La Opinión Popular
                  18:37  |  Viernes 07 de Noviembre de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

Por
“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
Recomendar Imprimir
Internacionales - 16-03-2025 / 07:03
EL 16 DE MARZO DE 1968, EN LA GUERRA DE VIETNAM

Masacre de My Lai: soldados yanquis matan a centenares de civiles desarmados

Masacre de My Lai: soldados yanquis matan a centenares de civiles desarmados
El 16 de marzo de 1968, Calley y sus hombres violaron a las mujeres y las niñas, mataron el ganado y prendieron fuego a las casas hasta dejar el poblado arrasado por completo. Para terminar, reunieron a los supervivientes en una acequia y los ultimaron.
La Matanza de My Lai fue un asesinato de civiles que perpetró el Ejército de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, uno de los hechos más vergonzosos y sangrientos del accionar imperial yanqui en su historial guerrerista.
 
El 16 de marzo de 1968 las tropas de Estados Unidos lanzaron una operación en la región de Son My en la búsqueda de vietcongs. Al segundo teniente William Laws Calley y su sección le fue asignada la zona My Lai 4. A lo largo de cuatro horas, Calley y sus hombres violaron a las mujeres y las niñas, mataron el ganado y prendieron fuego a las casas hasta dejar el poblado arrasado por completo. Para terminar, reunieron a los supervivientes en una acequia y los asesinaron.
 
Los pilotos y artilleros de los helicópteros vieron cómo Calley disparó su arma contra ellos y ordenó a sus hombres que hicieran lo mismo hasta matar a todos los habitantes de la zona (es decir, ancianos, mujeres y niños). Por "defectos" en la investigación, no se sabe la cifra exacta de asesinados, pero se estima que debió estar entre 347 y 504.
 
Unos días después, el Ejército de Estados Unidos facilitó una información oficial, donde enumeraba unos 120 muertos, de los cuales 90 eran vietcong no civiles y 30 vietcong civiles. Pero en toda la operación se habían incautado sólo tres armas vietcong.
 
La masacre de My Lai no fue la única matanza cometida por las fuerzas yanquis, pero por su magnitud fue la que más escándalo provocó en Estados Unidos y el mundo.
 
La Opinión Popular


 
Masacre de My Lai: soldados yanquis matan a centenares de civiles desarmados 
Mujeres y niños no identificados antes de la matanza de May Lai. Según testimonios, fueron asesinados momentos después de haberse tomado la foto.


¿Qué pasó en My Lai?
  
En la mañana del 16 de marzo de 1968, la unidad del teniente William Calley llegó en helicóptero a las cercanías del poblado de My Lai. Calley no era ni siquiera el oficial al mando; el capitán Ernest Medina era quien comandaba la compañía Charlie, y fue él quien, según muchos de sus subordinados, les aseguró que no quedaban civiles en la zona. Que, básicamente, podían disparar tranquilamente a todo lo que se moviera.
 
La mañana del 16 de marzo de 1968, tres compañías de la 11ª Brigada de Infantería iniciaron una operación de búsqueda y destrucción en el área de My Son. El objetivo de la Compañía C era el 48º Batallón del Vietcong, que según los servicios de inteligencia tenía su base en una aldea conocida en los mapas militares estadounidenses con el nombre de My Lai-4. Los norteamericanos comenzaron lanzando un ataque heliportado. la 1ª sección, bajo las ordenes del teniente William L. Cassey Jr. arrasó la zona sur de My Lai-4, disparando a todo el que intentaba escapar, asesinando a otros con las bayonetas, violando mujeres, matando el ganado y destruyendo los cultivos y las casas. Los sobrevivientes fueron apiñados dentro de una acequia de desagüe. En ese momento, el teniente Calley abrió fuego contra los indefensos aldeanos y ordenó a sus hombres que hicieran lo mismo.
 
Los soldados de la compañía Charlie tampoco necesitaban mucho convencimiento. Habían llegado a Vietnam a finales del año anterior y llevaban meses persiguiendo a un enemigo invisible: no habían entrado en combate ni una sola vez, pero ya habían perdido 28 hombres a causa de las bombas trampa, los francotiradores y las minas.
 
Los estadounidenses descargaban su frustración contra la población civil, a la que acusaban de colaborar con el Viet Cong o, en el mejor de los casos, de no ayudar a los estadounidenses a combatirlo. El pelotón del teniente Calley era particularmente brutal con ella.
 
El capitán Medina había dicho a los suyos que por fin podrían enfrentarse con el enemigo cara a cara, más en concreto con el 48.º batallón del Viet Cong, que les había estado hostigando durante meses. Sin embargo, esa unidad estaba al otro extremo de la provincia, y lo que se encontraron los soldados de Calley el día designado fue un pueblo donde no había un solo hombre en edad militar y donde nadie les disparó. A pesar de esto, los estadounidenses se emplearon con extrema violencia.
 
En apenas cuatro horas, los soldados de la compañía Charlie arrasaron el poblado, disparando indiscriminadamente contra todos los civiles que se encontraron. Se produjeron violaciones en grupo y descuartizamiento de cadáveres, se prendió fuego a viviendas y se arrojaron explosivos dentro de las cuevas en las que se escondían algunas familias.
 
Alrededor de las nueve de la mañana, el teniente Calley llevó a unos 150 habitantes del pueblo a una zanja y ordenó personalmente su ejecución, incluyendo a niños de cortísima edad, ancianos, mujeres embarazadas...
 
Pudieron ser todavía más, de no ser por la tripulación de un helicóptero estadounidense que sobrevolaba la zona. El piloto, Hugh Thompson, vio a civiles heridos y comunicó su posición a la compañía Charlie para que acudiera a atenderlos. Cuando volvió a pasar por allí y los encontró muertos, Thompson entendió lo que estaba pasando y aterrizó su aparato junto a otro grupo de heridos. El oficial se enfrentó a Calley y organizó la evacuación de una decena de civiles, dando orden a su tripulación de disparar contra sus propios compatriotas si los atacaban.
 
A las 11 de la mañana de aquel día, el capitán Medina ordenó a la compañía Charlie que parara a comer e informó a sus superiores de que la operación había sido un éxito. Reportó 123 bajas enemigas, pero solo tres armas incautadas. En realidad, los únicos muertos eran más de 500 civiles desarmados que no habían opuesto resistencia. Las tropas estadounidenses habían sufrido solo un herido: un soldado que se disparó a sí mismo mientras trataba de desencasquillar su fusil.
 
La tripulación del helicóptero, con Thompson a la cabeza, denunció los hechos inmediatamente a sus superiores. El coronel Henderson, que acabaría procesado aunque absuelto por estos hechos, decidió que la versión de Thompson era falsa y que "solo" 20 civiles habían muerto accidentalmente en My Lai por un error de artillería.
 
El piloto siempre tuvo la sensación de que en los siguientes meses trataron de silenciarlo enviándolo a peligrosas misiones en solitario, que llevaron a Thompson a estrellarse entre cuatro y cinco veces en un período inferior a tres meses.
 
También en la compañía Charlie sentían que alguien les quería quitar de en medio. Después de los sucesos de My Lai, la unidad fue desplegada en la selva durante 54 días, sufriendo ataques enemigos y los estragos de la disentería. Algunos de sus soldados defienden todavía hoy que fue un esfuerzo para evitar que hablaran con nadie sobre lo sucedido en My Lai.
 
Sin embargo, iba a ser muy difícil tapar una matanza así. Para empezar, había imágenes. El sargento Ron Haeberle era fotógrafo militar y lo había documentado todo aquel día. Había tomado las fotos "oficiales" en blanco y negro con su cámara oficial, pero tenía otra personal con la que tomó las fotos en color que luego se publicarían en la revista Life y que, mostrando los asesinatos en toda su crudeza, se han convertido en algunas de las instantáneas más conocidas de la era de Vietnam.
 
Además, estaban los testimonios. En 1968, un periodista llamado Ronald Ridenhour, desplegado en Vietnam como artillero de un helicóptero, usó sus contactos en la compañía Charlie para entrevistar a muchos de sus soldados sobre lo que había sucedido en My Lai.
 
A su regreso a EE. UU., a principios de 1969, redactó una carta con todo el material que había recopilado y la envió a 30 destinatarios de la élite política y militar de Washington D. C. Esto dio lugar a una investigación que derivó en el procesamiento de William Calley en septiembre de ese mismo año, aunque para entonces la ciudadanía aún no sabía nada de la masacre de My Lai. Eso estaba a punto de cambiar.
 
En noviembre de 1969, EE. UU. se enteró de lo sucedido por los artículos del periodista Seymour Hersh, ilustrados en varios casos por las espectaculares fotos tomadas en My Lai por Ron Haeberle. Muchas publicaciones habían rechazado antes esas informaciones, pero casi todos los grandes periódicos y televisiones recogieron la noticia cuando la difundió a través de una pequeña agencia de noticias comprometida con el movimiento antibelicista.
 
Hersh ganó por estos artículos un premio Pulitzer, y durante los años siguientes siguió escribiendo sobre la matanza y sobre los intentos del alto mando militar para tapar el asunto.
 
Masacre de My Lai: soldados yanquis matan a centenares de civiles desarmados 
El soldado SP Capezza quema una choza vietnamita en My Lai.

Fuente: La Vanguardia

Agreganos como amigo a Facebook
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 09:11
Una realidad imposible de pensar apenas dos meses atrás acaba de imponerse en forma irrefutable al neoliberalismo del presidente yanqui Donald Trump, golpeando y diluyendo un poco más su promocionada intención de "hagamos nuevamente grande a los Estados Unidos". Por cierto, que las ideas base de hacer nuevamente grande -es decir: dominador- a su país atrasan un poco y se desubican otro tanto.
 
Si algo se puede estimar que le ha ido de acuerdo con sus planes es la relación con la Argentina de Javier Milei, un país que va quedando reducido a la condición de neocolonia, de un imperio decadente. Esa relación, que incluye el apartar la presencia china, también ha conseguido despertar las iras de los agricultores estadounidenses ya que, al disminuir a nuestro país como proveedor sojero, los chinos se han volcado a otros países latinoamericanos, Brasil fundamentalmente, desplazando a los yanquis.

También los manejos financieros en pro de la decadente moneda argentina han indignado a algunos sectores norteamericanos, que ven en esos millones de dólares facilitados a nuestro país una pérdida de posibles apoyos. Simultáneamente, la desubicación de Trump había anunciado la construcción en la Casa Blanca de un salón de baile, con un costo de más de 200 millones de la moneda norteamericana. La consiguiente reacción de la opinión pública lo obligó a desistir de la idea.

Como contrapartida, la semana que pasó los noticieros de todo el mundo informaron y visualizaron una noticia insólita, asombrosa: las largas colas en varias ciudades de los EE.UU. en procura de los bonos que les permitan adquirir algunos alimentos básicos. Esta vigencia del hambre, que lo es, numéricamente está estimada en unos 42 millones de personas (una cifra casi equivalente a la población argentina).

Sin embargo, al gobierno yanqui la más formidable bofetada política de los últimos tiempos se la dio el resultado de la reciente elección del alcalde de Nueva York, la ciudad más populosa del país y uno de los centros financieros y comerciales más importantes del mundo. Ocurre que, pese a la desvergonzada y falaz propaganda del Partido Republicano en el poder federal, los neoyorquinos eligieron como autoridad comunal a Zohran Mamdani, un miembro del Partido Demócrata que además es inmigrante que llegó a los EEUU siendo muy pequeño, de cultura y religión árabe y con ideas claramente inclinadas al socialismo, o al menos lo que los miembros del Partido Republicano entienden por socialismo.

Mamdani es un líder progresista y basó su campaña en un compromiso con la solución de los problemas de vivienda, educación y justicia social. Ha acumulado experiencia política y sabido conectarse con diversos grupos comunitarios de la ciudad, promoviendo una promesa de mejor calidad de vida, con aumento de los impuestos a las grandes fortunas de la ciudad. Esas condiciones principalmente le permitieron imponerse por una sorprendente mayoría de votos.


A los resultados de Nueva York se suman los batacazos demócratas de Nueva Jersey, donde ganó la demócrata Mikie Sherrill como gobernadora; de Virginia, donde ganó otra mujer (por primera vez en ese estado), Aigail Spanberger; en Detroit, donde se impuso otra mujer como alcalde (Mary Sheffield); y en Cincinnati, donde Aftab Pureval logró la reelección como alcalde, como hicieron también Corey OConnor en Pittsburgh y Andre Dickens en Atlanta.

La reacción del gobierno de Trump, dentro de todo, ha sido la que se podía esperar: calificar abiertamente a Mamdani de comunista y predecir una avalancha de fortunas neoyorquinas con destino a Miami, a imitación de los cubanos emigrados por el castrismo. 
Incluso Milei criticó a Mamdani e invitó a invertir en la Argentina.Por cierto, que esa ligereza en los juicios recuerda a actitudes muy parecidas que se dan por estas latitudes. Es el desafío en escala internacional que las derechas ultras y extremas, de Trump y Milei, les plantean a los progresismos y al peronismo en Argentina.


La Opinión Popular

06-11-2025 / 19:11
06-11-2025 / 19:11
NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar