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Nacionales - 15-12-2024 / 12:12
DISPUTAS EN LA DERECHA

Macri versus Milei: la venganza tardía por el caso Kueider de un calabrés muy acorralado

Macri versus Milei: la venganza tardía por el caso Kueider de un calabrés muy acorralado
La expulsión del senador Edgardo Kueider y la crisis que desató en el corazón del oficialismo le permitieron a Mauricio Macri lanzar la contraofensiva que venía preparando en silencio desde hace meses, mientras intenta reconstruir el partido que preside desde mayo.
El fundador del PRO no logra definir un estilo de conducción. Después de pintar al partido de color violeta, intenta reunir a los malheridos de su gestión y convencerlos de volver al color amarillo. Las encuestas lo muestran al borde de disolución pero puede complicar a LLA si se decide eliminar las PASO.
 
La expulsión del senador Edgardo Kueider y la crisis que desató en el corazón del oficialismo le permitieron a Mauricio Macri lanzar la contraofensiva que venía preparando en silencio desde hace meses, mientras intenta reconstruir el partido que preside desde mayo.
 
El magnate no termina de definir un estilo de conducción del PRO: después de expulsar a Patricia Bullrich y activar el rifle sanitario para evitar una absorción de La Libertad Avanza, mantuvo el apoyo irrestricto y casi acrítico en el Congreso a favor de Javier Milei. Al mismo tiempo, Macri mantiene reuniones con los malheridos de su gestión, con ex funcionarios que no valoró cuando estuvo en el poder y reactiva vínculos casi extinguidos para retomar los resortes federales del partido.
 
El ex presidente parece tejer el armado partidario que no hizo hace una década, cuando le reclamaban que lo hiciera. Ahora, envalentonado por las internas que rodean al presidente, lanzó una nueva batería de advertencias.
 
Según dicen en su entorno, esta vez viene en serio, tanto en público, como en privado, tanto en los temas visibles, como en los asuntos donde es más importante el milagro que el santo que puede estar detrás. El momento elegido para mostrar los dientes es a un paso de fin de año, en la previa del verano, a dos meses de que pueda comprobarse algún gesto que confirme el poder de daño que le queda al PRO.
 
Afuera del Palacio y en las encuestas que miden los precalentamientos electorales, al partido amarillo no le va bien. Toda la conducción del PRO lo sabe y por eso varios dirigentes no ocultaron su preocupación el viernes, cuando el expresidente reunió al Consejo Nacional del partido en un hotel del barrio porteño de Abasto.
 
Ante un centenar de asistentes Macri volvió a posarse en un atril y retomó el tono de candidato. Habló del destrato permanente del Gobierno con el PRO y destacó todo el apoyo que le han brindado durante este año. El ex presidente buscó mostrar que se terminó una etapa y ahora deberá ver si le rinde dividendos electorales.
 
Incluso quienes lo bancan al frente del partido no olvidan que el PRO sigue por debajo de los dos puntos en términos de imagen positiva en distritos determinantes, como la provincia de Buenos Aires. El año que viene tienen que renovar 22 bancas en Diputados y los últimos números de este año preelectoral no son buenos.
 
Lo único que ha esperanzado a los macristas de paladar negro es que los últimos errores del Gobierno han comenzado a quitarle nitidez, especialmente sobre el electorado que votó a Milei y que perdió el PRO, entre el apoyo pactado después de la primera vuelta y el salto que pegó Bullrich reclamando la propiedad del 80% de voluntades que le aportaron a LLA.
 

Según Macri los dos intentos fallidos en Diputados para darle media sanción al proyecto de Ficha Limpia marcaron una inflexión. Fue una forma de catalizar la bronca acumulada por la negociación del Gobierno con la CGT y la decisión de los hermanos Milei de habilitar un diálogo con el kirchnerismo. Macri esperaba que apuntaran a borrarla del mapa y, en caso de ser posible, acelerar todos los procesos judiciales en su contra.
 
Al fundador del PRO no le gusta la idea de quedar atrapado en una polarización total entre Milei y Cristina, con un lugar menguante para el PRO, que podría ahondarse si la nueva táctica crítica no funciona y les cuesta caro ante ese electorado que los votó durante años y ahora los mira de reojo porque los entusiasmó el shock libertario, aún a costa de empobrecerse.
 
En la Casa Rosada no eluden que el macrismo puede hacerles daño en las dos cámaras del Congreso. Quizás por eso, entre otros factores, no convocaron a extraordinarias en diciembre y si lo hacen en febrero será para volver a pelearse con el PRO. Pero miran afuera de esas paredes palaciegas y advierten que los fogonazos de Macri son crepusculares. El expresidente cree lo contrario, pero también sabe que no controla todo el partido. Por eso tiene que volver a evangelizar, aunque la imagen que protagonizó en el Abasto no lo ayude.
 
«El que tiene aspiraciones para 2025 y el viernes fue a escucharlo a Mauricio, se quedó preocupado, porque estaban pensando en violeta y ahora les pide que vuelvan a pensar en amarilllo», confió otro asistente a la reunión de Consejo Nacional. Macri no es ajeno a ese planteo, pero quienes lo defienden sostienen que tenía que comenzar a diferenciarse antes de que sea demasiado tarde.
 
En los últimos meses han surgido señales inquietantes en uno de los terrenos donde el PRO ha buscado pisar fuerte. Los bloques en las dos cámaras están virtualmente fracturados por los alineamientos automáticos con Milei y quienes no se bancan ese derrotero.
 
El momento más crítico y más reciente lo tuvo a Macri como protagonista el jueves, durante la sesión convocada para expulsar a Kueider, que hace 10 días fue detenido en Paraguay, proveniente de Brasil, mientras cruzaba el Puente de la Amistad junto a su secretaria, con 211 mil dólares en efectivo que no pudo justificar. «Justo en ese puente, donde nunca pasa nada, parece una trampera lo que pasó», interpretó un dirigente del PRO que conoce a Macri hace décadas.
 
Refleja el clima que respiran aquellos macristas que saben hasta dónde puede llegar el expresidente cuando está realmente enojado y cede ante su origen calabrés, al que le adjudican un costado tóxicamente vengativo.
 
El jueves, mientras transcurría una sesión tensa e inesperada, Macri también estuvo presente. El oficialismo arrancó la jornada convencido de conseguir una licencia sin goce de sueldo por un año y una posterior expulsión cuando el escenario fuera otro. El objetivo inicialmente pactado con un sector del radicalismo y el PRO era evitar que la caída del entrerriano se precipitara y le permitiera al bloque de Unión por la Patria sumar una banca a las 33 que ya tiene.
 
Stefanía Cora es la segunda en la lista del Frente de Todos, detrás de Kueider, cuando era candidato y todavía no se había transformado en el aliado desequilibrante del Ejecutivo a través del consultor presidencial Santiago Caputo.
 
La fractura más reciente del PRO sucedió en esa jornada y fue con el cordobés Luis Juez, que exigió hasta las últimas consecuencias que echaran a Kueider. Los tiempos se aceleraron en la previa de la sesión, porque la jueza federal Sandra Arroyo Salgado ordenó la detención del senador, pidió su desafuero y ordenó una serie de allanamientos que se concretaron ese mismo día.
 
Uno de ellos llegó al tercer piso del Senado y obligó a Villarruel a ordenar que parte del cuerpo de seguridad blindara la planta y precintara el despacho. Es el «hecho nuevo» que mencionaron distintos senadores del PRO antes de la sesión para avanzar con el desafuero, pero la posibilidad no fue valorada.
 
Era la expulsión que beneficiaba al kirchnerismo o una suspensión incómoda que los podía dejar muy expuestos ante la opinión pública, más enfocada ahora que una jueza había movido una pieza letal en un momento muy bien elegido que también disparó sospechas.
 
La medida de la magistrada le sirvió como punto de fuga a la mayoría de la UCR, que dejó de lado la suspensión y se aferró a la expulsión del entrerriano. En el PRO hablan de una discusión entre Macri y Juez que no llegó a buen puerto.
 
Fue el prólogo del comunicado inusual que sacó el Consejo del partido para sostener la idea de suspensión y desafuero en lugar de una expulsión. Sucedió el jueves después de las 16:30, cuando el oficialismo había pedido un cuarto intermedio para tratar de encontrar una salida.
 
No la hubo, cuentan en el bloque amarillo, porque Juez no aflojó, y en respuesta Macri convenció a otros cuatro senadores de que se olvidaran de la idea de la expulsión. Otra herida en la maltrecha relación del magnate con el bloque del PRO en el Senado.
 
La fractura quedó expuesta y Macri volvió a encontrarse con su pasado. El senador cordobés quiere ser gobernador, peleará por ello y ya lo intentó. El año pasado perdió, pero quedó muy cerquita del peronista Martín Llaryora. Después no ocultó su bronca por la ferocidad de la interna nacional entre Macri, a través de Patricia Bullrich, y Horacio Rodríguez Larreta.
 
Juez bramó por entonces contra las consecuencias de esa pelea. Dicen que esta vez no dejará que un traspié, impulsado otra vez por Macri, lo perjudique esta vez desde el Senado. El cordobés no sólo habla con el magnate, también dialoga con el presidente y con la vice, Victoria Villarruel, la otra parte de esta crisis en pleno desarrollo.
 
Cerca de la vicepresidenta también identifican a Juez como una pieza desequilibrante en la derrota vivida el jueves. «Esta vez ganó el peronismo, sumó una banca y ahora el Gobierno nos considera traidores a nosotros, algo raro está pasando», razonó un integrante del bloque oficialista que preside Ezequiel Atauche.
 
El jujeño buscó cumplir con el pedido de la Casa Rosada para bancar la suspensión por un año, pero los acuerdos se rompieron después de las medidas que ordenó Arroyo Salgado y que impactaron en las entrañas del Senado. «Por las advertencias de Juez tuvimos que mover todo, nos arruinó todo y después se metió Macri con sus intervenciones y el comunicado de último momento», lamentó otra alta fuente del oficialismo.
 
Tras la expulsión de Kueider, el Gobierno entró en crisis y responsabilizaron a Villarruel. Tal como contó Tiempo en su edición web, la crisis del entrerriano los obligó a retomar los puentes con la Rosada. Hubo conversaciones previas con distintos funcionarios del Gobierno e incluso con intermediarios de Caputo. El jueves, durante la sesión, hubo tres comunicaciones con el jefe de Gabinete Guillermo Francos.
 
Por entonces el presidente ya había comenzado su viaje a Italia y no habían firmado el traspaso de mando. Se concretó a las 19, dos horas después de la sesión y la Rosada comenzó a instalar que la expulsión del senador detenido in fraganti, resuelta por 60 votos, no tenía validez. Poco después Milei ofreció una entrevista y aumentó la interna. Cargó contra Villarruel y dijo que la sesión no tenía validez.
 
En la presidencia del Senado hay resignación. Resulta un termómetro revelador, porque Villarruel ya no se sorprende. Si bien no lo esperaba, tampoco le quita el sueño que la acusen públicamente al borde la traición cuando en privado había retomado una coordinación empujada por la necesidad de no caer ante el peronismo en el recinto.
 
La fiebre de este jueves quedará como la última foto de un Congreso que no volverá a funcionar hasta febrero o marzo. Milei finalmente no convocó a extraordinarias. Podría hacerlo a partir de la primera semana de febrero con un objetivo estratégico: derotar las PASO y buscar un pacto con el sector del panperonismo que viene proponiendo anularlas desde hace años. Sería otra afrenta para el PRO, la fuerza que más utilizó las primarias desde que existen, Si no hay PASO las chances de un frente común con LLA se diluyen por completo. Macri hablo de una oferta electoral competitiva y, a diferencia de cuando comía milanesas en Olivos, no mencionó ir junto al oficialismo. Es otro poder de daño latente, porque también sabe que Milei tendrá dificultades para armar listas en todo el país si el PRO les quita el cuerpo y los deja a merced de los sectores más marginales de las ultraderechas locales.
 
Ahí radica otra debilidad que Macri tiene en el radar. Desde el viernes quedó en un lugar muy incómodo y sin puentes con el Gobierno después del caso Kueider. El bloque se partió en el Senado y el expresidente, sin quererlo, también quedó pegado a Kueider por no querer echarlo. El año no ha terminado y el magnate sigue apareciendo mal en las encuestas.
 
El 29 de diciembre el cortesano Juan Carlos Maqueda cumplirá los 75 y deberá jubilarse automáticamente. Milei dijo que podría designar por decreto a los postulantes que nominó al Senado y que siguen sin acuerdo. En la cena que la Asociación de Magistrados organizó para cerrar el año y despedir a Maqueda hablaron los cortesanos. Reclamaron hombres fuertes para defender el equilibrio de poderes. Quizás lo recuerden si tienen que decidir si toman juramento a cortesanos nombrados por decreto y en comisión. Deberán firmar una acordada previa y en ella podrían provocarle un duro revés institucional al presidente. Macri sigue el tema en detalle y aguarda agazapado, aunque las encuestas le den la espalda.
 
Por Claudio Mardones
 
Fuente: Tiempo Argentino
 

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26-12-2025 / 07:12
Sea por la infatuación que le dio el triunfo en las elecciones de octubre, por un criterio equivocado o por simple ignorancia política, el gobierno de Javier "el Loco" Milei ha incurrido en un error que puede resultarle caro. Aunque no explícitamente, se ha indispuesto con la Iglesia Católica, porque esta defiende la Justicia Social.
 
Se sabe que esta institución, se diría que, desde siempre, ha sido el credo mayoritario en el país, con militancia de las clases altas y muchas de las jerarquías militares, y si no recordar los últimos meses del primer período de gobierno peronista, cuando hubo un abierto enfrentamiento con la Iglesia y los aviones que bombardearon a gente inocente en Plaza de Mayo lo hicieron con el claro signo de "Cristo Vence" escrito en el fuselaje de sus máquinas.
 
Aquí y ahora la situación no ha llegado a extremos semejantes, pero se manifiesta claramente en el tradicional cambio de saludos para fin de año que concretaron la Iglesia y el Gobierno. A una nota enviada por el arzobispo al Presidente en la que destaca "nuestro anhelo de una paz social sólida, fundada en el cuidado de cada persona y especialmente de quienes atraviesan mayores fragilidades: los pobres, los trabajadores que sostienen día a día la vida del país y los ancianos cuya sabiduría y experiencia necesitamos valorar y acompañar".
 
Milei respondió diciendo que aprecia y valora "el llamado a la reflexión, a la paz social y el compromiso por el bien común" planteado por la jerarquía católica" y sostiene que "seguiremos trabajando incansablemente para generar las condiciones que permitan a cada argentino desarrollarse con dignidad, libertad y oportunidades reales de progreso, especialmente a quienes se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad".
 
Es fácil advertir que ambas misivas rezuman protocolo. Es posible que en el proceder de la Presidencia se refleje la dudosa capacidad de sus colaboradores en la materia (tal como se ha hecho evidente en materia diplomática) pero en el asunto cuentan dos hechos altamente significativos.
 
El primero es la abierta confesión de Milei de su militancia en la religión judía, la que no sólo lo ha llevado a alineamientos internacionales con Israel que hicieron trizas la tradicional neutralidad argentina; y también a cometer algunas torpezas dentro del rito mismo. Imbuida de una tradición de presidentes católicos o poco menos, la Iglesia debió deglutir en silencio el sapo que representó su presencia en actos de profunda significación dentro de la fe católica.
 
El otro error fue más grosero. No solamente faltó el tradicional encuentro de Navidad y Fin de Año entre ambos sectores político-religiosos; desde el Ejecutivo ha habido una suspensión de fondos a obras sociales que eran administradas por la Iglesia Católica, con el agravante -se diría que casi ofensa-- de derivarlos hacia congregaciones protestantes y evangelistas, miembros de la llamada Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera).
 
A primera vista parecería una áspera respuesta por elevación a las repetidas homilías que el Episcopado católico ha hecho públicas, claramente críticas de la actual política de gobierno. Tampoco hay que olvidar la presencia presidencial de hace algunos meses en la inauguración de un gran templo evangélico, que hasta contó con la concreción de pretendidos -y torpes-milagros. La falta de contactos efectivos mencionada antes tuvo un agravante: sus principales integrantes evangélicos sí fueron participantes de un encuentro con autoridades del Poder Ejecutivo.
 
"El presidente -ha dicho uno de los principales analistas en el tema- no invita a dialogar a las autoridades del Episcopado católico, mientras orienta fondos hacia los evangelistas de Aciera y celebra con ellos en Casa Rosada". Una relación que va de fría a congelada.
 
La Opinión Popular
 

24-12-2025 / 11:12
La guerra de las coimas. Daniel Garbellini, el hombre de los primos Menem al que Daniel Spagnuolo definía en sus audios como "un delincuente" y al que le echó toda la culpa por la corrupción con los remedios para discapacitados, declaró ante la Justicia que el verdadero culpable era el propio Spagnuolo. "El asumió la suma del poder en la Andis y era el único que tenía firma autorizada para realizar pagos", sostiene en un documento.
 
