La Opinión Popular
                  03:34  |  Viernes 04 de Julio de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

Por
“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
Recomendar Imprimir
Entre Ríos - 03-07-2025 / 12:07
EX DIPUTADO PROVINCIAL

Edgardo Jakimchuk: Milei y el riesgo de la nostalgia fascista

Edgardo Jakimchuk: Milei y el riesgo de la nostalgia fascista
Milei nunca busco construir una oratoria que no se muestre como tal. No disimulo su proyecto de destrucción. Nunca busco suavizar el despojo, la injusticia y el dolor. El creciente desencanto de gran parte de la sociedad con la política, le permitió articular relatos que, por repetición, estandariza lo improbable, lo irracional y también odio, eslabón indispensable para la unión entre los individuos en proceso de fascistización.
 
Lo beneficioso de la gramática democrática es su disposición para vehiculizar la realidad, que no es otra cosa que la contemplación de la existencia real y efectiva de los hechos, a través de las palabras. Somos testigo del ascenso de un lenguaje profundamente agresivo y hostil, fenómeno que no solo refleja una alteración en la retórica política, sino que también tiene profundas implicaciones en el entramado social y democrático.
 
El uso de la violencia verbal y descalificadora se ha convertido en un pilar de la comunicación del régimen libertario. Su estrategia no es casual; busca capitalizar el descontento social para deslegitimar la política y movilizar a sus bases leales. Esto abre amplísimas interpretaciones sobre si no estamos transitamos tiempos fascistoide.
 
Fascista no es una categoría caduca en el lenguaje político. Tiene vigencia y es pertinente para definir a sujetos que políticamente piensan y operan de modo antidemocrático estando contenidos dentro de las fronteras de la propia democracia.
 
Roland Barthes, semiólogo y filósofo estructuralista, considera que el lenguaje es fascista, porque es restrictiva. Responde a la estrecha relación entre lenguaje e ideología y por su tendencia al dogma, a la afirmación. Todo discurso o acción que se desvía de la afirmación dogmática, a través de las palabras se debe convertir en elementos convincente sin responsabilidad ética alguna.
 
La narrativa mileista avanza cuando se desinteresa del maniqueísmo que trazar limites como: "nosotros (los libertarios) y los otros (los orcos, los kukas, las cucarachas, mandriles, zurdos hdp", un límite producto de lo que, Ludwig Wittgenstein filosofo del lenguaje, describe "los límites del lenguaje son los límites del mundo que lo representa su ideología".
 
Esta dicotomía extrema le ha permitido a los libertarios avanzar con narrativas utilizando el temor como una herramienta para justificar la opresión y la censura.
 
Por cierto, Milei nunca busco construir una oratoria que no se muestre como tal. No disimulo su proyecto de destrucción. Nunca busco suavizar el despojo, la injusticia y el dolor. El creciente desencanto de gran parte de la sociedad con la política, le permitió articular relatos que, por repetición, estandariza lo improbable, lo irracional y también odio, eslabón indispensable para la unión entre los individuos en proceso de fascistización. 
 
Si bien es cierto que el gobierno no se consolida como lo que solemos entender en términos del fascismo pasado, hay evidencias claras que apuntan contra las instituciones democráticas. Basta recordar la encuesta ordenada por Santiago Caputo: "Queres vivir en democracia o preferís autoritarismo que te garantice buenos resultados económicos".
 
El autoritarismo no siempre aparece de forma evidente. A veces, las palabras y relatos construyen realidades que ocultan su naturaleza insidiosa y las consecuencias que ellas acarrean. Una amplia mayoría se fascino con "Viva la libertad, carajo", "vamos por la casta inmunda" "vamos a ir a buscar a los zurdos de mierda" sin reparar que, en esas expresiones mimetizada, encierra una insinuación al ordenamiento diseñado por y bajo mando fascista.
 
Estas frases paradojales no son novedosas, ya hemos vivido un tiempo con otras frases como "el silencio es salud", "algo habrán hecho" que gozaba del mismo poder paradojal, el de plantear en nombre de algún "bien" el silencio abrazado a la sumisión y a la censura.
 
Hannah Arendt sostenía que en la lógica fascista hay una "alianza temporal del poder de la turba y la élite económica". Esto explica de alguna manera el apoyo a las palabras y acciones violentas del presidente por parte de las corporaciones económicas y financieras. Una alianza que encuentra coincidencias para controlar los excedentes entre el capital y el Estado en el proceso productivo. El fascismo y el capitalismo no son enemigos.
 
Un aspecto preocupante es no recuperar rápidamente el control de nuestra mirada sobre el peligro que resulta la forma de conducción de un personaje megalómano, ridículo, antinatura, sin sentido, que expresa la degradación de amplios sectores sociales. Es entendible que la desazón de muchos argentinos puede nublar el juicio critico y aceptar las políticas sin cuestionarlas. En necesario volver a mirar la realidad, para que nos demos cuentas que el desprecio es omnipresente en el mundo libertario.
 
Este ridículo que nos gobierna dice que sobre temas personales y políticos es aconsejado por sus "hijos de cuatro patas", cada uno cumple un rol estratégico: "Milton muestra futuro, Murray elabora enfoque filosófico, Robert me ayuda a ver mis fallas y me contiene, al tiempo que combate contra la oscuridad y Conan arma la estrategia". Hegel decía que hechos y personajes de la historia se muestran dos veces, y Marx lo completa, una vez como tragedia y otra como farsa. Milei diariamente se empeña en convertirse en la reiteración farsesca del fascismo pasado. Cuando digo farsesca lo digo por las palabras que componen su narrativa y por la mezcolanza ridícula con que la compone.
 
Fuente: Informe Digital
 

NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar