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Sociedad e Interés General - 01-07-2024 / 07:07
A 50 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE JUAN PERÓN, SU LEGADO POLÍTICO

Los Grandes Líderes Nunca Mueren, la Causa Nacional y Popular los Inmortaliza

Los Grandes Líderes Nunca Mueren, la Causa Nacional y Popular los Inmortaliza
Juan Perón fallece a los 78 años. La manifestación del 17 de octubre de 1945 lo catapultó a un primerísimo plano. Ganó la presidencia en 1946 y, previa reforma constitucional en 1949, logró la reelección inmediata, algo inédito en la historia argentina. La clase obrera ingresó a la arena política de su mano, acompañado por su esposa Evita, en medio de una profunda transformación económica y social del país. Derrocado en 1955, pasó 18 años exiliado hasta su regreso definitivo en 1973, para ser elegido presidente con el 62 por ciento de los votos.
El 01 de julio de 1974 se fue nuestro Líder, en medio del dolor generalizado del Pueblo. Y en este nuevo aniversario es oportuno rescatar más de 80 años de luchas populares, cargadas de experiencia, de triunfos y derrotas, de heroísmos y ejemplos revolucionarios, para reafirmar los objetivos del peronismo, sus métodos de movilización, sus formas organizativas y el ejercicio de una política de justicia social, independencia y soberanía, con vocación y estrategia de poder.
 
Y recordar que Juan Perón, tres veces presidente electo democráticamente, dejó tras de sí una historia de realizaciones concretas que le valieron la adhesión incondicional del Pueblo y nos legó una concepción ideológica y doctrinaria, donde se destacan:
 
- el Justicialismo como filosofía de vida humanista y cristiana,
- la Tercera Posición como principio ideológico,
- el Proyecto Nacional como propuesta política y
- el Movimiento Peronista como organización imprescindible en la lucha por la transformación nacional.

Por eso, la muerte de Perón no dio fin al peronismo y lo que él sigue representando. Porque los grandes conductores nunca mueren, la Causa Nacional los inmortaliza. Y se continúan en la acción de los pueblos que saben comprender su legado político y están dispuestos a cumplir con el compromiso irrenunciable de llevarlo hasta la victoria.

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García

 

Los Grandes Líderes Nunca Mueren, la Causa Nacional y Popular los Inmortaliza 
Eva y Juan Perón. Circa 1945


Rescatar las luchas populares

Para recordar a Juan Perón desechamos la memoria pasiva, nostálgica, que se agota en el hecho que recuerda, en el pasado irrecuperable, donde las gestas se transforman en efemérides declamativas y rescatamos la memoria activa, que busca la esencia movilizadora del pasado para cambiar el presente: Esta es la memoria militante, donde el compromiso y la valentía no se recuerdan ni se declama, sino que se practican.

En este nuevo aniversario del infausto lunes 1° de julio de 1974, de la muerte de Juan Domingo Perón, recordamos el origen del peronismo, preservando, exaltando y difundiendo la presencia de quien -además de ser el creador de una doctrina política trascendente y vigente- desempeñó tres veces la Presidencia de la Nación, por la decisión democrática de los argentinos.


El peronismo

Juan Perón y el peronismo fueron producto de un momento histórico. Las consecuencias económicas y políticas de la Segunda Guerra Mundial, la lucha por su independencia de los pueblos dependientes, colonizados y sometidos y las fuerzas sociales que despertaban en la Argentina, se combinaron con la crisis del modelo económico liberal agro-exportador oligárquico, para crear una encrucijada en la cual el Movimiento Nacional tomará forma bajo la dirección de un Líder, cuyo genio consistía en entender y encarnar lo que el pueblo necesitaba y quería.


La década infame

A mediados de la década del 40, llegaba a su fin la llamada "década infame", signada por el fraude, los negociados y el descrédito de los partidos políticos, durante la cual, a pesar y debido al aislamiento producido por la Segunda Guerra Mundial, se había alentado el crecimiento industrial basado en la sustitución de importaciones. 

En el seno de la sociedad, surgió una poderosa clase trabajadora, como resultado del desarrollo económico y de las migraciones internas del campo a las grandes ciudades.


El Coronel Perón

Con la Revolución de 1943, contra el régimen fraudulento, Perón generó, como Secretario de Trabajo y Bienestar Social, las condiciones para expresar los anhelos del pueblo y darle cohesión y contenido diferenciado a un movimiento de trabajadores. 

Para ello, impulsó el movimiento sindical, promulgó nuevas leyes sociales, reformó las existentes y creó nuevos sindicatos. Alcanzó prestigio y apoyo entre los sectores obreros. Pero, según crecía el poder de Perón, aumentaban sus enemigos entre las Fuerzas Armadas.

