La Opinión Popular
                  17:23  |  Sabado 18 de Octubre de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

Por
“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
Recomendar Imprimir
Sociedad e Interés General - 20-11-2024 / 08:11
20 DE NOVIEMBRE DE 1845

Vuelta de Obligado: La Batalla Anticolonialista Ignorada

Vuelta de Obligado: La Batalla Anticolonialista Ignorada
Combate de la Vuelta de Obligado. A 20 kilómetros de San Pedro, el general Lucio Norberto Mansilla (cuñado de Juan Manuel de Rosas y padre del autor de Una excursión a los indios ranqueles) se enfrenta a la tropas inglesas y francesas. El bloqueo anglo-francés buscaba abrir el comercio con las provincias del Litoral sin tener que negociar con Buenos Aires. Mansilla trató de frenar el avance de los barcos enemigos con cadenas dispuestas a lo ancho del río Paraná. Con más resistencia de la pensada, los europeos lograron avanzar, pero no pudieron ganar a los litoraleños para la causa del libre comercio. El 20 de noviembre se recuerda como Día de la Soberanía Nacional
Juan Manuel de Rosas fue un gobernante que enfrentó situaciones muy difíciles y tuvo que gobernar en circunstancias excepcionales. Su asunción al poder fue recibida con aprobación por la gente humilde: los peones, mulatos y orilleros, que lo querían porque lo consideraban su defensor contra los abusos de los comerciantes y hacendados.
 
Durante su gobierno tuvo que enfrentar siete conflictos bélicos: dos con Francia, uno con Inglaterra, otro con la Confederación Peruano-Boliviana, otro permanente con la Banda Oriental (ya independizada), dos con Brasil (la batalla de Caseros fue parte de la guerra con el Imperio esclavista brasileño).
 
En 1845, las dos potencias políticas, económicas y militares mundiales de la época: Inglaterra y Francia reclamaron la libre navegación de los ríos interiores argentinos para comerciar con Paraguay. Para ejemplificar el desatino pedido por los europeos, es como si se nos ocurriera navegar el Támesis o el Sena para ofrecer nuestros productos sin pagar aranceles o pedir permisos. No se la llevarían "de arriba".
 
El intento colonialista de invadirnos, fue enfrentado por las armas nacionales en  la Vuelta de Obligado, en una gran batalla contra el imperialismo británico. El 20 de noviembre es una fecha épica y memorable en la historia de nuestra dignidad nacional. Esta batalla, pese al resultado adverso, dio como consecuencia la victoria diplomática de la Confederación Argentina, debido al alto costo que demandó la operación "comercial". La Guerra del Paraná finalizó con el último enfrentamiento contra las flotas imperiales de Inglaterra y Francia, un 4 de junio de 1846, en Angostura del Quebracho, donde ambas potencias invasoras finalmente fueron vencidas por la Confederación Argentina.
 
La valiente resistencia opuesta por el gobierno nacional, obligó a las potencias agresoras a reconocer la soberanía argentina sobre los ríos interiores: Inglaterra levantó el bloqueo en julio de 1847. Francia, en junio de 1848. Desde la caída de Rosas hasta hace algunos años esta fue una batalla ignorada por la historia oficial, a pesar que casi trescientos argentinos entregaron sus vidas defendiendo a la Patria. Además, la batalla tuvo significancia internacional, porque en ella se dirimió el derecho de soberanía de los pueblos.
 
Porque defendió el territorio nacional y la Soberanía Nacional enfrentando a las máximas potencias del mundo, José de San Martín le legó su legendario sable corvo, "Como prueba de su satisfacción por la firmeza con que sostuvo el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla".
 
La gesta patriótica no debe quedar únicamente en los libros de historia o como una mera fecha recordatoria, sino hacer reflexionar a todos acercan de los temas que hoy afectan a la soberanía del país. 
En tiempos de gobiernos libertarios entreguistas, no hay que olvidar la Vuelta de Obligado.

 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García

Vuelta de Obligado: La Batalla Anticolonialista Ignorada 
El Día de la Soberanía Nacional se celebra anualmente el 20 de noviembre, en conmemoración de la Batalla de la Vuelta de Obligado, librada el 20 de noviembre de 1845. La Nación Argentina se encontraba gobernada por Juan Manuel de Rosas, quien al mismo tiempo ejercía como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Esta conmemoración fue propuesta, junto con la repatriación de los restos de Rosas, por el historiador José María Rosa en 1974 y aprobada por el Congreso de la Nación Argentina el mismo año.

Federales vs. Unitarios
 
En los orígenes de la Argentina se enfrentaron por el poder dos partidos: el de la minoría vernácula aliada al capitalismo europeo y el de la gran mayoría de criollos y gauchos apegados a la tierra. El partido unitario era liberal y se organizó en base a la hegemonía de Inglaterra y Francia como metrópolis extranjeras; el Partido federal era nacionalista y se organizó en base al liderazgo de caudillos provinciales que, por orgullo nacional y por conciencia patriótica, resistieron la penetración foránea.
 
Existía entre ambos partidos una diferencia de clase y de ideología que era lo esencial. En el Partido Unitario se agrupaban las minorías anti-nacionales vinculadas al capitalismo extranjero; en el Partido Federal se encuadraban las mayorías nacionales que impulsaban un proyecto de país independiente, soberano y desarrollado.
 
Continuador de la política de Artigas, fundador del federalismo en el Río de la Plata, el Partido Federal se estructuró a través de cuatro caudillos que constituyeron sus más sólidas columnas: Juan Manuel de Rosas, Facundo Quiroga, Pancho Ramírez y Estanislao López.
 
 
Comerciantes y ganaderos
 
Buenos Aires, ciudad y campaña, estaba conducida por dos clases principales: la burguesía comercial porteña y los ganaderos bonaerenses.
 
Los estancieros intervenían en la economía local como productores directos en la ganadería. Los comerciantes de la ciudad-puerto, en cambio, cumplían una función de intermediarios y estaban ligados esencialmente al comercio de importación con los países europeos, lo que, en definitiva, los ataba a la política de éstos.
 
La clase ganadera no tenía una relación de vasallaje con respecto a Europa, porque colocaba sus productos en mercados no europeos, sobre todo la carne salada que se enviaba a Centroamérica y del Caribe para alimentar los esclavos.
 
La política abiertamente anti-nacional ejecutada por la burguesía comercial porteña obligó a los estancieros a desplazarla del poder y a tomar en sus manos las riendas de la situación. Lo hecho por el partido rivadaviano había provocado el alzamiento de todas las provincias, llevando a la guerra civil y la actividad económica se vio directamente perjudicada en todos los terrenos.
 
 Los porteños pretendían someter las provincias a sangre y fuego; los estancieros, en cambio, se encontraban en condiciones de llegar a un acuerdo con ellas, encontrando un equilibrio que les permitiera seguir adelante con sus negocios.
 
Tras la caída de Rivadavia, fue designado gobernador el federal Manuel Dorrego. Sin embargo, el Partido Unitario conspiró para tomar el gobierno por la fuerza y utilizó al general Juan Lavalle para dar un golpe de Estado (1-12-1828). Éste hizo prisionero y ordenó el fusilamiento de Dorrego, "el mártir del federalismo".
 
 
El "Perón del siglo XIX"
 
La contraofensiva nacional frente al Partido Unitario la encarnaron las masas populares, los "orilleros" del puerto, los gauchos y peones de las estancias y los ganaderos bonaerenses. Ellos promovieron la figura de Don Juan Manuel como nuevo Gobernador.
 
Rosas impulsó un acercamiento entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos con la firma del Pacto Federal, el 4 de enero de 1831. En febrero de ese año, los federales declararon la guerra a los unitarios y los vencieron rápidamente. Derrotado el Partido Unitario, todas las provincias se sumaron al Pacto Federal y así nació la "Confederación Argentina". Se respetaba la autonomía de cada provincia (conforme el ideario artiguista) y se delegaba el manejo de las relaciones exteriores en el gobernador de Buenos Aires.
 
El gobierno de Rosas y la creación de la Confederación Argentina pusieron fin al proceso de disgregación que Inglaterra y sus cómplices locales estaban impulsando. Ya no habría más desmembramientos, como el plan de la "República de Entre Ríos" y el objetivo sería conseguir que se sumaran a la Confederación la Banda Oriental, el Paraguay y Bolivia.
 
 
Ley proteccionista de Aduana
  
Rosas dictó la "Ley de Aduana" que se convirtió en el eje de su política revolucionaria. Esta ley impuso un sistema económico proteccionista que hizo prevalecer las conveniencias nacionales sobre los intereses porteños y rodeó a Rosas de prestigio verdaderamente nacional.  Protegió a las manufacturas criollas frente a la competencia ruinosa que provenía desde el exterior y posibilitó el nacimiento de la riqueza agrícola local, que había sido imposibilitada hasta entonces por los bajos aranceles de los granos y harinas extranjeros.
 
La ley prohibía la introducción de los productos extranjeros cuyos similares criollos estaban en condiciones de satisfacer el mercado interno. Todas las provincias vieron reactivadas las artesanías y el tráfico comercial. Conforme la política americanista de Rosas, los productos de la Banda Oriental, Paraguay y Chile no eran considerados extranjeros.
 
Al mismo tiempo, la ley gravaba la importación de productos extranjeros que no competían con la producción local. Estos ingresos los retenía la Aduana de Buenos Aires, y Rosas los utilizaba para consolidar el Poder popular que él encabezaba, financiando los ejércitos federales que, en todo el país, mantenían a raya a la subversión reaccionaria de los unitarios que recibían dinero y armas de Francia e Inglaterra.
 
 
Rosas y el desarrollo autónomo
 
Por entonces, comenzaron a mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, y se fue desarrollando un mercado interno en franca expansión que beneficiaba a la gran mayoría de la sociedad local.
 
Al terminar Rosas su gobierno, el país había conseguido por primera vez obtener una balanza comercial favorable en el comercio internacional, cuadruplicando la cantidad de sus exportaciones. El Estado pudo imponer una política financiera eficiente y austera, capaz de hacer frente a los sucesivos bloqueos militares sin recurrir a empréstitos o ayudas extranjeras.
 
 
Un gobernante nacional y popular
 
El mandatario bonaerense surgido de la clase ganadera, se convirtió en un argentino cabal, jefe del Estado nacional y celoso guardián de la independencia económica.
Para la oligarquía liberal, Rosas cometió un pecado imperdonable, ya que soliviantó a las clases bajas, a los gauchos, los negros y las peonadas. Lo real es que respetó, dio derechos y trabajo a la mayoría de la población. En un profundo y concreto sentido, fue un demócrata.
 
Rosas significa la unión nacional. Antes de su llegada al poder existían dos países: Buenos Aires y el interior. Durante su gobierno existirá una sola confederación.
 
 
La lucha contra Francia e Inglaterra.
 
Los unitarios se establecieron en la Banda Oriental, Bolivia y Chile y desde allí organizaron mercenarios que, con dinero y con armas de Francia e Inglaterra, penetraban en el territorio de la Confederación Argentina.  Rosas derrotó esta infiltración y el capitalismo europeo apostó entonces al bloqueo como forma de intentar asfixiar a la Confederación Argentina y de abrir fisuras en elfrente interno.
 
 
 
Batalla de la Vuelta de Obligado
 
El bloqueo fue ruinoso porque el país vivía de la venta al exterior de sus productos y necesitaba importar muchas cosas. Los estancieros no podían embarcar sus cueros, crines, astas y carne salada.
 
El intento de penetrar y navegar nuestros ríos, fue enfrentado por las armas nacionales en  un paraje del Río Paraná que lleva por nombre Vuelta de Obligado, en una gran batalla contra el colonialismo.
 
La Batalla de la Vuelta de Obligado se produjo el 20 de noviembre de 1845, en aguas del río Paraná, sobre su margen derecha y al norte de la provincia de Buenos Aires, en un recodo donde el cauce se angosta y gira, conocido como Vuelta de Obligado, en lo que hoy es la localidad de Obligado, Partido de San Pedro.
 
Enfrentó a la Confederación Argentina liderada por el Brigadier Juan Manuel de Rosas quien nombró comandante de las fuerzas defensoras al General Lucio Norberto Mansilla y a la escuadra anglo-francesa, cuya intervención se realizó bajo el pretexto de lograr la pacificación ante los problemas existentes entre Buenos Aires y Montevideo.
 
El 20 de noviembre es una fecha épica y memorable en la historia de nuestra dignidad nacional. Inglaterra levantó el bloqueo en julio de 1847. Francia, en junio de 1848.
 
