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Sociedad e Interés General - 10-02-2025 / 07:02
FUE SANCIONADA EL 10 DE FEBRERO DE 1912

Ley Sáenz Peña: voto universal, secreto y obligatorio para los varones

Ley Sáenz Peña: voto universal, secreto y obligatorio para los varones
El voto popular y secreto de Sáenz Peña permitió que accediera al poder en 1916 el candidato por la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen.
 
El voto universal, secreto y obligatorio para varones cumple hoy 110  años desde su aprobación en las dos cámaras del Congreso el 10 de febrero de 1912, pero su vigencia política real fue esporádica y condicionada. Se aplicó por primera vez en 1916.
 
La Ley Sáenz Peña o Ley 8.871, es la ley General de Elecciones que estableció el voto secreto y obligatorio a través de la confección de un padrón electoral, pero seguía siendo exclusivo para nativos argentinos y naturalizados masculinos y mayores a 18 años.
 
Debe su nombre al hecho de haber sido sancionada durante la presidencia de Roque Sáenz Peña, miembro del ala modernista del gobernante Partido Autonomista Nacional e impulsor de la ley.
 
Las mujeres debieron esperar hasta la sanción de la Ley 14.032, de junio de 1951, para que se les reconocieran derechos electorales, durante el primer gobierno de Juan Perón, por impulso de su compañera Evita.
 
Sin embargo, el siglo transcurrido desde la Ley Sáenz Peña se repartió, tristemente para la historia de la Argentina, en sólo 55 años de prácticas democráticas para la elección de las autoridades y 45 años de episodios de fraude electoral contra el yrigoyenismo, proscripción del peronismo y golpes de Estado con gobierno militares, que culminaron en la aberrante última dictadura.
 
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Ley Sáenz Peña: voto universal, secreto y obligatorio para los varones 
 Si bien esta ley había eliminado el voto oral o "cantado", el sufragio seguía siendo público, de modo que en el registro, al lado del nombre del votante, se dejaba constancia de a quién votaba cada uno. Eso no solo atemorizaba a los votantes sino que mientras se llevaba a cabo la votación, los punteros podían influir entre quienes no habían sufragado y, por supuesto, "hacer votar a los muertos" o inventar nombres.


El sufragio sin condiciones se aplicó por primera vez en 1916 y produjo el primer gobierno del radical Hipólito Yrigoyen. Seis años después, en 1922, otro radical, Marcelo Torcuato de Alvear, tomó la posta, y tras concluirlo seis años después, se la devolvió a Yrigoyen en 1928. Este ciclo de casi 14 años fue el período democrático más extenso del siglo XX, con excepción del que se inició en 1983 y aún continúa en esos días.
 
En 1930, Yrigoyen fue derrocado por el general José Uriburu en el primer golpe militar de la historia. La participación del radicalismo fue prohibida en 1932, para abrir camino al general Agustín P. Justo y en 1937, un fraude de gran dimensión sobre todo en provincia de Buenos Aires, impidió el triunfo del radical Marcelo T. de Alvear y consagró a una alianza que postulaba a Roberto Ortiz.
 
En 1943 se produjo un nuevo golpe militar. En 1945, acosados por varios frentes, los generales se ven obligados a convocar a elecciones para distender las presiones. El 24 de febrero de 1946, triunfó Juan Domingo Perón por un margen amplísimo, en las elecciones más limpias de la historia, como definió ese mismo mediodía el candidato de la Unión Democrática, José Tamborini, cuando creía que era el favorito.
 
Perón volvió a triunfar en 1952, esta vez con respaldo también del nuevo voto de las mujeres, pero su gobierno fue derrocado en septiembre de 1955, antes de cumplir los 10 años, por la coalición cívico-militar de la Revolución Libertadora.
 
Gobiernos de distintos signos políticos coincidieron en mantener la proscripción del peronismo durante los siguientes 17 años, en los que se turnaron varios militares y los civiles Arturo Frondizi (1959-1962), José María Guido (1962-1963) y Arturo Illia (1963-1966) y nuevamente los jefes castrenses, esa vez Juan Carlos Onganía, Roberto Levington y Alejandro Lanusse.
 
En 1973 vuelven las elecciones sin prohibiciones: el peronista Héctor Cámpora fue elegido presidente el 11 de marzo pero sólo duró 49 días en el gobierno, al que renunció, y en poco tiempo se convocó a una nueva elección, que ganó Juan Domingo Perón el 25 de septiembre del mismo año. El justicialismo se mantuvo en el poder apenas tres años, pero fue nuevamente desalojado del gobierno el 24 de marzo de 1976. Tras una larga y trágica experiencia de poder absoluto durante más de 7 años, los militares debieron abandonar el ejercicio del gobierno.
 
El 10 de diciembre de 1983, con la asunción de Raúl Alfonsín, se abrió el mayor período de democracia que la Argentina experimentó nunca. Hasta 1983, la Argentina que reconocía el voto universal, secreto y obligatorio de los varones sólo tuvo un primer ciclo de tres elecciones libres de presidentes, todos radicales (1916-1939), y duraron en conjunto 14 años; Juan Domingo Perón accedió al gobierno en 1946 y se mantuvo mediante dos comicios, pero no alcanzó a completar los doce años de mandato y debió exilarse en septiembre de 1955. El peronismo volvió y ganó dos elecciones libres en 1973, pero entre ambos apenas sumaron tres años de gobierno, antes de caer derrocado en marzo de 1976.
 
En los 70 años de vigencia del voto universal, secreto y obligatorio de los varones -de 1912 a 1983-, sólo hubo elecciones libres en siete oportunidades y consagraron a gobiernos que en conjunto apenas sumaron 27 años de ejercicio del poder.
 
En 1983, recuperado el respeto a la voluntad popular, se sucedieron siete gobiernos, de signos variados y matices sorprendentes, que juntos conformaron el ciclo más largo de democracia de la historia, con 28 años de continuidad ininterrumpida. Una cifra que supera incluso a la suma de los bolsones de democracia que hubo en los primeros 70 años.
 
En el período de un siglo de vigencia del voto universal, hubo elecciones libres por primer vez en 1916, y 14 años de gobiernos radicales (1916-1930). Le siguieron 15 años de comicios condicionales y fraudes y golpe militar (1930-1945).Después diez años de gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1955), al que siguieron 18 años de proscripción (1955-1973).
 
Luego tres años de gobiernos peronistas, elegidos en libertad (1973-1976), al que siguieron 8 años de presencia militar (1976-1983). El actual periodo de 28 años ininterrumpidos parece comparativamente con el anterior, el verdadero ciclo democrático, que algunos quisieron inaugurar en 1916, pero encontró muchas dificultades.

 
Ley Sáenz Peña: voto universal, secreto y obligatorio para los varones 
El domingo 2 de abril de 1916 en unos comicios de los que participaron 747.471 hombres sobre un total de 1.189.254 habilitados por el padrón confeccionado en base al servicio militar obligatorio. Aquel voto masculino, secreto y obligatorio consagró a la fórmula de la Unión Cívica Radical (UCR) integrada por Hipólito Yrigoyen y Pelagio Luna (Archivo General de la Nación).

Fuente: El Litoral
 

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26-10-2025 / 19:10
26-10-2025 / 19:10
El 27 de octubre de 2010, en El Calafate, muere Néstor Carlos Kirchner. Una figura política decisiva en la Argentina de los últimos tiempos. Su muerte llegó en forma sorpresiva y además de generar intensos efectos emotivos, también provocó un fuerte impacto político.
 
Su Gobierno, el mejor desde el retorno de la democracia, generó un estilo que rescató la política del descrédito en que había caído, privilegió una decidida militancia social y juvenil, jerarquizó la figura presidencial y su autoridad, amplió el poder del Estado, reconstruyó la autonomía nacional. Significó un cambio total respecto al nefasto modelo neoliberal que se implantó con el golpe militar de 1976, se profundizó en la década de los 90 con el menemismo, explotó con la crisis de 2001 y terminó con el nefasto gobierno radical de la Alianza.
 
Hoy todos debemos reconocer de Néstor los logros concretos de su gestión, como: el crecimiento económico; el desarrollo de la industria nacional y la importante contracción de la tasa del desempleo; las mejoras salariales en la mayoría de las actividades, que superaron las proyecciones inflacionarias; el auge del consumo y el crédito; la ampliación de los beneficios jubilatorios para personas que no habían hecho aportes; la función activa del Estado desplazando al "mercado". Estableció un tipo de cambio alto para favorecer las exportaciones, dispuso tasas de interés bajas para promover la industria y aumentos reales de salarios para impulsar el mercado interno.
 
Además, el discurso reivindicativo, nacional y popular, frente a las grandes corporaciones empresariales y a organismos internacionales como el FMI; la renovación de la Corte Suprema; el concreto desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional; la política de Derechos Humanos y la nulidad de las leyes de obediencia debida: la integración regional... Por todo esto, ya tiene un lugar en la historia, con toda justicia.
 
A pesar que en este proceso se colaron nichos de corrupción política, como consecuencia de una dilatada permanencia en el poder, el descuido en el reclutamiento de colaboradores y el escaso control de su irregular cuadro de funcionarios, que contravino objetivos y rumbo, la derecha gorila argentina utiliza esto para evitar la discusión política de fondo y negar la historia.
 
Jamás, hechos de corrupción de funcionarios puede ser la referencia esencial para juzgar gobiernos o etapas políticas. Siempre es más importante lo que hicieron y porque hicieron. La Privatización de YPF por Menem, la Reforma Laboral de De la rúa o el brutal endeudamiento de Macri son más dañinos que las coimas a algunos funcionarios. Los escándalos personales impactan en la gente común pero las grandes decisiones económicas y políticas gravitan mucho más.
 
El móvil actual de la operación cultural, política y mediática anti-kirchnerista es tapiar la discusión sobre las políticas públicas de Kirchner. Los medios lo ponen en manifiesto en todo momento para cubrir o conceder espacios secundarios a los terribles daños que causaron las medidas neoliberales de los gobiernos de Macri y Milei. Se concentran en aspecto del pasado para no hablar del presente. Pretenden ocultar los derechos populares alcanzados y la presente anulación de esos derechos.
 
Hoy, cuando se pretende minimizar o anular las realizaciones de Néstor Kirchner, lo cierto es que ha marcado un antes y un después. Es parte fundamental en la realidad argentina, vive en el corazón de su pueblo, porque puso nuevamente en marcha un proyecto político peronista transformador que forjó nuevos derechos, en la pelea por la igualdad y la equidad social, en la lucha permanente de la causa nacional y popular por: la Soberanía Política, la Independencia Económica y la Justicia Social, contra el neoliberalismo antipopular.

Propaganda macrista: De Goebbels a Durán Barba 
Por Blas García   

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