Entre Ríos - 07-09-2025 / 18:09
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL
Frigerio y el temor a que la coima de la hermana de Milei impacte en las elecciones de Entre Ríos
La preocupación de Frigerio es una: por primera vez se advierte que no está tan claro que los Milei puedan ganar las elecciones más que cómodos en todo el país. Ha quedado en el centro de la polémica la única persona de la que Javier Milei no se va a desprender jamás: su hermana Karina, aliada y socia de Frigerio en la provincia. No sólo aparece implicada en los polémicos audios por las coimas en Discapacidad, sino que está, en estas horas, bajo tela de juicio su estrategia electoral.
Nassim Nicholas Taleb, ensayista libanés de origen y naturalizado yanqui, publicó en 2007 su libro más reconocido: "El cisne negro". En pocos meses, la obra se transformó en un best seller mundial. El concepto central del libro es que un "cisne negro" es un evento inesperado, que genera un enorme impacto, capaz de alterar el curso económico, político y social de un país.
El escándalo que estalló tras la difusión de audios comprometedores del ahora exfuncionario Diego Spagnuolo (exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad) puso en el centro de la tormenta a Karina Milei, hermana del presidente y figura clave dentro del engranaje libertario. Spagnuolo habla de coimas en la compra de medicamentos para personas con discapacidad. Una bomba. Un cisne de plumas muy negras que descendió sin aviso e impactó en la Rosada y en la Casa Gris.
Karina Milei es la directora de la campaña electoral en Entre Ríos. Es Hermana del presidente, Secretaria general de la Presidencia, Jefa de LLA, Primera Dama, repostera, tarotista, bricolajista, le dicen El Jefe y para los libertarios es el ser humano más maravilloso del planeta. Pero también es improvisada, tilinga, recaudadora, cajera y alta coimera. Y es la socia jefa de Rogelio Frigerio en los comicios provinciales, a cambio de unas candidaturas irrelevantes.
Es que Frigerio se rindió ante Javier Milei, el que reprime discapacitados, gasea jubilados, desfinancia hospitales pediátricos, estafa seguidores, vende candidaturas, insulta opositores, reivindica dictaduras, plagia libros, amenaza adversarios, miente en las estadísticas, endeuda el país, habla y recibe consejos de perros muertos y fantasea con niños envaselinados. El porteño gobernador ató su suerte a ese personaje, como furgón de cola.
El escándalo llegó en el peor momento para Frigerio y los hermanos Milei: en la antesala de un test crucial en las urnas. Serán la primera gran medición del ánimo popular tras la crisis de corrupción que envuelve al Gobierno libertario. También marcará señales, definiciones y quizá hasta una fuerte amonestación para los libertarios, que llegaron al poder para "desterrar a la casta y la corrupción".
La preocupación de Frigerio es una: por primera vez se advierte que no está tan claro que los Milei puedan ganar las elecciones más que cómodos en todo el país. Ha quedado en el centro de la polémica la única persona de la que Javier Milei no se va a desprender jamás: su hermana Karina, aliada y socia de Frigerio en la provincia. No sólo aparece implicada en los polémicos audios por las coimas en Discapacidad, sino que está, en estas horas, bajo tela de juicio su estrategia electoral.
El lunes podrían haber celebrado la victoria junto a Juan Pablo Valdés, en Corrientes, pero Karina (y los primos Menem) fueron partidarios del purismo más absoluto. Primera lección: la marca Milei no es trasladable a cualquier elección provincial, como decían en La Libertad Avanza. Este año, en Santa Fe, LLA quedó tercera con un 23%. En Formosa, también tercera. En Misiones, segunda, pero lejos de pintar el mapa de violeta, como esperaban. La factura cae sobre "la cajera" Karina y los "castudos" Menem.
Ahora la mirada recae en los comicios de la provincia de Buenos Aires este domingo, una elección muy particular porque es la primera vez en la historia que Buenos Aires vota separada de la nacional, porque sus ocho secciones electorales son más populosas que medio país junto, porque no está claro el nivel de participación (y si el ausentismo le será favorable a alguien) y, sobre todo, por la incógnita del impacto que tendrá el caso coima de Karina en el votante.
El gobierno de los hermanos Milei soñaban con replicar en todo el país su performance en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde vencieron al macrismo (oficialismo) y al kirchnerismo. Frigerio se agarró de esa posibilidad. Pero el interior federal no es CABA. Es otro mapa, otro escenario, otro sistema electoral (el de boletas de papel). Y ahora, también, otro contexto, el de la corrupción libertaria.
Con el cierre de campaña teñido de polémica, el oficialismo ya no habla de victoria. Se conforma con "perder por poco" en varias provincias, admiten algunos libertarios, lejos de las cámaras y los micrófonos. El objetivo es resistir el embate de los candidatos apadrinados por Axel Kicillof, Cristina Fernández y Sergio Massa. Una batalla que ya no genera entre los libertarios el optimismo de un mes atrás.
Mientras tanto, en Entre Ríos, el arranque de la campaña para las elecciones del 26 de octubre se desarrolla bajo el mismo manto de incertidumbre: ¿Cuánto dañará a Frigerio y al espacio libertario este cisne negro que irrumpió con estrépito? Faltan menos de 50 días para la elección. Y aunque el resultado bonaerense influirá inevitablemente en el tablero entrerriano, hoy por hoy lo que domina el ambiente es un clima de desorientación y desánimo entre los libertarios.
Apenas dos meses atrás, en el PJ entrerriano sobrevolaba un pesimismo espeso. Guardaban silencio, el aire olía a derrota segura. Las encuestas no traían buenas noticias. Todo parecía teñido de negro para el peronismo provincial. Tan negro como el cisne que ahora perturba al propio Frigerio. Hoy, con los libertarios golpeados por el escándalo y sin una campaña visible en marcha, las encuestas inspiran poca confianza. Al presente, el entusiasmo es concreto entre los peronistas de Adán Bahl y Guillermo Michel.
También en el kirchnerismo provincial, que intuye una buena cosecha de votos de Carolina Gaillard, si se apalanca en su fuerte discurso anti libertario y no en la interna peronista. Del otro lado, los libertarios entrerrianos se mantienen casi en silencio. Aguardarán el veredicto de las urnas bonaerenses. Esperan un milagro. Que el cisne negro que cayó sobre la Casa Rosada no sea tan destructivo como aparenta.
¿Todo marcha de acuerdo al plan? Los mercados desconfían del Gobierno libertario, reflejado en la caída del Merval y el derrumbe de bonos y acciones. El ministro de Economía, el endeudador serial Luis "Toto" Caputo, se enfrenta a los bancos al aumentar los encajes al 60% para mantener control en subastas, con tasas que alcanzan el 75%. A pesar de la inflación anclada y el compromiso con el superávit fiscal, el clima cambiante pone en duda el triunfo de Milei en las elecciones. La imagen de su hermana Karina se ve empañada por acusaciones de corrupción, afectando la estrategia electoral.
La confianza en el Gobierno anarco capitalista cayó 13,6% en agosto y tocó el punto más bajo en la era Milei. Los analistas dicen que nunca nadie ha perdido elecciones por casos de corrupción, pero sí se pierden si se teme que la gestión no funcione. Las tasas ridículamente altas tienen un correlato directo en quien pretende comprar algo en cuotas. ¿Cómo llegarán a la cuarta semana de octubre los integrantes de los segmentos socioeconómicos más afectados, con las dificultades crecientes para llegar a fin de mes (se vota un 26) y las limitaciones en sus modos de vida?
El ajuste monetario que instrumenta la gestión Milei, con el fin de sostener el tipo de cambio y que no se dispare la inflación, también golpea al sector público provincial. En un cálculo preliminar, se registra un saldo de unos $ 12.000 millones mensuales, en promedio, menos de lo proyectado. Cae la actividad, cae Ingresos Brutos, cae la recaudación. Más allá de la alianza de subordinación de Frigerio con los hermanos Milei, Entre Ríos se encuentra dentro de las generales de la ley respecto de las transferencias no automáticas, que cayeron un 15%, en términos reales, respecto de agosto del año pasado.
La seudo estabilidad cambiaria y la desinflación dependen de una medicina muy dura: tasas altísimas en la bicicleta financiera y un freno marcado en la actividad económica y productiva. El Gobierno libertario eligió eso apenas asumió y sigue aún con esa nefasta receta, que Frigerio apoya. No se ha movido un renglón, confiado en que las urnas le darán la razón. Pero la gente y el mercado advierte que nada puede estar yendo de acuerdo al plan. ¿Logrará el peronismo federalizar y provincializar los comicios o el centralismo porteño de Milei-Frigerio impondrán el violeta el 26 de octubre?
La Opinión Popular
Milei perdió el plebiscito: ganaron el peronismo y Kicillof
Sostiene Martín Granovsky, columnista de Página 12, que tras las elecciones bonaerenses ya es posible sacar cinco conclusiones:
1)Perdió Javier Milei.
2)Perdió El Jefe Karina, presidenta y armadora de La Libertad Avanza.
3) No sólo Karina y Milei perdieron una elección: el gobierno fue arrasado en su primer gran plebiscito.
4)Ganó el peronismo.
5)Ganó Axel Kicillof.
Las cinco conclusiones revelan la superficialidad de algunos pronósticos hechos desde dos lugares impropios. Uno, desde el prejuicio. Otro, desde Marte. En ambos casos sin pisar la tierra ni considerar la vivencia de la gente. Milei no es Hitler, pero el suyo es el primer gobierno desde el nazismo que convirtió a los discapacitados en un blanco humano y una carga presupuestaria. No es poca cosa.
Era falso que no sería convocante una elección provincial en una provincia donde viven cuatro de cada diez votantes argentinos. Sólo podía afirmarse eso con certeza si no se tenía en cuenta la existencia de una realidad en la que se combinaron muchos factores: el precipicio económico de la vida cotidiana, el ataque brutal contra el salario directo e indirecto, la crueldad como sistema, la pérdida de confianza en el Presidente y, como remate, el KarinaGate. Cada uno de esos factores potenció al otro.
Nadie tiene comprado el futuro. Pero nadie es, literalmente, nadie. Ni siquiera una extrema derecha autoconvencida de su rol mesiánico y definitivo en la historia.
La consultora QSocial realizó un estudio nacional que cerró el 20 de agosto. Es decir, antes de que "Alta coimera" fuera un hitazo. Ya en ese momento Milei era desaprobado no sólo entre peronistas sino incluso en la categoría de arrepentidos libertarios, los que votaron por Milei en 2023. La mayoría de los consultados no lo veía, entre el 1° y el 20 de agosto, como un buen piloto de tormentas. Sólo el 35 por ciento lo consideraba honesto. Menos de la mitad conservaba un vínculo afectivo con él. Se derrumbaban la identificación y la confianza. Una hipótesis: si el estudio se hubiera hecho el viernes 5 de septiembre, 15 días después del 20 de agosto, sin duda las cifras serían peores por las derrotas parlamentarias, la agresión a los discapacitados y el KarinaGate.
La historia de los últimos 20 años realza aún más la victoria peronista. Aunque se trata de la primera elección bonaerense desdoblada, o sea que se trató de toda una novedad, la última elección intermedia en que ganó el peronismo en la Provincia fue en 2005. En ese entonces Cristina Fernández Kirchner obtuvo la senaduría nacional frente a Chiche Duhalde. Fue el símbolo de la ruptura final entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde.
Después de 2005, el peronismo perdió en 2009, y nada menos que con Néstor Kirchner de candidato, por 32.1 ante el 34.5 por ciento de Francisco de Narváez. En 2013 Martín Insaurralde perdió con el 31.5 contra el 43.4 por ciento de Sergio Massa. En 2017 CFK fue derrotada con 37.2 por ciento frente al 41.4 de Esteban Bullrich. Y en 2021 la derrota fue de Victoria Tolosa Paz, con 38.5 por ciento contra el 39.8 del entonces amarillo y hoy avioletado Diego Santilli.
Los análisis hechos desde Marte por los gurúes más ignorantes, tanto políticos como financieros, leyeron mal algunos fenómenos que sólo se veían apelando a una mayor modestia analítica y a una mayor cercanía con la realidad.
Leyeron mal la campaña. Efectivamente, salvo en la última semana los tres sectores del peronismo no coordinaron actos y consignas. El Movimiento Derecho al Futuro, La Cámpora y el Frente Renovador trabajaron, de hecho, en paralelo. Partieron de un cierre de listas complejísimo y, en general, cada sector hizo la suya. Pero esa falta de coordinación tuvo un efecto práctico positivo: salvo alguna pequeña escaramuza o una declaración fuera de ritmo, cada sector acumuló por su cuenta sin interferir en la acumulación ajena. Y las acumulaciones remataron en una abundancia impensada.
Las miradas livianitas también menospreciaron la fuerza de las construcciones territoriales y de sus campañas de cercanía con el vecindario. Los intendentes de los tres sectores traccionaron en su propio favor, porque no es chiste perder un concejo deliberante y perder significa quedar a tiro de derribo institucional. Pero esa tracción no fue contradictoria con la campaña de Kicillof. Al contrario: se alimentaron mutuamente. En simultáneo, al peronismo le fue bien, en algunos casos hasta la victoria, en distritos donde no gobierna.
La campaña del gobernador fue otro fenómeno mal leído en general. Kicillof logró combinar con éxito la agenda provincial y la nacional. Más todavía: encastró las dos en una sola. Y lo hizo de una doble manera.
