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Sociedad e Interés General - 29-08-2024 / 09:08
EL 29 DE AGOSTO DE 1779, NACIÓ EN PUNILLA, PROVINCIA DE CÓRDOBA

El grito del Interior: Juan Bautista Bustos, un Caudillo Federal

El grito del Interior: Juan Bautista Bustos, un Caudillo Federal
El 29 de agosto de 1779, en Punilla (Córdoba) nace Juan Bautista Bustos. Fue un político y militar que luchó en la guerra de independencia y en las guerras civiles de la década de 1820 por el Partido Federal.
El 29 de agosto de 1779, en Punilla (Córdoba) nace Juan Bautista Bustos. Fue un político y militar que luchó en la guerra de independencia y en las guerras civiles de la década de 1820 por el Partido Federal. Fue el primer gobernador constitucional de la Provincia de Córdoba.
 
Comenzó a destacarse a nivel nacional en 1806, como capitán del cuerpo de milicias que marchó desde la ciudad de Córdoba para liberar a Buenos Aires de las Invasiones Inglesas. Producida la Reconquista de la ciudad, se incorporó al Batallón de Arribeños.
 
En 1807, ante la segunda tentativa británica de invadir Buenos Aires, tuvo una actuación destacada cuando al frente de una tropa de 30 hombres logró rendir a un fuerte contingente del famoso Regimiento 88° de infantería británico. Su valor le valió la promoción a Teniente Coronel de Arribeños.
 
Participó activamente en la Revolución de mayo de 1810, siendo uno de sus principales exponentes del naciente "interior federal".
 
José Gervasio Artigas, Martín Miguel de Güemes, Pancho Ramírez, Estanislao López, Juan Bautista Bustos, Facundo Quiroga, José Félix Aldao, Juan Felipe Ibarra, el Chacho Peñaloza, Felipe Varela y Ricardo López Jordán fueron en realidad la manifestación de un país cuyo grito federal quedó silenciado por las armas y el discurso unitario oficial, centralizado en Buenos Aires.

La Opinión Popular


JUAN BAUTISTA BUSTOS ¡PRESENTE!
 
Por Carlos Pachá
 
Juan Bautista Bustos nació en Punilla, provincia de Córdoba, el 29 de agosto de 1779, hijo de Don Pedro León Bustos de Lara y de Tomasa Puebla y Vélez, oriundos de Castilla La Vieja.
 
Llegó a Buenos Aires en clase de capitán de milicias, del contingente tercio de Arribeños, con el que contribuyó su provincia natal para rechazar la invasión inglesa de 1806.
  
En 1809, el general Francisco Ortiz de Ocampo lo asciende a teniente coronel efectivo y entre los argumentos de tal mención hace referencia a lo actuado por Bustos en la campaña de reconquista de Buenos Aires y rechazo de la segunda invasión de 1807.
 
Como ejemplo de su valor, Ortiz de Ocampo describe un enfrentamiento producido el 5 de julio de 1807 en el cual Bustos, al mando de 30 hombres del cuerpo de arribeños, enfrenta una columna inglesa de 240 efectivos a la que con valor y pericia logra rendirla y tomar prisioneros a 214 soldados y 13 oficiales.
 
Bustos siempre estuvo al servicio de la patria y fue recogiendo ascensos y medallas en base a su actuación personal: se adhiere a la Revolución de Mayo ni bien producida.
 
En 1811, Belgrano lo asciende a coronel y lo incorpora al regimiento 1 de Patricios.
 
En 1815, partió de Buenos Aires al mando de mil hombres para integrarse al Ejército del Norte que venía de sufrir la derrota de Sipe-Sipe. Rondeau fue reemplazado por Belgrano, quien restableció la disciplina en Tucumán donde contó con el invalorable apoyo de Bustos, que mandaba el cuerpo de soldados del 2 de Infantería Patricios.
  
Bustos pacificó Santiago del Estero de la sublevación comandada por el teniente coronel Juan Francisco Borges.
  
En 1817 vino a nuestra ciudad con 300 hombres para frenar la avanzada santafesina, acción que concluyó exitosamente derrotando a Estanislao López en Fraile Muerto el 8 de noviembre.
 
