessent), buscan que la inversión norteamericana desplace a la presencia china del Cono Sur en áreas estratégicas.
«Lo de China es lo más importante para Trump, lo que le está diciendo a la Argentina es que no dependan más de China, dependan de nosotros», fue la explicación que dio esta semana el ex director para el hemisferio occidental del FMI Claudio Loser, acerca de cuál sería el interés principal de Estados Unidos en involucrarse en la crisis financiera y cambiaria argentina. En su criterio, la intervención norteamericana en la economía argentina «busca alentar el acceso de empresas de su país en la explotación de minerales, tierras raras, energía» y otros insumos clave.
Desde fuentes oficiales estadounidenses se comentó el interés del gobierno de Trump en que empresarios de ese país se interesaran en invertir en la extracción y refinación de recursos naturales como el litio o tierras raras (principalmente utilizadas por la industria electrónica, tanto de uso doméstico como militar), en tecnología y en telecomunicaciones. Areas que, se sospecha, están en el radar de los planes de inversión de China y cuya presencia en la región preocupa, y mucho, al gobierno de Washington.
En cambio, es sabido que la Administración Trump tiene mucho menor interés en la presencia de inversiones norteamericanas en la industria automotriz y otras de similar despliegue manufacturero en Argentina. las señales del gobierno estadounidense son, en general, en el sentido de repatriar las inversiones.
Por ahora, la frase de Bessent en una entrevista para la televisión de su país («Milei está comprometido a sacar a China del país») no se sabe que esté escrita en ningún documento, pero no hay dudas de que forma parte de las intenciones expuestas por las autoridades estadounidenses. Y serán un capítulo necesario de las conversaciones que el martes tendrán lugar en la Casa Blanca entre el anfitrión, Donald Trump, y su visitante, Javier Milei.
La Embajada de China en Argentina ya expresó su rechazo a los dichos de Bessent, a través de un comunicado de su portavoz. «Las provocadoras declaraciones del secretario Scott Bessent al referirse a las relaciones entre la República Popular de China y la Argentina, y las cooperaciones con los países de América Latina y el Caribe, volvieron a dejar de manifiesto la mentalidad arraigada en los tiempos de la Guerra Fría que sigue caracterizando a algunos funcionarios estadounidenses».
«Esta cooperación siempre se ajusta a las necesidades e intereses estratégicos de ambas partes (...). En contraposición, Estados Unidos se dedicó durante años a intentar imponer su hegemonía interfiriendo en los intereses de los pueblos y controlar a los países de la región».
De este modo, Argentina quedó involucrada de modo directo en el conflicto internacional entre Estados Unidos y China, comprometido a partir no de un beneficio perceptible para su economía, sino simplemente a cambio de un salvataje de emergencia a una crisis financiera y cambiaria, sin certeza de por cuanto tiempo.
El especialista en finanzas internacionales Javier Timerman, argentino radicado en Nueva York, advirtió que tanto la perspectiva de Scott Bessent respecto de la situación argentina, como los compromisos asumidos en favor del gobierno argentino, están provocando controversias en Estados Unidos y no descarta una confrontación política sobre esa cuestión, dependiendo en gran parte de los resultados.
«La postura de Bessent es que Argentina tiene un problema de liquidez, que la política económica va en sentido correcto, pero el calendario electoral provoca incertidumbre y mayor volatilidad en los mercados y cierto caos financiero. Estados Unidos y el FMI están dispuestos a ayudar, pero sólo Estados Unidos puede actuar rápido. Así justificó Bessent la insólita intervención del gobierno en un mercado extranjero», explicó Timerman.
«Pero los sectores críticos de Bessent dicen en Estados Unidos que no se trata de un problema de liquidez, no es que Argentina se quedó sin dólares y si se los ponés, sale. El país tiene un problema estructural, no genera dólares y no atrae oferta, sólo atrae demanda de dólares. Necesita exportar lo que produce, pero lo que produce y exporta no alcanza para pagar importaciones, la deuda, los dividendos a inversores, la demanda de ahorristas, etcétera. Entonces, se preguntan para qué interviene Bessent si el problema de fondo seguirá existiendo. ¿Para ganar tiempo?»
El ganar tiempo estaría referido, entonces, en llegar a las elecciones del 26 sin caos financiero. Bessent reiteró varias veces que al gobierno «seguramente le va a ir bien» en las elecciones legislativas. Esta es su expectativa, y la del FMI.
Que, tras un triunfo en las elecciones, se lleven a cambio de la mano del FMI una serie de cambios legislativos en favor del capital extranjero --hasta un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos está en agenda--, el abandono definitivo de las bandas cambiarias --fuerte devaluación-- y ahí sí estén dadas las condiciones para el arribo de inversiones estadounidenses con la que sueña la Administración Trump.
Principalmente, para la explotación de recursos minerales --litio, uranio, tierras raras-- de alto valor estratégico. Con hegemonía estadounidense plena y el país convertido en un bastión de resistencia a la presencia china en la región.
Bessent, con Milei, Caputo y su equipo, comparten ese sueño húmedo. Un resultado adverso el 26 lo puede transformar en su pesadilla.
Por Raúl Dellatorre
Por: Demián Verduga
Fuentes: Página 12 y Tiempo Argentino