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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 09-06-2024 / 09:06
180 DÍAS DE LOS HERMANOS MILEI EN LA ROSADA: EL ESTADO EN MANOS DE QUIENES SE PROPONEN DESTRUIRLO

Torpeza planificada, batalla cultural y desconcierto opositor: inédita cruzada ultraderechista en su punto de partida

Torpeza planificada, batalla cultural y desconcierto opositor: inédita cruzada ultraderechista en su punto de partida
El Gobierno ultraderechista expone otra característica esencial, que pesa tanto en su identidad como su ideología: la torpeza como ejercicio de Gobierno. El reconocimiento por parte de Milei de que se propone destruir al Estado “desde adentro”, “como un topo”, lleva a pensar que el conjunto de arribistas y hombres y mujeres de negocios de los que se rodeó no son producto de alguna limitación social o psicológica de los hermanos gobernantes, sino que fueron seleccionados para un objetivo premeditado.
En un tiempo, la sociedad argentina sentirá consternación al observar que muchos de sus ciudadanos apoyaron, disimularon y votaron a un Gobierno como el de Javier "Papada de Sapo" Milei. Es una hipótesis. El lapso que llevará asimilar este dato de la historia podrá llevar meses, años o décadas. Otra hipótesis, un tanto inespecífica.
 
El bochorno de este presente al que llegó la política argentina no se limita a un Presidente que hace bandera de la crueldad en cada una de sus acciones, como ninguno de sus antecesores democráticos de la amplia familia de la centroderecha y la derecha.
 
No casualmente, además de lo que significa el apoyo recibido en las urnas, hay formas de Milei que hacen al fondo de las relaciones sociales y encuentran eco en quienes se presentan como adversarios o enemigos. La estridencia, lo soez y la violencia que el ultra derechista llevó a la jefatura de Estado aparecen como ráfagas cotidianas en emergentes opositores y en pantallas televisivas y de streaming -al menos en los papeles- antimilieístas.
 
Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri -muy distintos en sus condiciones de liderazgo personal, representatividad, construcción política y éxito en sus propios términos- tocaron partituras liberal-conservadoras y apelaron, en un tópico de los promotores del libre mercado, a un "último sacrificio" que sería redentor, antes de poner a Argentina en la senda de los "países exitosos". Ninguno actuó con el grado de desprecio y odio que enarbola el economista de La Libertad Avanza hacia sus adversarios y hacia los millones que padecen sus medidas.
 
Martín Vicente, investigador sobre las derechas en el Conicet y docente de la Universidad de Mar del Plata, traza un puente entre la narrativa de Milei y el "cambio de mentalidad" que se proponía un emblema de la no democracia, José Alfredo Martínez de Hoz, algo perceptible en la coincidencia terminológica de ambos economistas.
 
El Gobierno ultraderechista expone otra característica esencial, que pesa tanto en su identidad como su ideología: la torpeza como ejercicio de Gobierno. El reconocimiento por parte de Milei de que se propone destruir al Estado "desde adentro", "como un topo", lleva a pensar que el conjunto de arribistas y hombres y mujeres de negocios de los que se rodeó no son producto de alguna limitación social o psicológica de los hermanos gobernantes, sino que fueron seleccionados para un objetivo premeditado.
 
Las partidas sociales que no se ejecutan, las obras públicas próximas a concluirse que se abandonan, los recursos humanos valiosos a los que se expulsa, los alimentos que se vencen en depósitos, los obscenos negocios que se habilitan, las muertes por medicamentos que no se entregan y los programas científicos que se atascan en mails que quedan sin responder no obedecen sólo a que hay una tarotista que se toma su tiempo para entender de qué se trata o un abogado de un estudio privado con intenciones aviesas.
 
Mucho más que eso, hay una decisión política de desmantelar "el colectivismo" que representa la mera existencia del Estado, más allá de la función básica de seguridad y tribunales para arbitrar conflictos. No cabe elucubrar teorías conspirativas. Hay que escuchar a Milei. Este capítulo de individualismo enseñoreado, en el que el goce con el sufrimiento ajeno parece un componente indisociable, excede con creces a las figuras de los hermanos Milei.
 

 
Aquel violento y auspiciado panelista que atravesaba la pantalla televisiva tuvo capacidad para navegar y atizar una era. Cuando Milei gritaba en los estudios de América y sus videos volaban a la pantalla de los celulares, Agustín Laje y Nicolás Márquez emprendían una "batalla cultural" con bestsellers y concurridas conferencias, el periodismo tóxico calentaba el ambiente con pseudoinvestigaciones y canilla libre para la vulgaridad, y millones de familias sentían que "el Estado presente", "la década ganada" o "no vas a perder nada de lo que ya tenés" se habían transformado en consignas cristalizadas.
 
Los referentes políticos conocidos, aun con sus idas y vueltas y con la dosis de desconfianza que podían haber inspirado incluso entre sus votantes, no sólo se mostraban incapaces de concretar sus promesas, sino que parecían haber dejado de hablarle a un porcentaje importante de la población.
 
 
El entretenedor
  
El escritor Marcelo Figueras traduce el ascenso de Milei en estos términos: "Un tipo que lee el relajamiento de la idea del Estado-Nación en beneficio de las corporaciones y que entiende que cambió el sujeto político. Que los pibes y pibas vienen con una cabeza distinta, y que presentan prioridades distintas con respecto a otras generaciones".
 
El resquebrajamiento de ideas como el ascenso social a partir del trabajo, de alguna pertenencia a una comunidad transversal, fuera política o cultural, exacerba la apuesta individual por la salvación. Bajo ese prisma, el esfuerzo personalísimo "pese" y "contra" el Estado, el objetivo de "pegarla con un curro" o la mera apuesta por el juego online son ejes con los que Milei supo sintonizar, en la mirada de Figueras, entrevistador de Cristina en presentaciones del libro Sinceramente. Si rige la ley de la selva, que no haya privilegios para nadie, una categoría laxa en la que caben quienes reciben un subsidio, un plan social o un sueldo público.
 
El autor de Todos los demonios están aquí anota otra característica de Milei, que lo blinda hasta cierto punto de las consecuencias más dramáticas de las medidas de Gobierno. "Se concibe como quien tiene que entretener todo el tiempo y cambiar de personaje para estar en el centro de la escena".
 
Marcelo Leiras, director del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés, apunta un elemento constitutivo del ascenso de Milei: "el odio a los pobres, muy extendido en todo Occidente, que se manifiesta en la puja política de manera desembozada y encontró en las redes sociales un terreno para dar aceptabilidad a esos argumentos".
 
"Cierto fastidio con la ineficacia de las políticas públicas alimentó la adhesión a políticas de la crueldad, en particular con aquellas medidas con las que cierta gente no se siente directamente beneficiada", puntualiza Leiras.
 
El docente de San Andrés resalta un factor decisivo para el liderazgo, que es la "capacidad de nombrar la política de una manera que parezca verosímil. Ello le otorga una ventaja intepretativa sobre el presente y un marco que a cierta parte de la población le parece aceptable, como la denuncia contra la casta y el Estado que no sirve".
 
 
La vía de La Libertad Avanza
  
La "batalla cultural" hizo blanco en ejes narrativos y prioridades de actores políticos preponderantes en las últimas décadas.
 
Vicente, de la Universidad de Mar del Plata, sitúa a La Libertad Avanza en la vía que nació con el fusionismo de las derechas en la década de 1960 y buscó consolidar un mínimo común denominador que agrupara a todas las vertientes: liberales, conservadoras, religiosas, nacionalistas, cosmopolitas, reaccionarias, etcétera. El factor de cohesión sería el derecho del individuo como medida universal, en oposición al colectivismo.
 
Inspirado en Murray Rothbard, el autor que le "cambió la vida", Milei extendió la lucha contra todo colectivismo y puso en el blanco al feminismo, las minorías culturales, el indigensimo y el movimiento de derechos humanos. Esas batallas son parte de la guerra contra el Estado y el "totalitarismo progresista", indica Vicente.
 
"Una disputa por los sentidos y un desafío a la convivencia social", "contra lo políticamente correcto que se rompió", grafica Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero y docente de Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
 
Vilker se detiene en la vigencia de la "batalla cultural" de Milei. El desafío oficial a los derechos de las minorías lgbti, el aborto, parte de las luchas feministas y la alusión a los 30.000 desaparecidos; el señalamiento a instituciones como el INADI y "el nido de ratas" del Congreso encuentran "un terreno fértil" en un sector de la sociedad.
 
