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Entre Ríos - 13-04-2025 / 18:04
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Los diputados entrerrianos de la UCR y el PRO, que responden a Frigerio, encubren a Milei y se negaron a investigar la burda cripto estafa

Los diputados entrerrianos de la UCR y el PRO, que responden a Frigerio, encubren a Milei y se negaron a investigar la burda cripto estafa
El radical Atilio Benedetti votó en rechazo a investigar la estafa junto a los macristas Francisco Morchio y Nancy Ballejos. Por su parte, la también radical Marcela Antola se ausentó. El único libertario entrerriano en la cámara, Beltrán Benedeit, votó en contra por obediencia debida. Los peronistas Gustavo Bordet, Blanca Osuna, Tomás Ledesma y Carolina Gaillard emitieron su voto positivo para que se investigue el chanchullo perpetrado por el libertario, con el respaldo de una hueste de "fuerzas celestiales".
Entre el viernes 14 y sábado 15 de febrero de 2025 hubo una brutal estafa cripto que protagonizó el presidente Javier Milei, una suba vertiginosa y posterior desplome del valor de $LIBRA en pocas horas, que significó transacciones por 4 mil millones de dólares y dejó una ganancia de más de 100 millones de dólares a un puñado de avivados "inversores", dejando un tendal de 44 mil damnificados. Los impulsores de esta estafa eran todos allegados a Milei: Novelli, Terrones Godoy, Julián Peh, Hayden Davis, Sergio Morales, con auspicio particular de la hermana, Karina Milei. Una banda de delincuentes improvisados que dejaron todos los dedos marcados.
 
A partir del 14 de febrero, cuando en el día de los enamorados, Milei publicitó la desconocida criptomoneda $LIBRA, el Gobierno anarco capitalista enfrentó una serie de problemas políticos y judiciales tanto en Argentina como en EE.UU. Hasta ahora había logrado zafar del primer intento de crear una comisión investigadora en el Senado. Fue gracias a la pirueta que dio el jefe del bloque de la UCR, Eduardo Vischi, quien había firmado como coautor de la iniciativa junto a sus compañeros de bancada y a la hora de votar, votaron en contra.
 
Desde aquel intento frustrado del 20 de febrero hasta ahora, se fueron revelando detalles del escándalo, como los estrechos vínculos de Milei con los armadores de la estafa, los pedidos de dinero de Karina Milei para conseguir una reunión con el presidente y otros hechos de corrupción que enchastran al Ejecutivo nacional. Por la crisis económica, la imagen presidencial se fue desgastando y con ella el vínculo con los gobernadores aliados. Estos aportaron los votos necesarios para aprobar la resolución de creación de la comisión. Fue por 128 votos a favor, 93 en contra y 7 abstenciones.
 
Los diputados de Rogelio Frigerio, los radicales y macristas entrerrianos se negaron a investigar la estafa de Milei. De los cuatro diputados y diputadas que comanda el porteño Frigerio, tres votaron en rechazo y una se ausentó convenientemente en la creación de la comisión que investigará la criptoestafa en la que estaría involucrado Milei. Radicales y macristas, unidos para ocultar el delito.
 
Sin fisuras, el bloque de diputados de JXC que dirige desde Entre Ríos el Gobernador, intentó evitar que se cree la comisión investigadora del desfalco. No hubo diferencias entre la UCR y el PRO en el intento de evitar que se sepa la verdad de lo qué pasó con la mega estafa internacional. Los eternos defensores de la transparencia y la "ficha limpia" intentaron tapar todo y zafar a los Hermanos Milei.
 
El radical Atilio Benedetti votó en rechazo a investigar la estafa junto a los macristas Francisco Morchio y Nancy Ballejos. Por su parte, la también radical Marcela Antola se ausentó. El único libertario entrerriano en la cámara, Beltrán Benedeit, votó en contra por obediencia debida. Los peronistas Gustavo Bordet, Blanca Osuna, Tomás Ledesma y Carolina Gaillard emitieron su voto positivo para que se investigue el chanchullo perpetrado por el libertario, con el respaldo de una hueste de "fuerzas celestiales".
 
Para entender el porqué de los votos de la UCR y el PRO a favor de la impunidad del estafador Milei, hay que ver que, por distintos motivos, ambos partidos están en un momento de quiebre. La irrupción del libertario Milei impactó en la UCR y el PRO, confundidos por la llegada al poder de un personaje que los trata como parásitos y no saben cómo reaccionar. Es que, la sorprendente irrupción de Milei en el escenario nacional, fue producto de una nueva crisis de los partidos tradicionales.
 