Por un lado, sus redes mostraron abrumadoramente en TikTok, Instagram y Facebook a un político de enorme empatía con chicos y viejos. Sin preparación escenográfica, el gobernador fue filmado miles de veces mientras era vivado por pibes y pibas de escuela primaria y abrazado por jubiladas y jubilados. Eso se llama carisma.
Por otro lado, en unos 70 discursos pronunciados en el último tramo fue notorio un proceso muy típico de la política: la práctica cotidiana hace que un dirigente se vaya construyendo a sí mismo. Hasta saca para afuera y muestra características que quizás ni él conocía.
Al mismo tiempo, Kicillof fue dejando su discurso de docente universitario, que desagregaba temas. Lo cambió por argumentos surcados de frases fuertes y síntesis ilustrativas. "Milei cree que la Argentina es como un auto al que le ponés la latita encima y lo vendés", dijo en una de sus últimas apariciones.
Resiliencia es una palabra de moda. El gobierno bonaerense se fortaleció en su capacidad de adaptación frente a un Gobierno nacional que, además de agredirlo en el discurso, le recortó fondos en educación, transporte, seguridad, alimentación y salario docente. Pero avanzó un paso más, que tampoco fue muy advertido en la mayoría de los análisis pero sí permeó entre los bonaerenses.
Ese paso fue la narración sobre el propio ejercicio de gobierno, basado en la prioridad de la infraestructura, la salud, la educación y las políticas sociales. Una crítica habitual, desde fuera del peronismo y también desde adentro, señala que no hay una propuesta alternativa.
Es verdad que la provincia de Buenos Aires no maneja la macro, pero también es verdad que muestra, incluso dentro de una macro perversa como la de Luis Caputo y el Presidente, en qué aspectos de la micro y de la vida cotidiana hay que poner el acento cuando se administra un Estado. En un contrapunto creativo con otras provincias, ése puede ser un punto de partida hacia una propuesta nacionalmante abarcativa.
¿Y la interna? Es obvio que Kicillof quedó instalado, todavía más que antes, como uno de los referentes provinciales y nacionales del peronismo. ¿Qué hará con ese capital que acaba de acrecentar? Por lo que pudo establecer Buenos Aires/12 después de consultar a funcionarios y dirigentes, el plan no es convertir su instalación flamante en una guerra dentro del justicialismo.
Siguiendo con su estilo de los últimos dos años, Kicillof continuará sumando alianzas. Ya lo hizo en 2023, después de tejer con intendentes, dirigentes sociales y sindicales. Así fue que resultó consagrado como candidato a la reelección en la provincia de Buenos Aires. Y ganó. Inclusive en sus dos mandatos convivió en la gestión con los demás sectores. El ejemplo más visible es la relación de confianza entre el gobernador y el ministro de Salud, Nicolás Kreplak, un miembro de La Cámpora de sintonía diaria con el gobernador.
Ahora Kicillof jugará fuerte en las elecciones legislativas del 26 de octubre. Ningún jefe peronista podría quedarse afuera de esa pelea, y más aún después de un triunfo tan aplastante en su propio territorio.
Queda mucho por analizar, y mucho por observar. Por lo pronto, se cayó el argumento del "riesgo kuka". Las elecciones fueron una avalancha. Un triunfo de los dañados por Milei. Entre tanta visión mediocre, un analista asomó la cabeza con lucidez. Arnaldo Bocco, exmiembro del directorio del Banco Central y ahora consultor económico privado, difundió un paper sobre el panorama financiero previo al 7 de septiembre. Luego del análisis técnico hizo varias consideraciones finales:
*La incertidumbre de mercado se basa en la fragilidad del sector externo "dada por un modelo económico que basa sus esfuerzos en bajar la inflación mediante la apreciación cambiaria". Por eso, "no alcanza con un buen resultado del gobierno en septiembre y octubre para calmar al mercado".
*La suba de tasas "incrementa las tensiones".
*"Un buen resultado para el gobierno el domingo 7/9 podría calmar temporalmente la demanda de divisas, pero conforme se acerque la elección legislativa la dolarización se acelerará".
*"El mercado da por descontado que después de octubre el gobierno modificará el esquema cambiario porque la dinámica del sector externo es insostenible".
*"Más allá del mercado, la pregunta que emerge para después de las elecciones es: ¿cómo la sociedad tomará una nueva devaluación, con su consiguiente impacto inflacionario, tras dos años de sacrificios?".
La novedad de estas elecciones, aunque el futuro está abierto y nada es inexorable, ni para bien ni para mal, es que el peronismo pasó de la resiliencia a la ofensiva. Y, si profundiza el aggionamiento y la amplitud, puede volver a ser competitivo.
La Opinión Popular