Nacionales - 27-09-2025 / 09:09
SON DEUDAS IMPAGABLES CON EXIGENCIAS COLONIALISTAS, PARA QUE MILEI INTENTE GANAR LAS ELECCIONES AHORA Y EN 2027
Chau soberanía: Con los préstamos, no se benefició el país, no dejaron nada, sólo el peso de una deuda récord
Al mismo tiempo que se conocían los detalles escabrosos de los tres femicidios, Javier "el Loco" Milei exhibía en Estados Unidos un papel con la patética ampliación de un mensaje de apoyo de Donald Trump a la Argentina. Arrinconado por una crisis financiera y política, el presidente argentino necesitaba con desesperación una reunión con Trump en la Casa Blanca, en la que nunca fue recibido.
Al mismo tiempo que se conocían los detalles escabrosos de los tres femicidios, Javier "el Loco" Milei exhibía en Estados Unidos un papel con la patética ampliación de un mensaje de apoyo de Donald Trump a la Argentina. Arrinconado por una crisis financiera y política, el presidente argentino necesitaba con desesperación una reunión con Trump en la Casa Blanca, en la que nunca fue recibido.
Viajó sin confirmación porque Trump estaba enfocado en la Asamblea General de la ONU que comenzaba en ese momento. El mandatario yanqui lo recibió unos minutos en dependencias de las Naciones Unidas. Tras darle la ampliación exclamó: "Estoy muy ocupado, ya está lo que querías, ¿ahora podemos irnos?". Y largó una carcajada. Con sonrisa de cachorro agradecido, Milei mostró el papel a la cámara.
Al día siguiente, en un largo mensaje de cuatro páginas en las redes, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, desplegó el programa de ayuda, condicionado a los resultados de las elecciones de octubre. En su desesperación, dos días antes, Milei y su ministro Luis "Toto" Caputo habían sacado hasta fines de octubre las retenciones al campo.
Bessent exigió que se volvieran a poner. Rápido como el rayo, las reinstaló pese a la furia de los productores. En esos dos días, la estatal china COFCO duplicó sus compras en Argentina y bajó las que había consignado en otros mercados, entre ellos, el de Estados Unidos.
Devaluación poselectoral, retenciones, base militar norteamericana en Tierra del Fuego, alejamiento de China, acuerdos para recomponer alianzas con el PRO y gobernadores cercanos, son algunas de las exigencias de Washington conocidas.
El condicionamiento sobre el resultado de las elecciones parece más una advertencia para impulsar el voto a Milei. Todo el esfuerzo del gobierno de Estados Unidos está puesto en convencer para que regresen a las empresas de su país que se trasnacionalizaron. No hay estímulos a las empresas para invertir afuera.
Alimentos, minería y energía están en sus prioridades. Milei entregó todo tipo de beneficios con la ley RIGI, pero no tuvo eco, más bien lo contrario, porque muchas corporaciones se retiraron de la Argentina, en parte por la crisis y en parte por los cambios en el mundo. El interés fundamental de Trump es geopolítico.
Estados Unidos considera a América Latina como su espacio de influencia y le resulta muy difícil detener el avance comercial de China en la región. Los chinos plantean negociar y comerciar desde el "respeto mutuo" y el "beneficio mutuo". Son negociadores duros, pero aceptan la negociación sobre esa base.
Sin negociar, la economía china es tan exuberante que resultaría arrolladora. Con el megapuerto de Chancay que construyó en Perú y con una ruta y un ferrocarril bioceánico, transandino y transamazónico planificados hasta el puerto del Ilheus en Brasil, China tiene asegurado su comercio con la región.
Cuatro de las economías latinoamericanas más grandes, Brasil, México, Venezuela y Colombia tienen gobiernos que no son afines a Washington. Con estos acuerdos que cancelan soberanía, Estados Unidos busca convertir a la Argentina en punta de lanza de sus intereses geopolíticos.
Con México negocia cada centímetro pese al tratado de libre comercio que los compromete, desplegó una flota de guerra frente a Venezuela y Cuba, y amenazó a Colombia y Brasil sin mucho resultado. El intercambio comercial de Brasil con India y China creció con "beneficios mutuos" en los últimos años, en contraste con una Argentina estancada.
Con los préstamos del FMI, no se benefició el país, no dejaron nada, sólo el peso de una deuda récord. Se lo dieron para que Mauricio Macri ganara las elecciones de 2019. El programa de ayuda que ahora ofrece Estados Unidos es más deuda y solamente busca respaldar a Milei en las elecciones de octubre y en las del 2027. Son deudas usadas como fuerza de ocupación en un mundo donde Estados Unidos trata de mantener su hegemonía en una zona que considera estratégica.
Con estas deudas impagables con condicionamientos colonialistas, toman el control de las relaciones internacionales, de la economía y del gobierno del país. Los norteamericanos saben que el país ya no puede pagar las cifras monumentales que le han prestado y sin embargo, le siguen prestando. Esa deuda no se puede pagar con dinero: se paga con la pérdida de soberanía, de independencia y de justicia social.
Con el trasfondo del horrible femicidio de tres jóvenes mujeres pobres, el gobierno endeudó aún más al país. Las deudas funcionan como fuerzas de ocupación. El femicidio de tres pibas pobres conmovió al país y no pudo evitar encuadrarse en la crisis económica, social y política. "El antifeminismo de Estado y el ajuste son letales" dijo el comunicado de Ni Una Menos.
En esa conjunción, el colectivo de mujeres sintonizó con otros colectivos dañados de manera cruel por las políticas oficiales, como los jubilados, los niños enfermos, los pacientes de salud mental, los discapacitados o los enfermos de cáncer. Y no resulta casual, porque esa lista enumera a los sectores más vulnerables que requieren respaldo, contención, reconocimiento y que este gobierno abandonó a la intemperie.
No se trata de caranchear sobre un hecho abominable. Pero el crimen tiene un contexto social y de género que no se puede ignorar. En ese sentido es un hecho político. Tampoco se trata de partidizarlo, sino entender que las soluciones de fondo provienen de decisiones políticas que este gobierno rechaza.
El reclamo por justicia no hace distinción entre los gobiernos provinciales o nacional. La responsabilidad de investigar y resolverlo es institucional. Lo que se puso en discusión fue la forma como el ámbito socioeconómico, al igual que los procesos culturales, condicionan el desarrollo de estas tragedias.
"No vengan a decir ahora que esto es un crimen de género" dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, molesta por el comunicado de Ni una menos. La ministra, que es candidata del oficialismo en CABA, empezó a revolear argumentos para demostrar que la provincia de Buenos Aires y La Matanza eran responsables de los crímenes.
Lejos del dolor y la lucidez de los familiares que reclamaban justicia por las chicas, la diputada Silvana Giúdice hizo demagogia. "No quiero que metan la política en esto -dijo la madre de una de las víctimas- sólo queremos justicia, que metan presos a los culpables.
La legisladora del PRO trató de responsabilizar al kirchnerismo: "mientras sucedían estos crímenes, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, hacía un viaje por el exterior ¿qué tenía que hacer el gobernador en Estados Unidos?".
Kicillof había viajado antes que se conociera el crimen. Había sido invitado a una reunión de mandatarios de América Latina y España para realizar un homenaje a Pepe Mujica. Junto a los presidentes de España, Colombia, Chile, Uruguay y Brasil, fue el único gobernador de provincia en una reunión que funcionó como la contracara de los discursos de Donald Trump y Benjamin Netanyahu en la ONU.
Por Luis Bruschtein
Fuente: Página 12