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                  06:54  |  Martes 02 de Diciembre de 2013  |  Entre Ríos
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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 23-04-2025 / 10:04
UNA VERDAD INCÓMODA PARA LOS LIBERTARIOS

¿Por qué el Loco Milei y los anarco capitalistas odiaban al Papa Francisco?

¿Por qué el Loco Milei y los anarco capitalistas odiaban al Papa Francisco?
La muerte del Papa Francisco no solo conmueve al mundo católico, sino que también desnuda una batalla oculta: la que libró hasta sus últimos días contra la ultra derecha internacional, Donald Trump, Jair Bolsonaro, el Opus Dei y sus aliados políticos, entre ellos, el núcleo duro libertario que hoy gobierna Argentina. El alivio que hoy respiran los sectores más conservadores de la Iglesia y ciertos círculos de poder no es por simple antipatía, sino porque Bergoglio fue el único pontífice que les hizo frente. A lo largo de su papado, Francisco cuestionó al capitalismo salvaje y, en especial, al mundo financiero global usurario por ser inmoral e injusto. El mismo que el Loco Milei defiende.
La muerte del Papa Francisco no solo conmueve al mundo católico, sino que también desnuda una batalla oculta: la que libró hasta sus últimos días contra la ultra derecha internacional, Donald Trump, Jair Bolsonaro, el Opus Dei y sus aliados políticos, entre ellos, el núcleo duro libertario que hoy gobierna Argentina. El alivio que hoy respiran los sectores más conservadores de la Iglesia y ciertos círculos de poder no es por simple antipatía, sino porque Bergoglio fue el único pontífice que les hizo frente. A lo largo de su papado, Francisco cuestionó al capitalismo salvaje y, en especial, al mundo financiero global usurario por ser inmoral e injusto. El mismo que el Loco Milei defiende. 
 
Francisco les arrebató lo que más valoraban: privilegios, autonomía y poder. En 2022, reformó los estatutos del Opus Dei, eliminando su estatus de "prelatura personal" -una suerte de gobierno paralelo dentro de la Iglesia- y obligándolos a someterse al control directo del Vaticano. Les exigió transparencia financiera, el fin de estructuras feudales (como la servidumbre de mujeres laicas) y la erradicación de prácticas aberrantes, como el espionaje espiritual: informes basados en confesiones sacramentales que luego se usaban con fines políticos y económicos.
 
La resistencia fue feroz. Según fuentes vaticanas, el Opus Dei presentó dos reformas estatutarias "tibias", y Francisco las rechazó de plano. Ahora, con su muerte, la organización conservadora tiene vía libre para retroceder en los cambios y recuperar terreno perdido. Aquí entra en juego otro actor: el núcleo ideológico del gobierno de Milei. Alberto Benegas Lynch (padre), referente clave de su espacio, no ocultó su odio: exigió suspender relaciones con el Vaticano mientras allí "prime el espíritu totalitario de la Teología de la Liberación".
 
La conexión no es casual. El Opus Dei fue el brazo derecho de Juan Pablo II en su cruzada global contra el comunismo, apoyando regímenes dictatoriales en América Latina y combatiendo toda expresión de izquierda dentro y fuera de la Iglesia. Francisco, en cambio, fue su némesis: denunció la "economía que mata", defendió a los migrantes y desmanteló redes de influencia eclesiástica que operaban como un Estado dentro del Estado.
 
Para los libertarios argentinos, Francisco era un "populista" que cuestionaba el libre mercado y hablaba de "justicia social", un concepto que choca con su ultra individualismo radical. Por otro lado, los conservadores y sus aliados perdieron influencia en el Vaticano. Francisco purgó a cardenales ultraconservadores y les cortó el flujo de dinero opaco.
 
La derecha católica nunca perdonó que un papa latinoamericano rehabilitara a figuras como Leonardo Boff o Gustavo Gutiérrez, a quienes ven como "comunistas infiltrados". Con Francisco muerto, los conservadores y sus aliados apurarán su contraofensiva. Buscarán un nuevo papa más afín -quizás un europeo conservador- y presionarán para revertir sus reformas. En Argentina, Milei, que se cansó de insultar y maldecir al Papa, ya no tendrá que lidiar con un líder global que cuestionaba su nefasto modelo neoliberal.
 
Pero hay una ironía histórica: el Papa que el desquiciado Milei y sus huestes libertarianas despreciaban era el más popular del mundo. Y su legado -una Iglesia cercana a los pobres y lejos del poder- será difícil de borrar. Mientras el gran poder económico internacional y la oligarquía nativa celebran en silencio, millones de fieles lloran al único pontífice que resolvió enfrentarlos. El último acto de esta guerra, recién comienza.
 
La Opinión Popular
 

 
CAPITALISMO E INEQUIDAD
 
La doctrina económica del papa Francisco
 
El papa Francisco reiteró en su papado que, así como el mandamiento de "no matar" pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, también se tiene que decir "no a una economía de la exclusión". Criticó la teoría del derrame y advirtió que no se puede confiar en la mano invisible del mercado.
 
El papa Francisco y su compromiso con los excluidos del sistema. Uno de sus primeros gestos disruptivos de su papado: lava los pies a presos en Jueves Santo, una tradición que remonta a la Última Cena de Jesús con sus apóstoles.
 
Varias son las facetas que identifican el ciclo del papado de Francisco, una de ellas, que ha sobresalido, es la observación crítica del funcionamiento del capitalismo global. La Doctrina Social de la Iglesia abarca aspectos sociales, políticos, económicos, familiares y culturales. En este marco conceptual, el papa Francisco enfatizó, en exhortaciones apostólicas, encíclicas, declaraciones y discursos públicos, la cuestión económica.
 
A lo largo de su papado, cuestionó al capitalismo y, en especial, al mundo financiero global por ser inmoral e injusto. En estos años, el Vaticano ha sido sede de seminarios, organizados por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, en donde se ha debatido y cuestionado, en duros términos, el papel de la deuda como instrumento de dominación de países.
 
El papa Francisco ha denunciado que las deudas externas de países vulnerables se inscriben en la tensión acerca del abuso del capitalismo financiero globalizado sobre el Estado-Nación.
 
Otros papas se han ocupado de las miserias y desigualdad del capitalismo. Lo hicieron con un mensaje eclesiástico basado en una posición moral. Francisco avanzó desde esta instancia, incorporando observaciones críticas acerca de su funcionamiento, al identificar los principales actores beneficiarios de un sistema injusto.
 
 
Los primeros cuatro No de Francisco
  
El puntapié inicial fue la exhortación apostólica Evangelli Gaudium, del 24 de noviembre del 2013, apenas nueve meses desde el comienzo de su papado, que luego se complementaron con tres encíclicas, entre las que se destaca Laudato sí.
 
El capítulo dedicado a la cuestión económica, de la primera de las nueve exhortaciones apostólicas de Francisco, define su posición sin ambigüedades:
 
1. No a una economía de la exclusión.
2. No a la nueva idolatría del dinero.
3. No a un dinero que gobierna en lugar de servir.
4. No a la inequidad que genera violencia.
 
Las encíclicas y las exhortaciones son documentos de enseñanza doctrinal y constituyen el legado de los papas en su reinado. Resulta ilustrativo exponer los principales conceptos económicos expuestos en la Evangelii Gaudium porque ofrece un atractivo contrapunto a este período de dominio de políticas económicas de derecha.
 
 
Cuestionamiento a la teoría del derrame
 
El papa Francisco escribió que, así como el mandamiento de "no matar" pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, también se tiene que decir "no a una economía de la exclusión y la inequidad". Afirmó que "esta economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la Bolsa. Eso es exclusión".
 
Denunció que no se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre, para señalar que "eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida".
 
Advirtió que se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Describió la cultura del "descarte" que se promueve, ya que no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: "con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera".
 
El papa Francisco sentenció que "los excluidos no son "explotados" sino desechos, "sobrantes". Luego cuestionó a quienes todavía defienden las teorías del "derrame", que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo.
 
"Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia", afirmó.
 
 
El fetichismo del dinero y el becerro de oro
  
La Evangelii Gaudium definió que las crisis financieras hacen olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: "¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano".
 
Ilustra que la crisis mundial, que afecta a las finanzas y a la economía, pone de manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo, la grave carencia de su orientación antropológica, que reduce al ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo.
 
"Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas", sentencia.
 
 
Endeudamiento, consumismo y corrupción
  
Indica, además, que la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real.
 
A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales. Apunta que, en este sistema que tiende a fagocitar todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta.
 
Los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado, unido a la inequidad, es doblemente dañino para el tejido social. Así, la inequidad genera, tarde o temprano, una violencia que las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán jamás.
 
"Sólo sirven para pretender engañar a los que reclaman mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, más que aportar soluciones, crean nuevos y peores conflictos. Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en una "educación" que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos", explica.
 
Para destacar que "esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países -en sus gobiernos, empresarios e instituciones- cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes".
 
"La inequidad es la raíz de los males sociales", escribió el papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelli Gaudium, del 24 de noviembre del 2013, puntapié inicial de la construcción de la doctrina económica de su papado.
 
 
La causas estructurales de la inequidad
 
La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no sólo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar a la sociedad, sino para sanar de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y que sólo podrá llevarla a nuevas crisis.
 
Los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y, en definitiva, ningún problema. La inequidad es la raíz de los males sociales.
 
"Ya no se puede confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado", definió el papa Francisco.
 
El crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone, requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo.
 
Para concluir que "estoy lejos de proponer un populismo irresponsable, pero la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral y creando así nuevos excluidos".
 
El papa Francisco escribió la exhortación apostólica Evangelli Gaudium hace doce años y tiene una actualidad notable cuando se observa el devenir del capitalismo global y, a la vez, es una descripción crítica precisa de la orientación y consecuencias de la política económica del gobierno de Javier Milei.
 
Por Alfredo Zaiat
 
Fuentes: El Destape y Agencia Nova
 

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01-12-2025 / 09:12
En Diputados, con una impunidad ante la que vale detenerse, la legisladora macrista Marilú Quiroz organizó una jornada de seis horas contra "la obligatoriedad y compulsividad" de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Vimos a un tipo que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores. Los objetos metálicos "se le pegan al cuerpo", ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos.
 
Lo más parecido a esto que se vio el jueves debe ser el conjunto de infradotados, vestidos de búfalo, que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. El acto, el de acá, fue autorizado por la presidencia de la Cámara de Diputados.
 
Al margen del espanto y las denuncias de toda autoridad científica, ya con siete niños muertos de sarampión y tos convulsa por no estar vacunados, se desconocen presentaciones judiciales o procederes de oficio. Hubo un delito. Un atentado contra la salud pública.
 
¿Hecho menor, por haberse tratado de un grupo de delirantes bien que ocupando parte del edificio parlamentario? ¿O símbolo gigantesco?
 
Basta recorrer por encima los temas dominantes de la agenda publicada para advertir el momento prácticamente bizarro de nuestra política. Es el accionar gubernamental, es la plancha desconcertante en que está sumida la oposición y son las consecuencias de ese estadio. ¿Será la calma o desviación temática que preceden a alguna tormenta o, acaso, un clima destinado a permanecer durante largo rato?
 
La guerra entre la AFA, el Gobierno y los medios oficialistas, operada desde el efectismo de un campeonato de escritorio y una formación de pasillo dando la espalda a los campeones, se lleva por varios cuerpos el conversatorio periodístico, digital y vaya a saberse si, también, masivo. Es de esos disparadores que invitan a la básica y poderosa pregunta de si no pasa nada más importante en el país.
 
Los títulos de casi toda la prensa ametrallan sin parar, incluso a través de "noticias" y variantes fragmentadas -sobre el mismo tópico- que se suceden una tras otra. Pocas veces se vio algo semejante, tan desembozado.
 
Hasta un imberbe percibiría que no destrozan a la AFA por sus desaguisados ni por arbitrajes escandalosos, que desde ya sobran. El centro indesmentible es privatizar la actividad futbolística hasta el extremo que sea posible, pero eso ni siquiera es mencionado de refilón por la militancia independiente de los bufones oficiales.
 
Desde el Presidente de la Nación hasta su ministra de Seguridad instalaron el asunto con rango de gravedad nacional. Se supone que una cosa es la pasión desenfrenada que el fútbol desata en Argentina. Y que otra, completamente distinta, es llevar el caso a una cuestión de Estado ligada a negociados formidables. Sólo se supone.
 

30-11-2025 / 12:11
La concentración de fachos en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los represores fue un fracaso. No fue nutrida ni contó con la asistencia de las caras más conocidas del reclamo pro-dictadura. Sus organizadores debieron levantar sus petates a las apuradas cuando un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) se acercó para avisarles que estaba llegando la manifestación por Palestina, que los sextuplicaba en participantes.
 
El que recibió el mensaje fue Guillermo Sottovia, uno de los organizadores de la movida fallida, que dice ser piloto civil e hijo de un oficial de la Aeronáutica. A Sottovia no le quedó más remedio que agarrar el megáfono maltrecho que tenían e iniciar la retirada. -Nos tenemos que ir, no por cobardes, sino para demostrar que ellos son los violentos -dijo.
 
Hasta segundos antes, Sottovia había estado a los abrazos con Carlos Pampillón, el dirigente neonazi marplatense procesado por atacar un monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Pampillón palmeaba a algunos hombres con uniformes y los llamaba "héroes" mientras se abría paso por la Plaza de Mayo.
 
Asunción Benedit estaba contenta porque casi había más fotógrafos que concurrentes. Ella se había puesto un pañuelo negro en la cabeza como forma de identificarse: no solo en oposición a las Madres de Plaza de Mayo sino porque también dice estar de "luto" por los represores presos.
 
Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH), hay 22 criminales de lesa humanidad presos en cárceles comunes y 63 en la Unidad 34 de Campo de Mayo, considerada una prisión VIP por sus comodidades.
 
Tanto Asunción como su hermano, el diputado nacional entrerriano Beltrán Benedit, suelen visitar a los condenados y procesados por secuestrar, torturar y desaparecer personas. Ella sostiene que no solo hay que pedirle al gobierno de Javier "el Loco" Milei por su libertad, sino también reivindicar su accionar represivo.
 
"La esperanza es lo último que se pierde", dijo la mujer que pululó por distintas organizaciones pro-dictadura. "De hecho podemos estar haciendo este reclamo. Si fuera con otro gobierno, ya estaríamos presos", concedió, aunque no esconde su desazón porque la administración de La Libertad Avanza (LLA) no hizo más para tener al genocida Alfredo Astiz y compañía fuera de las cárceles.
 
Conformaron un grupúsculo que se dio en llamar Unidos por la Sangre Derramada, pero, en realidad, lo que derramaron fueron peleas internas. Hasta hace diez días, Orlando González se presentaba como el coordinador general de la iniciativa. El tema se complicó cuando se contó quién era el personaje: un represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) condenado a prisión perpetua y que se encuentra en arresto domiciliario. Aficionado a la fotografía, el "Hormiga" González solía retratar a sus víctimas.
 
En Plaza San Martín se hicieron grandes actos para oponerse a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y para reclamar una amnistía general. Las concentraciones eran mucho más nutridas que las de este sábado en Plaza de Mayo. Pese a eso, con megáfono en mano, Sottovia afirmaba: "Tenemos poder ahora de cambiar la historia. Nunca se hizo un acto como éste". Patético.
 
La Opinión Popular
 

29-11-2025 / 10:11
Con un señor en cueros haciendo equilibrio para que no se le caiga un pedazo de fierro que sostenía en sus grandes pectorales flácidos empezó en el Congreso la reunión antivacunas que convocó la diputada oficialista Marilú Quiroz.
 
El hombre quedó "imantado" por las vacunas, según denunciaron, mientras el Senado retrasaba, hasta que ingresen los nuevos senadores, la discusión sobre la incorporación de la rionegrina oficialista Lorena Villaverde, ya rechazada por la comisión de Asuntos Constitucionales por sus antecedentes vinculados con el narcotráfico.
 
El INDEC retocó los índices de crecimiento para ocultar que el país está en recesión desde principios de año. Pero cuando se habla con los industriales, parecen vacas que van al matadero al balbucear que igual respaldan a este gobierno "porque es el único que se preocupó por la macro".
 
La pobreza de pensamiento de la clase empresarial produce hasta molestia física. Cuestionan aspectos como los antivacunas o la corrupción del famoso tres por ciento, pero no pueden ver que se intenta cambiar la matriz productiva y que el primer paso es el industricidio.
 
Aplauden como focas un proyecto de reforma laboral que atrasa 200 años las relaciones de trabajo, mientras tienen que cerrar sus propias empresas. Esta semana Whirlpool cerró la fábrica de Pilar, que había inaugurado hace tres años con una inversión de 50 millones de dólares.
 
Desde noviembre de 2023, cerraron más de quince mil empresas. Las patronales del campo pensaban que tenían la vaca atada pero ahora, con un dólar barato, tienen que afrontar insumos inflacionados, rutas abandonadas e inundaciones y sequias sin asistencia.
 
"Unos 220 obreros quedaron en la calle por el cierre de Whirlpool" adujo el periodista. El economista oficialista Miguel Boggiano, hijo de un ex juez de la Corte menemista, explicó: "Pero ahora tenés a 850 mil que van a comprar más barato el lavarropa". Aplazado el economista Boggiano, porque los desocupados y los que tienen bajos salarios dejaran de comprar lavarropas, heladeras, televisores, bicicletas, motos, etc., etc. Sin comprar nada de eso, la mayoría de los argentinos no llega a fin de mes con lo que gana.
 
Con este proyecto de país, industriales y comerciantes se van al bombo o se ajustan y los patrones rurales se achican. En contrapartida, las tecnológicas, extremistas del discurso anti Estado, reciben subsidios. El capital concentrado trata de volcarse a la energía, la minería y la timba financiera, que son los únicos que crecieron realmente. Y el INDEC funciona como vaselina con dibujos de los índices de crecimiento, de inflación o de consumo, para que el infierno parezca paraíso.
 
El Gobierno que salió airoso de las elecciones de medio término, ahora se dirige a cobrar el premio. Un Consejo de Mayo inútil, que no resuelve nada, pensado para una foto mentirosa que quiera dar la imagen de "diálogo", anunció que antes de fin de año el gobierno enviará al Congreso un proyecto de Reforma Laboral, que no tuvo consenso ni fue aprobado por ese Consejo por el nivel esclavista que propone para los trabajadores.
 

28-11-2025 / 10:11
El presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Ricardo Diab, alertó por el cierre de empresas en Argentina, y entre las principales causas detalla la baja en el consumo y la apertura de importaciones que impulsa el gobierno de Javier "el Loco" Milei. Diab mencionó el reciente cierre de Whirlpool, que dejó a 220 personas sin trabajo, y el de la láctea La Suipachense señalando que estas no son "grandes empresas" pero si son significativas.
 
Vale recordar que la CAME tomó partido por Milei antes del balotaje con Sergio Massa, apoyó públicamente el mega DNU del presidente en diciembre de 2023 sobre la desregulación total de la economía y respaldó junto a otras cámaras de grandes empresas el endeudamiento de Luis Caputo ante el FMI.
 
En primer lugar, el presidente de CAME sostuvo que la baja en el consumo "hace que el comercio en sí mismo no demande a la industria producto por este mismo motivo. Nosotros solicitamos otras alternativas de incentivo al consumo, en lo que tenía que ver con los planes de cuota a largo plazo que dio en un momento facilidades en la forma de estirar el salario".
 
Sin embargo, indicó que no tuvo éxito porque el Estado no interviene en las cuestiones de los privados: "Si los bancos no acceden, no aceptan o las plataformas de tarjeta, es muy difícil llevarlo a cabo". A esto se le suma la apertura de importaciones: "Muchas empresas ven que no son competitivas con respecto a productos que vienen fundamentalmente de China". El empresario señaló que incluso en rubros como el alimenticio se observa un aumento de productos importados que compiten con los nacionales.
 
Aunque el comercio internacional es "imprescindible", para Diab en el crecimiento económico en tecnología y materias primas, ciertos sectores nacionales no logran ser competitivos, lo que "lleva al cierre". Observó, además, que la tendencia es "creciente", al punto que empresarios que no tenían entre sus proyectos ser importadores, ahora lo están analizando.
 
El dirigente también destacó el impacto de la carga tributaria en la competitividad de las empresas argentinas. "Si sabemos que automáticamente cualquiera de nuestros productos tiene un 50% de impuesto, ya partimos de una situación impositiva muy difícil de resolver", afirmó, y comparó la situación con otros países que tienen menores cargas o distintos estilos de producción.
 
