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Sociedad e Interés General - 10-03-2025 / 11:03
10 DE MARZO DE 1993

Menem cierra Ferrocarriles Argentinos y cancela los Servicios Interurbanos de Pasajeros

Menem cierra Ferrocarriles Argentinos y cancela los Servicios Interurbanos de Pasajeros
Por decisión de Carlos Menem, el 10 de marzo de 1993, se cancelan los Servicios Interurbanos de Pasajeros, por el cierre de Ferrocarriles Argentinos (FA) una empresa pública que manejó toda la red ferroviaria argentina por cerca de 45 años, conformando un sistema integrado de transporte ferroviario.
Por decisión de Carlos Menem, el 10 de marzo de 1993, se cancelan los Servicios Interurbanos de Pasajeros, por el cierre de Ferrocarriles Argentinos (FA) una empresa pública que manejó toda la red ferroviaria argentina por cerca de 45 años, conformando un sistema integrado de transporte ferroviario.

Operaba tanto trenes de carga como de pasajeros, estos últimos de todo tipo: de larga distancia hacia gran parte de la Argentina, urbanos en el área metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires, e interurbanos entre ciudades del interior del país. Llegó a operar una de las líneas férreas más grandes del mundo, sirviendo de punto de conexión entre pequeños pueblos del interior y las zonas comerciales.

El 13 de febrero de 1947, durante la primera presidencia de Juan Perón, todas las empresas ferroviarias privadas (48.000 km de extensión) fueron nacionalizadas. El decreto 32.574, firmado el 1 de marzo de 1948, reorganizó las antiguas compañías, incluyendo a los Ferrocarriles del Estado, en ocho líneas.

Ferrocarriles Argentinos sufrió una aguda situación de cancelaciones de destinos y falta de mantenimiento durante la dictadura militar del Proceso de Reorganización Nacional que derivó en un estado de deterioro del que jamás se recuperaría. Fue privatizada por Carlos Menem entre 1991 y 1993.

Hoy, las rutas de están colapsadas de autos y camiones. Solo en 2009 hubo 7.885 muertos en las rutas argentinas. Y la cifra sigue en aumento. Aún con esa cifra, los trenes de larga distancia siguen transportando solo un 3 por ciento del total de pasajeros a nivel nacional. Una cifra vergonzosa y ridícula.

Las recientes tragedias, camineras y ferroviarias, imponen la recuperación del sistema ferroviario y esto no admite más postergaciones. Debe ser una política de Estado, sin ningún tipo de especulación política.

Por Carlos Morales para La Opinión Popular 
 

 Menem lo hizo: Cierra Ferrocarriles Argentinos y cancela los Servicios Interurbanos de Pasajeros
Mapa de la red ferroviaria argentina en el momento de su máxima extensión (aprox. 1960)
 
Un poco de historia reciente

En agosto de 1989, durante la presidencia de Carlos Menem, se promulga la ley 23.696 de Reforma de Estado, que proponía la privatización o concesión de las empresas del estado. Posteriormente el decreto 666/89 daba cumplimiento a la ley anteriormente mencionada, entregando en concesión los ferrocarriles.

En el caso de los trenes de pasajeros, el decreto 1168/92 ordenaba una abrupta disminución del servicio a partir del 31 de julio de 1992, y los trenes sobrevivientes resignaban todo tipo de confort.

El 15 de diciembre de 1992 se firma decreto 2388/92 que prorrogaba el fin de los servicios hasta el día 10 de marzo de 1993.

Ese día corrieron por última vez los servicios de larga distancia de Ferrocarriles Argentinos, que a pesar de cumplir en su momento con un diagrama de emergencia, contaba con un abanico importante de destinos con muchos tramos de vía en condiciones de correr a más de 100 kilómetros por hora.

Lo que queremos es que el tren de larga distancia sea una política de estado prioritaria, ya que la inversión en ferrocarril demanda años de proceso, y no podemos seguir dejando pasar el tiempo a la espera de licitaciones de grandes obras, porque el ferrocarril necesita obras inmediatas, sin perjuicio de las licitaciones de largo plazo. Una renovación de vías debe hacerse en lo inmediato, no en diez años.

Solo en 2009 hubo 7.885 muertos en las rutas argentinas. Y la cifra sigue en aumento. Los accidentes en rutas constituyen el mayor índice de muerte en el país. Y aún con esa cifra, los trenes de larga distancia siguen transportando la triste cifra de un 3 por ciento del total de pasajeros a nivel nacional. Una cifra vergonzosa y ridícula.

Basta de excusas porque no hay motivos para seguir postergando inversiones en la red ferroviaria. No estamos atravesando una crisis económica que implique ahorrar recursos y postergar al ferrocarril, es ahora o nunca. Los argentinos queremos los ferrocarriles en marcha.

Hoy, esa ruta de asfalto es la que está colapsada. Y así llegaron los 7.000 muertos por año y un sinfín de factores que nos hicieron retroceder como país. El 10 de marzo el gobierno de Menem cerró los trenes para la supuesta búsqueda de progreso. Y esto fue posible gracias a la creencia generalizada y errónea de que ya no era posible mantener ferrocarriles.

La política implementada por Menen, y continuado por los sucesivos gobiernos ha mostrado sus consecuencias en las tragedias evitables del 13 de septiembre de 2011 cuando chocaron dos trenes de la Línea Sarmiento con un colectivo de la línea 92 y como resultado 11 personas murieron y más de doscientas resultaron heridas; y la de Once, donde hubo 51 muertos y más de 600 heridos,

La recuperación del sistema ferroviario nacional no admite más postergaciones. Ésta debe ser una política de Estado, sin ningún tipo de burocracia, mezquindad o especulación política.

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26-10-2025 / 19:10
26-10-2025 / 19:10
El 27 de octubre de 2010, en El Calafate, muere Néstor Carlos Kirchner. Una figura política decisiva en la Argentina de los últimos tiempos. Su muerte llegó en forma sorpresiva y además de generar intensos efectos emotivos, también provocó un fuerte impacto político.
 
Su Gobierno, el mejor desde el retorno de la democracia, generó un estilo que rescató la política del descrédito en que había caído, privilegió una decidida militancia social y juvenil, jerarquizó la figura presidencial y su autoridad, amplió el poder del Estado, reconstruyó la autonomía nacional. Significó un cambio total respecto al nefasto modelo neoliberal que se implantó con el golpe militar de 1976, se profundizó en la década de los 90 con el menemismo, explotó con la crisis de 2001 y terminó con el nefasto gobierno radical de la Alianza.
 
Hoy todos debemos reconocer de Néstor los logros concretos de su gestión, como: el crecimiento económico; el desarrollo de la industria nacional y la importante contracción de la tasa del desempleo; las mejoras salariales en la mayoría de las actividades, que superaron las proyecciones inflacionarias; el auge del consumo y el crédito; la ampliación de los beneficios jubilatorios para personas que no habían hecho aportes; la función activa del Estado desplazando al "mercado". Estableció un tipo de cambio alto para favorecer las exportaciones, dispuso tasas de interés bajas para promover la industria y aumentos reales de salarios para impulsar el mercado interno.
 
Además, el discurso reivindicativo, nacional y popular, frente a las grandes corporaciones empresariales y a organismos internacionales como el FMI; la renovación de la Corte Suprema; el concreto desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional; la política de Derechos Humanos y la nulidad de las leyes de obediencia debida: la integración regional... Por todo esto, ya tiene un lugar en la historia, con toda justicia.
 
A pesar que en este proceso se colaron nichos de corrupción política, como consecuencia de una dilatada permanencia en el poder, el descuido en el reclutamiento de colaboradores y el escaso control de su irregular cuadro de funcionarios, que contravino objetivos y rumbo, la derecha gorila argentina utiliza esto para evitar la discusión política de fondo y negar la historia.
 
Jamás, hechos de corrupción de funcionarios puede ser la referencia esencial para juzgar gobiernos o etapas políticas. Siempre es más importante lo que hicieron y porque hicieron. La Privatización de YPF por Menem, la Reforma Laboral de De la rúa o el brutal endeudamiento de Macri son más dañinos que las coimas a algunos funcionarios. Los escándalos personales impactan en la gente común pero las grandes decisiones económicas y políticas gravitan mucho más.
 
El móvil actual de la operación cultural, política y mediática anti-kirchnerista es tapiar la discusión sobre las políticas públicas de Kirchner. Los medios lo ponen en manifiesto en todo momento para cubrir o conceder espacios secundarios a los terribles daños que causaron las medidas neoliberales de los gobiernos de Macri y Milei. Se concentran en aspecto del pasado para no hablar del presente. Pretenden ocultar los derechos populares alcanzados y la presente anulación de esos derechos.
 
Hoy, cuando se pretende minimizar o anular las realizaciones de Néstor Kirchner, lo cierto es que ha marcado un antes y un después. Es parte fundamental en la realidad argentina, vive en el corazón de su pueblo, porque puso nuevamente en marcha un proyecto político peronista transformador que forjó nuevos derechos, en la pelea por la igualdad y la equidad social, en la lucha permanente de la causa nacional y popular por: la Soberanía Política, la Independencia Económica y la Justicia Social, contra el neoliberalismo antipopular.

Propaganda macrista: De Goebbels a Durán Barba 
Por Blas García   

26-10-2025 / 19:10
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