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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 01-08-2024 / 10:08
¿SON O SE HACEN?: INSÓLITAS EXPLICACIONES "LIBERTARIANAS" SOBRE SU TOUR A LOS REPRESORES

Lo tuvo que googlear: Absurda respuesta de una diputada libertariana para justificar la visita a los criminales genocidas

Lo tuvo que googlear: Absurda respuesta de una diputada libertariana para justificar la visita a los criminales genocidas
Lourdes Arrieta, una diputada libertaria mendocina que, valiéndose de la excusa de que había nacido en 1993, aseguró que no tenía idea de quién era Astiz, que "no le conocía la cara" y que había tenido que "guglearlo" a la salida del penal para entender quién era. "Los repudio completamente", llegó a decir la diputada que, hace solo unos días, se enorgullecía en el grupo de WhatsApp interno de LLA de haber visitado el penal para "saber la verdad de primera mano".
Acorraladas por la amenaza de graves sanciones, las diputadas de La Libertad Avanza que se reunieron en la cárcel con los represores, torturadores, violadores y genocidas condenados de la ESMA plantean insólitas defensas. Desde que fueron engañadas hasta que no conocían a los presos, porque son demasiado jóvenes y tuvieron que googlearlos. En medio del escándalo, que compromete al propio Martín Menem, el Gobierno anarco capitalista de los Hermanos Milei sigue sin condenar la visita.
 
En La Libertad Avanza están todos desesperados por desentenderse de la excursión al penal de Ezeiza para visitar a genocidas condenados, especialmente los diputados que participaron de la comitiva. Primero fue Rocío Bonacci, que se indignó porque Beltrán Benedit, el organizador del tour fotográfico con Alfredo Astiz, la había "engañado" sobre el propósito del viaje. Bonacci responsabilizó a Menem y la Rosada por la gira al penal.
 
En un nuevo intento de salvarse el pellejo institucional, otra diputada de La Libertad Avanza (LLA) intentó tomar distancia de la gravísima visita en la cárcel a un genocida, junto con otros cinco legisladores de esa bancada. Se trata de Lourdes Arrieta (la que durante una sesión se colgó un patito en la cabeza), quien recurrió a una insólita excusa para desentenderse del caso: "No sabía quién era" Alfredo Astiz. Arrieta es hija de militar.
 
Pero ese pretexto no fue el único. También dijo que su nivel de desconocimiento fue tal que tuvo que "googlear" los nombres de los represores con los que se reunió para saber quién era quién. La coartada de Arrieta para minimizar su responsabilidad de haberse reunido con el criminal Astiz, uno de los más icónicos responsables de los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, pone en tela de juicio su cultura general y nivel de conocimiento de la historia reciente.
 
Con total desparpajo, apeló a la variable generacional. "Estuve y hablé con Astiz. Pero como no viví en esa época, como nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años", dijo con desfachatez durante una entrevista por radio la negacionista y mentirosa.
 
Luego, al ser consultada si conoció a Astiz, respondió: "No señor, si nací en el 93 ¿cómo voy a saber? Es un tema que no está en mi agenda, que nunca lo estuvo, que no está en mi itinerario de actividades, ni siquiera de proyectos y no tengo ni idea. Están juzgados y están allí porque hubo un juez que dictaminó que deben estar ahí". También habló al respecto con un medio mendocino. "No les conocía las caras. Los tuve que googlear a la salida del penal para saber quiénes eran", declaró y luego tuvo un rapto de ofuscación: "Mi repudio es absoluto hacia ellos porque forman parte la historia oscura del país", arriesgó.
 
En su intento de librarse de culpa y cargos, también dijo que fue "estafada" su par Benedit, el diputado que organizó el tour semi clandestino en el Penal de Ezeiza donde se alojan los condenados por delitos de lesa humanidad, y hasta se puso a disposición de los bloques de la oposición que presentaron una resolución para que juzgar la conducta de los diputados de LLA. "No tengo nada que esconder. Voy a votar a favor de la resolución de UxP y del Frente de Izquierda para que pueda presentar mis pruebas", dijo la diputada. ¿Cree que puede engañar a millones de argentinos con su cinismo?
 
