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Internacionales - 19-12-2024 / 09:12
EN EL MARCO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Termina la batalla de Verdún: Los franceses vencen a los invasores alemanes que sufren 337.000 bajas

Termina la batalla de Verdún: Los franceses vencen a los invasores alemanes que sufren 337.000 bajas
Termina la batalla de Verdún, la más larga y sangrienta de la Primera Guerra Mundial. Los combates entre tropas francesas y alemanas se desarrollaron desde el 21 de febrero. Se calcula que murieron cerca de un millón de soldados. Después de 303 días de guerra de trincheras, los franceses lograron hacer retroceder a las tropas del Kaiser.
Termina la batalla de Verdún: Los franceses vencen a los invasores alemanes que sufren 337.000 bajas
Soldados alemanes en la batalla de Verdún.


 
La batalla de Verdún fue la batalla más larga de la Primera Guerra Mundial y la segunda más sangrienta tras la batalla del Somme. En ella se enfrentaron los ejércitos francés y alemán entre el 21 de febrero y el 19 de diciembre de 1916, alrededor de Verdún, en el nordeste de Francia. El resultado fue un cuarto de millón de muertos y alrededor de medio millón de heridos entre ambos bandos. La batalla se popularizó por el famoso «¡No pasarán!» dicho por el comandante francés Robert Nivelle.
 
La batalla de Verdún, también llamada Máquina picadora de Verdún, se convirtió en un símbolo de la determinación de Francia para mantener el suelo y luego hacer retroceder al enemigo a cualquier costo humano. El Alto Mando francés había sido tomado desprevenido por el asalto a Verdún en febrero de 1916.
 
Al pasar el tiempo, Verdún se convirtió en una «guerra de desgaste» donde la artillería siguió desempeñando el papel dominante. Un factor importante que contribuyó a igualar la ventaja en favor del ejército francés fue el uso intensivo de los camiones para mantener las tropas y los suministros que llegaban al frente de batalla. 

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Termina la batalla de Verdún: Los franceses vencen a los invasores alemanes que sufren 337.000 bajas

Además, durante el verano de 1916, la vía ferroviaria Nettancourt-Dugny se completó y se hizo cargo del tráfico de camiones (la Voie sacrée). El transporte por carretera intenso en la Voie sacrée y esa apertura de la línea de ferrocarril Nettancourt-Dugny no había sido previsto por los planificadores militares alemanes.
 
El Estado Mayor alemán había elegido Verdún como un objetivo estratégico, en lugar de Belfort, porque las líneas ferroviarias de ancho normal que pasaban por Verdún se habían interrumpido anteriormente a la guerra. Una línea que viene del sur en Verdún había sido cortada en Saint-Mihiel por la ocupación alemana de esa ciudad en 1914.
 
La línea de ferrocarril que conduce hacia el oeste de Verdún y en París se encontraba bajo observación directa y bajo el fuego de artillería en Aubreville. Por ello los planificadores alemanes vieron Verdún por lo que casi fue: un saliente cortado en tres partes, un callejón sin salida, sin comunicación ferroviaria eficaz y, por tanto una trampa en la que podía asestar un golpe fatal contra el ejército francés.
 
Lo que no esperaba era que, una vez que la sorpresa inicial se había agotado, la logística francesa mejoró con el tiempo y les robó su ventaja inicial. A menudo se ha observado que Verdún fue una victoria de logística de los camiones franceses sobre los ferrocarriles alemanes.
 
El éxito del sistema de fortificación fijo, condujo a la adopción de la Línea Maginot, como base del sistema defensivo a lo largo de la frontera franco-alemana durante los posteriores a la guerra. Las estadísticas confirman que la artillería francesa y varios cañones de tren infligieron más del 70 % de las bajas infligidas a los agresores alemanes en Verdún.
 
La batalla de Verdún siguió siendo un símbolo de la determinación de Francia durante muchos años.
 
Termina la batalla de Verdún: Los franceses vencen a los invasores alemanes que sufren 337.000 bajas 
La batalla de Verdún fue la batalla más larga de la Primera Guerra Mundial y la segunda más sangrienta tras la batalla del Somme.

Fuente: Wikipedia

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El 20 de enero de 2017 entrevisté en la explanada frente al Capitolio de Washington a un hombre solo que daba vueltas silencioso con una pancarta colgada al cuello. A diferencia de las decenas de miles de personas que se concentraban en Washington para protestar durante la toma de posesión de Donald Trump, Dave Bojanowski me llamó la atención porque no gritaba ni enarbolaba caricaturas o grandes eslóganes. El mensaje de su letrero era sencillo: "Really?" ("¿de verdad?").
 
La incredulidad de aquel momento se reflejaba bien en la pancarta de este hombre de mediana edad dedicado a la conservación rural en un valle del noroeste del estado de Nueva York. Había llegado a ese mensaje con la ayuda de su hija, Julie: "Intentamos encontrar la manera más simple de expresar el desconcierto que sentimos por haber elegido a Donald Trump como presidente sin ser agresivo o despectivo... No creo que Trump sea una persona viable para ser presidente de Estados Unidos", me decía entonces.
 
Un rato más tarde, el expresidente George W. Bush resumió el estado de ánimo tras escuchar el discurso de la primera toma de posesión de Trump: "Menuda mierda tan rara". De hecho, las palabras de Trump, que había ganado por los pelos y a pesar de haber perdido el voto popular por casi tres millones, fueron inusualmente agresivas, un mensaje oscuro y nacionalista y la visión de un país que, según él, era "una carnicería" de terror, drogas y pobreza.
 
Lo que vendría después serían cuatro años de caos en la Casa Blanca, corrupción y conflictos de interés, mentiras, persecución de minorías, violencia supremacista y una pandemia que dividió todavía más a la sociedad. Pero también fueron años en los que los miembros del gabinete de Trump -su secretario de Defensa, el jefe del Estado Mayor, el jefe del FBI o su vicepresidente- pararon ocurrencias del presidente de atacar a Irán o China, disparar armas nucleares a los huracanes, hacer pruebas inyectándose lavandina contra el COVID o no reconocer el resultado de las elecciones.
 
Esos cuatro años terminaron con dos procesos de impeachment contra Trump: uno por intentar chantajear al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que buscara trapos sucios contra el hijo de Joe Biden; y otro por animar al asalto al Capitolio en 2021 e intentar revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 que perdió.
 
Pese a todo lo que ocurrió entre 2017 y 2020, Trump tenía entonces frenos dentro de su propio equipo y su propio partido y no contaba con una mayoría conservadora tan clara en el Tribunal Supremo ni con más de 200 jueces nombrados por él dentro del sistema. Para empresarios, periodistas e incluso votantes demócratas parecía un accidente que pasaría.
 
Esto facilitará la confirmación del gabinete de Trump, que ha propuesto para los cargos a hombres y mujeres con poca experiencia, trayectorias erráticas, problemas con la justicia, conflictos de interés y a menudo una carrera en Fox News. Son nombres conocidos y controvertidos, pero en puestos menos prominentes Trump también quiere colocar a personas menos conocidas pero igualmente dispuestas a aplicar sus ideas más extremistas. 
 

20-01-2025 / 07:01
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