 
El orden de la oligarquía liberal
 
Rosas, derrotado en Caseros, desaparece de la escena. Urquiza, traidor al partido federal, abrió las puertas para que los liberales porteños ejecuten la penetración del colonialismo, que consistía en la coincidencia de los sectores ganaderos y comerciales rioplatenses con los importadores de productos industriales ingleses, que trabajaban mancomunados con los inversores británicos. Esta región debía ser la granja y Gran Bretaña, la industria.
 
En las guerras civiles argentinas del siglo XIX se definió la identidad de nuestra patria y su lugar en el mundo. Caseros, Pavón, Cepeda y la guerra de genocidio que el mitrismo llevó al Paraguay, consolidaron el triunfo de quienes se identificaban con la "civilización", de acuerdo a la definición de Sarmiento, en perjuicio de quienes representarían a la "barbarie".
 
Las masas populares que pelearan en la Independencia, en Ituzaingó, en la Vuelta de Obligado, fueron declaradas raza inferior condenada a la extinción. Las expediciones punitivas de Mitre y Sarmiento ahogaron a sangre y fuego las protestas de los pueblos del interior, del Chacho Peñaloza, de Felipe Varela, de López Jordán.
 
Había terminado la Argentina de las lanzas y faltaba mucho para la Argentina de las alpargatas. Juan Perón sintetizó perfectamente el drama nacional con una frase: "Más de un siglo de explotación y dominación colonial ha dejado un dolor oculto en el alma de la comunidad argentina y un sentido de rebelión libertaria". 
 
Escribe Blas García
 
Vuelta de Obligado: La Batalla Anticolonialista Ignorada 
Cuando los extranjeros avanzaron, Lucio Norberto Mansilla ordenó la defensa y proclamó a la tropa: "¡Allá los tenéis! Considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra Patria al navegar, sin más título que la fuerza, las aguas de un río que recorre por el territorio de nuestro país. ¡Pero no lo conseguirán impunemente! ¡Tremola en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde flamea!". Mansilla, político y militar destacado en la guerra de independencia, Gobernador de Entre Ríos, General en la Guerra del Brasil y, especialmente, el hecho más importante que le cupo protagonizar fue conducir como Jefe del Departamento del Norte a las tropas argentinas que enfrentaron a la flota anglo-francesa, en la batalla de la Vuelta de Obligado, la Batalla de la Soberanía.

 
Agreganos como amigo a Facebook
17-10-2025 / 18:10
17-10-2025 / 18:10
17-10-2025 / 09:10
El coronel Juan Perón estaba preso. Nada se oponía a la restauración oligárquica y al retorno a la fraudulenta y corrupta Década Infame, interrumpida por la irrupción de la Revolución de Junio de 1943. Pero en ese momento la clase obrera se movilizó y desde ese instante se convertiría en un actor determinante del proceso político nacional.
 
Nadie la conocía aun. Carecía de antecedentes. Venía de abajo, del subsuelo de la Patria, y su marcha fue irresistible. Si había demorado en aparecer, lo cierto es que nadie pudo, desde entonces, olvidarlo jamás.
 
En la madrugada del 17 de octubre de 1945 comenzó una movilización de la clase trabajadora en los barrios populares del oeste de Capital Federal así como de las zonas industriales de sus alrededores.
 
Los obreros no ingresaban a trabajar en las fábricas y talleres e iban recorriendo los establecimientos vecinos, incitando a abandonarlos a quienes se encontraban en ellos, para luego marchar coreando consignas en favor de Juan Perón, por las calles principales hacia el centro de la Capital Federal.
 
Aquel 17 de octubre los trabajadores dejaron sus herramientas, apagaron las máquinas de sus talleres y fabricas, se subieron al tranvía o al ómnibus y se fueron a la Plaza de Mayo. Estaban dispuestos a dar la vida por Perón. Un nuevo ciclo histórico se iniciaba en la Argentina.
 
El 17 de octubre de 1945 marcó un antes y un después en la historia de nuestro país: más de un millón de trabajadores, coparon la Plaza de Mayo para exigir la liberación del que ya entonces consideraban su líder: el coronel Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, había instrumentado numerosas medidas que favorecieron a los obreros, sentando las bases de la movilidad social ascendente y permitiéndoles integrarse a un país que, hasta entonces, no los reconocía.
 
Setenta y ocho años después, recordamos aquella expresión de lealtad mutua: de los trabajadores hacia su líder, pero también de Perón hacia ellos, al visibilizarlos y, una vez en el poder, haber seguido defendiendo sus derechos. Sin arriar nunca las banderas del trabajo, la dignidad y la justicia social.

 
Escribe Blas García  

17-10-2025 / 09:10
El 17 de Octubre de 1945, Juan Perón fue rescatado de la cárcel por la masiva movilización de la clase trabajadora, exponiendo así la falencia del anciano régimen oligárquico antinacional -rapaz y parasitario- y la caducidad de los viejos partidos políticos seudo democráticos, sobrepasados por el proletariado, que de ahora en más, podía obtener reivindicaciones que ya no se pedían, se reclamaban, porque ya no se confiaba en la buena voluntad de los sectores dominantes sino en la propia fuerza de los trabajadores.

Ese día resurge la Argentina profunda, el subsuelo de la Patria sublevado, y reaparece para continuar escribiendo la historia de las masas populares, una secuencia que va desde las lanzas primero -con las montoneras federales del interior-, el voto después -con el radicalismo yrigoyenista- y por último los sindicatos obreros -con el peronismo-. Tres momentos en los que el Pueblo lucha para realizarse con el federalismo, la soberanía política y la democracia social.

Como consecuencia de la actuación revolucionaria de las masas populares el 17 de octubre de 1945, el justicialismo llega al poder y produce transformaciones en todos los ámbitos de la realidad del país. La Revolución Nacional, de Eva y Juan Perón, rompió con el modelo semicolonial dependiente, logrando la independencia económica, la justicia social y permitiendo importantes conquistas a los sectores populares. Una Nueva Argentina con el Pueblo de protagonista.

La terrible reacción gorila de la vieja Argentina oligárquica y autoritaria, en el golpe de septiembre de 1955, dan la medida de la trascendencia revolucionaria del peronismo. Cómo los movimientos nacionales antecesores: el federalismo de Rosas y el radicalismo de Yrigoyen; solo se alcanzaron conquistas transitorias y fueron derrotados por la estructura de la injusticia y la dependencia. Revolución y contrarrevolución.

A partir de 1955, la exclusión política del peronismo produjo un proceso de Resistencia que ampliaría su perfil. Aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado. En esta lucha, el peronismo constituyó el agrupamiento de las fuerzas populares y proletarias, mientras que el régimen militar se identificaba con los intereses de la oligarquía, la burguesía entreguista y los partidos liberales.

Todos estos esfuerzos son partes de un mismo combate, en la que todavía no se han alcanzado triunfos definitivos. Corsi e ricorsi, la Patria aparece como un proyecto inacabado que debemos realizarlo plenamente hoy cuando el capitalismo globalizado pretende desembarazarse de las limitaciones que, a lo largo del siglo XX, le impusieran los Estados Nacionales y los movimientos sociales encabezados por la clase trabajadora, para aplicar sus políticas neoliberales de injusticia social.

Las medidas económicas impulsadas por Javier Milei y Luis Caputo están inspiradas en el más crudo neoliberalismo, que fue iniciado durante la Revolución Fusiladora, continuadas por la dictadura de Jorge Rafael Videla y por los votos en los gobiernos de Carlos MenemFernando de la Rua, Mauricio Macri y Javier Milei. Este tipo de recetas conservadoras y reaccionarias, que aumentan la injusticia quitando derechos sociales y agrandan la dependencia con el fuerte endeudamiento, siempre fracasaron, provocando resistencias populares y revueltas sociales. 


Por eso, como integrantes del Movimiento Nacional y Popular que cambió la historia política argentina, volvemos a levantar, como en 1945, el cuestionamiento del sistema neoliberal económico y social injusto y la necesidad de dar la pelea para cambiarlo. Con el peronismo, seremos una Nación independiente, y si nos sacamos la dependencia del capital financiero y del FMI volveremos al desarrollo económico. Caso contrario, podría retornar el neoliberalismo apátrida y seguiremos hundiéndonos aun más en la pobreza y la dependencia. 
La cuestión sigue siendo la misma, patria o colonia. El legado de la lucha continúa, hoy contra una de las formas mas crueles, brutales y salvajes de capitalismo, la de Javier Milei.


 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
 Escribe: Blas García 

 

15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar