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Nacionales - 13-04-2025 / 09:04
PRESENTACIÓN FESTIVA DEL FRACASO

Acuerdo con el FMI: Devaluación cercana al 30%, fin de los subsidios, privatizaciones, reformas estructurales y giro contra China

Acuerdo con el FMI: Devaluación cercana al 30%, fin de los subsidios, privatizaciones, reformas estructurales y giro contra China
El nuevo acuerdo con el FMI marca el verdadero inicio del programa económico exigido por Estados Unidos: una devaluación cercana al 30%, el fin de los subsidios, privatizaciones, reformas estructurales y un giro geopolítico contra China. Tras dos meses de resistencia, Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo cedieron y aceleraron las medidas. El Tesoro norteamericano ya pisa Buenos Aires para garantizar el cumplimiento. Washington pide mucho más que ajuste: quiere influir en el gabinete, quedarse con recursos estratégicos y allanar el camino a una eventual dolarización.
El nuevo acuerdo con el FMI marca el verdadero inicio del programa económico exigido por Estados Unidos: una devaluación cercana al 30%, el fin de los subsidios, privatizaciones, reformas estructurales y un giro geopolítico contra China. Tras dos meses de resistencia, Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo cedieron y aceleraron las medidas. El Tesoro norteamericano ya pisa Buenos Aires para garantizar el cumplimiento. Washington pide mucho más que ajuste: quiere influir en el gabinete, quedarse con recursos estratégicos y allanar el camino a una eventual dolarización.
 
La "tercera fase del programa económico" de Milei y Caputo es, en realidad, la primera fase del programa económico dictado desde Washington para el gobierno argentino. El dólar no se cayó como un piano, como anticipaba el presidente, sino que sufrirá una nueva devaluación, cercana al 30 por ciento, que invita a imaginar un nuevo salto después de las elecciones de octubre. Exactamente lo contrario a lo planeado. El fracaso es completo.
 
La visita del secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, que este lunes se hará un hueco en la agenda durante el punto álgido de la más grande guerra comercial de la historia moderna para llegar a Buenos Aires con el acuerdo ya firmado, sólo puede explicarse si viene a controlar su aplicación. Entre las condiciones que se conocieron hay reformas estructurales regresivas y el fin de los subsidios a la energía. Hay otras que no figuran en los documentos públicos.
 
La salida del cepo, a las apuradas, responde menos a una estrategia macroeconómica que a una exigencia de Estados Unidos y a la necesidad de tapar con algo que parezca una buena noticia el dato de inflación de marzo, que echó por tierra el último capital simbólico del gobierno. Sin reservas, con devaluación y precios otra vez retroalimentados, pidiendo la escupidera al FMI y aplicando más ajuste va a ser difícil explicar el sentido del sacrificio que se hizo hasta ahora.
 
Este mismo acuerdo con el Fondo estaba sobre la mesa desde comienzos de febrero, pero se demoró dos meses por la resistencia de Milei y Caputo a devaluar y sacar el cepo. El viaje fallido a Mar-a-Lago, donde esperaban pedirle personalmente a Donald Trump una dispensa, les hizo entender finalmente, que no habría desembolso sin que se cumplan esas dos condiciones. Durante esos dos meses las reservas del Banco Central cayeron 5 mil millones de dólares.
 
Desde el regreso de Mar-a-Lago todo se precipitó en tiempo récord, lo cual da cuenta de que las negociaciones ya estaban en estado avanzado. El 4 de abril el presidente y el ministro de Economía desairados aterrizaron en Buenos Aires. El 8 de abril se publicó el Acuerdo Técnico. El 12 de abril el directorio del FMI aprobó el nuevo programa en una reunión en cuya agenda originalmente no iba a tratarse el caso argentino. Se completó en cuatro días algo que suele tomar semanas.
 
