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Sociedad e Interés General - 28-07-2024 / 09:07
EL 28 DE JULIO DE 1957 LOS VOTOS EN BLANCOS LE GANAN A LA UCRP Y LA UCRI

El peronismo proscripto impone el voto en blanco en las elecciones de constituyentes de 1957

El peronismo proscripto impone el voto en blanco en las elecciones de constituyentes de 1957
El régimen dictatorial que derrocó a Juan Perón en 1955 convoca a elecciones para elegir a los constituyentes que restablecerán la Constitución de 1853 en lugar de la derogada Carta Magna peronista de 1949. La vuelta a la primera Constitución se hace con el Congreso cerrado y, por ende, sin ley de necesidad emanada del Parlamento para la reforma constitucional. También se vota por primera vez con el peronismo proscripto. En la imagen: En la 1ª reunión de la Junta Consultiva de la “Revolución Libertadora”; el radical Zavala Ortiz saluda efusivamente al almirante ultra gorila Isaac Rojas.
El 28 de julio de 1957 se realizan elecciones para Convencionales Constituyentes en la Argentina, en las que el peronismo está proscripto. El gobierno militar optó por hacer de cuenta que este no existía y convocó a elecciones sin permitirle participar al partido mayoritario. La Revolución Libertadora había prohibido ni siquiera mencionar a Juan Perón.
 
Convocadas por la dictadura gorila de Aramburu-Rojas, la finalidad de la Convención era convalidar la ilegal derogación de la Constitución de 1949 al igual que las reformas sociales que se incorporaron. Los militares habían repuesto por decreto la de 1853, y ahora aspiraban a reformarla.
 
Una nueva generación política peronista, surgida al calor de la lucha y desde la clandestinidad, se dispuso a repudiar al gobierno y a la modificación de una Constitución que consideraba legítima y de avanzada por cuanto reconocían los Derechos del Trabajador, la Independencia Económica y los prerrogativas sociales de las capas más desprotegidas de la sociedad argentina.
 
Desde el exilio, Juan Perón ordenó a los peronistas que votaran en blanco. Y así fue como venció el voto en blanco, voz de la mayoría popular silenciada, de un pueblo marginado, que estaba privado de expresar sus opiniones libremente. El  peronismo perseguido, difamado, proscripto, con su líder desterrado, sin propaganda pública ni diarios a favor, gana las elecciones y gobierno padece la desilusión de ver que el movimiento que intentaba liquidar continua vigente.
 
Los resultados fueron, votos en blanco: 2,12 millones; UCR del Pueblo: 2,11 millones; UCR Intransigente: 1,85 millones. Estas elecciones demostraron que el justicialismo seguía siendo, a pesar de la proscripción gorila, la fuerza mayoritaria. Los votos en blanco fueron la señal política de la Resistencia Peronista.

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Por Blas García

El peronismo proscripto se impone en las elecciones de 1957
Por la proscripción, Juan Perón ordenó a los peronistas que votaran en blanco.
 

El 16 de septiembre de 1955 las Fuerzas Armadas, con el apoyo de los partidos políticos antiperonistas, dieron un golpe de estado y derrocaron al presidente Juan Perón dando inicio a la llamada Revolución Libertadora.
 
Ni bien instalado el gobierno militar buscaron "desperonizar" el país, mediante una estricta política represiva del peronismo y los sindicatos.
 
El 10 de noviembre de 1955 se constituyó una Junta Consultiva del gobierno militar, presidida por el almirante Rojas, e integrada por representantes de los partidos políticos con excepción del peronismo y el comunismo.
 
En la UCR volvieron a presentarse dos posiciones fuertemente opuestas: los unionistas y algunos intransigentes participaron activamente en la Revolución Libertadora, incluso formando Comandos Civiles paramilitares para tomar sindicatos y reprimir a los grupos peronistas. Otro sector, mayoritariamente intransigente, propuso una posición crítica frente a la Revolución Libertadora, proponiendo buscar un acuerdo con el peronismo y oponiéndose al desmantelamiento del Estado de Bienestar creado durante el gobierno de Perón.
 
Uno de los actos que más se ha cuestionado a la Junta Consultiva fue su aval al fusilamiento de 27 civiles y militares con que el gobierno militar castigó el alzamiento peronista dirigido por el general Juan José Valle en junio de 1956, un hecho que por su inclemencia no tenía antecedentes en la historia argentina.
 