 
Sublevación de la Posta de Arequito.
 
En enero de 1820, el Ejército del Norte es enviado hacia Buenos Aires por Belgrano, a pedido de Rondeau y para que lo auxilie contra el avance de los caudillos del litoral (López y Ramírez).
 
Pero al llegar a la Posta de Arequito (7 de enero), Bustos, Paz y Heredia se sublevan contra su jefe, dividiendo al ejército. Posteriormente se pusieron todos al mando de Bustos.
 
Marchó hacia Córdoba, donde el 21 de marzo de 1820 será elegido gobernador. Se reconcilia con López y culmina el enfrentamiento con los santafesinos y se alinean ambos con Buenos Aires.
 

Gobernador de Córdoba.
 
Sostuvo el cargo de gobernador de Córdoba por 9 años y se puede afirmar que su gobierno fue fecundo, sin exagerar, el mejor gobernador de Córdoba de todo el siglo XIX: organizó la política y la Justicia.
 
Se ocupó del progreso de la educación; renovó los planes de estudios universitarios y de la instrucción pública en general, creó la Junta Protectora de Escuelas; desarrolló la imprenta y la libertad de prensa.
 
El 20 de febrero de 1821 promulgó la primera Constitución cordobesa, adelantándose al resto del país.
 
Propendió, en lo económico, a la libertad de comercio interior, pero protegiendo las industrias nacionales.
 
Estableció un plan de administración de correos; fijó impuestos y tasas de Aduana; construyó obras de defensa y desagüe sobre el río Primero; levantó un puente sobre la Cañada a la altura de la calle 9 de Julio.
 
Durante su gobierno se organizó el servicio de fronteras y el 31 de diciembre de 1824 se suprimieron los Cabildos de Córdoba, Río Cuarto y La Carlota.
 
 
En la lucha independentista.
 
En el ámbito nacional en destacada participación cultivó la amistad y el afecto de San Martín y de Güemes, a los que apoyó con hombres, armas, caballada y dinero.
 
Incluso, trató de interceder ante Buenos Aires para que le procuren al Libertador apoyo económico para su magna empresa.
 
Pero su empeño naufragó ante el pérfido Rivadavia, dueño de la situación porteña. Bustos fue un acendrado defensor del federalismo y de la religión católica: su reconciliación con Estanislao López fue muy productiva, cuando éste pacifica la relación con Buenos Aires mediante el Pacto de Benegas, Bustos ofreció la garantía política del acuerdo proponiendo llamar a Congreso General Constituyente en nuestra provincia, cosa que se suscribe.
 
Este plan naufraga por imperio de la mano negra de Rivadavia quien posteriormente citará en Buenos Aires a firmar el Tratado del Cuadrilátero con las provincias del Litoral, acción que devendrá en la frustrada Constitución unitaria de 1826 que fue rechazada por todo el Interior.
 
Para colmo, el sector rivadaviano aprovechó la contingencia y sancionó la ley presidencial, su "portaestandarte" volvía de Europa de recibir las instrucciones de sus mandantes y lo entronizaron en el sillón de Rivadavia, que desde ese momento será mal llamado "Primer presidente".
 
El despropósito incoado por Rivadavia de firmar la paz a cualquier costo con Brasil (para proteger el comercio de ultramar con Gran Bretaña) luego que hubimos derrotado a los ejércitos imperiales en las gloriosas batallas de Ituzaingó y Juncal, provocaron el motín unitario del 1º de diciembre de 1828, cuyas funestas consecuencias fueron el inexplicable fusilamiento de Dorrego y el avance de Paz sobre Córdoba, que el 22 de abril de 1829 bate a Bustos en la batalla de San Roque, derrocando el gobierno federal y entronizándose de facto en dicho cargo.
 
Facundo Quiroga acude a apoyar al gobernador depuesto, pero ambos son derrotados por el eximio estratega militar que fue José María Paz, en las batallas de La Tablada y en Oncativo.
 

El salto a la gloria. 

