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Nacionales - 03-11-2024 / 11:11
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

De Trump a Milei: políticas neoliberales autocráticas bajo la fachada democrática

De Trump a Milei: políticas neoliberales autocráticas bajo la fachada democrática
Las nuevas camadas de la ultraderecha comprenden cabalmente el juego. Funcionan como un virus informático o una enfermedad autoinmune: ponen al sistema a trabajar en su autodestrucción. Las obras que se escribieron hace unos años para advertir sobre los peligros de una deriva autocrática se leen ahora como un manual de instrucciones. Y llegan, casi todas, a la misma conclusión: cuando el daño a la democracia se vuelve evidente suele ser demasiado tarde.
La llegada de Donald Trump al poder en 2016 marcó un punto de inflexión en la política global y dejó expuesto un malestar creciente hacia el sistema que se había gestado por años. Desde entonces, la extrema derecha ha sabido capitalizar un clima de descontento generalizado, erosionando los consensos básicos sobre realidad y democracia.
 
En este marco de posverdad, figuras como Trump, Javier Milei y megamillonarios como Musk y Thiel impulsan una narrativa que atenta contra las instituciones, promoviendo políticas autocráticas bajo la fachada democrática.
 
Los procesos históricos son complejos y rehúyen de explicaciones lineales pero algunos acontecimientos dejan un mojón reconocible que permite poner en perspectiva, desde un determinado punto fijo, ciertos fenómenos. En ese sentido, a la deriva de empoderamiento de la extrema derecha y erosión democrática que estamos viviendo se la puede rastrear, hacia atrás, hasta una fecha clave: el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos en 2016.
 
Esa noche no fue el comienzo de nada pero sí el momento en que salió a la superficie un descontento profundo con el estado de las cosas, incubado durante un cuarto de siglo largo de políticas neoliberales y magnificado por la forma en la que se saldó la crisis financiera de 2008 y 2009. La ilusión obamista de que el capitalismo salvaje podía tener un rostro humano estalló en mil pedazos. Y lo que quedó en ese lugar es esto que estamos viviendo ahora.
 
Como señala el historiador italiano Steven Forti en su libro Extrema Derecha 2.0, no es casual que fue en 2016 que el diccionario de Oxford, autoridad en la lengua inglesa, eligió "post-truth" ("posverdad") como palabra del año. Según la definición que le dieron, se trata de las "circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de opinión pública que las referencias a emociones y a creencias personales". Cualquier semejanza con la realidad, etc.
 
Es importante entender, señala Forti, que la posverdad no se construye solamente con noticias falsas o fake news sino que se trata de un relativismo insidioso que cuestiona cualquier autoridad dotada de la capacidad de validar una versión de las cosas por sobre otras, en todos los ámbitos. Eso implica la destrucción de un mínimo común acuerdo sobre la realidad en la que estamos viviendo, como puede observarse en el boom de la ciencia falsa, los terraplanistas y los antivacunas.
 
Esa ruptura de los marcos de referencia que nos permiten coexistir en una sociedad mínimamente funcional también se atarea con una grotesca reescritura de la historia. Esta semana pudimos ser testigos. Primero Javier Milei, y tras él un scrum de funcionarios, políticos que pasaron hace mucho su mejor momento, agentes de inteligencia, influencers y comunicadores (no son categorías excluyentes), quisieron instalar la idea de que Fernando De La Rúa fue víctima de un golpe de Estado.
 
Esa versión de los hechos no es nueva pero nunca había levantado vuelo por el pequeño detalle de que es notoriamente falsa. Algunos periodistas que ahora abonan acaloradamente la teoría del golpe pedían la renuncia de De La Rúa en vivo por tevé la noche del 19 de diciembre de 2001. Lo pueden encontrar fácilmente en youtube. Si hubo un golpe, ellos mismos son cómplices. Pero no lo hubo. Fue el trágico y solitario final de un pésimo presidente y de una época terrible para el país.
 

