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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 09-06-2024 / 09:06
180 DÍAS DE LOS HERMANOS MILEI EN LA ROSADA: EL ESTADO EN MANOS DE QUIENES SE PROPONEN DESTRUIRLO

Torpeza planificada, batalla cultural y desconcierto opositor: inédita cruzada ultraderechista en su punto de partida

Torpeza planificada, batalla cultural y desconcierto opositor: inédita cruzada ultraderechista en su punto de partida
El Gobierno ultraderechista expone otra característica esencial, que pesa tanto en su identidad como su ideología: la torpeza como ejercicio de Gobierno. El reconocimiento por parte de Milei de que se propone destruir al Estado “desde adentro”, “como un topo”, lleva a pensar que el conjunto de arribistas y hombres y mujeres de negocios de los que se rodeó no son producto de alguna limitación social o psicológica de los hermanos gobernantes, sino que fueron seleccionados para un objetivo premeditado.
En un tiempo, la sociedad argentina sentirá consternación al observar que muchos de sus ciudadanos apoyaron, disimularon y votaron a un Gobierno como el de Javier "Papada de Sapo" Milei. Es una hipótesis. El lapso que llevará asimilar este dato de la historia podrá llevar meses, años o décadas. Otra hipótesis, un tanto inespecífica.
 
El bochorno de este presente al que llegó la política argentina no se limita a un Presidente que hace bandera de la crueldad en cada una de sus acciones, como ninguno de sus antecesores democráticos de la amplia familia de la centroderecha y la derecha.
 
No casualmente, además de lo que significa el apoyo recibido en las urnas, hay formas de Milei que hacen al fondo de las relaciones sociales y encuentran eco en quienes se presentan como adversarios o enemigos. La estridencia, lo soez y la violencia que el ultra derechista llevó a la jefatura de Estado aparecen como ráfagas cotidianas en emergentes opositores y en pantallas televisivas y de streaming -al menos en los papeles- antimilieístas.
 
Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri -muy distintos en sus condiciones de liderazgo personal, representatividad, construcción política y éxito en sus propios términos- tocaron partituras liberal-conservadoras y apelaron, en un tópico de los promotores del libre mercado, a un "último sacrificio" que sería redentor, antes de poner a Argentina en la senda de los "países exitosos". Ninguno actuó con el grado de desprecio y odio que enarbola el economista de La Libertad Avanza hacia sus adversarios y hacia los millones que padecen sus medidas.
 
Martín Vicente, investigador sobre las derechas en el Conicet y docente de la Universidad de Mar del Plata, traza un puente entre la narrativa de Milei y el "cambio de mentalidad" que se proponía un emblema de la no democracia, José Alfredo Martínez de Hoz, algo perceptible en la coincidencia terminológica de ambos economistas.
 
El Gobierno ultraderechista expone otra característica esencial, que pesa tanto en su identidad como su ideología: la torpeza como ejercicio de Gobierno. El reconocimiento por parte de Milei de que se propone destruir al Estado "desde adentro", "como un topo", lleva a pensar que el conjunto de arribistas y hombres y mujeres de negocios de los que se rodeó no son producto de alguna limitación social o psicológica de los hermanos gobernantes, sino que fueron seleccionados para un objetivo premeditado.
 
Las partidas sociales que no se ejecutan, las obras públicas próximas a concluirse que se abandonan, los recursos humanos valiosos a los que se expulsa, los alimentos que se vencen en depósitos, los obscenos negocios que se habilitan, las muertes por medicamentos que no se entregan y los programas científicos que se atascan en mails que quedan sin responder no obedecen sólo a que hay una tarotista que se toma su tiempo para entender de qué se trata o un abogado de un estudio privado con intenciones aviesas.
 
Mucho más que eso, hay una decisión política de desmantelar "el colectivismo" que representa la mera existencia del Estado, más allá de la función básica de seguridad y tribunales para arbitrar conflictos. No cabe elucubrar teorías conspirativas. Hay que escuchar a Milei. Este capítulo de individualismo enseñoreado, en el que el goce con el sufrimiento ajeno parece un componente indisociable, excede con creces a las figuras de los hermanos Milei.
 

 
Aquel violento y auspiciado panelista que atravesaba la pantalla televisiva tuvo capacidad para navegar y atizar una era. Cuando Milei gritaba en los estudios de América y sus videos volaban a la pantalla de los celulares, Agustín Laje y Nicolás Márquez emprendían una "batalla cultural" con bestsellers y concurridas conferencias, el periodismo tóxico calentaba el ambiente con pseudoinvestigaciones y canilla libre para la vulgaridad, y millones de familias sentían que "el Estado presente", "la década ganada" o "no vas a perder nada de lo que ya tenés" se habían transformado en consignas cristalizadas.
 
Los referentes políticos conocidos, aun con sus idas y vueltas y con la dosis de desconfianza que podían haber inspirado incluso entre sus votantes, no sólo se mostraban incapaces de concretar sus promesas, sino que parecían haber dejado de hablarle a un porcentaje importante de la población.
 
 
El entretenedor
  
El escritor Marcelo Figueras traduce el ascenso de Milei en estos términos: "Un tipo que lee el relajamiento de la idea del Estado-Nación en beneficio de las corporaciones y que entiende que cambió el sujeto político. Que los pibes y pibas vienen con una cabeza distinta, y que presentan prioridades distintas con respecto a otras generaciones".
 
El resquebrajamiento de ideas como el ascenso social a partir del trabajo, de alguna pertenencia a una comunidad transversal, fuera política o cultural, exacerba la apuesta individual por la salvación. Bajo ese prisma, el esfuerzo personalísimo "pese" y "contra" el Estado, el objetivo de "pegarla con un curro" o la mera apuesta por el juego online son ejes con los que Milei supo sintonizar, en la mirada de Figueras, entrevistador de Cristina en presentaciones del libro Sinceramente. Si rige la ley de la selva, que no haya privilegios para nadie, una categoría laxa en la que caben quienes reciben un subsidio, un plan social o un sueldo público.
 
El autor de Todos los demonios están aquí anota otra característica de Milei, que lo blinda hasta cierto punto de las consecuencias más dramáticas de las medidas de Gobierno. "Se concibe como quien tiene que entretener todo el tiempo y cambiar de personaje para estar en el centro de la escena".
 
Marcelo Leiras, director del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés, apunta un elemento constitutivo del ascenso de Milei: "el odio a los pobres, muy extendido en todo Occidente, que se manifiesta en la puja política de manera desembozada y encontró en las redes sociales un terreno para dar aceptabilidad a esos argumentos".
 
"Cierto fastidio con la ineficacia de las políticas públicas alimentó la adhesión a políticas de la crueldad, en particular con aquellas medidas con las que cierta gente no se siente directamente beneficiada", puntualiza Leiras.
 
El docente de San Andrés resalta un factor decisivo para el liderazgo, que es la "capacidad de nombrar la política de una manera que parezca verosímil. Ello le otorga una ventaja intepretativa sobre el presente y un marco que a cierta parte de la población le parece aceptable, como la denuncia contra la casta y el Estado que no sirve".
 
 
La vía de La Libertad Avanza
  
La "batalla cultural" hizo blanco en ejes narrativos y prioridades de actores políticos preponderantes en las últimas décadas.
 
Vicente, de la Universidad de Mar del Plata, sitúa a La Libertad Avanza en la vía que nació con el fusionismo de las derechas en la década de 1960 y buscó consolidar un mínimo común denominador que agrupara a todas las vertientes: liberales, conservadoras, religiosas, nacionalistas, cosmopolitas, reaccionarias, etcétera. El factor de cohesión sería el derecho del individuo como medida universal, en oposición al colectivismo.
 
Inspirado en Murray Rothbard, el autor que le "cambió la vida", Milei extendió la lucha contra todo colectivismo y puso en el blanco al feminismo, las minorías culturales, el indigensimo y el movimiento de derechos humanos. Esas batallas son parte de la guerra contra el Estado y el "totalitarismo progresista", indica Vicente.
 
"Una disputa por los sentidos y un desafío a la convivencia social", "contra lo políticamente correcto que se rompió", grafica Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero y docente de Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
 
Vilker se detiene en la vigencia de la "batalla cultural" de Milei. El desafío oficial a los derechos de las minorías lgbti, el aborto, parte de las luchas feministas y la alusión a los 30.000 desaparecidos; el señalamiento a instituciones como el INADI y "el nido de ratas" del Congreso encuentran "un terreno fértil" en un sector de la sociedad.
 
Ello no quiere decir que sean disputas saldadas ni mucho menos, ni que ese consenso relativo, en algún punto mayoritario, se extienda a un negacionismo puro y duro sobre los crímenes de lesa humanidad, al aval a conductas discriminatorias o a un desentendimiento estatal de la violencia de género, especifica la analista.
 
"El mandato de Milei, y él ha dicho que lo tiene claro, no es terminar con los derechos de las minorías, sino cuestiones económicas y de seguridad, y el resto de la batalla cultural es subsidiara de esos desafíos principales", dice Vilker. Coincide con Figueras en cuanto a la aptitud de Milei por dominar la escena y, en ese parámetro, ubica el combate de las sub-batallas contra el colectivismo.
 
 
Márgenes de la motosierra
  
La prédica de Milei contra "la casta", "los chorros de los políticos" y "los empobrecedores de siempre" encabeza el ajuste llevado a cabo durante su primer semestre en Casa Rosada, basado en la reducción de las jubilaciones, el congelamiento de la obra pública y la asfixia a las provincias.
 
La recesión disparada con motosierra y un sinfín de anclajes terraplanistas sobre el porcentaje de la inflación, la pobreza, el déficit y la deuda -otro factor constitutivo que habla del Presidente ultra y de la sociedad que le dio el liderazgo- no parece haber encontrado un final. El consenso de los economistas indica que, aun si se hubiera tocado un piso, la recuperación para una de las caídas más aceleradas que se registren será lenta.
 
¿En qué medida el deterioro de las condiciones materiales de la clase media y los más humildes, que votaron en un porcentaje muy significativo a Milei, podría marcar un pronto declive irreversible para el proyecto ultraderechista?
 
"La premisa no hay plata y la idea del ajuste es hipertransversal, incluso en un contexto en que las condiciones materiales ya se desmoronaron", describe Vilker. Mágister en Comunicación y Cultura, la consultora agrega que el liderazgo mesiánico y el miedo a las consecuencias de que no salga bien juegan un papel relevante a la hora del "aguante" al Presidente.
 
Vicente, que además es doctor en Ciencias Sociales por la UBA, entiende que se está "empezando a ver un desgajamiento en la popularidad de Milei" en segmentos que fueron cruciales para sostener su candidatura cuando parecía acechada. Los hombres jóvenes, pilar en el voto libertario, ven más degradado el mercado laboral y sus ámbitos de pertenencia.
 
El otro factor al que prestar atención -para este coautor de Está entre nosotros ¿De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir? (Siglo XXI, 2023)- es el del ingreso de las familias. Cuanto mayor espalda económica haya en el hogar para mitigar los efectos de la motosierra, mayores son las posibilidades de prolongar la adhesión ideológica y los diferentes capítulos de la "batalla cultural". 
 
En un contexto de privaciones aceleradas, Leiras todavía ve margen para que el Gobierno de los Milei "utilice el Estado para hacer blanco en sectores progresistas como modo de confirmar los prejuicios de mucha gente", aunque también ubica la existencia de frenos ya consolidados, que difícilmente serán amenazados, como la apertura social a la exhibición de los cuerpos y las relaciones entre personas del mismo sexo.
 
"La derecha radicalizada está montada en una insuficiencia real de los últimos gobiernos y ello la habilita para plantear soluciones inexistentes y a apuntar disparatadamente contra el socialismo y el keynesianismo", explica.
 
Leiras cita el antecedente de Menem entre 1989 y 1991, antes de que acertara un plan antiinflacionario como la convertibilidad. En ese lapso, el mandatario se desdijo por completo de sus promesas electorales, tuvo tres ministros de economía, recayó en varias espirales al alza de precios, despidió a miles de empleados públicos, puso a funcionarios oscuros a privatizar empresas, indultó a los represores y dio rienda suelta a la corrupción a gran escala que lo acompañaría en sus dos mandatos.
 
Con ese trasfondo, el ayudamemoria recurrente sobre la debacle final de Raúl Alfonsín le alcanzó para dominar el centro político y mantener niveles de popularidad aceptables.
 
 
Una oposición que actúe como oposición
 
En la mirada del investigador de San Andrés, el predominio de Milei o alguien de su sector podría mantenerse hasta tanto sus mayores adversarios "no demuestren que una política progresista puede resolver el problema de crecimiento que tiene la Argentina hace años, y asuman el compromiso con el orden de las cuentas públicas y la imposibilidad de vivir sin crédito y sin moneda".
 
La voz de Leiras encierra una crítica al sector peronista-progresista del que es cercano. "El juicio sobre los responsables el 210% de inflación con el que terminó el Gobierno del Frente de Todos ya está dado, no hay nada que esperar de ahí".
 
"Si la novedad que tiene para ofrecer el peronismo son personajes como Guillermo Moreno, con lo que representa por su paso en el INDEC y el retorno del a inflación tras los primeros años de Néstor Kirchner, evidencia una amnesia absoluta que lo lesiona como alternativa", agrega este sociólogo de la UBA y doctor por Notre Dame (EE.UU.).
 
En su mirada, sin la asunción de demandas que marcaron la histórica derrota de 2023 y "una estrategia muy amplia, a lo Lula (Da Silva) o lo (Joseph) Biden", la reversión de la hegemonía ultra se presenta improbable.
 
La amplitud, para Leiras, no es sinónimo de vaguedad o seguidismo de la agenda de los hermanos Milei, sino que debe hacer eje en "un argumento contraindividualista, y no dejar de consignar que estamos ante un Presidente que no sabe nada de economía, y que hace y dice locuras".
 
Vilker coincide en cuanto a la amplitud. El Lula que venció a Jair Bolsonaro por un margen ínfimo "fue un opositor duro, pero portó traje, dio señales de previsibilidad y no se recluyó en el primer PT", pese a que había salido de la cárcel y el arco político del centro a la derecha lo había dejado solo.
 
"Milei es un líder global de la alt right y genera estímulos permanentemente. El estímulo, cuando se repite, comienza a anestesiar", dice Vilker. "Un error crucial en política es creer que cualquier escena se puede eternizar", concluye.
 
Por Sebastián Lacunza
 
Fuente: eldiarioar.com
 

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19-12-2025 / 10:12
La central obrera, acompañada de otras centrales sindicales, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, gritaron el rechazo a la reforma laboral y avisaron que comenzó un plan de lucha. Una masiva movilización desbordó la Plaza de Mayo, y muchas otras plazas de todo el país, en el primer paso del plan de lucha de la CGT y otras centrales sindicales contra la "reforma laboral" esclavista. Desde el escenario, los dirigentes de la CGT marcaron que irán escalando hasta un paro nacional.  El Gobierno tomó nota de la creciente resistencia y, cagado en las patas, pateó su tratamiento hasta febrero.
 
"Ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se defienden", advirtió, en el acto, primero Octavio Argüello. Luego llegó el turno de Cristian Jerónimo: "El proyecto está escrito y redactado maliciosamente a favor de las grandes corporaciones y de las grandes empresas de la Argentina", afirmó. El último en hablar fue Jorge Sola: "Este es el primer paso, sigan sin escucharnos, terminaremos en un paro nacional en todo el país", aseguró.
 
Las frases retumbaban en Plaza de Mayo. Los triunviros de la CGT hablaban en el escenario -que le daba la espalda a la Casa Rosada- acompañados por todo el universo sindical y referentes del peronismo, la izquierda, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales. No eran pocos, como especulaba y afirmaba el oficialismo, era una multitud.
 
Los bombos, platillos y bronces marcaban el ritmo de los discursos sin saber, al menos en ese instante, que el gobierno reculaba y desactivaba el tratamiento exprés de la dañina reforma laboral. Todo quedaba para febrero porque habían confirmado que el proyecto sumaba más detractores que aplaudidores. Y se asustaron con la movilización masiva.
 
Al menos por ahora, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, quedaron a salvo. No es poco para estos tiempos de crueldad que corren. Una señal clara de debilidad. La decisión es el resultado de las limitaciones de una administración acostumbrada a gobernar por DNU y que choca contra la realidad parlamentaria cuando intenta avanzar sobre derechos laborales consolidados.
 
El apuro por aprobar modificaciones estructurales sin diálogo ni consenso encontró un freno en un Congreso que todavía funciona. El mensaje de la oposición fue contundente: no habrá cheque en blanco para desmantelar conquistas sociales mientras se niegan recursos a discapacitados y universidades. La ratificación de estas leyes pese al veto presidencial marca un límite que la Casa Rosada no puede ignorar.
 
Patricia Bullrich reculó en chancletas y ya anunció que habrá nuevas extraordinarias del 2 al 27 de febrero para insistir con las reformas que exigen el FMI y los empresarios. Sin embargo, las fechas elegidas confirman lo que todos intuyen: el Gobierno deberá prometer el Presupuesto como condición para obtener votos opositores.
 
La estrategia de avanzar sin negociar nada tiene precio. Lo que pretendía ser un trámite exprés se convirtió en un recordatorio de que gobernar requiere construir mayorías, no imposiciones. Mientras Milei insiste con su agenda autoritaria de ajuste brutal, lo que ocurrió en las calles y el Congreso demuestra que aún queda capacidad de resistencia popular dispuestas a defender derechos básicos. La reforma laboral esperará, pero las dudas sobre la capacidad del Loco Mlei para aprobar sus iniciativas anarco capitalista, y gobernar a favor de los ricos, crecen. El gobierno de la oligarquía no se puede llevar todo por delante.
 
La Opinión Popular
 

18-12-2025 / 08:12
Tras conseguir la media sanción de un presupuesto 2026 que multiplica el ajuste, solo favorece a los más ricos y carga los costos sobre los desprotegidos, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei sufrió un duro golpe con el rechazo al capítulo que derogaba el Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad. También quedaron fuera la restricción de la ley de zona fría y la desindexación de la AUH.
 
El Gobierno consiguió la aprobación en general el Presupuesto 2026, pero sufrió una derrota clave: la oposición logró voltear completo el capítulo 11, donde se concentraba la derogación del financiamiento universitario y de la emergencia en discapacidad, dos leyes que el oficialismo insiste con incumplir. Tras una sesión que comenzó a las dos de la tarde y se extendió hasta la madrugada, Lule Menem y Diego Santilli ofrecieron concesiones de todo tipo a gobernadores y bloques aliados para blindar el capítulo entero.
 
Sin embargo, al momento de la votación sólo reunieron 117 votos afirmativos, mientras que la oposición alcanzó 123 rechazos y sumó además dos abstenciones. Es la tercera vez en un semestre que el Gobierno pierde frente al financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad, si se cuentan la sanción original de las leyes, la insistencia parlamentaria tras el veto presidencial y ahora el intento de derogación vía presupuesto. También se rechazaron la eliminación de las actualizaciones automáticas de la Asignación Universal por Hijo y demás asignaciones familiares.
 
Envalentonado por el triunfo electoral de octubre, el oficialismo buscó acelerar la motosierra y eliminar dos normas que el Congreso sancionó, el Ejecutivo vetó y ambas Cámaras ratificaron con mayoría agravada, más de los dos tercios de los presentes. A pesar de las arduas negociaciones, el reparto de ATN y las promesas de la Casa Rosada a los gobernadores aliados, la catamarqueña Fernanda Avila, se les dio vuelta y voto en contra el capítulo 11, al igual que los tres tucumanos del bloque Independencia y los tres salteños de Innovación Federal.
 
Para destrabar el trámite, el oficialismo había intentado a último momento una maniobra más: incorporó la adecuación de la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires y un refuerzo de 21.000 millones de pesos para el Poder Judicial, bajo la administración del Consejo de la Magistratura. El objetivo fue evitar el naufragio del capítulo completo. "Le ponen un condicionamiento al Poder Judicial para que ni se le ocurra judicializar el capítulo XI porque se les cae el financiamiento. Son unos chantas y eso es lo que están haciendo ahora", denunció el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez.
 
A la hora de votar, resultaron decisivas las abstenciones de los radicales Cipolini y Schneider. Desde sus redes, la diputada Cecilia Moreu celebró la victoria de la oposición. "Quisieron jugar sucio y les salió mal. Pese a las múltiples maniobras extorsivas con las que el oficialismo y los sectores cómplices intentaron blindar la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, logramos sostenerlas. Basta de dilaciones, son leyes votadas y ratificadas por el Congreso Nacional. Vamos a seguir dando la pelea para que entren en vigencia y se apliquen como corresponde", escribió en X.
 
Durante el debate varios diputados habían advertido que judicializarían la norma, de aprobarse. Los diputados Maximiliano Ferraro y Eduardo Valdés, fueron los encargados de advertir que el intento del oficialismo vulneraba el artículo 20 de la Ley 24.156 de Administración Financiera que en relación al presupuesto establece que "no podrá contener disposiciones de carácter permanente, ni reformar o derogar leyes vigentes".
 
La Opinión Popular
 

17-12-2025 / 09:12
A días de cumplir su segundo año de gestión, el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei busca aprobar su primer presupuesto sin frenar en las curvas. Tras conseguir dictamen de mayoría con ayuda de gobernadores aliados, este miércoles se trata la "Ley de Leyes" en Diputados. Envalentonada, Patricia Bullrich buscará incluirlo también en la sesión del viernes 26, en la que se debatirá la reforma laboral en el Senado. Para sorpresa de la oposición, el dictamen deroga el Financiamiento Universitario y la Emergencia en discapacidad. Ambas iniciativas fueron sancionadas por el Congreso, vetadas por el Gobierno e insistidas en ambas cámaras. El nuevo proyecto deroga el ajuste automático de las asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo y le da discrecionalidad al gobierno.
 
En un súper miércoles, la Casa Rosada intentará disciplinar al Congreso con la ley de "Disciplina Fiscal", que penaliza a quienes atenten contra el excel libertario y buscará avanzar con la aprobación de un blanqueo blue rebautizado "inocencia fiscal". La CGT llamó a movilizar contra el desfinanciamiento de la educación, la ciencia y la tecnología.
 
Al Gobierno le quedan menos de diez días hábiles para cumplir los deberes que le fijaron Donald Trump y el FMI: tener un presupuesto y sancionar una reforma laboral. Ayer, la Comisión de Presupuesto y Hacienda que preside Bertie Benegas Lynch dejó listo el dictamen que el oficialismo buscará aprobar este miércoles. Los apoyos para reunir las 28 firmas -sobre un total de 46- llegaron de la mano de sus aliados del PRO, la UCR y el MID, y de los gobernadores de Catamarca, Tucumán, San Juan, Mendoza y Misiones.
 
De esas 28 firmas, seis fueron en disidencia, lo que obliga al Gobierno a continuar las negociaciones si no quiere correr una suerte similar a la que atravesó durante el tratamiento de la Ley Bases, que perdió buena parte de su articulado en el camino.
 
Para asegurarse los respaldos, la administración de Milei abrió la billetera. En los últimos días, los gobernadores colaboracionistas recibieron Aportes del Tesoro Nacional. El misionero Hugo Passalacqua recibió 12 mil millones de pesos; el chaqueño Leandro Zdero, 11 mil millones; y el tucumano Osvaldo Jaldo, 20 mil millones. Esta última fue la cifra más generosa que el Gobierno envió a una provincia en todo 2025.
 
Además, el lunes por la noche la Casa Rosada envió al Congreso la reforma de la Ley de Glaciares. La iniciativa habilita a las provincias a avanzar con proyectos mineros sobre reservas estratégicas de agua. De aprobarse, Catamarca, Mendoza y San Juan quedarían entre las principales beneficiadas para hacer negocios con las multinacionales yanquis que miran de reojo.
 
Si bien existe consenso entre la mayoría de los bloques en que el Gobierno no puede seguir administrando el Estado sin un presupuesto, el proyecto no contempla partidas para recomponer los ingresos de los jubilados, no prevé mecanismos para reactivar la obra pública ni incluye un solo artículo orientado a impulsar la actividad económica.
 
Todo el andamiaje se reduce a blindar el equilibrio fiscal, que Milei alcanzó a fuerza de recortar en todas las áreas sensibles del Estado, a excepción del pago de los intereses de la deuda. Además, las metas que fija parecen a simple vista difíciles de cumplir. El proyecto prevé un crecimiento de la economía del 5 por ciento del PBI, una inflación anual del 10,1 por ciento y proyecta un dólar a 1423 pesos para diciembre de 2026. Esto último está por debajo del precio actual.
 

16-12-2025 / 10:12
Las reformas que impulsa el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei, en especial la laboral, buscan sin disimulo convertir a nuestro país en una economía colonial de enclave, productor de materias primas, sin industria y en donde sobre más de la mitad de los argentinos. En el país cierra una empresa por hora y 400 trabajadores por día se quedan sin empleo. El cálculo surge de tomar en cuenta que "el Peluca" y su motosierra destruyeron 19.114 firmas dejando en la calle a algo más que 264 mil asalariados registrados en sus dos primeros años de gobierno.
 
Para Argentina es un cambio dramático, pues es uno de los países en donde la legislación laboral del siglo XX más avanzó en el sentido de proteger a los trabajadores. Por esa razón, por ese "mal ejemplo" para la región latinoamericana, el objetivo del FMI de retroceder más de un siglo en las condiciones bajo las cuales se desenvuelve el mundo laboral, haya sido tomado con tanta energía por los últimos gobiernos de derecha y mucho más ahora bajo el modelo reaccionario extremo que impulsan los desquiciados Milei, Sturzenegger, Caputo y cía.
 
Todos y cada uno de los puntos del extenso proyecto que acaba de aterrizar en el Congreso es un muestrario de la ideología conservadora y retrógrada que alienta a este gobierno como fiel representante de la elite económico-financiera también conocida como "círculo rojo". A tal extremo esto es así que el gobierno ni se molestó en desmentir lo que hace un tiempo se conoció: los autores materiales de este engendro son los estudios de abogados que prestan sus servicios a las corporaciones más poderosas, los llamados "dueños de la Argentina". Es el gobierno para los ricos.
 
El sueño húmedo de esta minoría enferma de codicia es voltear, una por una, todas las protecciones legales que tienen los trabajadores argentinos, aunque también debe decirse que buena parte de ellas ya fueron demolidas de hecho por el propio accionar de un mercado laboral que, con independencia de los gobiernos que se sucedieron desde el estallido social y la gran crisis económica de 2001, dejaron a casi la mitad de los asalariados desempeñándose "en negro", al margen de la formalidad.
 
Lo que veremos en las próximas horas en el Congreso les dejará en claro a los argentinos quiénes son los senadores y diputados dignos de ser llamados oposición y quiénes se someterán ante las ofertas de dinero que ya está circulando por oscuras vías. Gobernadores dialoguistas también estarán en el "toma y daca" que este gobierno puso en marcha sin que la gran prensa porteña, convertida en vocera oficial de la Casa Rosada, hable como lo hacía habitualmente de "látigo y billetera" con otros gobiernos que nunca llegaron a extremos de manipulación de los recursos fiscales como el actual.
 
El triunfo electoral de octubre de Milei es el combustible que aceleró la decisión de avanzar con este proyecto y con otros que también buscan reconfigurar en profundidad el diseño social, económico e institucional de la Argentina. La llamada ley de tierras, de glaciares, la reforma educativa, la tributaria, etc. conforman una ofensiva de los sectores concentrados de la economía contra el conjunto social. Convertir a este país en una economía colonial, sin industria, sin ciencia, sin educación de calidad, sin protección social ni laboral para las mayorías populares es una meta que está en las mentes de los libertarios. La política de tierra arrasada que se proponen les resulta indiferente, pues la ambición de poder -político y económico- está por encima de todo.
 
La CGT convocó a una movilización a la Plaza de Mayo para el jueves a la que adhirieron las dos CTA, ATE y otros gremios, el peronismo, organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.  Para aterrorizar, la especialidad del mileísmo, aplicarán el protocolo antipiquetes. Si la movilización es masiva, cuesta creer que la amenaza de represión violenta se cumpla. Crispar el clima social en vísperas de fin de año, en nuestro país, nunca tuvo buenos resultados para los gobiernos.
 
La Opinión Popular
 

14-12-2025 / 09:12
Bajo el mote de reforma laboral se esconde la decisión de Javier "el Loco" Milei que pretende consagrar institucionalmente, en 2026, los objetivos que en 1976 se planteara la dictadura militar genocida. Los cambios en el proceso de acumulación en el marco del genocidio, el endeudamiento, la valorización financiera y la fuga de capitales, la desindustrialización, el modo de incorporación del cambio tecnológico y la llegada del capitalismo de plataformas, produjo una sustancial alteración de la relación capital-trabajo, obviamente en desmedro del conjunto de los trabajadores.
 
En ese marco de brutal regresividad en las condiciones materiales de vida de quienes trabajan, se sucedieron en las distintas administraciones conservadoras cambios normativos, todos con la misma dirección. 1. Abaratar el precio del trabajo. 2. Facilitar el despido. 3. Debilitar los convenios colectivos. 4. Limitar y destruir la organización sindical.
 
Estas orientaciones fueron parte de los cambios normativos que impulsó la dictadura militar, de las leyes que llevaron adelante Cavallo, Menem y De la Rúa, del frustrado intento de Macri y también del proyecto de Milei. Proyecto este cuya profundidad en términos de alteración de la Ley de Contrato de Trabajo solo es equiparable a lo planteado hace 50 años por la dictadura militar.
 
Además, se lleva a cabo la directa eliminación de los costos del despido a partir de la creación de un Fondo de Asistencia Laboral que se financiará con tres puntos de las actuales contribuciones patronales. A la vez, se les reduce en un punto adicional los aportes a los empresarios en relación a las obras sociales que dejarían de percibir un punto de los que están recibiendo en la actualidad.
 
En síntesis, cuatro puntos de los aportes patronales dejan de financiar las jubilaciones y la salud de los trabajadores, con el objeto de eliminar los costos del despido y reducir los costos laborales. Situación ésta que implica una redistribución de ingresos desde los trabajadores al capital, cercana a los 3000 millones de dólares.
 
Las experiencias internacionales y la propia experiencia nacional indican que estas propuestas solo profundizan la desocupación, la informalidad y la pobreza. Es más, aspectos laborales de esta naturaleza son los que contenía la Ley Bases y que ya tuvieron dos años de aplicación en el curso del gobierno de Milei. Años que lejos de promover el empleo registrado, coexisten con la destrucción de 222 mil puestos de trabajo formales registrados de los cuales 139 mil son del propio sector privado, al tiempo que el monotributo y los asalariados no registrados constituyen las formas de inserción laboral de mayor importancia en los últimos dos años.
 
Por si esto fuera poco, los modelos que pregonan los funcionarios libertarios como objetivos a alcanzar por la Argentina, no hacen más que negar con la evidencia lo que el propio gobierno pregona para justificar lo que propone. Poner como ejemplo a seguir países como Paraguay o Perú, que prácticamente carecen de legislación laboral, resulta inentendible. Estos dos países exhiben, aún sin legislación laboral, niveles de informalidad superiores a los que hoy exhibe la Argentina.
 
Para frenar esta ofensiva hay que convocar a la sociedad a discutir la necesidad de relaciones laborales diferentes para un país distinto al que construye Milei. Para eso necesitamos relaciones laborales que se edifiquen en base a la redistribución del ingreso, la revalorización del trabajo y la necesidad de expandir derechos para todos aquellos que trabajan independientemente del tipo de inserción laboral que tengan.
 
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