La causa sobre coimas, direccionamiento y sobreprecios en la compra de medicamentos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) dejó expuesta una batalla entre los principales imputados. Después de que el exdirector del organismo, Spagnuolo, buscara en un escrito responsabilizarlo por las irregularidades, Garbellini -su exnúmero dos, extitular de Acceso a los Servicios de Salud- le devolvió en un descargo la gentileza.
 
En el marco de la causa que investiga las irregularidades en la Agencia Nacional de Discapacidad, Garbellini, ex número dos del organismo, presentó un escrito ante la Justicia en el que negó todas las acusaciones y trasladó la responsabilidad de las decisiones operativas y administrativas a Diego Spagnuolo, ex abogado personal de Javier "el Loco" Milei y exdirector ejecutivo de la entidad.
 
Garbellini fue removido de su cargo tras el escándalo por sobornos en la compra de medicamentos y detalló que asumió la Dirección de Acceso a los Servicios de Salud en junio de 2024. Según su descargo, sus funciones se limitaban a la gestión del programa Incluir Salud, destinado a brindar cobertura médica a personas con discapacidad sin obra social, y no incluían facultades decisorias sobre contrataciones ni sobre bajas de pensiones.
 
En su presentación, sostuvo que el control total del sistema informático, las compulsas de precios y los pagos estaban en manos exclusivas de la Dirección Ejecutiva. "Tanto el suscripto como el resto de los funcionarios éramos usuarios del sistema", afirmó, y remarcó que el acceso pleno e irrestricto a la información dependía únicamente del director ejecutivo.
 
Garbellini insistió en que no tenía atribuciones para transparentar o abrir las contrataciones, y que cualquier falta de publicidad o control público fue una decisión ajena a su responsabilidad. Incluso aseguró haber sugerido cambios estructurales que fueron rechazados con el argumento de que "todo se hacía por urgencia".
 
El caso se originó a partir de grabaciones que involucraban a Spagnuolo, aunque esas pruebas no fueron consideradas válidas por el fiscal Franco Picardi. En esos registros también se mencionaba un vínculo entre Garbellini y Karina Milei, a través de un colaborador cercano, aunque esa línea no avanzó formalmente.
 
Hasta ahora, el único testimonio oral fue el de Roger Grant, quien admitió irregularidades en las contrataciones del programa PACBI y aseguró que actuaba bajo órdenes directas de Garbellini, a quien señaló como la figura que definía la operatoria. Sin embargo, evitó referirse a presuntas coimas. El expediente también incorpora anotaciones secuestradas en un allanamiento que vuelven a comprometer al exfuncionario libertario y refuerzan la disputa de responsabilidades en la causa.
 
La Opinión Popular
 

23-12-2025 / 09:12
Un fallo de Cámara obliga al Gobierno a explicar ante la Justicia dónde está el oro que, en junio de 2024, el gobierno de Javier "el Loco" Milei sacó del Banco Central para enviar al exterior. Para los jueces, esa información constituye "un asunto de indudable interés público como es la administración de las reservas". La presentación la hizo La Asociación Bancaria, el gremio que descubrió y denunció la maniobra con los lingotes de oro. El presidente del Banco central, Santiago Bausili, ya se negó a contestar un requerimiento de la Auditoría General de La Nación. Junto a "Toto" Caputo sacaron el oro del país y nunca informaron sobre su destino.
 
En un operativo clandestino de ribetes policiales, comenzó una saga de ocultamiento de las autoridades sobre el destino de uno de los principales activos líquidos del organismo monetario. El diputado nacional y líder de La Bancaria, Sergio Palazzo, presentó varios pedidos de informes exigiendo a las autoridades que expliquen donde está el oro y que tipo de cauciones lo afectan. Caputo nunca quiso explicar su destino, se limitó a comentar muy por arriba en un programa de televisión que se giró a un banco para cobrar intereses. No explicó quien lo tiene ni qué tipo de operación se hizo con ese importante activo.
 
Ahora, la Justicia Federal ordenó este lunes al Banco Central que entregue información precisa sobre el destino del oro. En una resolución firmada por los jueces Guillermo Treacy y Pablo Gallegos Fedriani, la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativa Federal, consideró que la autoridad monetaria no justificó de manera suficiente su decisión de no informar sobre el destino del activo y sostuvo que la negativa vulneró los principios de transparencia.
 
Es que Caputo y Bausili sostienen que la operación forma parte de la "administración" de las reservas y por ende es secreta. El mismo criterio opaco que Caputo utiliza para no dar precisiones sobre el swap firmado con Estados Unidos y los bonos que le entregó al Tesoro para que rentabilice la venta de dólares que hizo sobre el cierre de la campaña.
 
Los jueces fueron punzantes sobre el lamentable manejo de Caputo sobre información que debería ser pública. "La configuración de alguna de las excepciones legales a la entrega de información pública no puede depender de una apreciación unilateral del sujeto obligado", sostiene el fallo y subraya que es el Estado quien debe demostrar, de manera concreta, que la difusión de los datos solicitados causaría un daño a un interés legítimamente protegido.
 
El Banco Central respondió apenas con un comunicado formal que "había completado transferencias de parte de sus reservas en oro entre sus diferentes cuentas", sin precisar monto, destino ni motivo concreto. La respuesta evasiva del BCRA encendió alarmas. Porque ese oro no es un adorno: según informes oficiales, las reservas de oro rondan unos USD 4.900 millones, un componente significativo del total de activos extranjeros del Central.
 
Aunque la entidad insiste en que las operaciones no alteran el volumen agregado de las reservas, nadie sabe realmente dónde están físicamente esos lingotes y si siguen efectivamente en poder del Estado o se remataron en algunas de las operaciones de préstamos igualmente opacas que concretó Caputo. El balance del BCRA, en ciertos trimestres, llegó incluso a no mostrar ese componente con claridad, como si hubiera desaparecido entre páginas y cifras.
 
La Auditoría General de la Nación (AGN) reveló recientemente que el Banco Central se negó a entregar documentación sobre dónde están los lingotes, bajo qué condiciones se conservan y si parte del oro fue transformado en instrumentos financieros. El argumento oficial: la información es "confidencial" y su difusión podría poner en riesgo la seguridad de los activos. Como sea, la pregunta es: ¿dónde está el oro? Eso es lo que la Justicia ahora exige que responda Milei.
 
La Opinión Popular
 

22-12-2025 / 10:12
Las joyas de la abuela que remata el gobierno. A espaldas del Congreso, el Gobierno ya vendió 40 valiosos terrenos del Estado (pertenecientes a las fuerzas armadas, instituciones científicas y hasta predios de ex centros clandestinos de detención) y tiene 140 inmuebles más para subastar. Luis "Toto" Caputo sueña con conseguir unos mil millones de dólares mientras las grandes inmobiliarias amigas del gobierno, con Eduardo Costantini a la cabeza, se quedan con el botín.
 
Tierras del Plan Procrear, de las Fuerzas Armadas, ferroviarias, de instituciones científicas, predios de ex Centros Clandestinos de Detención y hasta un pedazo de montaña en Mendoza. Todo eso incluye la lista de más de 180 terrenos e inmuebles públicos que conforman el plan de ventas de bienes del Estado que ya avanza en el Gobierno de Javier "el Loco" Milei.
 
Los remates, que esta semana fueron noticia por la venta de tierras destinadas originalmente a viviendas sociales, se concentran por ahora en la Ciudad de Buenos Aires con las empresas de Eduardo Costantini como principales beneficiarias y otros grandes jugadores del sector, como el Grupo IRSA, codiciando las tierras.
 
A través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y sin pasar por el Congreso, la fuerza libertaria ya vendió cerca de 40 bienes y tiene en lista otros 140 lotes e inmuebles publicados para subastar en lo que le queda de mandato.
 
La lista de subastas futuras cuenta con terrenos de hasta 300 hectáreas a vender en el interior del país con destino al negocio agropecuario o a grandes proyectos inmobiliarios. Especialistas y organizaciones ambientalistas advierten que se trata "de uno de los procesos de descapitalización pública más agresivos de nuestra historia reciente".
 
"Vamos a vender muchos de los activos de la AABE y eso va a generar un ingreso de miles de millones". No mentía el ministro de Economía, "Toto" Caputo, cuando a principios de junio reconocía que el gobierno remataría las tierras del Estado para intentar sostener las reservas, en conjunto con los procesos de privatizaciones y concesiones.
 
Sólo desde ese mes la Agencia abrió subastas para un total de 26 terrenos e inmuebles a los que hay que sumarle otros 17 procesos de remate que se habían abierto desde fines de 2023. En paralelo a las subastas de la AABE, el gobierno remata también las tierras que estaban destinadas al ya disuelto Plan Procrear y apunta a recaudar una suma de entre 800 y 1000 millones de dólares por todo el paquete. Aunque hubo ventas en Mendoza, La Plata, Pinamar y Córdoba, la mayor parte de los bienes vendidos hasta ahora se concentran en la Ciudad de Buenos Aires.
 
El terreno más grande de ese paquete es el predio de cuatro hectáreas que pertenecía al Ejército y que Eduardo Costantini adquirió por más de 120 millones de dólares. El mismo empresario se quedó con un lote de la Policía Federal en Bajo Belgrano a través de la firma Argencons, que controla desde mayo, en una subasta peleada en la que la empresa le ganó incluso al peso pesado de Eduardo Elsztain y su Grupo IRSA.
 
Antes, Costantini también había sumado otro terreno a pocos metros del Campo Argentino de Polo. En los tres casos se construirán desarrollos inmobiliarios.
 

21-12-2025 / 09:12
Cuando los cimientos están agrietados, todo lo que se construye es frágil e inestable. Cincuenta días tardó Javier "el Loco" Milei, tras una sorpresiva e impactante victoria en las elecciones de medio término, en fagocitarse el crédito político, de la misma forma que se fagocitó -durante los últimos dos años- una cantidad récord de divisas sin poder acumular reservas.
 
Ahora, tiene por delante dos años en los que su suerte está atada a la voluntad de aliados poco confiables. El FMI volvió a intervenir la economía, forzando un volantazo; los gobernadores pasaron por caja y después le votaron en contra. Un poco de su propia medicina. Hola incertidumbre, mi vieja amiga, podría cantar el presidente. Dos años, en Argentina, es mucho tiempo.
 
Después de la sesión del miércoles en la Cámara de Diputados, la mayoría de los medios titularon con un triunfo del oficialismo por la media sanción de diputados y apenas destinaron alguna línea en la bajada para comentar, como algo secundario, la inesperada derrota en el Capítulo 11 que se votó de madrugada. Con el correr de las horas, la realidad se encargó de corregir ese evidente error de criterio.
 
La derrota del gobierno fue completa y sus consecuencias están teniendo ramificaciones imprevistas. Milei amenazó con vetar su propio presupuesto y Patricia Bullrich tuvo que anunciar la postergación del tratamiento de la reforma laboral, justo a la hora que la CGT desconcentraba la Plaza de Mayo. Una derrota indisimulable.
 
El debate sobre la Ley de Presupuesto en la Cámara Baja era la primera y la más sencilla de todas las sesiones que tiene por delante el Gobierno para aprobar las reformas que anunció. La dificultad insalvable que encontró esta semana echa dudas sobre la viabilidad del resto de sus planes, justo cuando tiene que convencer a los acreedores que le vuelvan a prestar el dinero que no podrá devolver en 20 días.
 
La forma en la que intentó, sin éxito, salvar esa dificultad, repercutió negativamente en la relación con todos sus aliados, a los que necesita para que el Congreso le siga dando una pátina de legitimidad a sus decisiones, muchas veces ilegales e inconstitucionales.
 
La caída del artículo 75, el corazón de la derrota, está cargada de significado político porque fue una rebelión contra la cláusula de la humillación. Enceguecido por una mala lectura de las urnas, Milei no se contentó con ganar sino que quiso escenificar un triunfo absoluto y definitivo sometiendo a los legisladores que antes de la elección habían apoyado las leyes que daban presupuesto a la Universidad Pública y a las personas con discapacidad, para que votaran explícitamente en contra de esas mismas leyes. Ese era el corazón político del proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo. Las partidas pueden reconducirse por decreto. Lo importante era coronar a Milei.
 
Así, el solsticio de verano no sólo marca hoy el final de la primavera, sino también, en coincidencia, el de la primaverita política que había comenzado para el gobierno con el resultado de las elecciones de medio término y que terminó sin que pudiera capitalizar de manera alguna ese éxito. La realidad muestra que, al fin y al cabo, las cosas no son tan malas como parecían en septiembre ni tan buenas como nos quisieron hacer creer después de octubre.
 
Todo sigue más o menos parecido a lo que fue el largo 2025: precario, inestable, violento, cada vez más autoritario y deteriorado. Este año Milei necesitó tres rescates del FMI, de Trump y de las urnas, para llegar hasta acá. Va a necesitar uno más, de los Senadores, antes del brindis del 31. Y con el 2026 comenzará una historia diferente.
 

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