Nacionales - 04-04-2025 / 10:04
GOLPE POLÍTICO ANTI LIBERTARIO: MACRI Y CRISTINA CONSIGUEN QUÓRUM PARA VOLTEAR LOS PLIEGOS
Durísima paliza al Loco Milei: Quiso meter a Lijo y García Mansilla por la ventana y el Senado los pateó a la calle
La Corte Suprema soñada por Javier "el Loco" Millei para que le de impunidad a la corrupción libertaria se derrumbó. Con dos tercios, pero en contra, el Senado de la Nación rechazó los pliegos de Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo, nombrados por decreto por Milei. El caso más conflictivo es el del académico libertario, que aceptó integrarse a la Corte sin respetar el camino constitucional. El juez Ramos Padilla le prohibió ahora firmar más fallos y los constitucionalistas sostienen que corresponde su renuncia. La maniobra, que recordaba a la utilizada por Mauricio Macri en 2016, terminó en una derrota estrepitosa para el oficialismo, abriendo un escenario de conflicto institucional.
La Corte Suprema soñada por Javier "el Loco" Millei para que le de impunidad a la corrupción libertaria se derrumbó. Con dos tercios, pero en contra, el Senado de la Nación rechazó los pliegos de Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo, nombrados por decreto por Milei. El caso más conflictivo es el del académico libertario, que aceptó integrarse a la Corte sin respetar el camino constitucional. El juez Ramos Padilla le prohibió ahora firmar más fallos y los constitucionalistas sostienen que corresponde su renuncia. La maniobra, que recordaba a la utilizada por Mauricio Macri en 2016, terminó en una derrota estrepitosa para el oficialismo, abriendo un escenario de conflicto institucional.
El rechazo, que se dio con 43 votos en contra para Lijo y 51 para García-Mansilla, marca un freno a las aspiraciones del autócrata Milei, con muy poco apego liberal por las libertades civiles y el sistema republicano, de controlar el Poder Judicial a su antojo. Pero no es solo una derrota del presidente: la Cámara Alta, conformada por senadores que cobran más de 9 millones de pesos mensuales, tampoco representa un contrapeso digno de confianza. Lo que se viene es una nueva ronda de negociaciones en las sombras, sin que se ponga en cuestión la esencia de una Justicia servil al poder económico y plagada de privilegios.
El decreto presidencial designando a ambos postulantes desató un conflicto institucional sin precedentes y provocó un profundo repudio, que terminó ahora con García-Mansilla cumpliendo funciones y firmando fallos pero sin aval del Senado. En el Congreso deslizaban que el exdecano de la Universidad Austral presentaría su renuncia en las próximas horas. El caso de Lijo es más claro, ya que nunca llegó a asumir. Sin embargo, García-Mansilla juró y ahora el país podría enfrentar un caos jurídico si no presenta su renuncia. De hecho, minutos después del rechazo, el juez Alejo Ramos Padilla ordenó que no intervenga en causas mientras siga en su cargo.
Los dos postulantes de Milei no solo eran cuestionados por el mecanismo de designación, sino también por sus antecedentes. Lijo, con un historial de operar políticamente en la Justicia, estuvo involucrado en escándalos de corrupción, mientras que García-Mansilla, un ultraconservador vinculado al Opus Dei, se opuso al aborto legal y respaldó intereses mineros extractivistas.
Desesperado, el asesor estrella Santiago Caputo quiso suspender la sesión por decreto y la vicepresidenta Victoria Villaruel abortó la maniobra. El "monje negro" pretendía que el presidente provisional, Bartolomé Abdala, firmara un decreto suspendiendo la sesión. Villarruel lo convenció que no dé ese paso. Los radicales le advirtieron que si lo hacía, podían destituirlo. La vice se cobró así, en grande, las infinitas afrentas que acumulaba con "Caputito" y los hermanos Milei.
En una sesión que el oficialismo buscó impedir hasta último momento, y con el final anunciado desde el mediodía, el Gobierno anarco capitalista salió inmediatamente a acusar al Senado de "dilatar la votación durante meses" y "politizar la justicia". Sin aclarar cómo, sostuvieron que Milei "continuará trabajando incansablemente para garantizar la independencia judicial". El autoritario Milei se chocó contra la pared del Senado, que ejecutó a sus dos candidatos para la Corte, en una decisión histórica. Es un gobierno débil que eligió el riesgoso camino de llevarse todo puesto para parecer fuerte. Ahora es un gobierno débil que se demuestra débil.
La Opinión Popular
CON DOS TERCIOS, PERO EN CONTRA
Milei se quedó sin el sueño de la Corte propia
Con una abrumadora mayoría compuesta por Unión por la Patria y también de bloques aliados del oficialismo como la UCR y el PRO, la Cámara Alta desechó los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla.
Más de un año de presiones, maniobras y operaciones de la Casa Rosada no fueron suficientes para cumplir el sueño de Javier Milei de tener su propia Corte Suprema. Con 43 votos en contra del pliego de Ariel Lijo y 51 en contra de Manuel García-Mansilla, el Senado rechazó por una contundente mayoría ambas candidaturas al máximo tribunal.
Inmediatamente después de la votación, el juez federal Alejo Ramos Padilla dictó una medida cautelar para que el nuevo cortesano se abstenga de tomar más decisiones y Lijo de jurar en la Corte. La Oficina del Presidente sacó un comunicado reforzando el discurso "anticasta": "convertido en una máquina de impedir, el Senado no actúa en favor del pueblo, sino que tiene como único fin obstruir el futuro de la Nación Argentina".
A las 12 del mediodía, en la reunión de Labor Parlamentaria los presidentes de bloque ya se veían venir lo inevitable. La oposición tenía el número suficiente para superar los dos obstáculos que tenían por delante: el más difícil, el quórum de 37 senadores para iniciar la sesión y, luego, los 25 votos para rechazar a los dos postulantes.
"¡Vamooos! ¡Vamos que las Malvinas son Argentinas! Ésto es hacer patria, viejo", arengó Juliana Di Tullio (UP) al entrar al recinto. Le hablaba a Pablo Blanco, el radical de Tierra del Fuego que estuvo sentado en su sitio desde el minuto cero.
A las 14.15 ya había 38 senadores sentados en sus bancas. Esa mayoría se había logrado gracias a 33 integrantes de Unión por la Patria --sólo estuvo ausente la jujeña, Carolina Moisés, del recientemente creado bloque Convicción federal--; dos de la UCR, Martín Lousteau y Blanco; dos del PRO, Alfredo De Angeli y Victoria Huala, y el formoseño Francisco Paoltroni, expulsado del bloque libertario.
La resistencia del oficialismo a sesionar fue tan grande que el presidente provisional del senado, Bartolomé Abdala, seguía deambulando por el recinto en vez de ubicarse en la presidencia para dar inicio a la sesión. Tuvo que sentarse en el estrado la senadora Silvia Sapag, de UP, y declarar el arranque formal del debate. Recién después de eso el resto de los senadores se ubicó en sus bancas. Victoria Villarruel, a cargo del Ejecutivo por el viaje de Milei a Estados Unidos, estaba en su despacho, sin participar de la sesión.
Un rechazo abrumador
Las dos votaciones superaron todas las expectativas previas. En el caso de Manuel García Mansilla, no sólo su pliego no consiguió los dos tercios para ser ratificado sino que por el contrario, obtuvo un rechazo que superó esa mayoría.
Todo el bloque de Unión por la Patria (34 senadores), sumado a la mayoría del bloque radical (10 de 13) y buena parte del PRO (4 de 7), incluso de una parte de Provincias Unidas. Sólo terminaron acompañándolo los seis libertarios, Mercedes Valenzuela, Víctor Zimmerman, Eduardo Galaretto (UCR), Carmen Álvarez Rivero, Andrea Cristina y Luis Juez (PRO); Juan Carlos Romero, Lucila Crexell, Carlos "Camau" Espínola (Provincias Unidas); los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas, la tucumana Beatriz Avila y los santacruceños José Carambia y Natalia Gadano.
El juez federal, Ariel Lijo, cosechó más apoyos aunque de todas maneras quedó muy lejos. La diferencia la marcaron los 10 votos a favor del interbloque Unión por la Patria: María Teresa González (Formosa), Claudia Ledesma Abdala, Gerardo Montenegro y José Neder (Santiago del Estero), Juan Manzur y Sandra Mendoza (Tucumán), Carolina Moisés (Jujuy), Jesús Rejal (La Rioja), Sergio Uñac (San Juan), Guillermo Andrada (Catamarca). Eso se compensó parcialmente con el voto en contra de macristas y radicales.
Un recinto picante
Toda la sesión estuvo atravesada por los fuertes cuestionamientos al oficialismo. En particular al decreto 137 mediante el cual Milei el 26 de febrero nombró a los postulantes. "¡Es absolutamente inconstitucional! No puede nombrar jueces por decreto. ¡No puede! El señor Mansilla está usurpando el cargo. No es legítimo", exclamó José Mayans, jefe del interbloque de UP. El formoseño no sólo apuntó contra el Ejecutivo sino también con la propia Corte Suprema por haberle tomado juramento en comisión: "¡señores de la Corte, dejen de violar la constitución!", repitió tres veces.
"El rechazo de los pliegos significa el rechazo al decreto 137 que los designó en comisión", señaló el pampeano Daniel Bensusán, poniendo presión sobre la situación de García Mansilla. "Esto es un asalto institucional del Poder Ejecutivo a otros dos poderes", disparó también la peronista mendocina Anabel Fernández Sagasti, que además, denunció la compra de votos: "sepan que me van a tener a mí y a mi bloque denunciando a cada senador y cada senadora que se deje comprar por el Ejecutivo. Porque las instituciones quedan y los gobiernos pasan". Se refirió con nombre y apellido a Lucila Crexell, que podría asumir al frente de la representación diplomática argentina ante la UNESCO.
Desde la UCR, Martín Lousteau, también fue lapidario. "Hace 115 años que no pasaba una barbaridad de esta índole. Hay que ir a 1910 para encontrar presidentes constitucionales que hayan hecho esto. Estamos defendiendo si vamos a tener una justicia independiente o una justicia adicta a tiro de decreto", sentenció.
Por el PRO, la larretista Guadalupe Tagliaferri fue otra de las más duras: "Me resulta inadmisible acompañar una Corte sin mujeres, como también respaldar a dos candidatos que decidieron pasar por arriba de la Constitución".
Alfredo De Angeli, jefe del bloque, fue el encargado de llevar la línea de Mauricio Macri. "El Presidente está mal asesorado", dijo repitiendo el libreto de su jefe. El entrerriano confesó que votaría a García Mansilla "con las dos manos" pero que de acompañar las designaciones en comisión estarían "violando la constitución".
Ni los amigos
A diferencia de otras sesiones, ni siquiera los más cercanos a la Casa Rosada alzaron la voz para defender al Gobierno. Hasta un férreo colaborador de los libertarios como el jefe del bloque radical, Eduardo Vischi, cuestionó el manejo oficial. Lo calificó como un "proceso ininterrumpido de errores y flaquezas" y consideró que esta actitud "está afectando directamente a la economía argentina".
Refutó la crítica a la "demora" del Senado señalando todas las oportunidades en que el oficialismo obstaculizó el avance del trámite. Antes de anticipar el rechazo mayoritario de su bloque, le tendió un puente a la Casa Rosada: "Si realmente quiere mejorar la Justicia estamos acá para discutirlo".
El salteño Juan Carlos Romero, un viejo incondicional del oficialismo, se contorsionó para justificar su postura. Reconoció que el decreto presidencial no estuvo bien, pero pidió clemencia: "tampoco nos desgarremos las vestiduras". "La Corte no puede seguir con estas vacantes. Salgamos de este bloqueo con un acuerdo razonable", sugirió.
Sólo como libertario en el Senado
El único oficialista que tomó la palabra fue Juan Carlos Pagotto. En un discurso con serias dificultades para hilvanar ideas, le recordó a UP que el actual presidente de la Corte, Horacio Rosatti, fue ministro de Justicia de Néstor Kirchner y que Raúl Zaffaroni, propuesto por el expresidente, había aceptado jurar como juez durante la dictadura.
Histriónico, revoleó nombres de juristas consagrados y no le faltó la cita en latín a un principio del derecho romano. "Son absolutamente constitucionales las designaciones. Pero tenemos que discutir los dos pliegos. La constitucionalidad de los decretos la podemos discutir pero es una discusión bizantina", sostuvo. Su argumento fue que haber salteado la voluntad del Senado no es tan relevante y que debían decidir qué hacer con los candidatos como si nunca hubieran sido designados.
Mientras seguía hablando Pagotto, el senador de UP, Sergio Leavy, le pidió una interrupción para decirle que García Mansilla acababa de firmar más de 50 fallos. Una de ellas fue la resolución que decide no opinar sobre el travesticidio de Diana Sacayán.
Por Sebastian Abrevaya
Fuente: Página 12