Esto no habría sido posible sin el apoyo de la Casa Blanca, que se encargó de hacer saber que supervisa de cerca las negociaciones a través de Mauricio Claver Carone, un halcón que ya había facilitado el préstamo de 55 mil millones a Mauricio Macri. Mientras Milei estaba en Mar-a-Lago esperando la foto que nunca iba a llegar, él a pocos kilómetros hacía explícito uno de los puntos del acuerdo no escrito: para contar con Trump, Milei debe alejarse de China.
 

 
"Nosotros queremos que el presidente Milei tenga éxito, que su gestión tenga éxito. Entendemos primero el enorme sacrificio que ha llevado a cabo con todas las reformas fiscales que ha llevado a cabo. Es admirable, el mundo debe mirarlo en ese sentido. Es algo estamos haciendo aquí en los Estados Unidos. Un tema que sí nos preocupa en Argentina sigue siendo el papel de China", dijo en una charla abierta de la que participó el periodista Andrés Fidanza.
 
"Si bien no me quiero entrometer en la negociación que están llevando a cabo con el Fondo Monetario Internacional, porque queremos que tenga éxito, lo que sí eventualmente quisiéramos ver es que termine la famosa línea de crédito que tiene Argentina con China. Queremos asegurarnos que ningún acuerdo con el Fondo Monetario termine prolongando esa línea de crédito o ese swap que tienen con China", continuó.
 
"Si hacemos eso nos estamos tirando un tiro en el pie. En definitiva, que las medidas que pueda tomar Argentina y el programa que va a tomar Argentina llegue a un fin definitivo, porque esa línea de crédito es extorsiva. Y mientras mantengan esa línea de crédito, siempre China va a poder extorsionar. Así que para nosotros la meta con el programa del Fondo es que no refuerce la posición de China con esa línea de crédito. Esa es nuestra prioridad en cuestión geopolítica".
 
El jueves el Banco Central emitió un comunicado que informaba que la renovación del total del tramo activado del swap, que consiste en 5 mil millones de dólares. La noticia fue interpretada por prácticamente todos los medios como un desafío a Claver Carone, una lectura que no tiene sentido en el contexto, en las vísperas de que se confirmara el acuerdo con el Fondo y con un viaje del secretario del Tesoro por delante. Lo que sucedió en realidad fue más bien lo contrario.
 
La confusión reside en que usamos la misma palabra, swap, para nombrar dos mecanismos diferentes. Por un lado, una maniobra contable por 18 mil millones de dólares, que engrosan las reservas del Banco Central pero sólo pueden usarse para el comercio bilateral. Por el otro, una activación de una parte de esos 18 mil millones, más parecida a un préstamo tradicional, equivalente a 5 mil millones, que negoció Sergio Massa para pagarle al FMI y operar en el mercado cambiario.
 
Esa segunda parte del swap se ejecutó entre junio y julio de 2023 y debía repagarse, junto con intereses, un año más tarde. A mediados de 2024, cuando el blanqueo todavía estaba en el horizonte y el gobierno de Milei se encontraba bajo apremio financiero, acordó cerrar esa línea de crédito con doce meses de gracia, por lo que esos 5 mil millones tenían que devolverse entre junio y julio de este año como paso previo para cancelar el otro swap, el de 18 mil millones, en 2026.
 
La renovación que anunció el Banco Central no es otra cosa que una nueva extensión de ese plazo, que patea hasta el año que viene la devolución del crédito ejecutado por Massa en 2023. No implica fondos frescos para la Argentina ni significa un desplante para Estados Unidos. Por el contrario, confirma que no se van a usar los dólares que ingresen por el acuerdo con el FMI para cancelar deuda con China. Exactamente lo que se proponía evitar Claver Carone.
 
Los norteamericanos sospechaban de una maniobra de Caputo, en quien no confían, para acordar con Beijing la devolución a término de los 5 mil millones que usó Massa a cambio de una segunda activación, más cuantiosa, que alivie las arcas del Banco Central. El anuncio, a comienzos de abril, 60 días antes, de que va a postergar ese vencimiento debe leerse como una señal a Washington en vísperas del acuerdo con el FMI y de la visita de Bessent. En 2026 se acaba el swap.
 