En 2001 también hubo un quiebre entre la dirigencia política y la sociedad. En aquel momento, la solución provino de la propia política. Primero, con el arribo al poder del peronista Eduardo Duhalde a través de una Asamblea Legislativa. Luego, mediante el voto popular, llegó al Gobierno el entonces ignoto -y también peronista- Néstor Kirchner. En aquella crisis económica y social, de la cual surgió el reclamo "que se vayan todos...", no emergió un outsider, como sí ocurrió en 2023 con el libertario Milei y La Libertad Avanza, una agrupación que se improvisó sobre la marcha y que incluye a muchos aventureros, tránsfugas, excéntricos, aficionados y oportunistas.
 

Con el anarcocapitalista como presidente, el oficialismo y los partidos de oposición están enfrascados en los preparativos para la campaña electoral que se avecina, con la mira puesta en las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre. Milei padece las dificultades de gobernar un país con una profunda crisis económica, sin respaldo político territorial y con muy poco peso en el Congreso. Pero tiene un aliciente, en un contexto de complicaciones en su gestión: la crisis de la UCR y el PRO.
 
El centenario radicalismo y el novel PRO, están atravesados por fuertes dificultades internas, con matices y por distintos motivos. El radicalismo aparece como el más complicado. La UCR ya atravesó varias crisis a lo largo de sus más de 130 años de existencia. Pero la actual parece ser terminal. Sin un liderazgo claro a nivel nacional -ya que el presidente es el porteño Martín Lousteau, cuestionado en la mayoría de las provincias-, el radicalismo sólo suma incertidumbre de cara a octubre.
 
El centenario partido parece destinado a convertirse en una fuerza provincial, pero sin un denominador común a nivel nacional que le permita ser una verdadera opción de poder. Lousteau es senador porteño y afrontará un duro examen el próximo 18 de mayo, cuando se realicen las elecciones legislativas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
 
El radicalismo conformó una alianza y lleva a la joven Lucille Levy como primera candidata a legisladora porteña. Las encuestas le dan mal a la lista que impulsa Lousteau. Una mala elección porteña puede terminar de hundir al presidente del radicalismo nacional. En el resto de las provincias, entre ellas Entre Ríos, la UCR buscará armar alianzas locales sin consultar a la conducción nacional.
 
El PRO está en un laberinto. Fue fundado en 2005 por Mauricio Macri y un grupo de dirigentes, en Capital Federal. Con ese sello, en alianza con otros partidos, Macri llegó a ser jefe de Gobierno porteño y luego presidente de la Nación. Hoy, el PRO gobierna CABA, Chubut y Entre Ríos, más un centenar de municipios en todo el país.
 
El partido de Macri se partió en las pasadas elecciones presidenciales, cuando Horacio Rodríguez Larreta desafió el liderazgo del expresidente y se lanzó como precandidato presidencial. Macri, quien intuyó que el entonces jefe de Gobierno porteño intentaba "jubilarlo" de la política, apoyó la candidatura de Patricia Bullrich, quien derrotó ampliamente a Larreta en las PASO.
 
Después de las elecciones generales, donde Bullrich quedó fuera del balotaje, esta se sumó a la campaña de Milei. Con el triunfo de los libertarios, la exdirigente montonera se convirtió en ministra de Seguridad de la Nación y también tomó distancia de Macri, quien se resiste a que su partido sea fagocitado por La Libertad Avanza.
 
Al igual que la UCR, el PRO se juega una parada decisiva en las elecciones legislativas porteñas. Los Macri (Mauricio y el actual jefe porteño, Jorge Macri) impulsan la lista que encabeza la diputada nacional Silvia Lospenatto. El macrismo se juega a todo o nada contra los libertarios, que impusieron al verborrágico vocero presidencial Manuel "Cara de Piedra" Adorni para tratar de hacer pie en territorio de los Macri.
 
La elección porteña puede terminar con 17 años de triunfos macristas en CABA y con el PRO mismo, con una novedad: las primeras encuestas marcan que el kirchnerista de origen radical Leandro Santoro podría ganar en territorio amarillo. Los libertarios juegan a ganador, pero se darían por satisfechos con que no ganen los Macri. El PRO expone su futuro en esos comicios porteños y sus principales dirigentes pueden terminar emigrando en masa a LLA.
 
De cara a octubre, por distintos motivos, la UCR y el PRO afrontan un intríngulis, un horizonte cercano muy complejo. Tan complejo como la inestabilidad y desconfianza de los mercados financieros que enfrenta el outsider -ahora con poder- Milei. Y ni que hablar de la resistencia popular que comienza a crecer en todas partes. De ahí que los diputados radicales y macristas entrerrianos ya se preparan para el garrochazo como vagón de cola de los libertarios.
 
La Opinión Popular
 

Los diputados entrerrianos de la UCR y el PRO, que responden a Frigerio, encubren a Milei y se negaron a investigar la burda cripto estafa 
 
El nuevo acuerdo con el FMI
 
El nuevo acuerdo con el FMI marca el verdadero inicio del programa económico exigido por Estados Unidos: una devaluación cercana al 30%, el fin de los subsidios, privatizaciones, reformas estructurales y un giro geopolítico contra China. Tras dos meses de resistencia, Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo cedieron y aceleraron las medidas. El Tesoro norteamericano ya pisa Buenos Aires para garantizar el cumplimiento. Washington pide mucho más que ajuste: quiere influir en el gabinete, quedarse con recursos estratégicos y allanar el camino a una eventual dolarización.
 
Sostiene Rafael Cortes, columnista de Misiones Online, que el Gobierno nacional anunció una profunda flexibilización del cepo y un cambio en el sistema cambiario que llegan a caballo del nuevo préstamo del FMI. Es un paso arriesgado en un contexto difícil porque la inflación acelera, las reservas caen y el mundo se vuelve cada vez más volátil.
 
El Presidente lo celebró como un hito histórico y descartó posibles efectos secundarios negativos. Analistas oficialistas destacan que la medida incentivará la llegada de inversiones pero podría generar una devaluación que alimente la inflación.
 
Del dólar que se iba a derrumbar a 600 pesos y la inflación que bajaba a cero (si sacábamos al mundo, la carne, los servicios y alguna otra cosa) a este 3,7% de marzo, lo que hay en el medio es la realidad de un programa que fracasó, remplazado por una apuesta audaz que descansa sobe dos supuestos: que liquide el campo y que no se espiralice la inflación.
 
Milei sorprendió con un cambio en las reglas de juego de la economía cuyas consecuencias a mediano plazo determinarán la suerte de su gobierno y la del país. Lo que viene es un momento bisagra del que Argentina saldrá como un caso de éxito que se estudie en todo el mundo por décadas o en medio una catástrofe de proporciones bíblicas.
 
Cuando todavía no se habían cumplido las condiciones ni los plazos que el propio gobierno había considerado necesarios para levantar el cepo, experimento nefasto para el desarrollo de la economía, pero útil para gestionar la política cambiaria en contextos de escasez de dólares, Milei lo desarticuló de un plumazo.
 
Si bien lo que anunció no es técnicamente la eliminación de todas las restricciones que componen lo que se conoce como cepo cambiario, sí avanzó en una flexibilización de ese esquema.
 
Los individuos que quieran comprar dólar oficial podrán hacerlo desde el lunes, aunque todavía no queda claro cuántos dólares físicos podrán sacar de los bancos, además se eliminó el dólar blend. Se mantendrán los impuestos a las compras con tarjetas en el exterior y el dólar turista. También persisten las restricciones para empresas que pretendan pagar dividendos de ejercicios anteriores a 2025 y deudas acumuladas.
 
El desarme parcial del cepo llegó de la mano de un nuevo acuerdo con el FMI que se concretó en los términos que se anticipaban: Argentina recibirá 20 mil millones, 15 mil millones de los cuales llegarán este año junto a otros 8.000 millones prestados por otros organismos.
 
Como también se especulaba, el Fondo exigió una modificación en la política cambiaria, que pasará de un tipo de cambio fijo a uno de flotación dentro de una banda con un límite superior de 1.400 pesos y uno inferior de 1.000. Esto quiere decir que mientras la cotización de la divisa se ubique en algún punto dentro de esos dos límites, el Central no intervendrá. Solo podrá vender dólares cuando su cotización se ubique por encima de los 1.400 pesos y comprará si baja de los 1.000 pesos.
 
Además, el Central se reservó un margen de discrecionalidad para intervenir cuando detecte movimientos inusuales en el mercado aunque la cotización no exceda la banda. Es decir, cuando entienda que se está generando una corrida especulativa, podrá salir a vender aunque la cotización no supere el límite de 1.400 pesos.
 
El acuerdo con el FMI también incluye un compromiso de aumento de reservas que vendrá a establecer un límite en la capacidad del Banco Central de intervenir para contener una suba de la divisa. La apertura del cepo agrega una dosis de volatilidad en un contexto complejo.
 
