Cada 10 de septiembre desde el año 2003 la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) promueve el Día Mundial para la Prevención del suicidio con el propósito de concienciar a todo el mundo de que el suicidio se puede prevenir.
La Organización Mundial de la Salud estima que más de 800.000 personas mueren por suicidio cada año -lo que supone una persona cada 40 segundos-, siendo los intentos de suicidio hasta 25 veces más.
El trágico efecto dominó significa que hay muchas, muchas más personas que han sido afectadas por el suicidio o han estado cerca de alguien que ha tratado de acabar con su propia vida, y esto está sucediendo a pesar del hecho de que el suicidio se puede prevenir.