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Sociedad e Interés General - 31-10-2024 / 10:10
FALLECE EL 31 DE OCTUBRE DE 1980

Un gran olvidado, el presidente Edelmiro Farrell

Un gran olvidado, el presidente Edelmiro Farrell
Farrell y Perón, dos de las figuras de la Revolución Nacional del 43 en la Plaza de Mayo, circa 1945.

El 31 de octubre de 1980, en Capital Federal, fallece Edelmiro Juan Farrell, un militar patriota que ejerció como presidente de la República Argentina, no habiendo sido electo, pero fue un activo protagonista de un proceso histórico que cambió el rumbo de la Patria.
 
En 1943 participó en el golpe de estado, junto al coronel Juan Perón, llamado Revolución del 43 desempeñando los cargos de Ministro de Guerra y Vicepresidente de la Nación durante el gobierno del general Pedro Pablo Ramírez hasta que éste fue removido, fecha en que asumió por delegación (de facto) del cargo como Presidente de la Nación.
 
La Revolución del 43 fue el movimiento militar, producido el 4 de junio de 1943, que derrocó al gobierno fraudulento de Ramón S. Castillo, poniendo fin a la llamada "Década Infame", un período de gobiernos autoritarios, ilegítimos y corruptos, signados por la trampa electoral sistemática, la represión a opositores, la proscripción del yrigoyenismo y la entrega económica de la Patria. 
 
La serie de gobiernos militares que resultaron del mismo terminaron con la vieja argentina oligárquica, semicolonial y dependiente y culminaron con la asunción del gobierno electo democráticamente de Juan Perón, el 4 de junio de 1946. En su transcurso emergió la figura del entonces coronel Perón, originándose el peronismo.
 
Carlos Morales para La Opinión Popular 


Un gran olvidado, el presidente Edelmiro Farrell 
El presidente Edelmiro Farrell en un acto protocolar.


Edelmiro J. Farrell no fue solo un militar sino un criollazo de ley. Su carácter alegre y sencillo conquistaba amistades por donde pasaba, desde los círculos sociales de la ciudad hasta los últimos rincones de la cordillera cuyana que conocía como pocos.
 
No había rancho donde no hubiera estado tomando mates, tocando la guitarra y cantando folclore, llevando siempre ayuda a los necesitados. He conocido muchos chicos montañeses que se decían ahijado del "coronel". Con ese grado lo conocieron y no le daban importancia a otras jerarquías militares.
 
La última vez que lo vi estaba en la sala de su departamento frente a la Plaza San Martín, donde no faltaba nunca una guitarra, y sobre sillones un pergamino y una plaqueta que le acababan de entregar altos jefes de la Fuerza Aérea Militar, arma creada por Farrell siendo presidente provisional y ese día se celebraba un aniversario más.
 
Amante de los deportes de montaña los difundió entre los jóvenes mendocinos y estimuló la preparación de pistas de esquiar en Vallecitos y Puente del Inca. Trajo los primeros esquíes para armar regimientos de infantería en esa especialidad.
 
Auspició la formación de la Asociación de Andinistas Argentinos a cuyos muchachos, entre ellos su propio hijo Jorge y yo, nos prestaba elementos del ejército para las prácticas. Hasta que Farrell impuso la palabra "andinismo", se usaba decir aquí "alpinismo".
 
Sus conocimientos musicales le permitieron hacer composiciones folclóricas, con letras muy criollas que exaltaban la identidad nacional. A veces improvisaba rimas como un payador.

Un gran olvidado, el presidente Edelmiro Farrell 
Juan Perón recibe los atributos del mando por parte de Edelmiro Farrell. Junio 1946

 
Farrell en la política
 
Cuando el pequeño grupo de coroneles y otros oficiales formaron el GOU y desde allí comenzaron a soñar una revolución transformadora en lo económico y social. Farrell fue el primer general enterado de tales propósitos y el principal apoyo.
 
Ya en el gobierno provisional, algunos opositores intrigaban con supuestas diferencias entre ellos, pretendiendo mostrarlos como enfrentados. Pero Farrell lograba con habilidad consensos para seguir adelante. Para ello disponía de inteligencia, autoridad y credibilidad.
 
Solían discutir amigablemente y sabía bien donde ponía su firma, cuidando celosamente sus puntos de vista. En el cuerpo diplomático extranjero se destacaba por su tacto y en ese medio ganó amistades.
 
Llegado el momento de la conspiración contra Perón de octubre de 1945, Farrell jugó los tiempos con mucha astucia. Aduciendo razones de salud del coronel, fue el presidente quien ordenó su rápido traslado al Hospital Militar.
 
Allí estuvo al cuidado médico de un joven de su confianza que prestaba servicio en ese nosocomio, el doctor Ramón Carrillo, quien sería luego el brillante primer ministro de Salud Pública del gobierno constitucional.
 
Con el hecho consumado de encontrarse en el hospital capitalino, fue fácil llevar al coronel Perón a la Casa Rosada para tranquilizar al pueblo allí reunido que lo reclamaba y se negaba a abandonar el lugar sin ver antes libre a su líder. Así ocurrió y, siendo el general Perón vicepresidente, se agilizó el proceso de cambios, incrementándose las medidas a favor de los olvidados trabajadores.
 
El levantamiento del estado de sitio y el llamado a elecciones, fue armonizado sin problemas entre Farrell y Perón. Luego el primero se retiró y no participó más en política, al dejar ya normalizada y en paz la vía constitucional del país.
 
La vida sencilla de siempre y sus hábitos de lector (conocía dos lenguas extranjeras), más la afición por la música y sus frecuentes caminatas por la vecina calle Florida, como se usaba antes, se contaban entre sus distracciones. A su paso recibía demostraciones de simpatías y saludos amistosos de los transeúntes.
 
Como hombre de contactos populares se sentía solidarizado con las necesidades de los pueblos marginados, lo cual facilitó que darle un gran apoyo a quien fuera su subordinado, el coronel Perón que actuó un tiempo bajo sus órdenes organizando la infantería de montaña.
 
Sus vivencias de los jóvenes que llegaban a cumplir con el servicio militar de lugares remotos de la cordillera lo sensibilizaban por el grado de miseria e ignorancia que reinaba en esas soledades de dura existencia y riguroso clima.
 
Es probable que la Revolución de 1943, sin el papel delicado que él supo cumplir con el prestigio de su carrera militar y personal marcada por la honestidad de sus actos, no hubiera tenido tanto éxito.
 
Pienso que, con una clara investigación histórica del papel cumplido por el general Edelmiro J. Farrell, se enriquecerá la verdad y entendimiento de aquellos años tan difíciles donde se jugaba el destino del país.
 
En paz con la conciencia del deber cumplido, murió Farrell en 1990, a los 93 años de edad.
 
Escrito por Enrique Oliva

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17-10-2025 / 18:10
17-10-2025 / 18:10
17-10-2025 / 09:10
El coronel Juan Perón estaba preso. Nada se oponía a la restauración oligárquica y al retorno a la fraudulenta y corrupta Década Infame, interrumpida por la irrupción de la Revolución de Junio de 1943. Pero en ese momento la clase obrera se movilizó y desde ese instante se convertiría en un actor determinante del proceso político nacional.
 
Nadie la conocía aun. Carecía de antecedentes. Venía de abajo, del subsuelo de la Patria, y su marcha fue irresistible. Si había demorado en aparecer, lo cierto es que nadie pudo, desde entonces, olvidarlo jamás.
 
En la madrugada del 17 de octubre de 1945 comenzó una movilización de la clase trabajadora en los barrios populares del oeste de Capital Federal así como de las zonas industriales de sus alrededores.
 
Los obreros no ingresaban a trabajar en las fábricas y talleres e iban recorriendo los establecimientos vecinos, incitando a abandonarlos a quienes se encontraban en ellos, para luego marchar coreando consignas en favor de Juan Perón, por las calles principales hacia el centro de la Capital Federal.
 
Aquel 17 de octubre los trabajadores dejaron sus herramientas, apagaron las máquinas de sus talleres y fabricas, se subieron al tranvía o al ómnibus y se fueron a la Plaza de Mayo. Estaban dispuestos a dar la vida por Perón. Un nuevo ciclo histórico se iniciaba en la Argentina.
 
El 17 de octubre de 1945 marcó un antes y un después en la historia de nuestro país: más de un millón de trabajadores, coparon la Plaza de Mayo para exigir la liberación del que ya entonces consideraban su líder: el coronel Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, había instrumentado numerosas medidas que favorecieron a los obreros, sentando las bases de la movilidad social ascendente y permitiéndoles integrarse a un país que, hasta entonces, no los reconocía.
 
Setenta y ocho años después, recordamos aquella expresión de lealtad mutua: de los trabajadores hacia su líder, pero también de Perón hacia ellos, al visibilizarlos y, una vez en el poder, haber seguido defendiendo sus derechos. Sin arriar nunca las banderas del trabajo, la dignidad y la justicia social.

 
Escribe Blas García  

17-10-2025 / 09:10
El 17 de Octubre de 1945, Juan Perón fue rescatado de la cárcel por la masiva movilización de la clase trabajadora, exponiendo así la falencia del anciano régimen oligárquico antinacional -rapaz y parasitario- y la caducidad de los viejos partidos políticos seudo democráticos, sobrepasados por el proletariado, que de ahora en más, podía obtener reivindicaciones que ya no se pedían, se reclamaban, porque ya no se confiaba en la buena voluntad de los sectores dominantes sino en la propia fuerza de los trabajadores.

Ese día resurge la Argentina profunda, el subsuelo de la Patria sublevado, y reaparece para continuar escribiendo la historia de las masas populares, una secuencia que va desde las lanzas primero -con las montoneras federales del interior-, el voto después -con el radicalismo yrigoyenista- y por último los sindicatos obreros -con el peronismo-. Tres momentos en los que el Pueblo lucha para realizarse con el federalismo, la soberanía política y la democracia social.

Como consecuencia de la actuación revolucionaria de las masas populares el 17 de octubre de 1945, el justicialismo llega al poder y produce transformaciones en todos los ámbitos de la realidad del país. La Revolución Nacional, de Eva y Juan Perón, rompió con el modelo semicolonial dependiente, logrando la independencia económica, la justicia social y permitiendo importantes conquistas a los sectores populares. Una Nueva Argentina con el Pueblo de protagonista.

La terrible reacción gorila de la vieja Argentina oligárquica y autoritaria, en el golpe de septiembre de 1955, dan la medida de la trascendencia revolucionaria del peronismo. Cómo los movimientos nacionales antecesores: el federalismo de Rosas y el radicalismo de Yrigoyen; solo se alcanzaron conquistas transitorias y fueron derrotados por la estructura de la injusticia y la dependencia. Revolución y contrarrevolución.

A partir de 1955, la exclusión política del peronismo produjo un proceso de Resistencia que ampliaría su perfil. Aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado. En esta lucha, el peronismo constituyó el agrupamiento de las fuerzas populares y proletarias, mientras que el régimen militar se identificaba con los intereses de la oligarquía, la burguesía entreguista y los partidos liberales.

Todos estos esfuerzos son partes de un mismo combate, en la que todavía no se han alcanzado triunfos definitivos. Corsi e ricorsi, la Patria aparece como un proyecto inacabado que debemos realizarlo plenamente hoy cuando el capitalismo globalizado pretende desembarazarse de las limitaciones que, a lo largo del siglo XX, le impusieran los Estados Nacionales y los movimientos sociales encabezados por la clase trabajadora, para aplicar sus políticas neoliberales de injusticia social.

Las medidas económicas impulsadas por Javier Milei y Luis Caputo están inspiradas en el más crudo neoliberalismo, que fue iniciado durante la Revolución Fusiladora, continuadas por la dictadura de Jorge Rafael Videla y por los votos en los gobiernos de Carlos MenemFernando de la Rua, Mauricio Macri y Javier Milei. Este tipo de recetas conservadoras y reaccionarias, que aumentan la injusticia quitando derechos sociales y agrandan la dependencia con el fuerte endeudamiento, siempre fracasaron, provocando resistencias populares y revueltas sociales. 


Por eso, como integrantes del Movimiento Nacional y Popular que cambió la historia política argentina, volvemos a levantar, como en 1945, el cuestionamiento del sistema neoliberal económico y social injusto y la necesidad de dar la pelea para cambiarlo. Con el peronismo, seremos una Nación independiente, y si nos sacamos la dependencia del capital financiero y del FMI volveremos al desarrollo económico. Caso contrario, podría retornar el neoliberalismo apátrida y seguiremos hundiéndonos aun más en la pobreza y la dependencia. 
La cuestión sigue siendo la misma, patria o colonia. El legado de la lucha continúa, hoy contra una de las formas mas crueles, brutales y salvajes de capitalismo, la de Javier Milei.


 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
 Escribe: Blas García 

 

15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

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