Dentro de la Unión Cívica Radical se abrió un debate, que también se presentó en los demás partidos políticos, referidos a la posición a adoptar frente al peronismo, así como con las medidas sociales y económicas tomadas durante el gobierno justicialista.
 
Un sector del radicalismo propondría una estrategia de alianza y democratización del peronismo. Otro sector propondría una estrategia de prohibición y represión del peronismo. El enfrentamiento entre ambos sectores llevó a la fractura de la Unión Cívica Radical al finalizar 1956 en dos partidos: Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) dirigida por Frondizi, y Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP) dirigida por Balbín.
 
El peronismo proscripto se impone en las elecciones de 1957
Juan Perón, desde el exilio, sigue influyendo decisivamente en la política nacional.
 
 
Reforma Constitucional de 1957
 
El 28 de julio de 1957 se realizan elecciones de representantes para reformar la Constitución Nacional. Proscripto el peronismo los dos partidos políticos principales son radicales. Triunfó la Unión Cívica Radical del Pueblo que obtuvo 2.117.160 votos contra la Unión Cívica Radical Intransigente que obtuvo 1.821.459 votos.
 
Pero debido a que los votos en blanco no se computan, pocos repararon en las consecuencias políticas del hecho de que las personas que votaron en blanco, siguiendo las órdenes de Juan Perón eran 2.119.147 y superaron al partido más votado, la UCRP. Esos votos en blanco provenían de peronistas cuyo partido había sido ilegalizado.
 
De la redacción de La Opinión Popular

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El 24 de marzo de 1976 una sublevación cívico-militar derrocó a la presidenta constitucional, María Estela Martínez, instalando una dictadura de tipo permanente autodenominada "Proceso de Reorganización Nacional", gobernada por una Junta Militar integrada por tres jerarcas militares, uno por cada fuerza. La junta designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla.

El gobierno militar suprimió los derechos civiles de los ciudadanos y las libertades públicas, anuló las garantías constitucionales, suspendió la actividad política, vedó los derechos de los trabajadores, intervino los sindicatos y la CGT, prohibió las huelgas, disolvió el Congreso y los partidos políticos, y destituyó la Corte Suprema de Justicia.

La dictadura impuso el terrorismo de Estado como método sistemático, un régimen de represión ilegal, violencia indiscriminada, persecuciones, tortura sistematizada y desaparición forzada de personas, en el que se violaron masivamente los derechos humanos y se produjeron, en un verdadero genocidio, decenas de miles de desaparecidos.

Pero la dictadura no se instaló sólo para torturar y matar gente, sino para posibilitar una transferencia masiva de riquezas hacia los núcleos más concentrados de la economía, quienes se apropiaron además de buena parte de los negocios públicos. Durante el proceso militar, por ejemplo, el grupo Macri pasó de tener 7 a 47 empresas, mostrando que el golpe no fue solo accionar de fuerzas represivas. Y los empresarios que mandaban en 1976, siguen mandando.

Para imponer un régimen alejado de los intereses nacionales y populares, el golpe militar fue ejecutado en contra del Pueblo y del peronismo en su conjunto, institucional, política e individualmente. Pensado en función del molde agro exportador de fines del siglo XIX que, dados los cambios internacionales, derivó en el programa pro financiero y desindustrializador, el modelo neoliberal. Hoy Javier Milei y Victoria Villaruel expresan muchos de esos ideales de Videla y Martínez de Hoz, pero también de los grandes empresarios, eternos dueños del país.

El Terrorismo de Estado produjo miles de desaparecidos. Hubo 30.000 luchadores sociales barridos por la represión, de todos los sectores políticos populares y revolucionarios. La inmensa mayoría de las víctimas fueron jóvenes, la inmensa mayoría fueron cuadros y militantes de la clase trabajadora, la inmensa mayoría fueron peronistas.

El Proceso puso fin al "Estado de Bienestar" fundado por Juan Perón y al Proyecto Nacional y Popular concebido por el justicialismo desde la década del 40, dejando en lamentable estado la convivencia democrática, la economía, la sociedad y las instituciones, abriendo profundas grietas que recién después de más de cuatro décadas empiezan a ser curadas.

A 48 años de aquel infausto 24 de marzo, en el contexto de un gobierno anarco capitalista que niega, justifica o exalta los crímenes cometidos por las fuerzas represivas, convocamos a mantener viva la memoria del Pueblo en apoyo a la continuidad de la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos y en defensa de los Derechos Constitucionales, los Derechos Humanos y las Libertades individuales de ayer, de hoy y de siempre.
 
Carlos Morales para La Opinión Popular 

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