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Internacionales - 02-01-2025 / 10:01
2 DE ENERO DE 1969

Insurrección en Rupununi, Guyana

Insurrección en Rupununi, Guyana
Soldados guyaneses mantienen prisioneros a presuntos guerrilleros amerindios y rancheros del Rupununi para ser trasladados en avión a Gergetown.
La Insurrección de Rupununi o Rebelión de Rupununi fue un movimiento separatista en el sur de la Guayana esequiba. Comenzó el 02 de enero de 1969 en el antiguo Distrito de Rupununi, en la actual región de Alto Tacutu-Alto Esequibo y fue contenido 3 días después por el ejército de Guyana. La insurrección pretendió crear un Comité Provisional del Gobierno de Rupununi.
 
Los rebeldes, en su mayoría habitantes amerindios del área, solicitaron ayuda de Venezuela invocando su "nacionalidad venezolana" pero el gobierno de Venezuela presidido por Rafael Caldera se abstuvo de apoyar el movimiento. Sin embargo el gobierno guyanés del Primer Ministro Forbes Burnham acusó al gobierno venezolano de alentar con armas y dinero el movimiento separatista.
 
Hubo de entre 70 y 100 muertos, en su mayoría de la etnia Makushi; 53 viviendas indígenas fueron incendiadas; hubo denuncias de violaciones y torturas.
 
La Opinión Popular


Causas
 
Varios factores económicos, étnicos, políticos, jurídicos y estratégicos motivaron a los ganaderos a iniciar el conflicto. Durante la rebelión, Valerie Hart, la auto-nombrada "Presidente del Estado Libre Esequibo", sugirió que era un factor racial. Dijo a la prensa en Caracas, Venezuela, que los rebeldes estaban buscando independencia racial de lo que consideraba políticas despóticas del gobierno central del primer ministro Forbes Burnham.
 
Jimmy Hart, también en Caracas, explicó que la decisión de los rebeldes fue tomada después de que el gobierno supuestamente negó a los ganaderos una solicitud de 25 años de arrendamiento de las tierras que ocupan y su temor a que los agricultores llegados de Jamaica y Barbados tomaran sus tierras.
 
En una declaración clara en el curso de la rebelión, Valerie Hart instó al gobierno venezolano a hacer valer su "legítimo reclamo" no sólo sobre la región de Rupununi, sino a toda la región del Esequibo.

Consecuencias
 
Las Fuerzas Guyanesas controlaron la situación al tercer día y atacaron las poblaciones indígenas de Pirara y Annai, y otros focos de la rebelión amerindia.
 
Hubo un estimado de entre 70 y 100 muertos, en su mayoría de la etnia Makushi; 53 viviendas indígenas fueron incendiadas; hubo denuncias de violaciones y torturas.
 
147 indígenas de las etnias Makushi y Wapishana fueron detenidos y condenados a penas de entre 1 y 3 años; 326 reportaron haber sido golpeados.
 
Venezuela concedió la nacionalidad a 120 personas involucradas en la rebelión, y les otorgó cédula de identidad venezolana, además de ubicarlos en 3 asentamientos en el sur del Estado Bolívar (San Ignacio de Yuruaní en la Gran Sabana, La Churuata en Las Claritas y San Martín de Turumbang, municipio Sifontes).
 
El Gobierno de Brasil concentró tropas en la frontera entre Roraima y Guyana y respaldó implícitamente a Guyana, al anunciar su promoción de respeto a los tratados internacionales.
 
Fuente: Wikipedia

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El 20 de enero de 2017 entrevisté en la explanada frente al Capitolio de Washington a un hombre solo que daba vueltas silencioso con una pancarta colgada al cuello. A diferencia de las decenas de miles de personas que se concentraban en Washington para protestar durante la toma de posesión de Donald Trump, Dave Bojanowski me llamó la atención porque no gritaba ni enarbolaba caricaturas o grandes eslóganes. El mensaje de su letrero era sencillo: "Really?" ("¿de verdad?").
 
La incredulidad de aquel momento se reflejaba bien en la pancarta de este hombre de mediana edad dedicado a la conservación rural en un valle del noroeste del estado de Nueva York. Había llegado a ese mensaje con la ayuda de su hija, Julie: "Intentamos encontrar la manera más simple de expresar el desconcierto que sentimos por haber elegido a Donald Trump como presidente sin ser agresivo o despectivo... No creo que Trump sea una persona viable para ser presidente de Estados Unidos", me decía entonces.
 
Un rato más tarde, el expresidente George W. Bush resumió el estado de ánimo tras escuchar el discurso de la primera toma de posesión de Trump: "Menuda mierda tan rara". De hecho, las palabras de Trump, que había ganado por los pelos y a pesar de haber perdido el voto popular por casi tres millones, fueron inusualmente agresivas, un mensaje oscuro y nacionalista y la visión de un país que, según él, era "una carnicería" de terror, drogas y pobreza.
 
Lo que vendría después serían cuatro años de caos en la Casa Blanca, corrupción y conflictos de interés, mentiras, persecución de minorías, violencia supremacista y una pandemia que dividió todavía más a la sociedad. Pero también fueron años en los que los miembros del gabinete de Trump -su secretario de Defensa, el jefe del Estado Mayor, el jefe del FBI o su vicepresidente- pararon ocurrencias del presidente de atacar a Irán o China, disparar armas nucleares a los huracanes, hacer pruebas inyectándose lavandina contra el COVID o no reconocer el resultado de las elecciones.
 
Esos cuatro años terminaron con dos procesos de impeachment contra Trump: uno por intentar chantajear al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que buscara trapos sucios contra el hijo de Joe Biden; y otro por animar al asalto al Capitolio en 2021 e intentar revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 que perdió.
 
Pese a todo lo que ocurrió entre 2017 y 2020, Trump tenía entonces frenos dentro de su propio equipo y su propio partido y no contaba con una mayoría conservadora tan clara en el Tribunal Supremo ni con más de 200 jueces nombrados por él dentro del sistema. Para empresarios, periodistas e incluso votantes demócratas parecía un accidente que pasaría.
 
Esto facilitará la confirmación del gabinete de Trump, que ha propuesto para los cargos a hombres y mujeres con poca experiencia, trayectorias erráticas, problemas con la justicia, conflictos de interés y a menudo una carrera en Fox News. Son nombres conocidos y controvertidos, pero en puestos menos prominentes Trump también quiere colocar a personas menos conocidas pero igualmente dispuestas a aplicar sus ideas más extremistas. 
 

20-01-2025 / 07:01
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