El domingo pasado anticipamos en estas líneas que "la Casa Blanca espera que el gobierno argentino rompa lazos con China, salga del Mercosur y le dé a empresas norteamericanas acceso preferencial a los recursos estratégicos, además de reformas estructurales, privatizaciones e influencia en el nombramiento de posiciones clave del gabinete a cambio de un apoyo que va más allá del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional".
 
El miércoles Milei viajó a Paraguay a ver a su par Santiago Peña. Juntos boicotearon a pedido de Estados Unidos la declaración de consenso de la CELAC, que esta semana sesionó sin representantes argentinos. El viernes los cancilleres del Mercosur se reunieron en Buenos Aires. Bajo la amenaza de romper el bloque hubo un compromiso para flexibilizar los aranceles comunes para negociar con Washington a partir del cambio de la política arancelaria de Trump.
 
Las reformas estructurales asoman en los documentos del BCRA y el FMI que anunciaron el nuevo programa. El gobierno se compromete a modificar el esquema de jubilaciones durante el año 2026 y también a hacer modificaciones en la normativa en materia laboral y fiscal, incluyendo una baja de retenciones y eliminación del monotributo. También se dará de baja la segmentación tarifaria en materia energética, terminando con los subsidios en ese área.
 
Las privatizaciones también tuvieron un impulso el viernes: por una resolución de la IGJ Milei convirtió en sociedades anónimas Fabricaciones Militares, Télam, la Administración General de Puerto y otras empresas públicas. El mismo día se publicó un decreto que pone en marcha el proceso de venta de las centrales hidroeléctricas de Alicurá, El Chocón, Cerros Colorados y Piedra del Aguila. Las cuatro recibieron fuertes inversiones públicas y hoy resultan superavitarias.
 
Los cambios en el gabinete parecen inminentes. El discurso de Caputo fue interpretado por actores del mundo financiero como una despedida, con dedicatoria a la familia y todo. En Casa Rosada desde hace tiempo hablan de reemplazarlo después de la salida del cepo, que comenzará a concretarse a partir de mañana. El canciller Gerardo Werthein está en la cuerda floja tras el papelón de Mar-a-Lago y el jefe de Gabinete Guillermo Francos es un permanente candidato a eyectar.
 
Lo curioso es que el candidato para reemplazar a los tres es el mismo: Federico Sturzenegger, autor intelectual de la salida del cepo, pulseada que ganó contra la voluntad de Caputo. El actual ministro de Desregulación es un hombre muy bien vinculado en Washington, donde hicieron saber de varias maneras que verían con buenos ojos su desembarco en un rol de mayor protagonismo. Todo parece indicar que el hombre que quebró a la Argentina dos veces va a tener otra oportunidad.
 
En cuanto a los negocios, esta semana pasó por la Argentina una comitiva de quince empresarios norteamericanos que están de gira por la región. Se dividen en dos grupos: los que vienen a vender cosas, representantes de empresas de seguridad, salud y telecomunicaciones, sectores con alto valor agregado, y los que vienen a llevarse cosas, de los rubros de energía y minería. La vieja división mundial del trabajo sigue viva en el nuevo capitalismo que dice querer inventar Trump.
 
Es temporada alta de saqueo. También estuvo en el país esta semana Ashok Pinto, funcionario del Departamento de Comercio para Mercados Globales. Su agenda es sugestiva. Visitó las instalaciones de Exolgan, empresa que opera la terminal portuaria de contenedores en la punta de entrada y salida de la Hidrovía, y tuvo encuentros cara a cara con los secretarios de Minería, Luis Lucero, y Energía, María Tettamantti del gobierno nacional.
 
En ambos encuentros estuvo acompañado por la encargada de Negocios de la Embajada, Abigail Dressel, que encabeza la delegación diplomática desde la asunción de Trump y mientras no se concrete la designación del nuevo embajador. Dressel ha estado muy activa desde el primer día y su actividad también da cuenta de cuáles son las prioridades de Washington por estas latitudes: recursos naturales y seguridad geoestratégica.
 
En poco más de dos meses Dressel ya tuvo reuniones con todos los gobernadores patagónicos: Ignacio Torres (Chubut) el 5 de febrero, Claudio Vidal (Santa Cruz) el 7 de febrero, Alberto Weretilneck (Río Negro) el 18 de febrero, Gustavo Melella (Tierra del Fuego) el 5 de marzo y Rolando Figueroa (Neuquén) el 3 de abril. Visitó Ushuaia y Vaca Muerta, además de IMPSA, metalúrgica especializada en sectores estratégicos, la primera privatizada de Milei, ahora en manos norteamericanas.
 
La misma fuente que anticipó a El Destape las exigencias extraoficiales de Estados Unidos para apoyar en la firma de un nuevo programa con el FMI, que se han ido cumpliendo, señaló que en el paquete que se estaba diseñando entre los dos países estaba incluída una ayuda financiera que permitiría la dolarización de la economía argentina, una promesa de campaña de Milei que nunca abandonó, de acuerdo a declaraciones oficiales del presidente y sus asesores.
 
En su primer año de mandato esa idea chocó con la resistencia del propio gobierno norteamericano, aún en manos de Joe Biden, que desaconsejaba esa maniobra. Sin embargo la llegada de Trump le dio nuevo impulso a la iniciativa, que el presidente argentino nunca abandonó porque considera que es la única manera de evitar que un futuro gobierno deshaga las reformas que él está aplicando. Lamentablemente, en eso tiene razón.
 
Embarcado en una guerra comercial con China para sostener al dólar como moneda de reserva global, la perspectiva de que un país del tamaño de argentina lo adopte en este momento crucial se ajusta al relato trumpista y a su mirada que divide el mapa mundial en un Yalta moderno, donde la Argentina, como todo el continente, pertenece a su patio trasero. La ayuda financiera excepcional del Tesoro norteamericano que anticipan en el gobierno sería para facilitar la transición.
 
En una entrevista con Radio Mitre a comienzos de este enero el presidente argentino volvió a decir que su plan era la dolarización una vez que se completara el saneamiento del Banco Central y que mientras tanto fomentaría la competencia de monedas para facilitar la adopción del dólar. Cada paso que dio desde entonces es compatible con esa decisión. Con Milei y con Trump sucede que muchos se soprenden cuando hacen lo que dijeron que iban a hacer.
 
Es un grave error que les da margen de tiempo y maniobra para llevar a cabo sus planes.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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23-12-2025 / 09:12
Un fallo de Cámara obliga al Gobierno a explicar ante la Justicia dónde está el oro que, en junio de 2024, el gobierno de Javier "el Loco" Milei sacó del Banco Central para enviar al exterior. Para los jueces, esa información constituye "un asunto de indudable interés público como es la administración de las reservas". La presentación la hizo La Asociación Bancaria, el gremio que descubrió y denunció la maniobra con los lingotes de oro. El presidente del Banco central, Santiago Bausili, ya se negó a contestar un requerimiento de la Auditoría General de La Nación. Junto a "Toto" Caputo sacaron el oro del país y nunca informaron sobre su destino.
 
En un operativo clandestino de ribetes policiales, comenzó una saga de ocultamiento de las autoridades sobre el destino de uno de los principales activos líquidos del organismo monetario. El diputado nacional y líder de La Bancaria, Sergio Palazzo, presentó varios pedidos de informes exigiendo a las autoridades que expliquen donde está el oro y que tipo de cauciones lo afectan. Caputo nunca quiso explicar su destino, se limitó a comentar muy por arriba en un programa de televisión que se giró a un banco para cobrar intereses. No explicó quien lo tiene ni qué tipo de operación se hizo con ese importante activo.
 
Ahora, la Justicia Federal ordenó este lunes al Banco Central que entregue información precisa sobre el destino del oro. En una resolución firmada por los jueces Guillermo Treacy y Pablo Gallegos Fedriani, la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativa Federal, consideró que la autoridad monetaria no justificó de manera suficiente su decisión de no informar sobre el destino del activo y sostuvo que la negativa vulneró los principios de transparencia.
 