En cuanto al mercado laboral, Diab fue contundente al señalar que "en línea genérica, no hay actividad que esté demandando empleo". Explicó que, aunque una adecuación de la legislación laboral es necesaria, no será suficiente "si no hay demanda productiva". El presidente de CAME reconoció que, si bien la gente no consume porque "no tiene salarios buenos", las propias empresas, en especial las PyMEs, están imposibilitadas de mejorar esos salarios sustancialmente debido a la falta de rentabilidad y la fragilidad del contexto económico.
 
La industria nacional, a contramano de los datos que promociona el Gobierno de Milei, sigue en un pozo del que no puede salir. "Estamos inmersos casi en un círculo negativo donde los mismos que declamamos no lo podemos llevar a cabo fácilmente", afirmó. Además, el dirigente mencionó que, si bien han dialogado con el Gobierno, "el Estado hoy no interviene absolutamente en nada que tenga que ver los privados".
 
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27-11-2025 / 10:11
El industricidio avanza gracias a las políticas neoliberales de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo. Ya pasó un mes de aquellas elecciones legislativas donde Milei logró un triunfo que hizo crecer la soberbia de su gobierno, lo cual impulsa la reforma laboral que propone. No obstante, se enfrenta a un panorama complicado que lo desafía por completo.

A un mes de la "Argentina" violeta, se acumulan los despidos en fábricas ante la apertura de importaciones. Whirlpool cerró la planta de Pilar inaugurada en 2022 y despidió a sus 220 trabajadores. Asimismo, el consumo continúa en caída libre mientras que diciembre se avecina con nuevos aumentos que sigue golpeando más de un bolsillo. Por su parte, el salario continúa congelado y no hay sueldo que aguante.

Sin embargo, el Gobierno anarco capitalista hace vista ciega y avanza a fondo por la reforma laboral. Tal es así que el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, reunió este miércoles (26/11) en Casa Rosada a los miembros del Consejo de Mayo y, pese a la falta de consensos, anunció que la administración libertaria enviará el proyecto al Congreso el próximo 9 de diciembre.

Si los tiempos avanzan como pretende Milei, la reforma laboral se debatirá al filo o durante la Navidad y Año Nuevo anticipando semanas difíciles para aquellos trabajadores que perdieron su empleo, lo que se intensificó en los últimos días luego de la victoria electoral de La Libertad Avanza, donde nada cambió para la economía real pese al rescate del INDEC.

Las pálidas continúan y están a la vista de todos los argentinos. Sin ir más lejos, los datos del último informe de CEPA, que abarca hasta agosto, sostienen que desde que Milei inició su gestión, por día cierran 30 empresas y, en total, se destruyeron 276.000 puestos de trabajo registrados. "Creer o reventar", dice la frase.

Por su parte, el INDEC que conduce Marco Lavagna quedó en el centro de una nueva polémica por una sugestiva corrección de los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) para evitar que la economía entre en recesión técnica. El organismo que en septiembre la actividad económica tuvo un incremento de 0,5% en comparación con agosto, un dato mucho mejor que el estimado por las consultoras privadas que preveían una caída de entre 0,1% y 0,3%. Dibujando los números, el gobierno logró evitar ese título negativo pese que el tercer trimestre fue el más afectado por la inestabilidad económica consecuencia de las elecciones.

En tanto, los principales bancos y consultoras nacionales e internacionales recortaron sus previsiones de crecimiento para la economía argentina en 2026. Según el relevamiento de FocusEconomics, el Producto Bruto Interno se expandirá menos de la estimación previa. El ajuste refleja un escenario menos optimista y expone el desgaste del discurso libertario, que hasta ahora muestra más promesas que resultados.

El relato libertario remacha que la economía empieza a mostrar signos de recuperación, pero la realidad en las góndolas y en los bolsillos cuenta otra historia. El consumo masivo sigue estancado, sin el menor atisbo de mejora en la segunda mitad del año. Los datos publicados por el Indec este miércoles son contundentes: las ventas en supermercados cayeron a nivel intermensual y ya suman seis meses consecutivos de baja hasta septiembre. El golpe al consumo es tan fuerte que, en la comparación interanual, las ventas también retrocedieron. El ingreso de productos importados que compiten con los de fabricación nacional, el dólar barato y el encarecimiento de los costos productivos alientan la desindustrialización y el desempleo.

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