Ello no quiere decir que sean disputas saldadas ni mucho menos, ni que ese consenso relativo, en algún punto mayoritario, se extienda a un negacionismo puro y duro sobre los crímenes de lesa humanidad, al aval a conductas discriminatorias o a un desentendimiento estatal de la violencia de género, especifica la analista.
 
"El mandato de Milei, y él ha dicho que lo tiene claro, no es terminar con los derechos de las minorías, sino cuestiones económicas y de seguridad, y el resto de la batalla cultural es subsidiara de esos desafíos principales", dice Vilker. Coincide con Figueras en cuanto a la aptitud de Milei por dominar la escena y, en ese parámetro, ubica el combate de las sub-batallas contra el colectivismo.
 
 
Márgenes de la motosierra
  
La prédica de Milei contra "la casta", "los chorros de los políticos" y "los empobrecedores de siempre" encabeza el ajuste llevado a cabo durante su primer semestre en Casa Rosada, basado en la reducción de las jubilaciones, el congelamiento de la obra pública y la asfixia a las provincias.
 
La recesión disparada con motosierra y un sinfín de anclajes terraplanistas sobre el porcentaje de la inflación, la pobreza, el déficit y la deuda -otro factor constitutivo que habla del Presidente ultra y de la sociedad que le dio el liderazgo- no parece haber encontrado un final. El consenso de los economistas indica que, aun si se hubiera tocado un piso, la recuperación para una de las caídas más aceleradas que se registren será lenta.
 
¿En qué medida el deterioro de las condiciones materiales de la clase media y los más humildes, que votaron en un porcentaje muy significativo a Milei, podría marcar un pronto declive irreversible para el proyecto ultraderechista?
 
"La premisa no hay plata y la idea del ajuste es hipertransversal, incluso en un contexto en que las condiciones materiales ya se desmoronaron", describe Vilker. Mágister en Comunicación y Cultura, la consultora agrega que el liderazgo mesiánico y el miedo a las consecuencias de que no salga bien juegan un papel relevante a la hora del "aguante" al Presidente.
 
Vicente, que además es doctor en Ciencias Sociales por la UBA, entiende que se está "empezando a ver un desgajamiento en la popularidad de Milei" en segmentos que fueron cruciales para sostener su candidatura cuando parecía acechada. Los hombres jóvenes, pilar en el voto libertario, ven más degradado el mercado laboral y sus ámbitos de pertenencia.
 
El otro factor al que prestar atención -para este coautor de Está entre nosotros ¿De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir? (Siglo XXI, 2023)- es el del ingreso de las familias. Cuanto mayor espalda económica haya en el hogar para mitigar los efectos de la motosierra, mayores son las posibilidades de prolongar la adhesión ideológica y los diferentes capítulos de la "batalla cultural". 
 
En un contexto de privaciones aceleradas, Leiras todavía ve margen para que el Gobierno de los Milei "utilice el Estado para hacer blanco en sectores progresistas como modo de confirmar los prejuicios de mucha gente", aunque también ubica la existencia de frenos ya consolidados, que difícilmente serán amenazados, como la apertura social a la exhibición de los cuerpos y las relaciones entre personas del mismo sexo.
 
"La derecha radicalizada está montada en una insuficiencia real de los últimos gobiernos y ello la habilita para plantear soluciones inexistentes y a apuntar disparatadamente contra el socialismo y el keynesianismo", explica.
 
Leiras cita el antecedente de Menem entre 1989 y 1991, antes de que acertara un plan antiinflacionario como la convertibilidad. En ese lapso, el mandatario se desdijo por completo de sus promesas electorales, tuvo tres ministros de economía, recayó en varias espirales al alza de precios, despidió a miles de empleados públicos, puso a funcionarios oscuros a privatizar empresas, indultó a los represores y dio rienda suelta a la corrupción a gran escala que lo acompañaría en sus dos mandatos.
 
Con ese trasfondo, el ayudamemoria recurrente sobre la debacle final de Raúl Alfonsín le alcanzó para dominar el centro político y mantener niveles de popularidad aceptables.
 
 
Una oposición que actúe como oposición
 
En la mirada del investigador de San Andrés, el predominio de Milei o alguien de su sector podría mantenerse hasta tanto sus mayores adversarios "no demuestren que una política progresista puede resolver el problema de crecimiento que tiene la Argentina hace años, y asuman el compromiso con el orden de las cuentas públicas y la imposibilidad de vivir sin crédito y sin moneda".
 