Es que Caputo y Bausili sostienen que la operación forma parte de la "administración" de las reservas y por ende es secreta. El mismo criterio opaco que Caputo utiliza para no dar precisiones sobre el swap firmado con Estados Unidos y los bonos que le entregó al Tesoro para que rentabilice la venta de dólares que hizo sobre el cierre de la campaña.
 
Los jueces fueron punzantes sobre el lamentable manejo de Caputo sobre información que debería ser pública. "La configuración de alguna de las excepciones legales a la entrega de información pública no puede depender de una apreciación unilateral del sujeto obligado", sostiene el fallo y subraya que es el Estado quien debe demostrar, de manera concreta, que la difusión de los datos solicitados causaría un daño a un interés legítimamente protegido.
 
El Banco Central respondió apenas con un comunicado formal que "había completado transferencias de parte de sus reservas en oro entre sus diferentes cuentas", sin precisar monto, destino ni motivo concreto. La respuesta evasiva del BCRA encendió alarmas. Porque ese oro no es un adorno: según informes oficiales, las reservas de oro rondan unos USD 4.900 millones, un componente significativo del total de activos extranjeros del Central.
 
Aunque la entidad insiste en que las operaciones no alteran el volumen agregado de las reservas, nadie sabe realmente dónde están físicamente esos lingotes y si siguen efectivamente en poder del Estado o se remataron en algunas de las operaciones de préstamos igualmente opacas que concretó Caputo. El balance del BCRA, en ciertos trimestres, llegó incluso a no mostrar ese componente con claridad, como si hubiera desaparecido entre páginas y cifras.
 
La Auditoría General de la Nación (AGN) reveló recientemente que el Banco Central se negó a entregar documentación sobre dónde están los lingotes, bajo qué condiciones se conservan y si parte del oro fue transformado en instrumentos financieros. El argumento oficial: la información es "confidencial" y su difusión podría poner en riesgo la seguridad de los activos. Como sea, la pregunta es: ¿dónde está el oro? Eso es lo que la Justicia ahora exige que responda Milei.
 
La Opinión Popular
 

22-12-2025 / 10:12
Las joyas de la abuela que remata el gobierno. A espaldas del Congreso, el Gobierno ya vendió 40 valiosos terrenos del Estado (pertenecientes a las fuerzas armadas, instituciones científicas y hasta predios de ex centros clandestinos de detención) y tiene 140 inmuebles más para subastar. Luis "Toto" Caputo sueña con conseguir unos mil millones de dólares mientras las grandes inmobiliarias amigas del gobierno, con Eduardo Costantini a la cabeza, se quedan con el botín.
 
Tierras del Plan Procrear, de las Fuerzas Armadas, ferroviarias, de instituciones científicas, predios de ex Centros Clandestinos de Detención y hasta un pedazo de montaña en Mendoza. Todo eso incluye la lista de más de 180 terrenos e inmuebles públicos que conforman el plan de ventas de bienes del Estado que ya avanza en el Gobierno de Javier "el Loco" Milei.
 
Los remates, que esta semana fueron noticia por la venta de tierras destinadas originalmente a viviendas sociales, se concentran por ahora en la Ciudad de Buenos Aires con las empresas de Eduardo Costantini como principales beneficiarias y otros grandes jugadores del sector, como el Grupo IRSA, codiciando las tierras.
 
A través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y sin pasar por el Congreso, la fuerza libertaria ya vendió cerca de 40 bienes y tiene en lista otros 140 lotes e inmuebles publicados para subastar en lo que le queda de mandato.
 
La lista de subastas futuras cuenta con terrenos de hasta 300 hectáreas a vender en el interior del país con destino al negocio agropecuario o a grandes proyectos inmobiliarios. Especialistas y organizaciones ambientalistas advierten que se trata "de uno de los procesos de descapitalización pública más agresivos de nuestra historia reciente".
 
"Vamos a vender muchos de los activos de la AABE y eso va a generar un ingreso de miles de millones". No mentía el ministro de Economía, "Toto" Caputo, cuando a principios de junio reconocía que el gobierno remataría las tierras del Estado para intentar sostener las reservas, en conjunto con los procesos de privatizaciones y concesiones.
 
Sólo desde ese mes la Agencia abrió subastas para un total de 26 terrenos e inmuebles a los que hay que sumarle otros 17 procesos de remate que se habían abierto desde fines de 2023. En paralelo a las subastas de la AABE, el gobierno remata también las tierras que estaban destinadas al ya disuelto Plan Procrear y apunta a recaudar una suma de entre 800 y 1000 millones de dólares por todo el paquete. Aunque hubo ventas en Mendoza, La Plata, Pinamar y Córdoba, la mayor parte de los bienes vendidos hasta ahora se concentran en la Ciudad de Buenos Aires.
 
El terreno más grande de ese paquete es el predio de cuatro hectáreas que pertenecía al Ejército y que Eduardo Costantini adquirió por más de 120 millones de dólares. El mismo empresario se quedó con un lote de la Policía Federal en Bajo Belgrano a través de la firma Argencons, que controla desde mayo, en una subasta peleada en la que la empresa le ganó incluso al peso pesado de Eduardo Elsztain y su Grupo IRSA.
 
Antes, Costantini también había sumado otro terreno a pocos metros del Campo Argentino de Polo. En los tres casos se construirán desarrollos inmobiliarios.
 

21-12-2025 / 09:12
Cuando los cimientos están agrietados, todo lo que se construye es frágil e inestable. Cincuenta días tardó Javier "el Loco" Milei, tras una sorpresiva e impactante victoria en las elecciones de medio término, en fagocitarse el crédito político, de la misma forma que se fagocitó -durante los últimos dos años- una cantidad récord de divisas sin poder acumular reservas.
 
Ahora, tiene por delante dos años en los que su suerte está atada a la voluntad de aliados poco confiables. El FMI volvió a intervenir la economía, forzando un volantazo; los gobernadores pasaron por caja y después le votaron en contra. Un poco de su propia medicina. Hola incertidumbre, mi vieja amiga, podría cantar el presidente. Dos años, en Argentina, es mucho tiempo.
 
Después de la sesión del miércoles en la Cámara de Diputados, la mayoría de los medios titularon con un triunfo del oficialismo por la media sanción de diputados y apenas destinaron alguna línea en la bajada para comentar, como algo secundario, la inesperada derrota en el Capítulo 11 que se votó de madrugada. Con el correr de las horas, la realidad se encargó de corregir ese evidente error de criterio.
 
La derrota del gobierno fue completa y sus consecuencias están teniendo ramificaciones imprevistas. Milei amenazó con vetar su propio presupuesto y Patricia Bullrich tuvo que anunciar la postergación del tratamiento de la reforma laboral, justo a la hora que la CGT desconcentraba la Plaza de Mayo. Una derrota indisimulable.
 
El debate sobre la Ley de Presupuesto en la Cámara Baja era la primera y la más sencilla de todas las sesiones que tiene por delante el Gobierno para aprobar las reformas que anunció. La dificultad insalvable que encontró esta semana echa dudas sobre la viabilidad del resto de sus planes, justo cuando tiene que convencer a los acreedores que le vuelvan a prestar el dinero que no podrá devolver en 20 días.
 
La forma en la que intentó, sin éxito, salvar esa dificultad, repercutió negativamente en la relación con todos sus aliados, a los que necesita para que el Congreso le siga dando una pátina de legitimidad a sus decisiones, muchas veces ilegales e inconstitucionales.
 
La caída del artículo 75, el corazón de la derrota, está cargada de significado político porque fue una rebelión contra la cláusula de la humillación. Enceguecido por una mala lectura de las urnas, Milei no se contentó con ganar sino que quiso escenificar un triunfo absoluto y definitivo sometiendo a los legisladores que antes de la elección habían apoyado las leyes que daban presupuesto a la Universidad Pública y a las personas con discapacidad, para que votaran explícitamente en contra de esas mismas leyes. Ese era el corazón político del proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo. Las partidas pueden reconducirse por decreto. Lo importante era coronar a Milei.
 
Así, el solsticio de verano no sólo marca hoy el final de la primavera, sino también, en coincidencia, el de la primaverita política que había comenzado para el gobierno con el resultado de las elecciones de medio término y que terminó sin que pudiera capitalizar de manera alguna ese éxito. La realidad muestra que, al fin y al cabo, las cosas no son tan malas como parecían en septiembre ni tan buenas como nos quisieron hacer creer después de octubre.
 
Todo sigue más o menos parecido a lo que fue el largo 2025: precario, inestable, violento, cada vez más autoritario y deteriorado. Este año Milei necesitó tres rescates del FMI, de Trump y de las urnas, para llegar hasta acá. Va a necesitar uno más, de los Senadores, antes del brindis del 31. Y con el 2026 comenzará una historia diferente.
 

20-12-2025 / 10:12
Agrandado como alpargata de pobre, en pocas semanas el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei dilapidó el resultado favorable de las urnas, resquebrajó su alianza con el PRO al romper la promesa de un lugar en la AGN; soportó un masivo acto de protesta de la CGT; debió postergar la reforma laboral, y le rechazaron en el Congreso su intento de derogar las leyes de presupuestos universitario y para discapacidad.
 
El efecto colateral del resultado favorable pero inesperado en las urnas fue confiarse demasiado y tomar de su propia medicina para creerse el relato sobre la estupidez humana. No ganó las elecciones porque los ciudadanos piensen que están bien. Es posible que así piense una pequeña parte de sus votantes. La mayoría sabe que está mal y votó -o no fue a votar- entre el discurso gorila antiperonista y la amenaza de un apocalipsis argentino inminente revoleado por el presidente norteamericano Donald Trump.
 
Javier Milei insiste en que la gente está bien. Es una mala lectura de la realidad que dibujan el Indec, el ministro Toto Caputo y Santiago Bausili en el Banco Central. Es el peor mensaje para mentir porque cualquier hijo de vecino puede constatar su falsedad. No importa si la inflación es cero o diez, ni si los medios dicen que bajó la pobreza. El sueldo no llega a fin de mes. O para que llegue hay que hacer sacrificios en calidad de vida, en calidad de salud y alimentación, en las vacaciones y el transporte. Todos saben que el padre, el tío o los abuelos están en el horno con las jubilaciones.
 
La lista de desgracias es más larga porque hay que anotar a los que perdieron negocios o el trabajo, que son cientos de miles. El gobierno hizo una mala lectura y sobre esa base tomó decisiones equivocadas. Una de ellas fue prometerles a sus aliados del PRO un puesto en la Auditoría General de la Nación que no podría otorgarle.
 
Se habló de una negociación con Unión por la Patria, pero en realidad, el puesto que estaba en discusión fue el que asumió la salteña Pamela Calleti que responde al gobernador Gustavo Sáenz. Si hubo negociación no fue por los votos. Los diputados de Unión por la Patria rechazaron las propuestas del Gobierno en todas las votaciones siguientes. Desde el intento oficial de derogar las leyes de financiamiento universitario y para la discapacidad, hasta el presupuesto. No hubo votos de Unión por la Patria en ninguna de esas votaciones.
 
El bochorno mayor fue con la compra de voluntades con los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) previo a la votación. Las provincias más fieles a las decisiones del bloque, como Buenos Aires, La Pampa, Tierra del Fuego, La Rioja y Formosa quedaron fuera del reparto. Milei repartió 66 mil millones de pesos de ATN para comprar esos votos. Lo hizo en forma descarada.
 
Al tucumano Osvaldo Jaldo, el más favorecido, lo hizo llegar hasta Buenos Aires para que le bese el anillo y para escracharlo con una fotografía en la Rosada. Votos en remate para el Presupuesto y la Reforma Laboral, que son parte de las políticas del Gobierno que está destruyendo la industria y expulsando inversiones.
 
Se ha naturalizado esa actitud como un acto "responsable" de los gobernadores, como si el gobierno pudiera usar con ese fin los ATN que son para problemas concretos y no para comprar votos. Usado de esa manera, ese mecanismo es directamente extorsivo.
 
Los diputados que representan a las provincias de Misiones, Salta, San Juan y Mendoza, que originalmente habían votado a favor del aumento del presupuesto a las universidades y a la discapacidad, cambiaron su voto luego de que sus gobernadores recibieran los ATN.
 

19-12-2025 / 10:12
La central obrera, acompañada de otras centrales sindicales, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, gritaron el rechazo a la reforma laboral y avisaron que comenzó un plan de lucha. Una masiva movilización desbordó la Plaza de Mayo, y muchas otras plazas de todo el país, en el primer paso del plan de lucha de la CGT y otras centrales sindicales contra la "reforma laboral" esclavista. Desde el escenario, los dirigentes de la CGT marcaron que irán escalando hasta un paro nacional.  El Gobierno tomó nota de la creciente resistencia y, cagado en las patas, pateó su tratamiento hasta febrero.
 
"Ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se defienden", advirtió, en el acto, primero Octavio Argüello. Luego llegó el turno de Cristian Jerónimo: "El proyecto está escrito y redactado maliciosamente a favor de las grandes corporaciones y de las grandes empresas de la Argentina", afirmó. El último en hablar fue Jorge Sola: "Este es el primer paso, sigan sin escucharnos, terminaremos en un paro nacional en todo el país", aseguró.
 
Las frases retumbaban en Plaza de Mayo. Los triunviros de la CGT hablaban en el escenario -que le daba la espalda a la Casa Rosada- acompañados por todo el universo sindical y referentes del peronismo, la izquierda, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales. No eran pocos, como especulaba y afirmaba el oficialismo, era una multitud.
 
Los bombos, platillos y bronces marcaban el ritmo de los discursos sin saber, al menos en ese instante, que el gobierno reculaba y desactivaba el tratamiento exprés de la dañina reforma laboral. Todo quedaba para febrero porque habían confirmado que el proyecto sumaba más detractores que aplaudidores. Y se asustaron con la movilización masiva.
 
Al menos por ahora, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, quedaron a salvo. No es poco para estos tiempos de crueldad que corren. Una señal clara de debilidad. La decisión es el resultado de las limitaciones de una administración acostumbrada a gobernar por DNU y que choca contra la realidad parlamentaria cuando intenta avanzar sobre derechos laborales consolidados.
 
El apuro por aprobar modificaciones estructurales sin diálogo ni consenso encontró un freno en un Congreso que todavía funciona. El mensaje de la oposición fue contundente: no habrá cheque en blanco para desmantelar conquistas sociales mientras se niegan recursos a discapacitados y universidades. La ratificación de estas leyes pese al veto presidencial marca un límite que la Casa Rosada no puede ignorar.
 
Patricia Bullrich reculó en chancletas y ya anunció que habrá nuevas extraordinarias del 2 al 27 de febrero para insistir con las reformas que exigen el FMI y los empresarios. Sin embargo, las fechas elegidas confirman lo que todos intuyen: el Gobierno deberá prometer el Presupuesto como condición para obtener votos opositores.
 
La estrategia de avanzar sin negociar nada tiene precio. Lo que pretendía ser un trámite exprés se convirtió en un recordatorio de que gobernar requiere construir mayorías, no imposiciones. Mientras Milei insiste con su agenda autoritaria de ajuste brutal, lo que ocurrió en las calles y el Congreso demuestra que aún queda capacidad de resistencia popular dispuestas a defender derechos básicos. La reforma laboral esperará, pero las dudas sobre la capacidad del Loco Mlei para aprobar sus iniciativas anarco capitalista, y gobernar a favor de los ricos, crecen. El gobierno de la oligarquía no se puede llevar todo por delante.
 
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