 
Como colateral de estos retoques a la historia queda una lavada de cara a los protagonistas de aquel gobierno fallido que hoy están en la primera línea de la tropa de Milei. Patricia Bullrich salió en los medios a abonar la teoría del golpe, quizás para no tener que explicar los papelones cotidianos de sus fuerzas en la dizque lucha contra el narcotráfico. Federico Sturzenegger no dijo nada: está ocupado confeccionando una lista con más de diez mil despidos para fin de año.
 
La versión también le sirve al gobierno para volver a pararse frente al radicalismo y el peronismo, los dos enemigos que eligió para esta etapa, a quienes les cuelga el cartel de golpistas. Es una retórica reiterada (se ejecuta cada vez que hay una marcha crítica o una votación contraria al oficialismo en el Congreso, por ejemplo) que se utiliza para habilitar niveles extraordinarios de represión a la disidencia política en nombre de la estabilidad de las instituciones.
 
Pero el objetivo principal de estas operaciones es seguir retroalimentando el circuito de posverdad, que se ha convertido en una pieza clave, sino la más importante, de la estrategia que ha vuelto tan exitosas las propuestas de extrema derecha a partir de 2016. Fragmentación, relativismo y confusión. En una sociedad que no concibe, porque le quedó muy lejos, la idea de bien común, se debilitan las barreras que construyeron varias generaciones para frenar el regreso del fascismo.
 
Ocho años después de aquella noche que Trump ganó y se torció el rumbo de la historia, el magnate tiene por delante su tercera elección presidencial (es el primero desde Richard Nixon en llegar a tres). En el medio sufrió una ajustada derrota contra Joe Biden, que todavía no reconoció, y promovió un golpe de Estado fallido, que culminó con la toma del Capitolio. A pesar de eso, pudo superar todos los obstáculos judiciales para ser nuevamente candidato.
 
Existe temor de que las elecciones que se van a celebrar el martes signifiquen un nuevo punto de quiebre. Si gana, Trump promete profundizar su deriva autocrática, alentada por los megamillonarios que lo rodean, como Elon Musk, protagonista del tramo final de la campaña y dueño de la red social X, el foro más importante donde se exhiben y exponen todos los candidatos. La elección se celebra bajo el supuesto tácito de que Musk no hace nada indebido para beneficiar a su candidato. Jeje.
 
Si pierde es posible que veamos un nuevo intento de desconocer el resultado electoral, como en 2020 o en las últimas elecciones presidenciales de Brasil. Sólo que esta vez  los golpistas van a estar más organizados y cuentan con el respaldo de una Corte Suprema alineada. El escenario se volvería particularmente inestable, sin antecedentes en la historia norteamericana. En cualquiera de los dos casos las líneas que delimitan la democracia van a borronearse.
 
Musk es algo más que un apoyo a la candidatura de Trump. Es uno de sus principales impulsores y de sus más públicos defensores. El dueño de Tesla especuló públicamente, además, con asumir un rol en el futuro gobierno republicano. Estaría a cargo de un futuro Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE, por su acrónimo en inglés, el mismo nombre del perrito que protagoniza muchos memes y es la cara de una criptomoneda).
 
Es un eufemismo para proponer una reforma institucional que implica el vaciamiento de áreas completas del Estado y la expulsión de decenas de miles de empleados públicos que serían reemplazados por funcionarios afines o dejarían su lugar vacío. El plan está inspirado directamente en las ideas de Curtis Yarvin, el más influyente intelectual de la ultraderecha de Silicon Valley, que llama a despedir a todos los trabajadores públicos y reemplazar la burocracia estatal por un líder monárquico.
 
El ajuste de Musk encuentra su eco en algunos episodios del gobierno de Milei, desde la épica decadente que intenta ponerle Sturzenegger a su gris tarea de demolición metódica del Estado, los exabruptos imperiales de Santiago Caputo a través de sus múltiples cuentas anónimas en X o el anuncio de una purga de corte explícitamente fascista en el ministerio de Relaciones Exteriores, con el fin de detectar a quienes impulsen "agendas enemigas de la libertad".
 
