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Internacionales - 28-11-2024 / 09:11
28 DE NOVIEMBRE DE 1911

El Plan de Ayala, de Emiliano Zapata, reivindica los derechos de los campesinos mexicanos

El Plan de Ayala, de Emiliano Zapata, reivindica los derechos de los campesinos mexicanos
El Plan de Ayala, promulgado el 28 de noviembre de 1911, pugnó por la devolución de las tierras arrebatadas a los pueblos y la expropiación, previa indemnización, de los grandes monopolios, "a fin de que los pueblos y ciudadanos en México obtengan ejidos, colonias, fondos legales para pueblos o campos de sembradura o de labor".
El movimiento revolucionario en México, encabezado por Emiliano Zapata, fue similar en muchos aspectos a otros movimientos agrarios, tanto en los motivos como en las estrategias de lucha.
 
La mayor parte del ejército zapatista estuvo compuesta por campesinos libres y su principal sustento era la solidaridad aldeana, el respecto a una autoridad avalada por la tradición y la no remuneración o pago a los soldados.
 
Sus dirigentes, entre los que se encontraban campesinos, obreros e intelectuales, mostraron siempre una gran adhesión a los ideales del movimiento, por lo que éste mantuvo siempre una considerable unidad.
 
Como otras facciones participantes en la Revolución, el zapatismo fue profundizando los objetivos de su lucha en el transcurso de las acciones bélicas.
 
El Plan de Ayala, promulgado el 28 de noviembre de 1911, pugnó por la devolución de las tierras arrebatadas a los pueblos y la expropiación, previa indemnización, de los grandes monopolios, "a fin de que los pueblos y ciudadanos en México obtengan ejidos, colonias, fondos legales para pueblos o campos de sembradura o de labor".
 
La Opinión Popular


 
El Plan de Ayala, de Emiliano Zapata, reivindica los derechos de los campesinos mexicanos 

El Plan de Ayala fue una proclamación política, promulgada y firmada por el jefe revolucionario mexicano Emiliano Zapata, dentro de la Revolución mexicana el 28 de noviembre de 1911 en Axoxuxtla, Puebla, en el que desconoció el gobierno del presidente Francisco I. Madero, a quien acusó de traicionar las causas campesinas.
 
Aunque en el Plan de San Luis Potosí sólo se consideró la revisión de los juicios sobre la tenencia de la tierra durante el porfiriato. En dicho plan, los zapatistas llamaban a las armas para restituir la propiedad de las tierras a los campesinos, pues se sostenía que las tierras habían sido arrebatadas al pueblo por caciques, hacendados y terratenientes, y deberían ser devueltas a sus dueños originarios. Su lema fue: "Reforma, Libertad, Justicia y Ley".
 
Por ello el Plan sostiene que los campesinos deben presentar sus títulos de propiedad, los cuales en su mayoría eran de tipo comunal y se originaban en el virreinato, estos títulos habían sido declarados sin valor bajo las condiciones de la Ley Lerdo, que formaba parte de las Leyes de Reforma, por lo que había sido fácil legalmente hablando el despojo de tierras que los comuneros no trabajaban. El plan fue firmado por Emiliano Zapata y Otilio Montaño. Fue publicado el 15 de diciembre en el periódico Diario del Hogar.
 
El revolucionario del norte, Pascual Orozco, también se adhirió al plan de Ayala en febrero de 1912, Madero encargó a Victoriano Huerta enfrentar a las tropas de Orozco, quien fue derrotado, aunque en realidad, Orozco nunca tomó en cuenta el plan zapatista en su programa político, ya que sus objetivos eran contrarios a los de Zapata.
 
Cuando Victoriano Huerta asumió el poder ejecutivo gracias a un golpe de estado y asesinando a Madero en 1913, Orozco se unió al usurpador. Zapata, indignado por la conducta de Orozco, el 30 de mayo de 1913 hizo reformas al plan de Ayala, en las cuales ahora desconocía a Huerta como presidente y declaraba a Orozco traidor a la Revolución (de hecho, Zapata fusiló al padre de Orozco, al mismo tiempo que rechazó la propuesta que le hacía Orozco cuando trataron de convencer al caudillo del sur de que se uniera a Huerta), tomando el mando de las tropas adheridas a dicho plan Emiliano Zapata, quien declaró que no descansaría hasta que ambos traidores fueran derrotados y que los ideales del plan de Ayala se hicieran realidad.
 
El Plan de Ayala, de Emiliano Zapata, reivindica los derechos de los campesinos mexicanos 
Los hermanos Eufemio y Emiliano Zapata.

Fuente: Wikipedi 

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07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 09:11
Una realidad imposible de pensar apenas dos meses atrás acaba de imponerse en forma irrefutable al neoliberalismo del presidente yanqui Donald Trump, golpeando y diluyendo un poco más su promocionada intención de "hagamos nuevamente grande a los Estados Unidos". Por cierto, que las ideas base de hacer nuevamente grande -es decir: dominador- a su país atrasan un poco y se desubican otro tanto.
 
Si algo se puede estimar que le ha ido de acuerdo con sus planes es la relación con la Argentina de Javier Milei, un país que va quedando reducido a la condición de neocolonia, de un imperio decadente. Esa relación, que incluye el apartar la presencia china, también ha conseguido despertar las iras de los agricultores estadounidenses ya que, al disminuir a nuestro país como proveedor sojero, los chinos se han volcado a otros países latinoamericanos, Brasil fundamentalmente, desplazando a los yanquis.

También los manejos financieros en pro de la decadente moneda argentina han indignado a algunos sectores norteamericanos, que ven en esos millones de dólares facilitados a nuestro país una pérdida de posibles apoyos. Simultáneamente, la desubicación de Trump había anunciado la construcción en la Casa Blanca de un salón de baile, con un costo de más de 200 millones de la moneda norteamericana. La consiguiente reacción de la opinión pública lo obligó a desistir de la idea.

Como contrapartida, la semana que pasó los noticieros de todo el mundo informaron y visualizaron una noticia insólita, asombrosa: las largas colas en varias ciudades de los EE.UU. en procura de los bonos que les permitan adquirir algunos alimentos básicos. Esta vigencia del hambre, que lo es, numéricamente está estimada en unos 42 millones de personas (una cifra casi equivalente a la población argentina).

Sin embargo, al gobierno yanqui la más formidable bofetada política de los últimos tiempos se la dio el resultado de la reciente elección del alcalde de Nueva York, la ciudad más populosa del país y uno de los centros financieros y comerciales más importantes del mundo. Ocurre que, pese a la desvergonzada y falaz propaganda del Partido Republicano en el poder federal, los neoyorquinos eligieron como autoridad comunal a Zohran Mamdani, un miembro del Partido Demócrata que además es inmigrante que llegó a los EEUU siendo muy pequeño, de cultura y religión árabe y con ideas claramente inclinadas al socialismo, o al menos lo que los miembros del Partido Republicano entienden por socialismo.

Mamdani es un líder progresista y basó su campaña en un compromiso con la solución de los problemas de vivienda, educación y justicia social. Ha acumulado experiencia política y sabido conectarse con diversos grupos comunitarios de la ciudad, promoviendo una promesa de mejor calidad de vida, con aumento de los impuestos a las grandes fortunas de la ciudad. Esas condiciones principalmente le permitieron imponerse por una sorprendente mayoría de votos.


A los resultados de Nueva York se suman los batacazos demócratas de Nueva Jersey, donde ganó la demócrata Mikie Sherrill como gobernadora; de Virginia, donde ganó otra mujer (por primera vez en ese estado), Aigail Spanberger; en Detroit, donde se impuso otra mujer como alcalde (Mary Sheffield); y en Cincinnati, donde Aftab Pureval logró la reelección como alcalde, como hicieron también Corey OConnor en Pittsburgh y Andre Dickens en Atlanta.

La reacción del gobierno de Trump, dentro de todo, ha sido la que se podía esperar: calificar abiertamente a Mamdani de comunista y predecir una avalancha de fortunas neoyorquinas con destino a Miami, a imitación de los cubanos emigrados por el castrismo. 
Incluso Milei criticó a Mamdani e invitó a invertir en la Argentina.Por cierto, que esa ligereza en los juicios recuerda a actitudes muy parecidas que se dan por estas latitudes. Es el desafío en escala internacional que las derechas ultras y extremas, de Trump y Milei, les plantean a los progresismos y al peronismo en Argentina.


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06-11-2025 / 19:11
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