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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 22-04-2025 / 10:04
NO LES ALCANZA CON AJUSTAR... BAJARON 5 MANGOS EL DÓLAR Y YA PIDEN UNA MEDALLA

El Loco Milei y el Toto Caputo festejan el acuerdo con el FMI que es la demostración total de su fracaso

El Loco Milei y el Toto Caputo festejan el acuerdo con el FMI que es la demostración total de su fracaso
Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo amanecieron con ganas de aplausos. En lugar de anunciar mejoras reales en el bolsillo de la gente, el ministro de Economía prefirió subir a la red social X para sacarse una selfie verbal con el dólar y exigirle disculpas a medio país. Sí, leyó bien: Caputo quiere que los economistas y periodistas que alertaron sobre una devaluación le pidan perdón... porque, según él, no hubo tal cosa.
Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo amanecieron con ganas de aplausos. En lugar de anunciar mejoras reales en el bolsillo de la gente, el ministro de Economía prefirió subir a la red social X para sacarse una selfie verbal con el dólar y exigirle disculpas a medio país. Sí, leyó bien: Caputo quiere que los economistas y periodistas que alertaron sobre una devaluación le pidan perdón... porque, según él, no hubo tal cosa.
 
"Dólar en $1.065, por debajo del oficial previo al cepo", escribió con tono de goleador que grita el empate. Como si con eso alcanzara para calmar la inflación, mejorar los salarios o frenar la recesión. Para el gobierno anarco capitalista, la estabilidad momentánea de la divisa es prueba irrefutable de su genialidad. Para el resto, sigue siendo un número que poco tiene que ver con la realidad de millones de argentinos.
 
En el país de la flotación entre bandas, que están lejos de serlo sólo respecto de la cotización del dólar, el Gobierno libertariano parece haber comenzado "bien", "tranquilo", "firme", "a paso seguro", "con los mandriles domados", su nueva etapa ficcional. ¿Hasta dónde dura una ficción? ¿Hasta que termina la película porque se acepta el código de dejarse llevar por los giros argumentales? ¿O hasta que resulta obvio cuál es la trampa del guion, y entonces cabe esperar el desenlace como una letanía?

Transitoriamente, se festeja el éxito del fracaso. Sucumbió llegar a las elecciones sin tocar al dólar y con una inflación que bajaría al 1 por ciento mensual. Los mandriles tuvieron razón. El tipo de cambio estaba retrasado y aún semeja estarlo, junto con la impresionante pérdida de reservas. El Fondo Monetario le hizo morder al Gobierno el polvo de la derrota. Y hay, en ese aspecto, contradicciones aparentes. Milei festeja que el FMI lo obligó a hacer lo que no quería hacer. 

Es innegable que Washington volvió a proveer un respaldo a priori insólito, violando todo precepto de cuidado frente a un incumplidor serial como la Argentina. El costo es un papelón, no de Estados Unidos o quizás también. Es de Milei y sus econochantas. Juraron no devaluar. Lo hicieron día tras día, y en cada entrevista presidencial con sus mascotas vivas. Y los explosivos que iban a situar en el Banco Central se transformaron en fortalecerlo, convirtiendo una deuda en pesos, intra-estatal, en otra en dólares. Otra más.
 
Cuando hay gobiernos de derecha no se devalúa: se flota. No se declara default: se reperfila. No sube la inflación: disminuye la velocidad en que baja. No aumentan los precios: se corrigen. No suben las tarifas: se sinceran. Y se toman préstamos que no te endeudan.
 
Luego, siendo que el Gobierno mantiene dosis de imagen positiva considerables y que en la semana del levantamiento parcial del cepo no hubo terremoto alguno, ¿hasta dónde ese papelón de su marcha atrás es visto en efecto como tamaña cosa? ¿O más bien es cuestión de que lo ficcional continúa enseñoreándose porque "en algo hay que creer"?
 
La Opinión Popular
 

 
Sinteticemos lo objetivo de toda objetividad.
 
Los individuos, no las personas jurídicas, ahora pueden comprar dólares en el mercado oficial. Quedó habilitado remitir utilidades al exterior, pero sólo las generadas a partir de este año. Se accede más fácil al pago de importaciones. Y se enchufan bonos para la circulación entre stock y empresas vinculadas. Punto, prácticamente.
 
Después se verá si los exportadores no amarrocan y si en agosto, cuando haya terminado la liquidación de la cosecha gruesa, queda un saldo comercial favorable para tirar hasta octubre y acumular reservas. O si empiezan a fumarse antes los dólares frescos del Fondo, que es de lo que el fugador compulsivo Caputo Toto sabe un montón.
 
A tono con el Día de la Marmota, para variar, no hay manera de que estas especulaciones tácticas no vayan a concluir en la tragedia perpetua.
 
Lo será a "largo" plazo porque la apoyatura estadounidense bancará los trapos financieros, so pena de que el experimento argentino vuele por los aires cuando es su punta de lanza en la región. ¿De qué otro modo podría interpretarse la "ayuda" renovada e impactante de los Estados Unidos que, al igual que la inédita visita de Scott Bessent, tiene el objetivo mayor de enmarcar a Argentina en la disputa contra los chinos?
 
O bien, lo será en un período corto-mediano porque, por caso, lo pone en riesgo una escena electoral en que la inflación vuelve a decir lo suyo. Es un ingrediente desafiante para el Gobierno. A los pobres ya no hay mucho más que sacarles. Ergo, como señala Carlos Heller, el botín es o vuelve a ser la clase media, que regula el comando del humor masivo.
 
En un artículo reciente publicado en La Tecl@Eñe, Ricardo Aronskind refuerza las dos percepciones que chocarán en las próximas semanas. O incluso, bastante más allá.
 
Por un lado, ahora "podemos" comprar dólares. La traducción a imaginario sería "lo que siempre quisimos hacer". Por otro, están subiendo los precios, erosionando los ingresos, sin que nuestros salarios puedan alcanzarlos.
 
Agregado a eso, el fracaso anti-inflacionario y el cambiario se dan en el contexto de un año electoral. La derecha libertarista aún está robusta, y la macrista oscila entre ladrarle y acompañarla.
 
Es una gran atracción, para la política opositora, erigirse sobre el proceso inflacionario que el propio mileísmo había colocado como estandarte de la máxima reivindicación posible para las masas.
 
"La paradoja es que hablar sólo de la inflación y desentenderse de los problemas estructurales del país, casi invisibles para la mayoría despolitizada y desinformada, es seguir reforzando los mantras que la derecha ha sabido imponer".
 
La "baja de la inflación", como añade el economista e investigador, sólo significa que los precios fijados por las empresas suban cada vez un poco menos. No importa a qué niveles ya llegaron, ni cómo quedó la capacidad de compra de las personas concretas.
 
Es así que el máximo anhelo argentino sería que la inflación no suba más (todavía), con lo cual se cristaliza una pésima distribución del ingreso.
 
Resulta muy interesante ese concepto paradojal de que detenerse únicamente en lo inflacionario, como zanahoria más a mano del discurso opositor, en verdad asienta a los espejos de colores del oficialismo.
 
Ocurre que no se trata "apenas" de una trampa cazabobos, sino que revela las graves carencias propositivas del conjunto de la oposición y, en particular, de la más combativa. De por sí, hay un elemento que no se presta a polémicas: quienes contienden contra el modelo reinante corren detrás, invariablemente, de todas las acciones y provocaciones que suscitan Los Hermanísimos y Compañía.
 
Puede ser el "Che, Milei", al margen de la certeza de sus apuntes, o casi cualquiera de las críticas que despierta el andar oficial. Nunca están por delante. Siempre a la zaga.
 
Eso lleva a la pregunta de cuánto incide la ausencia de propuestas alternativas en la falta de un liderazgo unificador, por parte de la oposición que se pretende auténtica.
 
Interrogado de otro modo y para reiterar por enésima vez, ¿habría la lucha por momentos desaforada, en torno a quién conduce al peronismo, si estuviera más claro qué es lo que quieren edificar como opción?
 
En ese sentido, y como ejemplo nada menor, el acuerdo impuesto por el FMI debería manifestarse como un parteaguas (para empezar a hablar, porque si mañana, por arte de magia, desapareciera la deuda con el Fondo, los problemas nodales del país seguirían allí, incólumes). Las minorías significativas, que al cabo son las que estipulan el cuerpo central de todo discurso político, inquieren acerca de qué se hará con el atroz endeudamiento externo. No hay ninguna probabilidad seria de formular un programa de gobierno, alterno al vigente, si no se responde -entre otras- a esa incógnita.
 
Hace unas semanas, aquí mismo, se insistió en requerir contestaciones básicas, nada originales, que son necesarias pero ya tan aburridas, o ¿paralizantes?, como el guión de la estabilidad mileísta.
 
Aquello de si se hace un pagadiós con cuál fuerza político-social. Si se convoca a quiénes para qué tipo de acuerdo nacional. Si se ofrece un esquema de pagos atado a cuáles posibilidades reales de generación de divisas, en función de alguna programática de mediano-largo plazo para diversificar exportaciones que no impliquen seguir primarizando la economía. Si se cambia bruscamente en las relaciones externas y se toma nota del mundo multipolar que llegó para quedarse.
 
En toda variante, qué clase de "contrato" social se impone para apechugar sus consecuencias. Quiénes están en condiciones más aptas para ofertarlo y convencer. Y mientras tanto, cuál programa concreto se ejecuta para asistir a los desposeídos eternos y para la producción de un mercado interno capaz de no depender de cabezas dolarizadas.
 
Si no hay quienes tengan esas respuestas, o quienes se animen siquiera a ensayarlas, a llorar a la iglesia cuando arriba un Jamoncito para reproducir, con métodos pornográficos, el mismo escenario de toda la vida. Con sus interrupciones "populistas", que fue cuando los argentinos la pasaron mejor.
 
Como se leyó en un posteo, el odio antiperonista nos sale muy caro.
 
Por Eduardo Aliverti
 
Fuente: Página 12
 

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26-12-2025 / 07:12
Sea por la infatuación que le dio el triunfo en las elecciones de octubre, por un criterio equivocado o por simple ignorancia política, el gobierno de Javier "el Loco" Milei ha incurrido en un error que puede resultarle caro. Aunque no explícitamente, se ha indispuesto con la Iglesia Católica, porque esta defiende la Justicia Social.
 
Se sabe que esta institución, se diría que, desde siempre, ha sido el credo mayoritario en el país, con militancia de las clases altas y muchas de las jerarquías militares, y si no recordar los últimos meses del primer período de gobierno peronista, cuando hubo un abierto enfrentamiento con la Iglesia y los aviones que bombardearon a gente inocente en Plaza de Mayo lo hicieron con el claro signo de "Cristo Vence" escrito en el fuselaje de sus máquinas.
 
Aquí y ahora la situación no ha llegado a extremos semejantes, pero se manifiesta claramente en el tradicional cambio de saludos para fin de año que concretaron la Iglesia y el Gobierno. A una nota enviada por el arzobispo al Presidente en la que destaca "nuestro anhelo de una paz social sólida, fundada en el cuidado de cada persona y especialmente de quienes atraviesan mayores fragilidades: los pobres, los trabajadores que sostienen día a día la vida del país y los ancianos cuya sabiduría y experiencia necesitamos valorar y acompañar".
 
Milei respondió diciendo que aprecia y valora "el llamado a la reflexión, a la paz social y el compromiso por el bien común" planteado por la jerarquía católica" y sostiene que "seguiremos trabajando incansablemente para generar las condiciones que permitan a cada argentino desarrollarse con dignidad, libertad y oportunidades reales de progreso, especialmente a quienes se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad".
 
Es fácil advertir que ambas misivas rezuman protocolo. Es posible que en el proceder de la Presidencia se refleje la dudosa capacidad de sus colaboradores en la materia (tal como se ha hecho evidente en materia diplomática) pero en el asunto cuentan dos hechos altamente significativos.
 
El primero es la abierta confesión de Milei de su militancia en la religión judía, la que no sólo lo ha llevado a alineamientos internacionales con Israel que hicieron trizas la tradicional neutralidad argentina; y también a cometer algunas torpezas dentro del rito mismo. Imbuida de una tradición de presidentes católicos o poco menos, la Iglesia debió deglutir en silencio el sapo que representó su presencia en actos de profunda significación dentro de la fe católica.
 
El otro error fue más grosero. No solamente faltó el tradicional encuentro de Navidad y Fin de Año entre ambos sectores político-religiosos; desde el Ejecutivo ha habido una suspensión de fondos a obras sociales que eran administradas por la Iglesia Católica, con el agravante -se diría que casi ofensa-- de derivarlos hacia congregaciones protestantes y evangelistas, miembros de la llamada Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera).
 
A primera vista parecería una áspera respuesta por elevación a las repetidas homilías que el Episcopado católico ha hecho públicas, claramente críticas de la actual política de gobierno. Tampoco hay que olvidar la presencia presidencial de hace algunos meses en la inauguración de un gran templo evangélico, que hasta contó con la concreción de pretendidos -y torpes-milagros. La falta de contactos efectivos mencionada antes tuvo un agravante: sus principales integrantes evangélicos sí fueron participantes de un encuentro con autoridades del Poder Ejecutivo.
 
"El presidente -ha dicho uno de los principales analistas en el tema- no invita a dialogar a las autoridades del Episcopado católico, mientras orienta fondos hacia los evangelistas de Aciera y celebra con ellos en Casa Rosada". Una relación que va de fría a congelada.
 
La Opinión Popular
 

24-12-2025 / 11:12
La guerra de las coimas. Daniel Garbellini, el hombre de los primos Menem al que Daniel Spagnuolo definía en sus audios como "un delincuente" y al que le echó toda la culpa por la corrupción con los remedios para discapacitados, declaró ante la Justicia que el verdadero culpable era el propio Spagnuolo. "El asumió la suma del poder en la Andis y era el único que tenía firma autorizada para realizar pagos", sostiene en un documento.
 
La causa sobre coimas, direccionamiento y sobreprecios en la compra de medicamentos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) dejó expuesta una batalla entre los principales imputados. Después de que el exdirector del organismo, Spagnuolo, buscara en un escrito responsabilizarlo por las irregularidades, Garbellini -su exnúmero dos, extitular de Acceso a los Servicios de Salud- le devolvió en un descargo la gentileza.
 
En el marco de la causa que investiga las irregularidades en la Agencia Nacional de Discapacidad, Garbellini, ex número dos del organismo, presentó un escrito ante la Justicia en el que negó todas las acusaciones y trasladó la responsabilidad de las decisiones operativas y administrativas a Diego Spagnuolo, ex abogado personal de Javier "el Loco" Milei y exdirector ejecutivo de la entidad.
 
Garbellini fue removido de su cargo tras el escándalo por sobornos en la compra de medicamentos y detalló que asumió la Dirección de Acceso a los Servicios de Salud en junio de 2024. Según su descargo, sus funciones se limitaban a la gestión del programa Incluir Salud, destinado a brindar cobertura médica a personas con discapacidad sin obra social, y no incluían facultades decisorias sobre contrataciones ni sobre bajas de pensiones.
 
En su presentación, sostuvo que el control total del sistema informático, las compulsas de precios y los pagos estaban en manos exclusivas de la Dirección Ejecutiva. "Tanto el suscripto como el resto de los funcionarios éramos usuarios del sistema", afirmó, y remarcó que el acceso pleno e irrestricto a la información dependía únicamente del director ejecutivo.
 
Garbellini insistió en que no tenía atribuciones para transparentar o abrir las contrataciones, y que cualquier falta de publicidad o control público fue una decisión ajena a su responsabilidad. Incluso aseguró haber sugerido cambios estructurales que fueron rechazados con el argumento de que "todo se hacía por urgencia".
 
El caso se originó a partir de grabaciones que involucraban a Spagnuolo, aunque esas pruebas no fueron consideradas válidas por el fiscal Franco Picardi. En esos registros también se mencionaba un vínculo entre Garbellini y Karina Milei, a través de un colaborador cercano, aunque esa línea no avanzó formalmente.
 
Hasta ahora, el único testimonio oral fue el de Roger Grant, quien admitió irregularidades en las contrataciones del programa PACBI y aseguró que actuaba bajo órdenes directas de Garbellini, a quien señaló como la figura que definía la operatoria. Sin embargo, evitó referirse a presuntas coimas. El expediente también incorpora anotaciones secuestradas en un allanamiento que vuelven a comprometer al exfuncionario libertario y refuerzan la disputa de responsabilidades en la causa.
 
La Opinión Popular
 

23-12-2025 / 09:12
Un fallo de Cámara obliga al Gobierno a explicar ante la Justicia dónde está el oro que, en junio de 2024, el gobierno de Javier "el Loco" Milei sacó del Banco Central para enviar al exterior. Para los jueces, esa información constituye "un asunto de indudable interés público como es la administración de las reservas". La presentación la hizo La Asociación Bancaria, el gremio que descubrió y denunció la maniobra con los lingotes de oro. El presidente del Banco central, Santiago Bausili, ya se negó a contestar un requerimiento de la Auditoría General de La Nación. Junto a "Toto" Caputo sacaron el oro del país y nunca informaron sobre su destino.
 
En un operativo clandestino de ribetes policiales, comenzó una saga de ocultamiento de las autoridades sobre el destino de uno de los principales activos líquidos del organismo monetario. El diputado nacional y líder de La Bancaria, Sergio Palazzo, presentó varios pedidos de informes exigiendo a las autoridades que expliquen donde está el oro y que tipo de cauciones lo afectan. Caputo nunca quiso explicar su destino, se limitó a comentar muy por arriba en un programa de televisión que se giró a un banco para cobrar intereses. No explicó quien lo tiene ni qué tipo de operación se hizo con ese importante activo.
 
Ahora, la Justicia Federal ordenó este lunes al Banco Central que entregue información precisa sobre el destino del oro. En una resolución firmada por los jueces Guillermo Treacy y Pablo Gallegos Fedriani, la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativa Federal, consideró que la autoridad monetaria no justificó de manera suficiente su decisión de no informar sobre el destino del activo y sostuvo que la negativa vulneró los principios de transparencia.
 
Es que Caputo y Bausili sostienen que la operación forma parte de la "administración" de las reservas y por ende es secreta. El mismo criterio opaco que Caputo utiliza para no dar precisiones sobre el swap firmado con Estados Unidos y los bonos que le entregó al Tesoro para que rentabilice la venta de dólares que hizo sobre el cierre de la campaña.
 
Los jueces fueron punzantes sobre el lamentable manejo de Caputo sobre información que debería ser pública. "La configuración de alguna de las excepciones legales a la entrega de información pública no puede depender de una apreciación unilateral del sujeto obligado", sostiene el fallo y subraya que es el Estado quien debe demostrar, de manera concreta, que la difusión de los datos solicitados causaría un daño a un interés legítimamente protegido.
 
El Banco Central respondió apenas con un comunicado formal que "había completado transferencias de parte de sus reservas en oro entre sus diferentes cuentas", sin precisar monto, destino ni motivo concreto. La respuesta evasiva del BCRA encendió alarmas. Porque ese oro no es un adorno: según informes oficiales, las reservas de oro rondan unos USD 4.900 millones, un componente significativo del total de activos extranjeros del Central.
 
