En la Masacre de San Miguel Canoa fueron linchados cinco trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla que iban de excursión a la Malinche. Foto ilustrativa.
La Masacre de San Miguel Canoa ocurrió la noche del 14 de septiembre de 1968 en el pueblo de San Miguel Canoa, municipio de Puebla, ubicado en las faldas del volcán de la Malinche, en donde fueron linchados cinco trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla que iban de excursión a la Malinche y que, al ser sorprendidos por la noche y la lluvia, tuvieron que quedarse a dormir en el pueblo, en la casa de un habitante que tenía problemas con sus vecinos y con el sacerdote del lugar.
De acuerdo a varias versiones, los habitantes del pueblo, instigados por el sacerdote, acusaron a los jóvenes de ser comunistas y de intentar instalar una bandera rojinegra en la iglesia del lugar en el contexto del Movimiento estudiantil de 1968, a dos semanas de que ocurriera la matanza de Tlatelolco.
Los habitantes del pueblo fueron despertados y, armados con machetes, palos y antorchas, se dirigieron a la casa en donde estaban hospedados los jóvenes y asesinaron a tres de los cinco empleados, así como al dueño de la casa. No hubo detenciones masivas ni se detuvo a los principales instigadores del linchamiento. Los pocos que fueron encontrados culpables salieron de la cárcel al no poder demostrarse su participación en los hechos.
La Opinión Popular
Antecedentes
Por mucho tiempo, San Miguel Canoa fue un municipio independiente, hasta que en 1962 fue extinto para pasar a formar parte del municipio de Puebla, a pesar de estar ubicado a 12 kilómetros de la cabecera municipal.
Este vacío de poder ocasionó el aislamiento del pueblo y la falta de una autoridad civil, ya que para los habitantes del pueblo, la única autoridad estaba en el sacerdote de la iglesia de San Miguel, quien actúo cobrando impuestos y gestionando ante el gobierno municipal y estatal la pavimentación de la carretera y la instalación de servicios, cobrando todo a través de sus organizaciones religiosas.
A aquellos que no tenían para pagar las contribuciones, los obligaba a trabajar en las faenas de la construcción del pueblo. Esto ocasionó la migración de habitantes que no querían vivir bajo la autoridad sacerdotal pero que tampoco podían oponerse a la mayoría.
Debido a que la mayor parte del pueblo hablaba náhuatl, nadie leía periódicos ni veía televisión, y no estaban enterados del movimiento estudiantil de 1968, que ocurría entonces en la Ciudad de México.
Se responsabilizó al párroco de incitar al linchamiento, pero este al día siguiente de la matanza de Canoa dijo que él no sabía nada, que esa noche le había dado una embolia.