La Opinión Popular
 

Lo tuvo que googlear: Absurda respuesta de una diputada libertariana para justificar la visita a los criminales genocidas
Las diputadas libertarias Lourdes Arrieta y Rocío Bonacci.
 
LAS DIPUTADAS LIBERTARIAS SIGUEN JUSTIFICANDO SU ENCUENTRO CON LOS REPRESORES EN EZEIZA
 
Visita a genocidas: Sabían quiénes eran, no sabían y todo lo contrario
 
Ahora llegó el turno de Lourdes Arrieta, una diputada libertaria mendocina que, valiéndose de la excusa de que había nacido en 1993, aseguró que no tenía idea de quién era Astiz, que "no le conocía la cara" y que había tenido que "guglearlo" a la salida del penal para entender quién era. "Los repudio completamente", llegó a decir la diputada que, hace solo unos días, se enorgullecía en el grupo de WhatsApp interno de LLA de haber visitado el penal para "saber la verdad de primera mano".
 
Dos versiones distintas de la misma escena según Lourdes Arrieta. En la versión pública, Arrieta se flagela por haber visitado la unidad 31 del penal de Ezeiza, en donde están encerrados los represores condenados por delitos de lesa humanidad, y jura y perjura que no sabe quiénes eran esos presos de 80 años con los que habían estado conversando. En la versión privada, en cambio, Arrieta defiende a Beltrán Benedit poco después de que se desate el escándalo y dice: "Señores, tengo 31 años y quiero conocer la verdad de primera mano, que no me la cuenten como nos lo contaron durante 20 años fácil. Memoria, Verdad y Justicia; no Venganza".
 
Arrieta envió este mensaje, al que accedió en exclusiva Página/12, al grupo de WhatsApp que comparten los diputados oficialistas el 16 de julio, unas horas después de que explotara la noticia de que una comitiva oficial de LLA había viajado, en un auto del Congreso, al penal de Ezeiza a entrevistarse con Alfredo Astiz y otros represores condenados, como Adolfo Donda (exoficial de la Armada y apropiador de Victoria Donda), Antonio Pernías (integrante del grupo de tareas que funcionaba en la ESMA), Raúl Guglielminetti (exagente de inteligencia del Batallón 601).
 
Habían viajado también los diputados Rocío Bonacci --que fue la primera en diferenciarse públicamente--, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo. El encargado de organizar la visita y pedir el auto había sido Beltrán Benedit, que minutos antes del mensaje de Arrieta se había jactado: "Si hoy todos nosotros estamos estamos libres y en paz es porque hace 50 años nuestras Fuerzas Armadas, las mismas que vimos desfilar y aplaudimos el 9 de julio, se jugaron el cuero y la vida contra el terrorismo".
 
El mensaje de Arrieta hubiera pasado desapercibido sino fuera porque, a la semana, tanto la mendocina como Bonacci empezarían a apuntar los cañones contra Martín Menem. Primero en privado y después en público, las dos diputadas denunciarían que Benedit las había "engañado" sobre la razón de la visita y que solo habían participado porque había tenido el "okey" del presidente de la Cámara de Diputados.
 
Bonacci sería la primera en hablar. La diputada santafesina es la hija de José Bonacci --el apoderado de Unite, un sello de goma que ha prestado a distintos candidatos (y ahora a Milei), y un histórico dirigente que se ha codeado con carapintadas como Aldo Rico y nazis como Alejandro Biondini-- y viene arrastrando malestar con la cúpula libertaria hace semanas.
 
Es una de las "víctimas" de los armados de amigos de Karina Milei en las provincias: la hermana presidencial dejó el armado provincial en manos de Karina Diez y ha desplazado a Bonacci de los actos (así como del reparto de lugares en algunos organismos). La visita a Ezeiza fue la gota que rebalsó el vaso y Bonacci salió a blanquear lo que había ocurrido en la visita, advirtiendo que todos los diputados --menos ella-- se habían sacado una foto con los genocidas y que el traslado había contado con el aval del presidente de la Cámara de Diputados.
 
"Yo recibí una invitación por parte de un colega y de hecho confié, que creo que ese fue mi mayor error. Primero porque era una vista con un buen objetivo de fondo. Y segundo, porque aparentemente tenía el okey de Martín Menem y de Casa Rosada", declaró el sábado pasado en diálogo con un medio local (Jaque Mate). La estocada contra Menem había generado una ola de ira al interior de la bancada oficialista. "Está en la cuerda floja, ¿cómo sale a decir eso?", mascullaban dirigentes libertarios en la previa de la reunión de bloque que se llevó a cabo el martes. Ni Bonacci ni Arrieta, ya aisladas, participarían del encuentro.
 
 
"Los tuve que guglear"
 
Al día siguiente de la reunión de bloque, Arrieta apostó a salvar el pellejo y distanciarse del escándalo. "Estuve y hablé con Astiz. Yo no viví en esa época, nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años y yo no sabía los nombres ni las caras", aseguró la diputada que se hizo conocida por ir a las comisiones con un patito amarillo en la cabeza.
 
Arrieta, que dos semanas antes había utilizado el argumento de la edad para explicar que quería "conocer la verdad de primera mano", ahora argumentaba que como había nacido en el 93 no tenía manera de saber quiénes eran los genocidas con los que estaba conversando. "Los tuve que guglear a la salida del penal para saber quiénes eran", deslizó. La diputada mendocina se sumó, así, al pretexto del "engaño" de Bonacci y se quejó de que su propio bloque la había "estafado" porque le habían comunicado que era "una visita humanitaria para conocer las condiciones edilicias y sanitarias de los internos".
 
"Teníamos momentos de mucha angustia. Yo no entendía nada hasta que me decidí a hablar y a ponerme a disposición para que se me evalúe, por eso voy a votar para que se conforme la comisión evaluadora de Unión por la Patria", llegó a decir, desinteresadamente.
 
La diputada mendocina, sin embargo, integra la comisión de Defensa y estuvo reunida con Luis Petri el día antes de visitar a Astiz y compañía. El ministro fue pionero en organizar estas excursiones: en marzo mandó a dos de sus hombres a la Unidad 34 de Campo de Mayo (en donde, como cuenta Luciana Bertoia, los enviados de Petri se llevaron un boceto del decreto para declarar que todos sus crímenes ya no se pueden perseguir por el paso del tiempo).
 
Pero no solo eso: Lourdes Arrieta es hija del militar Tomas Arrieta que el Centro de Ex Combatientes de Islas Malvinas de La Plata denunció que había sido investigado por violaciones a los derechos humanos. "Vengo de una familia de suboficiales, de quienes tienen que cumplir órdenes. ¿Cómo voy a defender a estos tipos cuando los mismos generales mandaron a matar 649 héroes?", se preguntaba, haciendo caso omiso a las acusaciones que pesan sobre los hombros de su padre, ayer en diálogo con el canal LVDiez.
 
 
La ira interna, estrategia oficial
  
"Es mentira, todo mentira", mascullaban en las filas de LLA, en donde la visita al penal de Ezeiza todavía hace estragos. La mayoría de los dirigentes está más enojado con Bonacci y Arrieta por haber salido a hablar que con Beltrán, que organizó el viaje "pero al menos no abrió la boca".
 
Si bien varios manifestaban sentirse indignados por la excursión a Ezeiza, cuando fue el momento de reencontrarse en la reunión de bloque - que se extendió hasta tarde a la noche - ninguno dijo ni pío. Solo Montenegro dio explicaciones: "Fue una visita a un penal", declaró, escueto, y nadie hizo ningún comentario.
 
Menem está abocado a mitigar el daño, pero cada nueva aparición de alguno de sus diputados le complica la estrategia. Estrategia que, hasta ahora, ya ha cambiado tres veces. Primero, lo negó. Después, cuando ya no se podía ocultar, alegó que era un viaje "personal" y que no tenía nada que ver con el gobierno nacional. Y, ahora, la bajada de línea --que Menem la transmitió a través del jefe de bloque, Gabriel Bornoroni-- es que todo se trataba de una "operación de prensa".
 
Son idas y vueltas de un escándalo que Menem no logra terminar de encapsular y que, en la sesión del 7 de agosto, terminará explotando cuando UxP someta a votación la conformación de la comisión investigadora. Y, al ritmo que viene la discusión, es probable que la moción sea aprobada con una mayoría abrumadora. Con el aval de los diputados acusados incluido.
 
Por María Cafferata
 
Fuente: Página 12
 

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04-12-2025 / 08:12
Martillar el último clavo en el ataúd que encierra el cadáver del peronismo es una causa nacional que pronto cumplirá 80 años. Ahí, en 1946, radica la "cifra redonda", el año fundacional, tanto del peronismo como movimiento de masas como del antiperonismo como irrenunciable leit motiv de buena parte de la sociedad argentina. Y así venimos desde hace décadas, matando al peronismo, dándolo por finiquitado, y asistiendo a sus múltiples y polifacéticas resurrecciones.
 
Como un destino nacional inexorable; "el hecho maldito del país burgués" que definió John William Cooke. En ese itinerario pueden indentificarse 11 muertes del peronismo, 11 episodios que el antiperonismo festejó como un Mundial para, poco después, volver a empezar.
 
Pero, ¿qué sería del antiperonismo, buceando ya en profundidades ontológicas, si el peronismo realmente muriera? Si combatir al peronismo en todas sus formas -rechazarlo, denostarlo y condenarlo- es la razón de ser de tantos argentinos, ¿qué vendría después? ¿Qué verían al asomarse a ese abismo nietzscheano que nos habita y nos acecha cuando el monstruo de afuera ya no esté?
 
La flamante victoria de La Libertad Avanza generó todo tipo de conjeturas sobre el futuro de un peronismo enredado en la miseria de sus internas y carente de una propuesta alternativa, capaz de seducir a una ciudadanía desencantada. Lo llamativo es que este contexto crítico se replicó en varias ocasiones desde los años 50 a la fecha y generó los mismos efectos.
 
"Ahora sí, este es el fin del peronismo", es un título redactado en numerosas ocasiones, siempre listo y nunca definitivo. Será porque los intentos por "matar" al peronismo han adoptado distintas formas: la proscripción, la represión, la fragmentación interna, la debacle económica, la derrota electoral. Cada uno de esos embates reforzó, de una manera u otra, su condición de fenómeno político persistente.
 
Los siguientes 11 episodios -las 11 muertes- lo ejemplifican.
 
1) 26 de julio 1952. La que fallece es Eva Duarte, "Jefa Espiritual de la Nación" y estandarte del "primer peronismo", cuando el país -al decir de Félix Luna- era una fiesta. Después de Evita, ¿qué?, era la pregunta. Las pintadas celebratorias repartidas por Buenos Aires ("viva el cáncer") expresaban el anhelo de que esa muerte de carne y hueso fuera el simbólico inicio de otra muerte, la de Perón, la de su gobierno y la de todo lo que el peronismo representaba. Muchos lo creyeron así.
 
2) 16 de septiembre de 1955. Golpe de Estado. Revolución Libertadora (para los peronistas, la "fusiladora"). Es el comienzo de una gigantesca operación cultural: la desperonización de la Argentina. La proscripción del peronismo y el exilio de 18 años de su líder son la punta del iceberg. Se demuelen estatuas, se destruyen bustos, se queman cuadros, se borra todo vestigio de peronismo al punto de prohibir, por ley, que se lo nombre en público. Pero en lugar de matarlo, lo que lograron fue fortalecer la identidad, al punto de que el sólo hecho de ser peronista se convirtió en un acto de resistencia.
 

03-12-2025 / 10:12
No fue solo un giro diplomático: por primera vez desde el retorno de la democracia, Argentina votó en esta materia junto con EEUU e Israel, dos países cuestionados por graves violaciones a los derechos humanos y hasta genocidio, posicionándose, así como los tres únicos Estados en el mundo que se niegan a condenar el uso de la tortura.
 
El posicionamiento argentino desnuda la verdadera esencia del gobierno de Javier "el Loco" Milei, al cual la calificación de fascista no resulta exagerada, pues hubo incluso gobiernos de extrema derecha, que por vergüenza o compromiso, votaron afirmativamente condenando la tortura.
 
La resolución rechazada por Argentina fue promovida por el Comité contra la Tortura (CAT), órgano que días antes había publicado un informe crítico sobre la situación del país. Ese informe expresó su "profunda preocupación" por la persistencia de detenciones prolongadas en comisarías, prácticas policiales violentas, falta de controles judiciales efectivos y condiciones inhumanas en lugares de encierro.
 
El Comité recordó que los jueces y juezas penales son garantes últimos de la legalidad y dignidad de toda detención, y que el Estado argentino viola sus obligaciones cuando tolera celdas sin ventilación, superpobladas, sin colchones, sin agua potable, o cuando naturaliza golpizas, hostigamientos y traslados arbitrarios.
 
Nada de esto es nuevo: hace décadas que organismos de DDHH como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) o la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, entre otros, advierten y condenan las prácticas sistemáticas que se dan en los contextos de encierro, que encuadran dentro de los "Tratos crueles, inhumanos o degradantes" tal como se define en el derecho internacional en materia de DDHH.
 
Sin embargo, lejos de reconocer la legitimidad de estas observaciones, el gobierno argentino reaccionó con un ataque político. El mismo día que se conoció el informe del CAT, se publicó en el sitio "Argentina.gob" la respuesta oficial, calificando al informe como "sesgado", bajo la acusación de haber omitido "graves abusos ocurridos durante el gobierno de Alberto Fernández".
 
Para el gobierno de Milei, el documento emitido por el CAT está "abiertamente influido por grupos militantes y organizaciones con marcada orientación kirchnerista" y "exhibe un sesgo ideológico incompatible con la imparcialidad que exige el sistema internacional de derechos humanos".
 
Resultaría gracioso, si no fuera tan trágico, que se etiquete de esa forma a un organismo técnico en el ámbito de las Naciones Unidas. Pero esa es la lógica del gobierno de La Libertad Avanza: quien denuncia abusos policiales o defiende garantías constitucionales es automáticamente sospechado de "zurdo" o "kuka".
 

03-12-2025 / 10:12
Karina "la Coimera" Milei sueña con que su hermano la elija como sucesora como hizo Néstor Kirchner con Cristina en 2007 en una maniobra que le permitió al kirchnerismo quedarse en el poder durante 12 años. "Hay que ir por la reelección de Javier Milei", aclaró en Mar del Plata, en el congreso libertario que encabezó frente a 300 personas, pese a que esperaban más de 700. Pero lo que no dijo es que ella se plantea como sucesora de su hermano, en el 2027 o en el siguiente turno electoral.
 
"Ella quiere que Milei la elija como sucesora, como hizo Néstor con Cristina", explicó un dirigente libertario al tanto de los planes de la hermana presidencial. En el mismo acto se difundió la creación de un "comité de disciplina" de La Libertad Avanza, que tendrá tolerancia cero a las individualidades. Entre los libertarios dijeron que el comité servirá como una suerte de Mazorca de Karina para tener a raya a todo el partido, en especial a los influencers como el Gordo Dan, el cabecilla de Las Fuerzas del Cielo que agrupa a los seguidores de Santiago Caputo.
 
Justamente el Gordo Dan ofició durante los primeros dos años de mandato de Milei como un guardián de la pureza libertaria y fue quien hizo echar a varios funcionarios que se corrieron de la línea. Karina quiere ser la única en detentar ese poder. Además, no quiere que los ministros, diputados y senadores vayan a la televisión sin su supervisión previa.
 
La visión policial de la política que despliega Karina ya es motivo de preocupación entre importantes dirigentes libertarios y llegó a impactar en el Congreso. "Patricia Bullrich le tiene terror a Karina", afirmó un importante dirigente libertario.
 
La hermana de Milei ahora tiene en mira el ministerio de Justicia como el próximo lugar para colonizar. Karina le pidió a Mariano Cúneo Libarona que se quedara en el ministerio luego de las elecciones pese a que ya había presentado una carta con su renuncia. El objetivo era darse un tiempo para definir su sucesor.
 
Ahora, Karina quiere que el puesto de Cúneo lo ocupe Santiago Viola. Viola es el apoderado de La Libertad Avanza y era su candidato para la secretaría Legal y Técnica antes de que Santiago Caputo acercara a María Ibarzábal Murphy, quien se ganó la confianza de Milei y es una pieza clave del gabinete. Pero los tiempos cambiaron y la obsesión de Karina por la Justicia creció desde el caso Libra y las coimas de la Andis, que la tienen en el centro de las investigaciones de la justicia federal.
 
Estos movimientos forman parte, según los libertarios, de un objetivo mayor para Karina, que es el de entrar a la fórmula presidencial en el futuro. Milei repite que su jefe es su hermana y por eso en el gobierno no descartan que Karina pida dar el salto en 2027.
 
La semana pasada, Karina se apersonó en el Senado para dar una demostración de poder en la Cámara en la que acaba de entrar Patricia Bullrich, otra de las figuras del gobierno con aspiraciones a entrar en la fórmula presidencial, pero que teme a la hermana de Milei.
 
Karina es la persona de este gobierno que tiene peor imagen, se la asocia a la corrupción. Su figura, cada vez más central dentro de la estructura de poder, es parte del debate sobre quién toma las decisiones en la gestión nacional. De hecho, las encuestas ya están evaluando la percepción sobre quién gobierna realmente: Javier Milei o su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
 
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01-12-2025 / 09:12
En Diputados, con una impunidad ante la que vale detenerse, la legisladora macrista Marilú Quiroz organizó una jornada de seis horas contra "la obligatoriedad y compulsividad" de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Vimos a un tipo que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores. Los objetos metálicos "se le pegan al cuerpo", ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos.
 
Lo más parecido a esto que se vio el jueves debe ser el conjunto de infradotados, vestidos de búfalo, que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. El acto, el de acá, fue autorizado por la presidencia de la Cámara de Diputados.
 
Al margen del espanto y las denuncias de toda autoridad científica, ya con siete niños muertos de sarampión y tos convulsa por no estar vacunados, se desconocen presentaciones judiciales o procederes de oficio. Hubo un delito. Un atentado contra la salud pública.
 
¿Hecho menor, por haberse tratado de un grupo de delirantes bien que ocupando parte del edificio parlamentario? ¿O símbolo gigantesco?
 
Basta recorrer por encima los temas dominantes de la agenda publicada para advertir el momento prácticamente bizarro de nuestra política. Es el accionar gubernamental, es la plancha desconcertante en que está sumida la oposición y son las consecuencias de ese estadio. ¿Será la calma o desviación temática que preceden a alguna tormenta o, acaso, un clima destinado a permanecer durante largo rato?
 
La guerra entre la AFA, el Gobierno y los medios oficialistas, operada desde el efectismo de un campeonato de escritorio y una formación de pasillo dando la espalda a los campeones, se lleva por varios cuerpos el conversatorio periodístico, digital y vaya a saberse si, también, masivo. Es de esos disparadores que invitan a la básica y poderosa pregunta de si no pasa nada más importante en el país.
 
Los títulos de casi toda la prensa ametrallan sin parar, incluso a través de "noticias" y variantes fragmentadas -sobre el mismo tópico- que se suceden una tras otra. Pocas veces se vio algo semejante, tan desembozado.
 
Hasta un imberbe percibiría que no destrozan a la AFA por sus desaguisados ni por arbitrajes escandalosos, que desde ya sobran. El centro indesmentible es privatizar la actividad futbolística hasta el extremo que sea posible, pero eso ni siquiera es mencionado de refilón por la militancia independiente de los bufones oficiales.
 
Desde el Presidente de la Nación hasta su ministra de Seguridad instalaron el asunto con rango de gravedad nacional. Se supone que una cosa es la pasión desenfrenada que el fútbol desata en Argentina. Y que otra, completamente distinta, es llevar el caso a una cuestión de Estado ligada a negociados formidables. Sólo se supone.
 

30-11-2025 / 12:11
La concentración de fachos en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los represores fue un fracaso. No fue nutrida ni contó con la asistencia de las caras más conocidas del reclamo pro-dictadura. Sus organizadores debieron levantar sus petates a las apuradas cuando un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) se acercó para avisarles que estaba llegando la manifestación por Palestina, que los sextuplicaba en participantes.
 
El que recibió el mensaje fue Guillermo Sottovia, uno de los organizadores de la movida fallida, que dice ser piloto civil e hijo de un oficial de la Aeronáutica. A Sottovia no le quedó más remedio que agarrar el megáfono maltrecho que tenían e iniciar la retirada. -Nos tenemos que ir, no por cobardes, sino para demostrar que ellos son los violentos -dijo.
 
Hasta segundos antes, Sottovia había estado a los abrazos con Carlos Pampillón, el dirigente neonazi marplatense procesado por atacar un monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Pampillón palmeaba a algunos hombres con uniformes y los llamaba "héroes" mientras se abría paso por la Plaza de Mayo.
 
Asunción Benedit estaba contenta porque casi había más fotógrafos que concurrentes. Ella se había puesto un pañuelo negro en la cabeza como forma de identificarse: no solo en oposición a las Madres de Plaza de Mayo sino porque también dice estar de "luto" por los represores presos.
 
Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH), hay 22 criminales de lesa humanidad presos en cárceles comunes y 63 en la Unidad 34 de Campo de Mayo, considerada una prisión VIP por sus comodidades.
 
Tanto Asunción como su hermano, el diputado nacional entrerriano Beltrán Benedit, suelen visitar a los condenados y procesados por secuestrar, torturar y desaparecer personas. Ella sostiene que no solo hay que pedirle al gobierno de Javier "el Loco" Milei por su libertad, sino también reivindicar su accionar represivo.
 
"La esperanza es lo último que se pierde", dijo la mujer que pululó por distintas organizaciones pro-dictadura. "De hecho podemos estar haciendo este reclamo. Si fuera con otro gobierno, ya estaríamos presos", concedió, aunque no esconde su desazón porque la administración de La Libertad Avanza (LLA) no hizo más para tener al genocida Alfredo Astiz y compañía fuera de las cárceles.
 
Conformaron un grupúsculo que se dio en llamar Unidos por la Sangre Derramada, pero, en realidad, lo que derramaron fueron peleas internas. Hasta hace diez días, Orlando González se presentaba como el coordinador general de la iniciativa. El tema se complicó cuando se contó quién era el personaje: un represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) condenado a prisión perpetua y que se encuentra en arresto domiciliario. Aficionado a la fotografía, el "Hormiga" González solía retratar a sus víctimas.
 
En Plaza San Martín se hicieron grandes actos para oponerse a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y para reclamar una amnistía general. Las concentraciones eran mucho más nutridas que las de este sábado en Plaza de Mayo. Pese a eso, con megáfono en mano, Sottovia afirmaba: "Tenemos poder ahora de cambiar la historia. Nunca se hizo un acto como éste". Patético.
 
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