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Internacionales - 14-12-2024 / 09:12
14 DE DICIEMBRE DE 1989

Chile regresa a la democracia con el triunfo de Aylwin

Chile regresa a la democracia con el triunfo de Aylwin
El abogado y político demócrata cristiano Patricio Aylwin es elegido presidente de Chile luego de diecisiete años de la dictadura militar encabezada por el general Augusto Pinochet desde 1973, cuando derrocó al Gobierno de Salvador Allende..
Chile regresa a la democracia con el triunfo de Aylwin
Diario de la época.
 
El jueves 14 de diciembre de 1989, Chile regresa a la democracia con el triunfo de Patricio Aylwin. El líder del Partido Demócrata Cristiano encabeza una coalición de partidos opositores al régimen dictatorial de Augusto Pinochet.
 
La Concertación de Partidos por la Democracia vence al candidato del dictador, el ex ministro de Economía Hernán Büchi. Aylwin, de 71 años, obtiene el 55,2 % de los votos, el 29,4 % fueron para Büchi, y el 15,4 % para Francisco Javier Errázuriz. Con lo que se terminó de sepultar a un régimen militar que ya venía magullado tras su derrota en el plebiscito de 1988. Aylwin asumirá el 11 de marzo de 1990, marcando el fin de la dictadura neoliberal derechista iniciada en 1973.
 
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Chile regresa a la democracia con el triunfo de Aylwin 
Aylwin tenía claro que uno de sus principales desafíos iba a ser hacer frente a la problemática de derechos humanos derivada del actuar de los militares.

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El 20 de enero de 2017 entrevisté en la explanada frente al Capitolio de Washington a un hombre solo que daba vueltas silencioso con una pancarta colgada al cuello. A diferencia de las decenas de miles de personas que se concentraban en Washington para protestar durante la toma de posesión de Donald Trump, Dave Bojanowski me llamó la atención porque no gritaba ni enarbolaba caricaturas o grandes eslóganes. El mensaje de su letrero era sencillo: "Really?" ("¿de verdad?").
 
La incredulidad de aquel momento se reflejaba bien en la pancarta de este hombre de mediana edad dedicado a la conservación rural en un valle del noroeste del estado de Nueva York. Había llegado a ese mensaje con la ayuda de su hija, Julie: "Intentamos encontrar la manera más simple de expresar el desconcierto que sentimos por haber elegido a Donald Trump como presidente sin ser agresivo o despectivo... No creo que Trump sea una persona viable para ser presidente de Estados Unidos", me decía entonces.
 
Un rato más tarde, el expresidente George W. Bush resumió el estado de ánimo tras escuchar el discurso de la primera toma de posesión de Trump: "Menuda mierda tan rara". De hecho, las palabras de Trump, que había ganado por los pelos y a pesar de haber perdido el voto popular por casi tres millones, fueron inusualmente agresivas, un mensaje oscuro y nacionalista y la visión de un país que, según él, era "una carnicería" de terror, drogas y pobreza.
 
Lo que vendría después serían cuatro años de caos en la Casa Blanca, corrupción y conflictos de interés, mentiras, persecución de minorías, violencia supremacista y una pandemia que dividió todavía más a la sociedad. Pero también fueron años en los que los miembros del gabinete de Trump -su secretario de Defensa, el jefe del Estado Mayor, el jefe del FBI o su vicepresidente- pararon ocurrencias del presidente de atacar a Irán o China, disparar armas nucleares a los huracanes, hacer pruebas inyectándose lavandina contra el COVID o no reconocer el resultado de las elecciones.
 
Esos cuatro años terminaron con dos procesos de impeachment contra Trump: uno por intentar chantajear al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que buscara trapos sucios contra el hijo de Joe Biden; y otro por animar al asalto al Capitolio en 2021 e intentar revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 que perdió.
 
Pese a todo lo que ocurrió entre 2017 y 2020, Trump tenía entonces frenos dentro de su propio equipo y su propio partido y no contaba con una mayoría conservadora tan clara en el Tribunal Supremo ni con más de 200 jueces nombrados por él dentro del sistema. Para empresarios, periodistas e incluso votantes demócratas parecía un accidente que pasaría.
 
Esto facilitará la confirmación del gabinete de Trump, que ha propuesto para los cargos a hombres y mujeres con poca experiencia, trayectorias erráticas, problemas con la justicia, conflictos de interés y a menudo una carrera en Fox News. Son nombres conocidos y controvertidos, pero en puestos menos prominentes Trump también quiere colocar a personas menos conocidas pero igualmente dispuestas a aplicar sus ideas más extremistas. 
 

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