La voz de Leiras encierra una crítica al sector peronista-progresista del que es cercano. "El juicio sobre los responsables el 210% de inflación con el que terminó el Gobierno del Frente de Todos ya está dado, no hay nada que esperar de ahí".
 
"Si la novedad que tiene para ofrecer el peronismo son personajes como Guillermo Moreno, con lo que representa por su paso en el INDEC y el retorno del a inflación tras los primeros años de Néstor Kirchner, evidencia una amnesia absoluta que lo lesiona como alternativa", agrega este sociólogo de la UBA y doctor por Notre Dame (EE.UU.).
 
En su mirada, sin la asunción de demandas que marcaron la histórica derrota de 2023 y "una estrategia muy amplia, a lo Lula (Da Silva) o lo (Joseph) Biden", la reversión de la hegemonía ultra se presenta improbable.
 
La amplitud, para Leiras, no es sinónimo de vaguedad o seguidismo de la agenda de los hermanos Milei, sino que debe hacer eje en "un argumento contraindividualista, y no dejar de consignar que estamos ante un Presidente que no sabe nada de economía, y que hace y dice locuras".
 
Vilker coincide en cuanto a la amplitud. El Lula que venció a Jair Bolsonaro por un margen ínfimo "fue un opositor duro, pero portó traje, dio señales de previsibilidad y no se recluyó en el primer PT", pese a que había salido de la cárcel y el arco político del centro a la derecha lo había dejado solo.
 
"Milei es un líder global de la alt right y genera estímulos permanentemente. El estímulo, cuando se repite, comienza a anestesiar", dice Vilker. "Un error crucial en política es creer que cualquier escena se puede eternizar", concluye.
 
Por Sebastián Lacunza
 
Fuente: eldiarioar.com
 

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30-10-2025 / 11:10
El gran triunfo de La Libertad Avanza a lo largo de todo el país todavía encandila. El Gobierno de Javier Milei ganó en 15 de los 24 distritos nacionales, derrotó a 11 gobernadores y terminó finalmente pintando el país de violeta, algo que en la previa muy pocos creían posible. Como frutilla del postre, la boleta libertaria se impuso por centésimas en la PBA, donde el armado libertario dio vuelta la paliza de más de 13 puntos de distancia que se comió el 7 de septiembre pasado en los comicios provinciales.
 
Milei es el gran ganador de todo el proceso. Luego de un 2025 electoral que le venía resultando esquivo al Gobierno en las provincias, con apenas dos triunfos en los 10 comicios locales que se desarrollaron antes de este domingo, la definición del oficialismo fue poner al presidente como centro de la oferta electoral libertaria para las legislativas nacionales. Con muchos candidatos ignotos e inexpertos en buena parte de las provincias, Milei decidió plebiscitar su presidencia a riesgo de quedar como el gran derrotado de la jornada. Sucedió todo lo contrario.
 
Sin embargo, y más allá del aplastante triunfo a nivel nacional y en los principales distritos del país, el otro gran protagonista de la jornada fue el ausentismo electoral. El 67% de participación ciudadana en las urnas marcó el peor nivel de asistencia a unos comicios desde el retorno de la democracia. Esto expresa un distanciamiento de la sociedad con la política que no puede pasarse por alto. Las personas que no fueron a votar este domingo deben ser pensadas como votos perdidos por cualquier sector que pretenda constituirse en una alternativa de representación política.
 
Con este panorama puede arriesgarse una reflexión contraintuitiva en el día del gran triunfo libertario. Si Milei planteó una elección a todo o nada, casi en clave de supervivencia, como si fuera un balotaje como el del 2023 donde la alternativa era LLA o el kirchnerismo; si el presidente se planteó a él mismo como el centro único de la campaña y de la propuesta libertaria, para bien o para mal; si buena parte de la ciudadanía argentina decidió no votar, en una posible expresión de disconformidad con el sistema; entonces podría trazarse una comparación, algo forzada quizás aunque tal vez no tanto, con el resultado de la segunda vuelta del 2023.
 