Es una apuesta que no logra ocultar que ir al Fondo a buscar un salvataje tan desesperado que se acepta devaluar en medio de un pico de inflación, es la descripción de un fracaso. El programa acordado es un clásico del FMI: devaluación, flotación, meta exigente de acumulación de reservas -USD 4,5 mil millones a junio-, privatizaciones, reforma jubilatoria -subir la edad mínima- y, por supuesto, un 0,5% más de ajuste fiscal.
 
Aun con todas las restricciones cambiarias vigentes, al Gobierno le estaba costando mucho evitar que se dispararan los dólares paralelos, de hecho, en las últimas cuatro semanas el Central vendió más de 2.100 millones de dólares con ese fin.
 
Por otra parte, la inflación volvió a acelerar. En marzo el IPC aumentó 3,7%, el registro más alto de los últimos siete meses. A eso hay que agregar que la economía mundial está en pleno proceso de reconfiguración tras la escalada en la guerra comercial entre las dos mayores potencias y la batería de aranceles que anunció el presidente Donald Trump y luego eliminó parcialmente.
 
Como tantas otras veces en Argentina, el resultado de este programa dependerá de cómo se mueva el dólar. Los próximos días seguramente habrá movimientos bruscos que no necesariamente reflejen la realidad del mercado, que recién se revelará cuando el dólar encuentre su punto de equilibrio.
 
El consenso de la gran mayoría de los analistas es que el nuevo sistema habilitará un salto devaluatorio de por lo menos 20 por ciento. El razonamiento es bastante lineal, si en los mercados paralelos había demanda de dólares con cotizaciones superiores a los 1.300 pesos en cantidades suficientes para obligar al Central a desprenderse de 2.000 millones de dólares al mes, no hay motivo para esperar que esa situación no se traslade al dólar oficial una vez que se levante el cepo.
 
Por otra parte, resultará difícil que los privados salgan a vender dólares, o los exportadores a liquidar, si la cotización no se aproximara al límite superior de la banda. Esta lectura llevó a las voces más críticas a afirmar que el Gobierno nacional finalmente convalidará la devaluación que juró que nunca aplicaría.
 
De producirse un salto en la cotización del oficial, el problema más inmediato sería el pase a precios que en Argentina se suele concretar rápidamente. Tal vez previendo esa circunstancia, el Gobierno nacional cambió el eje central de su relato, que ya no gira en torno a la caída de la inflación sino a la eliminación del cepo.
 
La gran pregunta es cuanto se trasladará a precios de esta devaluación del 30%. Sin embargo, en la cadena nacional del viernes el Presidente desestimó una posible devaluación porque de acuerdo con su interpretación, no hay suficientes pesos para "correr" al dólar.
 
"El programa entre el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, BID y un REPO del Banco Central asciende a 32.000 millones de dólares, de los cuales 19.600 millones serán desembolsados de manera inmediata. De esta manera, para el mes de mayo las reservas brutas del Banco Central estarán en torno a los 50.000 millones", afirmó para luego agregar que esa cantidad de dólares supera ampliamente a la base monetaria tomando el tipo de cambio oficial del viernes.
 
Resta preguntarse, si el Gobierno está tan seguro de que le sobran dólares para sostener un tipo de cambio del orden de los 1.100 pesos, o incluso por debajo de los 1.000 como indicó Milei durante su discurso ¿por qué estableció el techo de la banda en 1.400 pesos?
 
Con ese límite superior, por más que al Central le sobren dólares como anticipa Milei, no podrá intervenir por debajo de los 1.400 pesos y todo lo que ocurra mientras la cotización se ubique por debajo de ese valor dependerá de las expectativas del mercado.
 
El respaldo de casi la totalidad de las cámaras empresariales a la flexibilización del cepo y la flotación sucia, se relaciona directamente con las expectativas de devaluación. Tanto exportadores como quienes producen para el mercado interno venían reclamando desde hace meses una corrección en el tipo de cambio, los primeros para recuperar rentabilidad y los segundos como protección frente al crecimiento en el ingreso de importados.
 
La guerra comercial EE.UU. versus China no hizo más que sumar preocupación en ambos frentes. El cierre del mercado estadounidense para mercados fuertemente exportadores como China y otros asiáticos resulta preocupante porque todos los productos que antes compraban los norteamericanos deberán encontrar otros destinos, lo que podría terminar en una invasión de importados a muy bajo costo en Argentina.
 
Un dólar más alto podría poner una barrera a esos importados, además de generar mayores ingresos para los exportadores, lo que traería oxígeno a producciones que encuentran dificultades enormes para competir en mercados internacionales.
 

Frigerio prende velas para que Milei acuerde ya con el FMI 
 
Semana de pura pérdida
 
Que el Gobierno haya elegido la noche del viernes para sacudir al país en cadena nacional, también responde a una apuesta por superar una semana política que estuvo plagada de noticias negativas para el oficialismo.
 
