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Internacionales - 09-01-2025 / 08:01
EL 9 DE ENERO DE 1959 NACE MENCHÚ TUM

Rigoberta Menchú, campesina guatemalteca, Premio Nobel de la Paz en 1992

Rigoberta Menchú, campesina guatemalteca, Premio Nobel de la Paz en 1992
Rigoberta Menchú Tum es una líder indígena guatemalteca y defensora de los derechos humanos, miembro del grupo Quiché-Maya. Es Embajadora de Buena Voluntad de la Unesco y ganadora del Premio Nobel de la Paz y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Rigoberta Menchú Tum es una líder indígena guatemalteca y defensora de los derechos humanos, miembro del grupo Quiché-Maya. Es Embajadora de Buena Voluntad de la Unesco y ganadora del Premio Nobel de la Paz y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
 
A los 19 años comenzó a militar en el Comité de Unidad Campesina (CUC), mientras el ejército nacional llevaba a cabo su campaña de "tierra arrasada" contra la población sospechosa de pertenecer a la oposición armada.
 
Rigoberta se refugió en México a los 21 años. Al año siguiente volvió a Guatemala pero muy pronto tuvo que refugiarse en Nicaragua y luego otra vez en México. En 1988 regresó otra vez a su país; fue encarcelada inmediatamente y se vio obligada a partir de nuevo al exilio.
 
En 1992 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz y actualmente se dedica a actividades en favor de los derechos humanos.
 
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Rigoberta Menchú Tum. Indígena maya quiché. Nieta de mayas, esposa de Ángel, madre de Mash. Nació en Chimel, una pequeña aldea de las montañas del Quiché guatemalteco, el 09 de enero de 1959.
 
A los 19 años comenzó a militar en el Comité de Unidad Campesina (CUC), mientras el ejército nacional llevaba a cabo su campaña de "tierra arrasada" contra la población sospechosa de pertenecer a la oposición armada.
 
Según sus testimonios, recientemente calificados de medias verdades por un investigador, su hermano menor fue secuestrado y asesinado por el ejército, su padre quemado vivo junto con otros veintinueve ocupantes de la embajada de España y, pocos meses después, su madre también moría torturada.
 
Rigoberta salió del país y se refugió en México a los 21 años, donde fue acogida en Chiapas por el obispo Samuel Ruíz García. Al año siguiente volvió a Guatemala pero muy pronto tuvo que refugiarse en Nicaragua y luego otra vez en México.
 
Desde allí inició una serie de viajes cuyo epicentro fue Ginebra, donde participaba en el grupo de trabajo de la ONU sobre poblaciones indígenas. En 1988 regresó otra vez a su país; fue encarcelada inmediatamente y se vio obligada a partir de nuevo al exilio.
 
Participó en la organización de los encuentros indígenas previos a la conmemoración del quinto centenario de la llegada de los colonizadores españoles a América.
 
En 1992 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz y actualmente se dedica a actividades en favor de los derechos humanos.
 
Su hermana Anita cuenta que Rigoberta es una persona que estuvo privada de todo durante su niñez y su juventud, entonces cualquier cosa la sorprende.
 
"Si le regalan una camisa, le parece sensacional, se maravilla ante todo lo que uno le dé, se maravilla ante el agua que corre por las calles, ante la técnica hoy en día, es su capacidad de maravillarse con todo lo que existe en el mundo y su deseo de aprovechar lo que nunca tuvo, de poder vivir lo que nunca pudo, lo que nunca le dejaron vivir", finaliza su hermana menor.
 
Por su parte, los niños dicen que Rigoberta juega con ellos y les cuenta historias. Además, es una muy buena cocinera.
 
Fuente: Nac & Pop

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El 20 de enero de 2017 entrevisté en la explanada frente al Capitolio de Washington a un hombre solo que daba vueltas silencioso con una pancarta colgada al cuello. A diferencia de las decenas de miles de personas que se concentraban en Washington para protestar durante la toma de posesión de Donald Trump, Dave Bojanowski me llamó la atención porque no gritaba ni enarbolaba caricaturas o grandes eslóganes. El mensaje de su letrero era sencillo: "Really?" ("¿de verdad?").
 
La incredulidad de aquel momento se reflejaba bien en la pancarta de este hombre de mediana edad dedicado a la conservación rural en un valle del noroeste del estado de Nueva York. Había llegado a ese mensaje con la ayuda de su hija, Julie: "Intentamos encontrar la manera más simple de expresar el desconcierto que sentimos por haber elegido a Donald Trump como presidente sin ser agresivo o despectivo... No creo que Trump sea una persona viable para ser presidente de Estados Unidos", me decía entonces.
 
Un rato más tarde, el expresidente George W. Bush resumió el estado de ánimo tras escuchar el discurso de la primera toma de posesión de Trump: "Menuda mierda tan rara". De hecho, las palabras de Trump, que había ganado por los pelos y a pesar de haber perdido el voto popular por casi tres millones, fueron inusualmente agresivas, un mensaje oscuro y nacionalista y la visión de un país que, según él, era "una carnicería" de terror, drogas y pobreza.
 
Lo que vendría después serían cuatro años de caos en la Casa Blanca, corrupción y conflictos de interés, mentiras, persecución de minorías, violencia supremacista y una pandemia que dividió todavía más a la sociedad. Pero también fueron años en los que los miembros del gabinete de Trump -su secretario de Defensa, el jefe del Estado Mayor, el jefe del FBI o su vicepresidente- pararon ocurrencias del presidente de atacar a Irán o China, disparar armas nucleares a los huracanes, hacer pruebas inyectándose lavandina contra el COVID o no reconocer el resultado de las elecciones.
 
Esos cuatro años terminaron con dos procesos de impeachment contra Trump: uno por intentar chantajear al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que buscara trapos sucios contra el hijo de Joe Biden; y otro por animar al asalto al Capitolio en 2021 e intentar revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 que perdió.
 
Pese a todo lo que ocurrió entre 2017 y 2020, Trump tenía entonces frenos dentro de su propio equipo y su propio partido y no contaba con una mayoría conservadora tan clara en el Tribunal Supremo ni con más de 200 jueces nombrados por él dentro del sistema. Para empresarios, periodistas e incluso votantes demócratas parecía un accidente que pasaría.
 
Esto facilitará la confirmación del gabinete de Trump, que ha propuesto para los cargos a hombres y mujeres con poca experiencia, trayectorias erráticas, problemas con la justicia, conflictos de interés y a menudo una carrera en Fox News. Son nombres conocidos y controvertidos, pero en puestos menos prominentes Trump también quiere colocar a personas menos conocidas pero igualmente dispuestas a aplicar sus ideas más extremistas. 
 

20-01-2025 / 07:01
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