Luego de las derrotas sufridas, y con varias heridas, trata de alejarse camino a Santa Fe en busca de refugio. Lo sorprendió la noche cerca del río Primero. Próximo al Molino de las Huérfanas, lo avista y persigue una patrulla enemiga que le intima la rendición, trató de resistirse pero su brazo herido no pudo blandir su espada. Para colmo, era una zona en que la barranca del río se alza a bastante altura, cortándose casi verticalmente. Pero ese valeroso criollo no se entrega, vuelve grupas, le cubre a su caballo los ojos con un poncho, clavó espuelas, lanzando el animal a la carrera, y saltó desde el abrupto barranco hasta el lecho del río.
 
El animal terminó horriblemente fracturado por el golpe y Bustos también sufrió graves consecuencias ante el impacto de su pecho contra la cabeza del equino.
 
A pesar de sus heridas, Bustos gana la orilla y se refugia en una de las quintas de la costa donde atenuaron sus dolores.
 
Luego marchó a pie y hasta en carretilla hacia su destino final, Santa Fe, adonde arribó el 10 de julio siendo recibido por López, su otrora adversario, con el rango que Bustos merecía y dándole asilo como a toda su familia, que llegó después, desterrada por el insensible Paz que los persiguió y sumió en la pobreza confiscándoles todos sus bienes.
 
Poco después, el 18 de setiembre de 1830, muere a los 51 años de edad a consecuencia de las considerables heridas sufridas. Sus restos fueron inhumados en predios del convento de Santo Domingo.
 
Este gran adalid fue olvidado por la historia perversa que pregonaron los timadores de nuestra memoria, que abrevaron en la ideología unitaria y extranjerizante.
 
*Carlos Pachá es historiador y pertenece a la Fundación Historia y Patria
 
Fuente: La Voz del Interior

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Como cada 9 de Julio reivindicamos la lucha de las masas populares contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial e imperialista, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de colonia dependiente como factoría de las metrópolis imperiales, mera proveedora de materias primas y alimentos baratos. 

El 09 de julio de 1816, el histórico Congreso, reunido en Tucumán, declara la independencia de las Provincias Unidas del Sur, que así rompe los lazos de dependencia con España y proclama la existencia de una nueva nación, libre e independiente. Lo hacía cuando la Santa Alianza, de Austria, Rusia y Prusia, promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos.

Es el momento culminante de la gesta revolucionaria iniciada en 1810 y se realizó en Tucumán por el creciente malestar de los pueblos del interior contra Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Carlos María de Alvear, la elite porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo el sentimiento federal de la mayoría del interior. La independencia, que se proclama en la sesión presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, es el fundamento a partir del cual José de San Martín impulsará la campaña para liberar Chile y luego Perú, consolidando la independencia argentina.

Las masas populares, con sus lanzas y su fuerte sentimiento de libertad, construyeron la Patria independiente con San Martín, las montoneras bravías del interior que nos legaron el federalismo, los ciudadanos revolucionarios de don Hipólito Irigoyen que cimentaron la democracia del Pueblo y las multitudes obreras movilizadas por Juan Perón que combatieron por la Justicia Social.
 
Invariablemente, la alternativa histórica fue siempre: independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar resignadamente la dependencia del país al FMI o luchar por la Liberación, por una Nación Justa, Libre y Soberana.
 
Tomamos el valiente ejemplo de San Martín que, para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite porteña que ya estaban negociando, tanto con el Imperio español como con el Reino Unido de Gran Bretaña, una nueva dependencia.
 
La nuestra es una historia de caudillos y masas populares. Los líderes pesaron profundo en los procesos. En 1816, San Martín, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Artigas, Juana Azurduy... Y la participación de las masas populares es una herencia del período independentista revolucionario, por la importancia que tempranamente tuvo la movilización popular, política y militar, en nuestra historia, desde la formación de las milicias urbanas para derrotar a los invasores británicos, y la voluntad del Pueblo que jugó un papel sin precedentes en la destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor.
 
Como decía don Arturo Jauretche"La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente". Hoy, como siempre, peleamos por nuestra única, verdadera e irrenunciable independencia, evidenciando el aparato de colonización mental montada por los países centrales y sus operadores internos, como el macrismo y el mileismo, para perpetuar la dependencia.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García 

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