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Internacionales - 24-05-2025 / 09:05
24 DE MAYO DE 1964: TRAGEDIA DEL ESTADIO NACIONAL DEL PERÚ

Más de 300 muertos en el partido que Argentina logró el pasaje a los Juegos Olímpicos de 1964

Más de 300 muertos en el partido que Argentina logró el pasaje a los Juegos Olímpicos de 1964
La policía tiró gases y los hinchas murieron aplastados contra las puertas.
El 24 de mayo de 1964 se produce la mayor tragedia de la historia del fútbol. En el estadio Nacional de Lima, juegan las selecciones del Perú y la Argentina, en la final del Preolímpico. Había 47 mil personas en las tribunas. La albiceleste se imponía por 1 a 0 a falta de 6 minutos cuando se produjo el empate.
 
Sin embargo, el árbitro, Ángel Pazos, de Uruguay, anuló el tanto. Entonces, hubo hinchas que quisieron entrar a la cancha y la policía comenzó a reprimir, mientras en las tribunas peleaban aficionados locales y argentinos. Los uniformados trancaron las puertas de salida, y miles de personas quedaron encerradas. Al mismo tiempo, se arrojaron gases lacrimógenos. En total, murieron 338 personas y más de 500 resultan heridas. El grueso de las víctimas pereció por asfixia. Es considerada como la mayor tragedia en un estadio de fútbol de todos los tiempos.
 
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Más de 300 muertos en el partido que Argentina logró el pasaje a los Juegos Olímpicos de 1964

 
Más de 300 muertos en el partido que Argentina logró el pasaje a los Juegos Olímpicos de 1964
 
Otra vez a los Juegos Olímpicos, otra vez a Tokio  El fútbol argentino repitió la clasificación 56 años después. Una curiosa coincidencia que el equipo logró el pasaporte sin perder ningún partido tanto en 1964 como ahora. Y otra coincidencia es que el entrenador era en aquella ocasión Ernesto Duchini, un especialista en divisiones inferiores, tal como lo es Fernando Batista, el entrenador de la actual sub 23.
 
Lo lamentable, lo triste, es la tragedia que envolvió a aquel torneo en el partido en el que se enfrentaron Perú y Argentina en el Estadio Nacional el 24 de mayo de 1964.
 
Llegaban a la última fecha Argentina (precedida por victorias ante Colombia, Ecuador, Chile y Uruguay) y Perú, que luchaba con Brasil la segunda plaza para los juegos. El equipo argentino, que formó ese día con Cejas; Morales, Bertolotti, Perfumo, Pazos; Malleo, Mori, Manfredi; Cabrera, Domínguez y Ochoa, se puso en ventaja con un gol de Manfredi a los 18 minutos del segundo tiempo y parecía encaminarse hacia una nueva victoria.
 
A los 35 de ese segundo periodo, disputaron la pelota en el aire Horacio Morales y el peruano Victor Lobatón y la pelota viajó a la red. Los 45.000 espectadores presentes en el Estadio Nacional celebraron la conquista, pero el árbitro uruguayo Ángel Eduardo Pazos levantó todo lo que pudo y estiro su pierna derecha para marcar que hubo "plancha" y anuló la acción.
 
Un hincha apodado el "Negro Bomba" saltó al césped para agredir al árbitro, pero fue detenido por la policía. Enseguida otro barrabrava quiso agredir al árbitro con el cuello de una botella, y entonces el juez decidió dar por terminado el partido por falta de garantías.
 
Los hinchas comenzaron a arrojar botellas, piedras, butacas y todo lo que tenían a mano mientras prendían fuego las instalaciones de madera de las tribunas. La policía soltó a sus perros y lanzó gases lacrimógenos hacia las gradas, lo que provocó un desbande general. Miles de hinchas se dirigieron entonces hacia las salidas del estadio, pero varias puertas estaban cerradas y terminaron aplastados o asfixiados. El saldo oficial fue de 328 muertos y más de 500 heridos.
 
El gobierno nacional declaró siete días de duelo, canceló todos los actos oficiales y promulgó una ley que suspendía las garantías individuales por 30 días. El diputado peruano Genaro Ledesma, del Frente de Liberación Nacional, solicitó que el árbitro Pazos fuera inhabilitado de por vida y que se anulara el partido, pero no tuvo eco en su reclamo.
 
El juez Benjamin Castañeda fue uno de los encargados de revisar los hechos. Años después concluyó en su informe judicial que la investigación del Gobierno no reflejaba el número real de víctimas, ya que allí se omitieron aquellos que murieron por disparos de la policía.
 
Castañeda señaló al ministro de Gobierno Juan Languasco como el verdadero responsable de la tragedia. El funcionario, que se encontraba en el estadio durante el encuentro, nunca fue procesado.
 
Aquel 1964 fue un año turbulento para la sociedad peruana por la inflación, las huelgas de trabajadores bancarios, metalúrgicos y universitarios, y los levantamientos de campesinos en zonas rurales y andinas. En este contexto, el juez Castañeda declararía años después que la tragedia de Lima no fue producto de un simple error de un policía, sino parte de un plan represivo llevado adelante por el gobierno conservador del presidente Fernando Belaúnde Terry, que había adquirido recientemente las bombas lacrimógenas que se arrojaron en el Estadio Nacional para contener las crecientes protestas.
 
En lo estrictamente deportivo, se dio por ganado el partido a Argentina, y Perú y Brasil disputaron el pase a los JJOO en un partido que se disputó en Río y en el que los locales ganaron por 4-0. En los Juegos de Tokio Argentina quedó rápidamente eliminada después de empatar con Ghana y perder con Japón.
 
En la cobertura de aquellos hechos del 64, El Gráfico resaltaba los incidentes que se produjeron ese mismo día en un partido entre Independiente y Banfield "que pudieron generar una tragedia similar...".
 
El técnico argentino Ernesto Duchini declaró después de aquel fatídico partido: "Hubiera preferido la más humillante de las derrotas antes que una victoria en medio de esta tragedia".  
 
Por Juan José Panno
 
Fuente: Página12

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El ultraderechista José Antonio Kast será el nuevo presidente de Chile tras imponerse en la segunda vuelta electoral, según los conteos del Servicio Electoral chileno. Con el 95,18% de las mesas escrutadas, Kast de la Unión Demócrata Independiente (UDI), alcanzó el 58,30% de los votos, superando a su contrincante, la izquierdista Jeannette Jara (Partido Comunista de Chile), que obtuvo el 41,70%.
 
El próximo 11 de marzo, Kast, quien es cercano al presidente de Argentina, Javier "el Loco" Milei; y al condenado expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibirá el traspaso de poder de manos del presidente progresista Gabriel Boric, e iniciará un periodo de Gobierno que culminará en el 2030.
 
Tras darse a conocer los resultados, la representante del del Partido Comunista de Chile reconoció su derrota. "La democracia habló fuerte y claro. Me acabo de comunicar con el Presidente electo, José Antonio Kast, para desearle éxito por el bien de Chile", escribió Jeannette Jara en su cuenta de X. "A quienes nos apoyaron y fueron convocados por nuestra candidatura, tengan claro que seguiremos trabajando por avanzar en una mejor vida en nuestra patria. Juntos y de pie, como siempre lo hemos hecho", concluyó.
 
La convocatoria, de participación obligatoria, se definió en un clima totalmente polarizado debido a las militancias ideológicas de Kast y de Jara y reunió a unos 15,7 millones de chilenos. Los ciudadanos chilenos acudieron a votar tras una campaña dominada por el miedo y las cuestiones de seguridad, la economía y la inmigración, así como por las críticas a la administración actual de Boric.
 
El candidato del Partido Republicano es un abogado ultraconservador de 59 años. Esta fue la tercera vez que compite por la Presidencia. Su debut fue en el 2017, pero solo obtuvo el 8 % de los votos y Sebastián Piñera se alzó como el ganador. Volvió a intentarlo en el 2021, cuando sí logró pasar a la segunda vuelta, pero terminó perdiendo contra Boric. No ha ocupado un cargo ejecutivo antes.
 
En la primera vuelta Jara obtuvo el 26,85 % de los votos, mientras que Kast alcanzó el 23,92 %. En tercer lugar, quedó Franco Parisi con el 19,71 % de los sufragios. El creciente protagonismo público de Kast revivió históricos antecedentes familiares que suscitaron críticas y cuestionamientos pero que, al final, no hicieron mella en los votantes.
 
Uno de los datos más polémicos es la militancia nazi de su padre, Michael Kast Schindele, un ciudadano alemán que se inscribió en el partido de Adolf Hitler a los 18 años; que combatió a sus órdenes durante la Segunda Guerra Mundial y que, con Alemania derrotada, logró escapar de los aliados. En 1950 se mudó a Chile, en donde décadas más tarde apoyó al dictador Augusto Pinochet. De hecho, Michael Kast Rigi, uno de los hermanos del candidato, fue ministro de Trabajo y presidente del Banco Central durante la dictadura.
 
El presidente argentino, Javier Milei, celebró la victoria de Kast. "Un paso más de nuestra región en defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada. Estoy seguro de que vamos a trabajar juntos para que América abrace las ideas de la libertad y podamos liberarnos del yugo opresor del socialismo del siglo XXI", escribió en X.
 
Del mismo modo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, publicó en redes sociales: "Felicitaciones al presidente electo de Chile por su victoria. Estados Unidos espera colaborar con su administración para fortalecer la seguridad regional y revitalizar nuestra relación comercial". Dios los cría y el Diablo los amontona.
 
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