Los Grandes Líderes Nunca Mueren, la Causa Nacional y Popular los Inmortaliza 

El 17 de octubre

El equilibrio de fuerzas dentro del Ejército se quebró desfavorablemente a Perón, éste renunció, fue detenido y la oligarquía se disponía a retomar el control del poder.

Entonces los trabajadores, movilizados por los cuadros militantes sindicales y políticos, abandonaron sus lugares de trabajo el 17 de octubre de 1945, ocuparon la Ciudad-puerto, Capital de la oligarquía y confluyeron a la Plaza de Mayo reclamando y obteniendo su libertad. 

Evita, en las jornadas de octubre de 1945, fue una militante, una agitadora de masas que buscó cambiar el curso de la historia. Cruzó el puente Avellaneda y recorrió las fábricas sublevando obreros.

Ese día hubo un vuelco en la política argentina, la clase trabajadora irrumpió, por primera vez, en las cuestiones de poder, utilizando el medio de lucha de los obreros: la huelga, la paralización de actividades. 

Vinieron a la Plaza de Mayo con sus necesidades y sus sueños, sus cantos y sus bombos para defender la Justicia Social y rescatar al líder preso, porque identificaban su suerte con la de él.

A la noche, desde el balcón de la Casa Rosada, Perón habló para más de 300.000 trabajadores, prometió conducir al pueblo a la victoria y construir una Nación Libre, Justa y Soberana.


Sentido nacional de Perón

Perón era un auténtico nacionalista y solía relatar, en sus clases de Conducción Política, que poco antes de asumir la primera presidencia, pasó toda la noche del 5 de junio de 1946 sin dormir, meditando el dilema político que se le presentaba. 

En un papel escribió los puntos que sintetizan su dilema como gobernante: Ser o no ser, enfrentar al imperialismo o traicionar a su pueblo; "esta es la primera incógnita que debo despejar en el gobierno de mi país... yo me decido por mi Pueblo y por mi Patria".

Desde el gobierno, aplicó la doctrina peronista, que fue la resolución del dilema político de esa noche de reflexión insomne: por la patria y por el pueblo.

Uno de sus primeros actos como presidente fue declarar -nada menos- la independencia económica (en Tucumán el 9 de julio de 1946) que significaba la capacidad del país para determinar su economía de acuerdo a las necesidades del pueblo.

Marchando en la dirección de liberar al país de la dependencia al extranjero y recuperar el manejo de la economía, se implementaron: 

- la nacionalización del sistema bancario y de los depósitos, 
- la nacionalización de los seguros y reaseguros, de los ferrocarriles y servicios públicos, 
- la repatriación de la deuda externa, 
- el control del comercio exterior mediante el IAPI, 
- el crecimiento de la flota mercante, 
- la liquidación de los monopolios de transporte, etc.

Su Doctrina fue plasmada en hechos en la obra de gobierno.


Sentido popular de Perón

Perón era un populista en el significado más positivo del término. Valoraba la condición del sujeto popular: "haré lo que el pueblo quiera" decía siempre y lo cumplía.

A lo largo de su vida hay una constante "opción por los pobres", una identificación fraternal con los de más abajo, fueron éstos los peones patagónicos que trató en su niñez, los suboficiales del ejército cuya escuela dirigió en su juventud, o los sindicalistas que lo rodearon en su madurez. 

Por eso, su imagen de "primer trabajador" no era un recurso propagandístico: los trabajadores le creyeron, porque él se puso a su lado.

El pueblo de Perón no eran sólo los obreros. El pueblo de Perón eran todos los que aceptaban ser parte del Movimiento Popular. 

Quedaban excluidos los enemigos del pueblo, los que lo explotan, la oligarquía. Aquí hay otro mensaje muy claro: se puede "ser pueblo" o "estar con el pueblo". No es solamente un problema de clase social, se trata de una opción política.

Junto a Evita, privilegió a los pobres y a los marginados del poder, en especial mujeres y trabajadores. Se estableció el voto de la mujer y que la organización sindical fuese desde entonces un factor de poder perdurable. 

Implementó la Justicia Social que significa la dignificación por el trabajo y la retribución justa. Además, lo extendió al campo de los derechos sociales y del trabajador: 

- a trabajar, 
- a la capacitación, 
- a condiciones dignas de trabajo, 
- a la preservación de la salud, 
- al bienestar y la vivienda, 
- a la seguridad social y la jubilación, 
- a la protección de su familia, 
- al mejoramiento económico y la prosperidad.

Esto dio lugar al mayor pacto de lealtad entre el pueblo argentino y un conductor político.


Los Grandes Líderes Nunca Mueren, la Causa Nacional y Popular los Inmortaliza

Vigencia permanente de Perón

Perón predicaba una revolución para transformar el país, unir Latinoamérica y contribuir a cambiar el mundo. Una revolución que necesitaba tiempo, era incruenta y la concebía en el contexto de una evolución universal. 