La renuncia de Manuel García Mansilla al sillón de la Corte Suprema que ocupaba con dudosa legitimidad, marcó el fracaso absoluto de los planes gubernamentales para hacer pie en el máximo tribunal. Se quedaron sin Lijo y sin Mansilla.
 
El legislativo volvió a ser terreno hostil para los intereses libertarios, primero con la aprobación de la Comisión Investigadora que analizará la participación del presidente Milei y figuras de su entorno en el escándalo de $Libra y luego con la postergación en el tratamiento del proyecto de Ficha Limpia.
 

Nadia Burgos: La izquierda se suma al paro y exige a la CGT profundizar las medidas 
 
Entre Ríos se enfrenta a las medidas de ajuste de Milei
 
Gremios, agrupaciones, movimientos sociales y vecinos autoconvocados entre otros, se valieron el paro dispuesto por la CGT a nivel nacional para decir basta a las brutales medidas neoliberales de ajuste que hasta ahora únicamente afectaron a los más vulnerables.
 
Las consignas de esta nueva medida de fuerza se centraron en paritarias libres, aumento de jubilaciones, el rechazo a la represión de la protesta social, y el fin de los ajustes a la clase trabajadora.
 
Los servicios y la producción en Entre Ríos se vieron resentidos casi en totalidad, con adhesiones de los gremios docentes, universitarios, estatales, ferroviarios, camioneros, bancarios, mercantiles, las estaciones de servicio y el comercio en forma parcial, el paro fue contundente en la provincia.
 
En la previa a la medida de fuerza convocada por la Confederación General de Trabajo (CGT), la Multisectorial llevó adelante una volanteada que incluyó los motivos del paro a los conductores, en el Túnes Subfluvial. La movilización de organizaciones sociales y sindicales se llevó adelante en total orden y con cortes parciales, con la meta en la visibilización del reclamo.
 
Referentes gremiales docentes que participaron de la acción, destacaron que el reclamo tiene que ver con las paritarias y las partidas para la educación que no llegan a las escuelas, pero agregaron que también es en defensa de los jubilados, además de la crítica al incremento desmedido de los servicios e insumos.
 
"Estamos pidiendo una recomposición salarial basada en el IPC, que está lejos de lo que realmente estamos viviendo los trabajadores en este momento", manifestaron en la oportunidad.
 
"El salario y la jubilación no alcanzan, cada vez hay más gente revolviendo los contenedores de basura y el pequeño empresario, que es el 80 por ciento de nuestra planta empleadora, también siente el parate económico porque, en el consumo de los productos masivos hay un 15 con respecto al año anterior en cuanto a pérdida de poder adquisitivo", señalaron desde el Sindicato de Comercio.
 
Por su parte la referente de la izquierda entrerriana, Nadia Burgos, una de las dirigentes más críticas con la CGT, manifestó en la previa que el Movimiento Socialista de los Trabajadores en Entre Ríos, se sumaba a la medida de fuerza, pero no ahorró cuestionamientos para con la central obrera, con un llamado a profundizar las medidas de protesta.
 
"Frente a las expresiones en las movilizaciones de jubilados y la creciente exigencia de un paro general, la CGT no puede seguir ignorando la bronca social. Su papel fue más de descompresión que de organización", cuestionó. Criticó que la central obrera convoca a paros, pero sin un compromiso real de continuidad en la lucha, lo cual según ella, limita la capacidad de respuesta ante el brutal ajuste económico que enfrenta la clase trabajadora.
 
Un ejemplo contundente del efecto de las políticas de ajuste de Milei con la provincia es el fin de la concesión de las rutas nacionales 14 y 174 que surcan la provincia de Entre Ríos, desde el 9 de este mes, dejando a la deriva a alrededor de 500 trabajadores que de un momento a otro se quedaron sin su fuente de ingresos.
 
Cabe destacar además la relevancia estratégica de las rutas afectadas. Atraviesan Entre Ríos, Corrientes y Misiones, y son clave en la conexión con Brasil y Paraguay. Otro claro ejemplo de la destrucción que generan las medidas arbitrarias del gobierno central, fue nel conflicto laboral en la planta de Granja Tres Arroyos en Concepción del Uruguay, que ocupaba hasta el mes pasado alrededor de mil trabajadores.
 
La CGT ya anunció que se está preparando la movilización del próximo 1º de mayo y no descartó que se puedan organizar otras medidas de acción directa mientras el gobierno libertario continúe con sus políticas de ajuste, los despidos y el freno a las negociaciones paritarias.
 
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