Esta afinidad fue explicitada por el influencer de ultraderecha y asiduo visitante de la SIDE Daniel Parisini, el Gordo Dan. "Tenés en el Estado sobrevivientes del kirchnerismo, del macrismo, del radicalismo, de administraciones anteriores que literalmente son comunistas que siguen laburando. Es gente que no se ha logrado barrer o echar para poner a los propios. Hay que poner a los propios. Los propios a veces es un amigo, un conocido", dijo esta semana en su programa de stream.
 
En un segundo plano, con menos exposición que Musk, acompaña esta aventura de Trump Peter Thiel, otro megamillonario californiano con ideas muy particulares sobre la gobernanza. En un ensayo de 2009 escribió que ya no cree que "la libertad y la democracia sean compatibles" porque estamos "en una carrera mortal entre la política y la tecnología" que puede volver al futuro "mucho peor o mucho mejor". Donde dice tecnología debe leerse capital. Sacando ese detalle, no le falta razón.
 
En julio de este año contamos en El Destape que Thiel visitó a Milei dos veces en la Casa Rosada, en febrero y en mayo. La primera no dejó registro en la planilla de audiencias. Esta semana en una exclusiva conferencia en Miami, a la que no se puede acceder con cámaras ni con grabadoras, el megamillonario dio su opinión sobre la Argentina y sobre su presidente, según reportó desde el lugar de los hechos el periodista Andrés Fidanza.
 
"Hay muchos que son pesimistas sobre Argentina porque es un país que lleva 100 años de decadencia. En 1920 era un país muy rico. La pregunta es: ¿por qué nos interesa tanto lo que pasa en Argentina? Y la respuesta es que Argentina podría ser el futuro de Europa y de Estados Unidos. Un gobierno corrupto y enorme, ese peronismo con demasiados sectores ineficientes y corruptos y semi socialistas en educación y en salud", dijo Thiel.
 
"De alguna forma eso funcionó políticamente y ganaron elecciones por décadas, y le costó mucho a la sociedad desarmarlo. Siento que Argentina es una versión extrema de lo que está pasando lentamente en muchos de los países desarrollados. Sería muy bueno que a la Argentina le vaya bien y que acá no tengamos que pasar por los 100 años de declive argentino antes de tener nuestro propio Milei", agregó el fundador de Pay Pal, que no suele hablar en público, ante no más de 250 personas.
 
Thiel es, entre otras cosas, el patrón del candidato a vicepresidente de la tira republicana, J.D. Vance. Le dio al senador por Ohio su primer trabajo importante, donde comenzó a hacer fortuna. Luego financió su primera aventura empresarial y le dio los contactos necesarios para hacerla crecer. Cuando Vance quiso dar el salto a la política, Thiel pagó por su campaña. Fue la más onerosa en la historia del senado de los Estados Unidos. Se puede decir que le debe la vida sin exagerar.
 
La sintonía entre Milei y los plutócratas de Silicon Valley es tan explícita como el desprecio por la democracia que comparten. Lo que no es tan claro son las implicancias y ramificaciones que eso puede tener para la Argentina a partir de las elecciones de este martes si Trump gana, si Vance queda primero en la línea de sucesión de un hombre de 78 años sin posibilidad de reelección, si Musk y Thiel, y otros que impulsan esa agenda se ubican tan cerca del Salón Oval.
 
Aquí Milei seguirá gobernando con un Congreso virtualmente estéril, que no tiene como rechazar sus vetos, utilizando las herramientas excepcionales que le otorgan el DNU 70/23 y la ley de Bases, sin ley de presupuesto que le ponga límites a la asignación discrecional de recursos y con una Corte Suprema paralizada a partir de fin de año. La mayoría de los mecanismos de control republicano que establecen la Constitución y las leyes no funcionan o no pueden ponerle un límite.
 
Durante muchos años se estudió el deterioro de los procesos democráticos en el siglo XXI. La mayoría de los análisis coinciden en que el paso de un régimen democrático a uno que no lo es ya no sucede, casi nunca, con golpes de Estado clásicos, sino que se trata de líderes que llegan al poder mediante el voto y utilizan las herramientas institucionales que tienen a mano para ir socavando la democracia gradualmente. Como un topo infiltrado en las filas enemigas, digamos.
 
Las nuevas camadas de la ultraderecha comprenden cabalmente el juego. Funcionan como un virus informático o una enfermedad autoinmune: ponen al sistema a trabajar en su autodestrucción. Las obras que se escribieron hace unos años para advertir sobre los peligros de una deriva autocrática se leen ahora como un manual de instrucciones. Y llegan, casi todas, a la misma conclusión: cuando el daño a la democracia se vuelve evidente suele ser demasiado tarde.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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01-11-2025 / 11:11
Javier "el Cipayo" Milei se esmeró en cumplir las condiciones de Washington, entre ellas el enfriamiento de las relaciones comerciales con China, mientras Donald Trump se reunía en Corea del Sur con el mandatario chino XI Jinping y levantaba impuestos aduaneros a cambio de que China volviera a comprarles soja en detrimento de la que compra en la Argentina.
 
Cuando Milei viajó desesperado a buscar el socorro estadounidense, el primer "consejo" de Trump fue que sólo salvarían a un gobierno "sustentable". No quería repetir la mala experiencia con Mauricio Macri, a quien prestaron una cifra fabulosa y perdió las elecciones. Sin sustentabilidad no hay ayuda fue el mensaje que recorrió el país. Dos tareas para el hogar: recomponer las alianzas del principio de la gestión y terminar con el peligro del populismo-peronismo.
 
La convocatoria a los gobernadores llegó al día siguiente de los comicios. Veinte de ellos asistieron dócilmente. Muchos perdieron las elecciones en sus provincias. Cuatro quedaron fuera de la reunión. La Rioja, Buenos Aires, Formosa y Tierra del Fuego fueron discriminados por el Presidente de todos los argentinos.
 
"Si me hubieran invitado hubiera ido, -afirmó el gobernador bonaerense Axel Kicillof- le hubiera planteado al Presidente la deuda que tiene con la provincia por los billones de pesos que nos pertenecen y no nos entregó, le hubiera preguntado la razón por la que retiró los programas de salud y educación a la provincia". Y siguió con una enumeración de los puntos de la deuda que mantiene el gobierno nacional con la provincia de Buenos Aires.
 
Es una situación que padecen todas las provincias. Pero los que asistieron a la Casa Rosada no hicieron ningún planteo. En cambio, escucharon el reclamo de respaldo a las futuras medidas que el gobierno nacional mandará al Congreso, con la reforma laboral en primer lugar. La mayoría de estos gobernadores apoyaron en el Congreso las leyes más retrógradas que envió el gobierno al principio de su mandato. Pero retacearon sus votos cuando midieron el descontento previo a las elecciones.
 
Hubo foto, pero sin anuncios. La CGT también entró en deliberación por el escenario que se viene, donde las principales víctimas serán los trabajadores. La gran pregunta es hasta qué punto el resultado de estos comicios de medio término habilitaron al gobierno para avanzar aún más sobre los sectores populares ya muy golpeados.
 
Una explicación sobre el sorpresivo salto del malhumor en la sociedad a este resultado, es que se basó más en el miedo que en un respaldo al ajuste. Si parte de ese voto se explicara así, con las iniciativas que enviarán al Congreso, la "sustentabilidad" se irá por el desagüe. Los tiempos son más cortos que en el 2023 porque la gente está peor.
 
El Milei de la reunión estaba en ganador: "Para qué voy a invitar a personas que no saben sumar dos más dos", dijo por los gobernadores discriminados. Agregó que la conversación había sido muy buena pero no aclaró el temario ni los acuerdos. Trump quería la foto de la sustentabilidad con los gobernadores y la tuvo.
 
Fue una de sus exigencias, al igual que congelar los acuerdos con China, como planteó el secretario del Tesoro norteamericano Scott Bessent. Trump no quiere que los países latinoamericanos tengan buenas relaciones con la potencia oriental. Y mientras imponía estas condiciones a Milei, suplicaba en Corea del Sur a Xi Jinping que China vuelva a comprarles soja y vuelva a venderles las tierras raras que necesita para su industria bélica.
 

31-10-2025 / 09:10
El triunfo electoral del domingo le allanó el camino al Gobierno para la sanción del Presupuesto 2026 que exigen tanto el Tesoro Norteamericano como el Fondo Monetario Internacional. A pedido de Washington, el presidente Javier "el Cipayo" Milei reunió en la Casa Rosada a unos veinte referentes provinciales -entre gobernadores y vices- y buscó transmitir una foto de gobernabilidad. Exigido por Donald Trump y Scott Bessent, aun con tensiones, el nuevo esquema político busca materializar la agenda conservadora y reaccionaria de la contrarreforma laboral y tributaria.
 
El gobierno anarco capitalista de Milei tomó el triunfo electoral como un cheque en blanco para destruir derechos laborales y aumentar la transferencia de riquezas a los grandes empresarios, empobreciendo a trabajadores y jubilados. Es lo que quiere el presidente yanqui Trump y lo que firmaron con sangre en la deuda con el FMI, para ganar las elecciones. Hay que preparar la resistencia popular. Se los enfrentará y derrotará en las calles.
 
Único orador por parte del oficialismo, Milei confirmó que convocará a sesiones extraordinarias y anunció el envío de tres proyectos clave que se tratarán en ese período: la reforma laboral, la reforma del Código Penal y la reforma tributaria. Además, pidió la colaboración de los mandatarios provinciales para aprobar el Presupuesto 2026. La oposición en Diputados tenía previsto emitir dictamen el próximo martes, pero el cambio en la correlación de fuerzas dentro de la Cámara baja podría dilatar los tiempos. "O hay un acuerdo político para prorrogar el debate o nosotros vamos a votar nuestro proyecto", advierten cerca de Martín Menem.
 
Las negociaciones para incorporar los planteos de la oposición -como los impulsados por Nicolás Massot, que proponían sumar las partidas destinadas a las emergencias en discapacidad y pediatría, además del financiamiento universitario- se diluyeron tras la victoria en las urnas.
 
La opción que analizan cerca del presidente de la Cámara baja, Martin Menem, es estirar los plazos y votar el Presupuesto durante las sesiones extraordinarias, con la nueva composición parlamentaria. Los bloques opositores desconfían de esa maniobra. Consultado sobre esta posibilidad, un diputado involucrado en las negociaciones advirtió: "Si el Gobierno llama a extraordinarias mediante un decreto y se compromete en una conferencia de prensa a que se trabaje e incorporen los reclamos de los gobernadores y las leyes vetadas, nosotros estamos en condiciones de rever lo del 4".
 
No parece ser el caso. En Unión por la Patria creen que el Gobierno buscará dictaminar y tratar el Presupuesto con la nueva composición de la Cámara, "salvo que arreglen con los gobernadores". Durante el encuentro del jueves, Milei dio una extensa exposición ante los mandatarios presentes, con excepción de Axel Kicillof, Ricardo Quintela, Gustavo Melella y Gildo Insfrán, que no fueron invitados. Allí adelantó el envío al Congreso de las reformas laboral, tributaria y del Código Penal, aunque evitó entrar en detalles. "Se fueron con una idea no muy concreta", señalaron cerca de los gobernadores.
 
Horas antes, Axel Kicillof sostuvo que si se le extendía la invitación hubiera participado por una cuestión institucional. En este camino, calificó como "un error" que no lo hayan convocado a la provincia de Buenos Aires representa casi la mitad del país. "Milei busca la foto que le pidieron Trump, su jefe de campaña, y Bessent", lanzó. Extraña búsqueda de consenso solo entre los que piensan igual que el agrandado Milei.
 
La Opinión Popular
 

30-10-2025 / 11:10
El gran triunfo de La Libertad Avanza a lo largo de todo el país todavía encandila. El Gobierno de Javier Milei ganó en 15 de los 24 distritos nacionales, derrotó a 11 gobernadores y terminó finalmente pintando el país de violeta, algo que en la previa muy pocos creían posible. Como frutilla del postre, la boleta libertaria se impuso por centésimas en la PBA, donde el armado libertario dio vuelta la paliza de más de 13 puntos de distancia que se comió el 7 de septiembre pasado en los comicios provinciales.
 
Milei es el gran ganador de todo el proceso. Luego de un 2025 electoral que le venía resultando esquivo al Gobierno en las provincias, con apenas dos triunfos en los 10 comicios locales que se desarrollaron antes de este domingo, la definición del oficialismo fue poner al presidente como centro de la oferta electoral libertaria para las legislativas nacionales. Con muchos candidatos ignotos e inexpertos en buena parte de las provincias, Milei decidió plebiscitar su presidencia a riesgo de quedar como el gran derrotado de la jornada. Sucedió todo lo contrario.
 
Sin embargo, y más allá del aplastante triunfo a nivel nacional y en los principales distritos del país, el otro gran protagonista de la jornada fue el ausentismo electoral. El 67% de participación ciudadana en las urnas marcó el peor nivel de asistencia a unos comicios desde el retorno de la democracia. Esto expresa un distanciamiento de la sociedad con la política que no puede pasarse por alto. Las personas que no fueron a votar este domingo deben ser pensadas como votos perdidos por cualquier sector que pretenda constituirse en una alternativa de representación política.
 
Con este panorama puede arriesgarse una reflexión contraintuitiva en el día del gran triunfo libertario. Si Milei planteó una elección a todo o nada, casi en clave de supervivencia, como si fuera un balotaje como el del 2023 donde la alternativa era LLA o el kirchnerismo; si el presidente se planteó a él mismo como el centro único de la campaña y de la propuesta libertaria, para bien o para mal; si buena parte de la ciudadanía argentina decidió no votar, en una posible expresión de disconformidad con el sistema; entonces podría trazarse una comparación, algo forzada quizás aunque tal vez no tanto, con el resultado de la segunda vuelta del 2023.
 
Como salvedades es preciso aclarar que en esa instancia sólo había dos opciones, Milei o Massa, sin todas las alternativas provinciales y de los gobernadores que se pusieron en juego este domingo. También que en ese momento se definían unas elecciones ejecutivas y no la conformación del Congreso que se decidió ayer. Con estos asteriscos plantados, cabe la pregunta: ¿Cuántos votos perdió Milei desde su pico de 2023?
 
Aquel 19 de noviembre, dos años atrás, el entonces candidato libertario obtuvo 14.550.288 de votos, lo cual le valió haber sido objetivamente el presidente que nominalmente más votos sacó en una elección en toda la historia. Esa impresionante cantidad de votos resultó el 55,69% del total, prácticamente la suma directa del 30% que Milei había obtenido en la primera vuelta y el 23% que había sacado Patricia Bullrich.
 
Desde esa cumbre hasta ayer, Milei perdió 15 puntos porcentuales y más de cinco millones de votos. En concreto, los 9.342.526 que sumaron las 24 listas libertarias ayer, representan una caída de 5.207.762 de votos frente a lo que Milei cosechó en el balotaje 2023.
 
Milei perdió votos en todas las provincias con respecto al balotaje. Si bien es concreto que ayer LLA derrotó a casi todos los gobernadores que la enfrentaron, también hay que poner la lupa en la cantidad de votos que la propuesta libertaria perdió en cada territorio, a riesgo de que no hacerlo signifique suponer que el presidente sostiene intacta la legitimidad social que obtuvo en el balotaje 2023.
 

29-10-2025 / 09:10
La reforma laboral esclavista de Javier "el Explotador" Milei fue anticipada hace varias semanas, pero sus detalles no se dieron a conocer sino hasta después de las elecciones de medio término. Dos días más tarde, finalmente trascendió la letra chica del proyecto del Gobierno para "modernizar" el régimen de trabajo. La diputada libertaria Romina Diez presentó la llamada Ley de Promoción de Inversiones y Empleo, que amplía la jornada laboral, flexibiliza convenios y reduce costos para las empresas. Una ofensiva contra los derechos conquistados de la clase trabajadora durante más de 100 años de lucha.
 
El texto, como se esperaba, incluye varios puntos que despertarán fuerte resistencia en su tratamiento en el Congreso, entre ellos la ampliación de los despidos sin causa y la introducción de cambios en las jornadas, indemnización, vacaciones y horas extra. La iniciativa lleva el respaldo de la diputada Diez y de varios legisladores libertarios -entre ellos el narco José Luis Espert, hoy en uso de licencia- y Milei tiene la intención de darle tratamiento durante el período de sesiones extraordinarias en el verano, en tándem con la propuesta de reforma previsional.
 
El proyecto fue denominado "Ley de Promoción de Inversiones y Empleo". Se espera que sea objeto de una discusión parlamentaria ajustada en los números y agitada debido a su controversial contenido. Algunos de los puntos más salientes del texto son:
 
- Ampliación de la jornada laboral, que podría llegar hasta las 12 horas consecutivas. La medida sería acompañada por una flexibilización de las horas extra a decisión de los empleadores, que podrían dejar de pagarlas y, en su lugar, ofrecerle a los trabajadores la posibilidad de "recuperarlas" el mismo mes.
- Indemnización en cuotas para las micro, pequeñas y medianas empresas. Deberían abonarlas a lo largo de 12 pagos mensuales consecutivos y con una tasa de interés a definir.
- Ampliación de las causales de despido sin causa. Según el mencionado medio, "el empleador podrá introducir cambios" en materia de movilidad y disciplina laboral siempre y cuando "no resultan irrazonables ni alteren aspectos esenciales del contrato". Si el trabajador no los cumple, podría ser desvinculado sin consecuencias para la empresa.
- Cambios en el sistema de vacaciones. La ley le permitiría a los empleadores otorgar días en cualquier momento del calendario siempre y cuando el empleado pueda "gozar de sus vacaciones en temporada de verano al menos una vez cada dos años, salvo que opte en contrario".
- Reglamentación de un "salario dinámico" que establecería que "los aumentos tengan correlación con una mayor productividad de cada empleado y no aumentos generales negociados por el sindicato".
- Descentralización de la negociación colectiva de convenios para que primen los acuerdos empresariales por sobre los sectoriales.
- Implementación de incentivos al empleo a través de bonos para los empleadores que inicien nuevas relaciones laborales en los primeros 18 meses de vigencia de la reforma. Los beneficios se extenderían por doce meses y variarían según el tamaño de la compañía.
 
Con el impulso del anarco capitalismo, tras el resultado electoral, y bajo las recomendaciones del FMI y los grandes grupos empresarios, el Gobierno de Milei volvió a poner en agenda la reforma laboral, una de las piezas centrales de su programa económico ultra conservador, fascista y reaccionario, que promueven las llamadas "ideas de la libertad" y un modelo de mercado sin regulaciones estatales ni derechos laborales colectivos. La iniciativa busca abaratar despidos, bajar salarios, debilitar convenios y ampliar el poder patronal sobre las condiciones de trabajo.
 
La Opinión Popular
 

28-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump se adjudicó el triunfo libertario en la lejana Argentina y felicitó a su propio equipo por el resultado. Javier Milei se deshizo en agradecimientos. Para buena parte de los consultores, lo decisivo fue el factor miedo: temor a que las cosas exploten si no ganaba Milei; caos, disparada del dólar; precios en aumento incontenible. Para otros consultores, las cosas se combinaban con que hay un 40 por ciento de la población que (todavía) califica con un bien o muy bien al presidente, es decir que tienen expectativas de que las cosas mejoren. Y, por supuesto, en ese 40 por ciento anida el temor al regreso del peronismo.
 
Desde ya que ni la propia Casa Rosada tenía un diagnóstico, algún estudio, que indicara la posibilidad de ganar en el territorio de la Provincia de Buenos Aires. Se preveía que LLA ponía ganar en Córdoba y en Santa Fe, pero no por tanta distancia y, en cambio, eran previsibles los triunfos libertarios en Mendoza, CABA y Entre Ríos. En todos los casos, los números finales fueron mejores que las previsiones, pero el salto cualitativo y cuantitativo fue el bonaerense. Nadie lo vio venir.
 
"La campaña del miedo, que fue armada directamente desde Estados Unidos, en la que participó Scott Bessent y el propio Trump, no fue casualidad -analiza Roberto Bacman, del CEOP-. El presidente norteamericano dijo que los argentinos nos estamos muriendo y que si no nos queremos morir tienen que confiar en Milei. Esa campaña, además, se produjo en una semana en que el dólar crypto había llegado a 1.600 y se vivía una fuerte inestabilidad. Eso pegó mucho en Provincia de Buenos Aires, Córdoba, CABA, Santa Fe, Mendoza, los lugares con mayores centros urbanos".
 
La situación más bien dramática en el plano económico, vivida durante la semana anterior a las elecciones, derivó también en una polarización: se cayeron fuertemente las fuerzas del centro. El dato objetivo es que el peronismo, en Provincia de Buenos Aires, perdió únicamente 256.000 votos -bajó de 3.861.000 a 3.558.000 votos, algo que se puede adjudicar a que no votaron los extranjeros esta vez y, obviamente, a que las listas de concejales, en los que además figuraban muchos intendentes, esta vez traccionaron menos. No mucho menos. También ocurrió que hubo varias listas peronistas disidentes que sumaron 220.000 votos. Pero lo decisivo fue que LLA subió en 850.000 sufragios -de 2.755.000 a 3.605.000 votos-, consiguiendo la ventaja. La elección se convirtió casi en un blanco o negro, desapareciendo las fuerzas que transitaban por el medio, en especial en el interior bonaerense y, en especial, subió la cantidad de votantes (computando votos válidos) en casi 1.200.000, que gran parte se fue también a la lista libertaria.
 
El gobierno tiene una base. "El gobierno obtuvo el 40 por ciento y es evidente que no hay un 40 por ciento al que le vaya bien económicamente -diagnostica Federico Aurelio, de Aresco-. Pero yo observo que al núcleo duro de acompañamiento que tiene el gobierno, un 25 por ciento del electorado, se suma un núcleo esperanzado que considera que vale la pena el esfuerzo y que Milei es el que puede encabezar o intentar de alguna manera solucionar las problemáticas. Para mí, el peronismo no hizo una mala elección. En muchas provincias perdió por márgenes muy bajos. A nivel nacional no sacó muchos menos votos que los previstos. Lo que ocurrió es que LLA consiguió en las últimas horas una mayor polarización del voto, a costa de las terceras opciones. Estaba prevista una mala elección de Provincias Unidas, pero no tanto. Y todo eso que perdió Provincias Unidas en Córdoba, Santa Fe y otras terceras opciones, fue a LLA".
 
Redondea Hugo Haime, de Haime y Asociados- "Si viene el presidente de Estados Unidos diciendo que ustedes se están muriendo y tienen una sola alternativa, indefectiblemente pega. A esto hay que sumarle el temor a la vuelta del peronismo. La campaña de LLA se centraba en el peligro del regreso del kirchnerismo, que, además, había ganado de forma impactante en septiembre en la Provincia de Buenos Aires. No tengo dudas que eso sembró temor. Yo creo que las peleas del peronismo, la falta de autocrítica y balance del gobierno que terminó en 2023, también tienen su peso. Todos fueron factores concurrentes para que LLA se quedará con los votos de las fuerzas del medio y sumara ese 40 por ciento que te dice que tiene esperanzas".
 
En 24 horas se convirtió en un lugar común el paralelismo con la elección legislativa que Mauricio Macri ganó en 2017, con más amplitud todavía que LLA, y que terminó en su derrota en las presidenciales de 2019.
 
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