Había que avanzar si se podía, retroceder en la adversidad, desensillar ante la oscuridad, maniobrar y pactar, hasta con el diablo si es preciso. Pero era una revolución. Y una revolución trascendente. Porque no se trataba de acomodarse al statu quo, sino de un camino para llegar a torcerles el cuello a los enemigos de la Patria. 

El Movimiento Peronista, con sus contradicciones y debilidades, ha sido, y es, la mejor herramienta transformadora de la realidad argentina. 

El peronismo fue uno de los pocos movimientos políticos en el mundo, si no el único, que logró, sin violencia, una transformación de las relaciones de poder: la clase trabajadora y su aliado, el incipiente empresariado nacional, remplazaron en el poder político a los sectores representativos de la oligarquía y las empresas extranjeras británicas. 

¿Se realizó esa revolución? El peronismo significó tal vez más de una revolución, considerando las transformaciones que produjo en diversos ámbitos de la realidad del país. Porque la revolución era lograr la definitiva independencia, la consolidación nacional.

Porque todo proceso de transformación en una sociedad que involucre un cambio de sus estructuras para crear condiciones de mayor justicia social es revolucionario.

La tercera posición 

El primer justicialismo (1945/55) con la "tercera posición", era un modelo para el desarrollo económico independiente, apoyado en la movilización popular y en el sindicalismo organizado, basado en la soberanía popular, la expansión industrial y la redistribución de ingresos a favor de los pobres. La terrible reacción gorila de 1955, dan la medida de la trascendencia revolucionaria del proyecto.

Para cambiar el Estado la Revolución Justicialista se dio su propia Constitución (en 1949), derrotando la resistencia liberal opositora. 

El progreso industrial, el crecimiento del mercado interno, la reorganización de todas las funciones modernas del Estado, produjeron resultados formidables.
 

Actualización doctrinaria 

En una segunda etapa (1955/73) Perón realizó la "actualización doctrinaria" elaborada en la época de exilio y la resistencia, que se inició con las luchas obreras y populares por el retorno del Líder a la Patria, y culminó con los mensajes que a partir de 1968 hablan del "socialismo nacional". Esta concepción enfatizaba los objetivos de cambio social para la liberación nacional y la movilización revolucionaria para alcanzar el poder.

Los Grandes Líderes Nunca Mueren, la Causa Nacional y Popular los Inmortaliza 

Modelo Argentino

La última formulación doctrinaria (1973/74) se sintetiza en un testamento político que Perón llamó Modelo Argentino -que resume su experiencia de gobernante y conductor- y en el mensaje a la Asamblea Legislativa del 1° de mayo de 1974. 

Estos textos, ratificados con hechos políticos inequívocos -el pacto social, la ley de contrato de trabajo y la convocatoria a la unidad nacional- dan el marco para el Proyecto Nacional, que incorpora una categórica afirmación de las instituciones democráticas, el pluralismo y el régimen de partidos, superando resabios autoritarios de algunos viejos peronistas.

La muerte de Perón

La muerte del único estadista que tuviera nuestro país en el siglo veinte cambió la historia. Su ausencia hizo posible la larga noche de males que significó la dictadura militar. Con Perón todo era posible, pero murió, y ya nada tuvo retorno. 

Con Perón se fueron 30 años de historia, jalonada por triunfos y derrotas que hoy constituyen la experiencia política y social más importante de la clase obrera y el pueblo argentino.

La muerte de Perón desequilibró la arena política, creando un vacío de conducción que sería ocupado por la oligarquía ganadera y el gran capital trasnacional e imperialista.

Legado político de Perón 

La vigencia del peronismo está dada por la transformación que operó en la sociedad argentina. Una gran parte del pueblo argentino es peronista por lo que Eva y Juan Perón pensaron, dijeron e hicieron en nuestra Patria. Para continuar su tarea debemos difundir cada uno de sus aportes, sin actitudes complacientes frente al olvido que la dirigencia hace de las banderas permanentes del Movimiento. 

Perón señaló que su heredero final era el Pueblo. Pero no un pueblo desorganizado, sino un pueblo organizado. Y para que un pueblo este organizado debe estar adoctrinado, ó sea: llevar en su cabeza y en su corazón, la unidad de una doctrina nacional que sirva para construir su destino histórico.

Así, Perón nos legó toda una concepción ideológica y doctrinaria, donde se destacan: 
- el Justicialismo como filosofía de vida humanista y cristiana, 
- la Tercera Posición como principio ideológico, 
- el Proyecto Nacional como propuesta política y 
- el Movimiento Peronista como organización imprescindible en la lucha por la transformación nacional. 

Por eso, la muerte de Perón no dio fin al peronismo y lo que él sigue representando. Porque los grandes conductores nunca mueren, la Causa Nacional los inmortaliza. Y se continúan en la acción de los pueblos que saben comprender su legado político y están dispuestos a cumplir con el compromiso irrenunciable de llevarlo hasta la victoria final.
 
Escribe: Blas García

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