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Internacionales - 24-04-2025 / 09:04
EL 24 DE ABRIL DE 1965 ESTALLA LA REVOLUCIÓN CONSTITUCIONALISTA CONTRA LA DICTADURA DOMINICANA

Insurrección popular de Caamaño Deño y desembarco de la Infantería de Marina yanqui

Insurrección popular de Caamaño Deño y desembarco de la Infantería de Marina yanqui
Escenas de la Revolución Dominicana del 24 al 28 Abril de 1965.
El Día de los Trabajadores y una tradición de conquistas sociales logradas por la lucha popular
Escribe Blas García

El 24 de abril de 1965 fuerzas armadas dominicanas al mando del coronel Francisco Caamaño Deño, con fuerte apoyo civil, inician una insurrección popular contra el gobierno de facto de Joaquín Balaguer que había derrocado al presidente constitucional Juan Bosch.

Sin ningún tipo de justificación, sin mediar siquiera relaciones diplomáticas con esa República, los Estados Unidos, después de situar sus barcos de guerra frente a la capital dominicana, declararon con su habitual insolencia que si el Gobierno de Balaguer solicitaba ayuda militar, desembarcarían sus tropas contra la insurgencia del pueblo dominicano.

EE.UU. era gobernado por el texano Lyndon B. Johnson, quien afirmó: "No toleraremos otra Cuba en el Caribe". Y ordenó aplicar la "diplomacia de las cañoneras". Con la cantinela de proteger la vida y los bienes de sus ciudadanos norteamericanos, desembarcaron en Santo Domingo.

Que el poder de Balaguer fuera absolutamente espurio, que cada pueblo soberano de América debe tener derecho a resolver sus problemas internos sin intervención extranjera, que existan normas internacionales y una opinión mundial, que incluso existiera una O.E.A., no contaban para nada en las consideraciones de los EE.UU.

Lo que buscaban era impedir la revolución popular dominicana, reimplantando los odiosos desembarcos de su Infantería de Marina, sin más base ni requisito legal que la simple solicitud de un gobernante tiránico, ilegítimo y en crisis.

Escribe Blas García
 
 
Gobierno de Juan Bosch

El 30 de mayo de 1961 una lluvia de balas terminaron con la larga y nefasta vida del dictador Rafael Leónidas Trujillo, de quien el presidente yanqui Franklin D. Roosevelt había admitido, con cierto cinismo, que "Trujillo es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta".

Un títere de Washington, el conservador Joaquín Balaguer, asumió la presidencia a la muerte de Trujillo. Duró lo que un suspiro: en 1962 renunció refugiándose en la Nunciatura. Lo sustituyó otro peón del imperialismo que llamó a elecciones en diciembre de 1962.

Del sufragio, monitoreado por la Organización de Estados Americanos (OEA), saldría triunfante el Partido Revolucionario Dominicano de Juan Bosch, un profesor de perfil socialdemócrata que iba a cometer, a ojos de los Estados Unidos, el peor de los pecados: legalizar al Partido Comunista.

Bosch ganó las elecciones el 20 de diciembre de 1962, asumió el 27 de febrero de 1963 y siete meses después fue derrocado por una conspiración cívico-militar del general Elías Wessin y Wessin que contaba con el apoyo de la oligarquía, el gobierno de EE.UU y las cúpulas de las iglesias Católica y Evangélica.

Se instauró una dictadura muy corrupta y represiva, que se conoce como el Triunvirato. Tan proyanqui como Balaguer, se apresuró a hacer los deberes devolviendo a la ilegalidad a los comunistas y a todos los grupos de izquierda.
 
 
Insurrección popular de Caamaño Deño y desembarco de la Infantería de Marina yanqui 
Coronel Francisco Caamaño Deño. 

Revolución constitucionalista

El 24 de abril de 1965 estalló la revolución constitucionalista contra la dictadura del Triunvirato. Los "constitucionalistas" eran una amalgama de militares y civiles armados al mando del coronel Francisco Caamaño Deño, el gran nombre de esas jornadas. Tras una fugaz transición, Caamaño asumiría la presidencia de la república con el aval de los diputados y senadores destituidos por el golpe de 1963. Las refriegas dejaban, entre tanto, un saldo de decenas de muertos y centenares de heridos.

Caamaño toma parte protagónica en el movimiento revolucionario, dando declaraciones ante de salir a las calles a luchar por la constitucionalidad. Fue proclamado Presidente de la República por el Congreso Nacional en 1965, en medio del combate y con la anuencia del presidente Bosch que se hallaba exiliado en Puerto Rico.


Invasión militar yanqui

EE.UU. era gobernado por el texano Lyndon B. Johnson, quien creyó que le estaba viendo las orejas al lobo. "No toleraremos otra Cuba en el Caribe", dijo. Y ordenó aplicar la "diplomacia de las cañoneras" y respaldar a la Junta Militar al mando del derechista general Wessin y Wessin.

Con la eterna cantinela de proteger la vida y los bienes de sus ciudadanos norteamericanos, desembarcaron Santo Domingo los primeros 500 marines. El 29 se sumaron dos batallones de la famosa 82 División Aerotransportada -hoy en Irak-.

El 28 de abril se produce la invasión militar dispuesta por el gobierno de los Estados Unidos para sumarse a las fuerzas derechistas que se resistían al movimiento de militares constitucionalistas que querían devolver al pueblo dominicano el gobierno legítimo y democrático derrocado. 42.000 soldados y más de cuarenta naves de la Armada estadounidense participan en esta operación militar.

Sin ningún tipo de justificación, sin mediar siquiera relaciones diplomáticas con esa República, los Estados Unidos, después de situar sus barcos de guerra frente a la capital dominicana, declararon con su habitual insolencia que si el Gobierno de Balaguer solicitaba ayuda militar, desembarcarían sus tropas en Santo Domingo contra la insurgencia del pueblo dominicano.

Que el poder de Balaguer fuera absolutamente espurio, que cada pueblo soberano de América debe tener derecho a resolver sus problemas internos sin intervención extranjera, que existan normas internacionales y una opinión mundial, que incluso existiera una O.E.A., no contaban para nada en las consideraciones de los Estados Unidos.

Lo que sí contaban eran sus designios de impedir la revolución dominicana, la reimplantación de los odiosos desembarcos de su Infantería de Marina, sin más base ni requisito para fundamentar ese nuevo concepto filibustero del derecho que la simple solicitud de un gobernante tiránico, ilegítimo y en crisis.

Se organiza en nuestro país una campaña contra el envío de tropas argentinas y en Buenos Aires, la agitación estudiantil y la multitudinaria manifestación que, en el Congreso, repudió la invasión yanqui y la capitulación de la OEA, terminó con sangre: cayó asesinado Daniel Grinbank, un chico de 18 años.

Por la JP, el dirigente Gustavo Rearte viaja a la República Dominicana, llevando el apoyo del peronismo a la lucha que libraba el coronel Francisco Caamaño Deno contra los invasores yanquis. En esos días de movilización, el que esto escribe comenzó su militancia antiimperialista.
 

Caamaño parte al exilio

A mediados de junio, los marines y la Fuerza Interamericana de Paz que integraban Honduras, Nicaragua, Paraguay, Brasil y Costa Rica, ocuparon a tiros unas 30 cuadras de la zona "constitucionalista".

Luego de las negociaciones del cese al fuego, Caamaño deja el poder en manos de Héctor García Godoy, quien prepararía la transición a la democracia. El 3 de septiembre Caamaño dimitía ante una muchedumbre, en la plaza de la Fortaleza de Ozama. El 23 de enero de 1966, Caamaño y su familia partieron hacia Londres.


La Casa Blanca y triunfo electoral de Balaguer

En 1966 Joaquín Balaguer, apoyado por el Cuerpo de Marines de Estados Unidos que invadieron la Republica Dominicana durante la Revolución de Abril, ganó las "elecciones". El 21 de septiembre de 1966 las tropas yanquis daban por terminada su vergonzosa misión.

Balaguer gobernó la República Dominicana hasta 1978. Durante su régimen de 12 años fueron asesinados muchos jóvenes de la izquierda, entre ellos, Henry Segarra, Amin Abel Hasbún, Dr. Guido Gil, Maximiliano Gómez -el Moreno-, Amaury Germán Aristy y sus compañeros del grupo Los Palmeros.

Escribe: Blas García

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14-06-2025 / 20:06
14-06-2025 / 09:06
De forma unilateral, el Estado genocida de Israel, agresivo y expansionista, lanzó un ataque sobre Teherán. En su desesperación, el ultraderechista Benjamin Netanyahu ordenó bombardear zonas de la capital de Irán. Estados Unidos, principal aliado de Israel, declaró que estaba al margen de este ataque, pero el Estado sionista está armado hasta los dientes por el imperialismo yanqui y lanzó este ataque esperando contar con su apoyo. El ataque de Israel a Irán generó la reacción de Teherán y el mundo entró en máxima tensión. Unos 150 misiles cayeron sobre Tel Aviv y Jerusalén. Donald Trump dijo primero que había sido una decisión unilateral de Netanyahu y luego advirtió que "los próximos ataques podrán ser más brutales". Rusia rechazó la escalada. China hizo un llamado a la moderación. Javier "el Loco" Milei redobló su alineamiento cipayo con EE.UU. e Israel.
 
Antes, Israel había lanzado un ataque masivo sin precedentes contra Irán, donde bombardeó instalaciones nucleares y militares en una operación que la República Islámica consideró "una declaración de guerra". Los bombardeos israelíes asesinaron a altos mandos iraníes, entre ellos el comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami, el jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri y su número 2, Gholamali Rashid. "Hasta ahora 78 personas han muerto y más de 320 resultaron heridas por el ataque de Israel. La mayoría de ellas son civiles", dijo el embajador iraní ante la ONU, Amir Iravani, en el Consejo de Seguridad.
 
Aunque poco después de los primeros ataques israelíes, el gobierno de Estados Unidos habló de una "acción unilateral" de Tel Aviv contra Teherán, este viernes el presidente Trump dijo que Israel intervino porque se agotó un plazo de 60 días que él mismo había fijado a Irán para firmar un acuerdo nuclear y amenazó al gobierno de Masoud Pezeshkian con exponerse a ataques "aún más brutales". El conflicto también sacudió los mercados, ante el temor de que pueda interrumpirse el suministro de petróleo.
 
Una fuente oficial estadounidense confirmó que Estados Unidos está ayudando a Israel a interceptar los misiles lanzados contra el país. Trump consideró que la ofensiva inicial israelí había sido "muy exitosa" y subrayó a la cadena CNN que su gobierno "por supuesto" que apoya al de Israel y que lo hace "como nunca nadie lo ha hecho antes". El mandatario republicano nada entre dos aguas luego de de que Israel atacara a Irán a pesar de que él pidió públicamente a Netanyahu que no lo hiciera.
 
El gobierno de Netanyahu atraviesa un momento de creciente aislamiento diplomático, por el deterioro de su imagen internacional a causa del genocidio que está cometiendo sobre el pueblo palestino. En este contexto de presión externa y crisis interna, el gobierno israelí ha optado por escalar el conflicto regional mediante ataques aéreos contra Irán, su principal rival estratégico. Esta acción imperialista no solo representa una intensificación peligrosa del enfrentamiento bilateral, de guerra abierta entre ambos países, sino que también eleva significativamente el riesgo de una guerra regional con consecuencias impredecibles para la paz y la estabilidad de Medio Oriente.
 
La Opinión Popular
 

09-06-2025 / 20:06
09-06-2025 / 20:06
09-06-2025 / 19:06
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