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Sociedad e Interés General - 29-06-2024 / 09:06
29 DE JUNIO DE 1987

El robo de las manos de Juan Perón

El robo de las manos de Juan Perón
El 29 de junio de 1987, se descubre la profanación de la cripta que en el cementerio de la Chacarita guarda los restos de Juan Perón.
El 29 de junio de 1987, se descubre la profanación de la cripta que en el cementerio de la Chacarita guarda los restos de Juan Perón. Al cuerpo del tres veces presidente le cortan las manos. También se llevan su gorra y sable. Una carta anónima enviada al Partido Justicialista exige el pago de 8 millones de dólares a cambio de las reliquias.
 
El juez Jaime Far Suau se hace cargo de la investigación de un hecho que concita repudios unánimes. Se tejen diversas hipótesis sobre el macabro hecho, respecto de quiénes y por qué profanaron la cripta. Nunca se restituyó lo sustraído ni se halló a los culpables y Far Suau murió en un accidente de auto en 1988.
 
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LAS HIPOTESIS SOBRE EL ROBO EN 1987 Y EL REGRESO DEL TEMA
 
Sobre las manos de Perón
 
Quienes estudiaron el caso coinciden en un solo punto: que actuaron agentes de Inteligencia. Lo que no queda claro y es el centro de las polémicas actuales es el móvil de esa operación tan extraña.
 
La hipótesis más lógica es que se buscó un gran impacto en la opinión pública en medio de un proceso electoral, el de 1987. En ese momento gobernaba Raúl Alfonsín y parecía cantado que el justicialismo iba a ganar las elecciones legislativas de ese año. En las semanas o meses previos a comicios anteriores ya se habían producido hechos llamativos: bombas en colegios y en cines, por ejemplo.
 
Desde ese punto de vista, la lógica del robo de las manos de Perón consistía en causar una gran conmoción y, sobre todo, mostrar al peronismo como un partido brutal en el que, por internas, se producen hechos tan condenables como la profanación de tumbas y el robo de las manos del gran referente histórico del PJ.
 
En esta línea, la operación habría sido diseñada por alguna usina radical y la mano de obra fueron agentes de Inteligencia que tenían contacto con esa usina. Por supuesto que el radicalismo siempre rechazó esta hipótesis y adujo que fue víctima de la operación. Que el objetivo fue crear conmoción, pero para desestabilizar al gobierno de Raúl Alfonsín.
 
En su libro La profanación, Claudio Negrete y Juan Carlos Iglesias afirman que la motivación fue decididamente política y sugieren que hubo algún tipo de apoyo estatal porque, de acuerdo a las pericias, los profanadores pudieron haber entrado por una claraboya, pero está claro que tenían las llaves, por cuanto el corte sólo se pudo hacer sacando el cuerpo de la tumba. Además, Negrete e Iglesias aseguran que el primer juez, Jaime Far Suau, quien perdió la vida en un supuesto accidente de auto, en realidad fue asesinado, ya que el accidente fue un atentado.
 
 
Un acto ritual
  
Una investigación, que recientemente se volvió a publicar, por los periodistas David Cox y Damián Nabot sostiene que la orden de robar las manos de Perón salió de Licio Gelli, el hombre de la logia masónica-fascista Propaganda Due. En el libro que publicó la editorial Planeta, Cox y Nabot afirman que de la tumba de Perón los profanadores se llevaron, entre otras cosas, una carta que le escribió Isabel Martínez.
 
El papel fue dividido en tres y se le envió a tres legisladores peronistas, a quienes se les pidió un rescate de ocho millones de dólares. Además de la carta de Isabel, que servía como una especie de prueba de que tenían las manos de Perón, los profanadores mandaron un anónimo con una frase: "Hermes Iai y los 13".
 
Un estudio que Cox y Nabot hicieron sobre la biblioteca y los archivos de Licio Gelli los llevó a la conclusión de que el texto tenía que ver con creencias egipcias y esotéricas, que eran sostenidas por Gelli. El fascista habría recurrido a hombres de los servicios de Inteligencia que actuaron durante la dictadura y que estaban interesados también en concretar la operación para conmocionar al país y demostrar que no sería fácil encarar los juicios contra los militares por violaciones a los derechos humanos.
 
Hubo una novela sobre el hecho, Las manos de Perón, de Adrián Busto. Su hipótesis es que todo fue un intento de cobrar un rescate, el que efectivamente se les pidió a los diputados. Los demás investigadores descreen de esa versión de los hechos, ya que -para ellos- no hubo un real pedido de rescate por las manos, sino que fue más bien una maniobra para desviar el carácter político o ritual de la profanación. Hasta ahora el juez Alberto Baños no se pronunció en este terreno: su trabajo se concentra en determinar quiénes actuaron como mano de obra de la operación.
 
Fuente: Página12

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24-03-2025 / 09:03
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El 24 de marzo de 1976 una sublevación cívico-militar derrocó a la presidenta constitucional, María Estela Martínez, instalando una dictadura de tipo permanente autodenominada "Proceso de Reorganización Nacional", gobernada por una Junta Militar integrada por tres jerarcas militares, uno por cada fuerza. La junta designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla.

El gobierno militar suprimió los derechos civiles de los ciudadanos y las libertades públicas, anuló las garantías constitucionales, suspendió la actividad política, vedó los derechos de los trabajadores, intervino los sindicatos y la CGT, prohibió las huelgas, disolvió el Congreso y los partidos políticos, y destituyó la Corte Suprema de Justicia.

La dictadura impuso el terrorismo de Estado como método sistemático, un régimen de represión ilegal, violencia indiscriminada, persecuciones, tortura sistematizada y desaparición forzada de personas, en el que se violaron masivamente los derechos humanos y se produjeron, en un verdadero genocidio, decenas de miles de desaparecidos.

Pero la dictadura no se instaló sólo para torturar y matar gente, sino para posibilitar una transferencia masiva de riquezas hacia los núcleos más concentrados de la economía, quienes se apropiaron además de buena parte de los negocios públicos. Durante el proceso militar, por ejemplo, el grupo Macri pasó de tener 7 a 47 empresas, mostrando que el golpe no fue solo accionar de fuerzas represivas. Y los empresarios que mandaban en 1976, siguen mandando.

Para imponer un régimen alejado de los intereses nacionales y populares, el golpe militar fue ejecutado en contra del Pueblo y del peronismo en su conjunto, institucional, política e individualmente. Pensado en función del molde agro exportador de fines del siglo XIX que, dados los cambios internacionales, derivó en el programa pro financiero y desindustrializador, el modelo neoliberal. Hoy Javier Milei y Victoria Villaruel expresan muchos de esos ideales de Videla y Martínez de Hoz, pero también de los grandes empresarios, eternos dueños del país.

El Terrorismo de Estado produjo miles de desaparecidos. Hubo 30.000 luchadores sociales barridos por la represión, de todos los sectores políticos populares y revolucionarios. La inmensa mayoría de las víctimas fueron jóvenes, la inmensa mayoría fueron cuadros y militantes de la clase trabajadora, la inmensa mayoría fueron peronistas.

El Proceso puso fin al "Estado de Bienestar" fundado por Juan Perón y al Proyecto Nacional y Popular concebido por el justicialismo desde la década del 40, dejando en lamentable estado la convivencia democrática, la economía, la sociedad y las instituciones, abriendo profundas grietas que recién después de más de cuatro décadas empiezan a ser curadas.

A 48 años de aquel infausto 24 de marzo, en el contexto de un gobierno anarco capitalista que niega, justifica o exalta los crímenes cometidos por las fuerzas represivas, convocamos a mantener viva la memoria del Pueblo en apoyo a la continuidad de la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos y en defensa de los Derechos Constitucionales, los Derechos Humanos y las Libertades individuales de ayer, de hoy y de siempre.
 
Carlos Morales para La Opinión Popular 

23-03-2025 / 11:03
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