Aunque la entidad insiste en que las operaciones no alteran el volumen agregado de las reservas, nadie sabe realmente dónde están físicamente esos lingotes y si siguen efectivamente en poder del Estado o se remataron en algunas de las operaciones de préstamos igualmente opacas que concretó Caputo. El balance del BCRA, en ciertos trimestres, llegó incluso a no mostrar ese componente con claridad, como si hubiera desaparecido entre páginas y cifras.
 
La Auditoría General de la Nación (AGN) reveló recientemente que el Banco Central se negó a entregar documentación sobre dónde están los lingotes, bajo qué condiciones se conservan y si parte del oro fue transformado en instrumentos financieros. El argumento oficial: la información es "confidencial" y su difusión podría poner en riesgo la seguridad de los activos. Como sea, la pregunta es: ¿dónde está el oro? Eso es lo que la Justicia ahora exige que responda Milei.
 
La Opinión Popular
 

22-12-2025 / 10:12
Las joyas de la abuela que remata el gobierno. A espaldas del Congreso, el Gobierno ya vendió 40 valiosos terrenos del Estado (pertenecientes a las fuerzas armadas, instituciones científicas y hasta predios de ex centros clandestinos de detención) y tiene 140 inmuebles más para subastar. Luis "Toto" Caputo sueña con conseguir unos mil millones de dólares mientras las grandes inmobiliarias amigas del gobierno, con Eduardo Costantini a la cabeza, se quedan con el botín.
 
Tierras del Plan Procrear, de las Fuerzas Armadas, ferroviarias, de instituciones científicas, predios de ex Centros Clandestinos de Detención y hasta un pedazo de montaña en Mendoza. Todo eso incluye la lista de más de 180 terrenos e inmuebles públicos que conforman el plan de ventas de bienes del Estado que ya avanza en el Gobierno de Javier "el Loco" Milei.
 
Los remates, que esta semana fueron noticia por la venta de tierras destinadas originalmente a viviendas sociales, se concentran por ahora en la Ciudad de Buenos Aires con las empresas de Eduardo Costantini como principales beneficiarias y otros grandes jugadores del sector, como el Grupo IRSA, codiciando las tierras.
 
A través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y sin pasar por el Congreso, la fuerza libertaria ya vendió cerca de 40 bienes y tiene en lista otros 140 lotes e inmuebles publicados para subastar en lo que le queda de mandato.
 
La lista de subastas futuras cuenta con terrenos de hasta 300 hectáreas a vender en el interior del país con destino al negocio agropecuario o a grandes proyectos inmobiliarios. Especialistas y organizaciones ambientalistas advierten que se trata "de uno de los procesos de descapitalización pública más agresivos de nuestra historia reciente".
 
"Vamos a vender muchos de los activos de la AABE y eso va a generar un ingreso de miles de millones". No mentía el ministro de Economía, "Toto" Caputo, cuando a principios de junio reconocía que el gobierno remataría las tierras del Estado para intentar sostener las reservas, en conjunto con los procesos de privatizaciones y concesiones.
 
Sólo desde ese mes la Agencia abrió subastas para un total de 26 terrenos e inmuebles a los que hay que sumarle otros 17 procesos de remate que se habían abierto desde fines de 2023. En paralelo a las subastas de la AABE, el gobierno remata también las tierras que estaban destinadas al ya disuelto Plan Procrear y apunta a recaudar una suma de entre 800 y 1000 millones de dólares por todo el paquete. Aunque hubo ventas en Mendoza, La Plata, Pinamar y Córdoba, la mayor parte de los bienes vendidos hasta ahora se concentran en la Ciudad de Buenos Aires.
 
El terreno más grande de ese paquete es el predio de cuatro hectáreas que pertenecía al Ejército y que Eduardo Costantini adquirió por más de 120 millones de dólares. El mismo empresario se quedó con un lote de la Policía Federal en Bajo Belgrano a través de la firma Argencons, que controla desde mayo, en una subasta peleada en la que la empresa le ganó incluso al peso pesado de Eduardo Elsztain y su Grupo IRSA.
 
Antes, Costantini también había sumado otro terreno a pocos metros del Campo Argentino de Polo. En los tres casos se construirán desarrollos inmobiliarios.
 

21-12-2025 / 09:12
Cuando los cimientos están agrietados, todo lo que se construye es frágil e inestable. Cincuenta días tardó Javier "el Loco" Milei, tras una sorpresiva e impactante victoria en las elecciones de medio término, en fagocitarse el crédito político, de la misma forma que se fagocitó -durante los últimos dos años- una cantidad récord de divisas sin poder acumular reservas.
 
Ahora, tiene por delante dos años en los que su suerte está atada a la voluntad de aliados poco confiables. El FMI volvió a intervenir la economía, forzando un volantazo; los gobernadores pasaron por caja y después le votaron en contra. Un poco de su propia medicina. Hola incertidumbre, mi vieja amiga, podría cantar el presidente. Dos años, en Argentina, es mucho tiempo.
 
Después de la sesión del miércoles en la Cámara de Diputados, la mayoría de los medios titularon con un triunfo del oficialismo por la media sanción de diputados y apenas destinaron alguna línea en la bajada para comentar, como algo secundario, la inesperada derrota en el Capítulo 11 que se votó de madrugada. Con el correr de las horas, la realidad se encargó de corregir ese evidente error de criterio.
 
La derrota del gobierno fue completa y sus consecuencias están teniendo ramificaciones imprevistas. Milei amenazó con vetar su propio presupuesto y Patricia Bullrich tuvo que anunciar la postergación del tratamiento de la reforma laboral, justo a la hora que la CGT desconcentraba la Plaza de Mayo. Una derrota indisimulable.
 
El debate sobre la Ley de Presupuesto en la Cámara Baja era la primera y la más sencilla de todas las sesiones que tiene por delante el Gobierno para aprobar las reformas que anunció. La dificultad insalvable que encontró esta semana echa dudas sobre la viabilidad del resto de sus planes, justo cuando tiene que convencer a los acreedores que le vuelvan a prestar el dinero que no podrá devolver en 20 días.
 
La forma en la que intentó, sin éxito, salvar esa dificultad, repercutió negativamente en la relación con todos sus aliados, a los que necesita para que el Congreso le siga dando una pátina de legitimidad a sus decisiones, muchas veces ilegales e inconstitucionales.
 
La caída del artículo 75, el corazón de la derrota, está cargada de significado político porque fue una rebelión contra la cláusula de la humillación. Enceguecido por una mala lectura de las urnas, Milei no se contentó con ganar sino que quiso escenificar un triunfo absoluto y definitivo sometiendo a los legisladores que antes de la elección habían apoyado las leyes que daban presupuesto a la Universidad Pública y a las personas con discapacidad, para que votaran explícitamente en contra de esas mismas leyes. Ese era el corazón político del proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo. Las partidas pueden reconducirse por decreto. Lo importante era coronar a Milei.
 
Así, el solsticio de verano no sólo marca hoy el final de la primavera, sino también, en coincidencia, el de la primaverita política que había comenzado para el gobierno con el resultado de las elecciones de medio término y que terminó sin que pudiera capitalizar de manera alguna ese éxito. La realidad muestra que, al fin y al cabo, las cosas no son tan malas como parecían en septiembre ni tan buenas como nos quisieron hacer creer después de octubre.
 
Todo sigue más o menos parecido a lo que fue el largo 2025: precario, inestable, violento, cada vez más autoritario y deteriorado. Este año Milei necesitó tres rescates del FMI, de Trump y de las urnas, para llegar hasta acá. Va a necesitar uno más, de los Senadores, antes del brindis del 31. Y con el 2026 comenzará una historia diferente.
 

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