Como salvedades es preciso aclarar que en esa instancia sólo había dos opciones, Milei o Massa, sin todas las alternativas provinciales y de los gobernadores que se pusieron en juego este domingo. También que en ese momento se definían unas elecciones ejecutivas y no la conformación del Congreso que se decidió ayer. Con estos asteriscos plantados, cabe la pregunta: ¿Cuántos votos perdió Milei desde su pico de 2023?
 
Aquel 19 de noviembre, dos años atrás, el entonces candidato libertario obtuvo 14.550.288 de votos, lo cual le valió haber sido objetivamente el presidente que nominalmente más votos sacó en una elección en toda la historia. Esa impresionante cantidad de votos resultó el 55,69% del total, prácticamente la suma directa del 30% que Milei había obtenido en la primera vuelta y el 23% que había sacado Patricia Bullrich.
 
Desde esa cumbre hasta ayer, Milei perdió 15 puntos porcentuales y más de cinco millones de votos. En concreto, los 9.342.526 que sumaron las 24 listas libertarias ayer, representan una caída de 5.207.762 de votos frente a lo que Milei cosechó en el balotaje 2023.
 
Milei perdió votos en todas las provincias con respecto al balotaje. Si bien es concreto que ayer LLA derrotó a casi todos los gobernadores que la enfrentaron, también hay que poner la lupa en la cantidad de votos que la propuesta libertaria perdió en cada territorio, a riesgo de que no hacerlo signifique suponer que el presidente sostiene intacta la legitimidad social que obtuvo en el balotaje 2023.
 

29-10-2025 / 09:10
La reforma laboral esclavista de Javier "el Explotador" Milei fue anticipada hace varias semanas, pero sus detalles no se dieron a conocer sino hasta después de las elecciones de medio término. Dos días más tarde, finalmente trascendió la letra chica del proyecto del Gobierno para "modernizar" el régimen de trabajo. La diputada libertaria Romina Diez presentó la llamada Ley de Promoción de Inversiones y Empleo, que amplía la jornada laboral, flexibiliza convenios y reduce costos para las empresas. Una ofensiva contra los derechos conquistados de la clase trabajadora durante más de 100 años de lucha.
 
El texto, como se esperaba, incluye varios puntos que despertarán fuerte resistencia en su tratamiento en el Congreso, entre ellos la ampliación de los despidos sin causa y la introducción de cambios en las jornadas, indemnización, vacaciones y horas extra. La iniciativa lleva el respaldo de la diputada Diez y de varios legisladores libertarios -entre ellos el narco José Luis Espert, hoy en uso de licencia- y Milei tiene la intención de darle tratamiento durante el período de sesiones extraordinarias en el verano, en tándem con la propuesta de reforma previsional.
 
El proyecto fue denominado "Ley de Promoción de Inversiones y Empleo". Se espera que sea objeto de una discusión parlamentaria ajustada en los números y agitada debido a su controversial contenido. Algunos de los puntos más salientes del texto son:
 
- Ampliación de la jornada laboral, que podría llegar hasta las 12 horas consecutivas. La medida sería acompañada por una flexibilización de las horas extra a decisión de los empleadores, que podrían dejar de pagarlas y, en su lugar, ofrecerle a los trabajadores la posibilidad de "recuperarlas" el mismo mes.
- Indemnización en cuotas para las micro, pequeñas y medianas empresas. Deberían abonarlas a lo largo de 12 pagos mensuales consecutivos y con una tasa de interés a definir.
- Ampliación de las causales de despido sin causa. Según el mencionado medio, "el empleador podrá introducir cambios" en materia de movilidad y disciplina laboral siempre y cuando "no resultan irrazonables ni alteren aspectos esenciales del contrato". Si el trabajador no los cumple, podría ser desvinculado sin consecuencias para la empresa.
- Cambios en el sistema de vacaciones. La ley le permitiría a los empleadores otorgar días en cualquier momento del calendario siempre y cuando el empleado pueda "gozar de sus vacaciones en temporada de verano al menos una vez cada dos años, salvo que opte en contrario".
- Reglamentación de un "salario dinámico" que establecería que "los aumentos tengan correlación con una mayor productividad de cada empleado y no aumentos generales negociados por el sindicato".
- Descentralización de la negociación colectiva de convenios para que primen los acuerdos empresariales por sobre los sectoriales.
- Implementación de incentivos al empleo a través de bonos para los empleadores que inicien nuevas relaciones laborales en los primeros 18 meses de vigencia de la reforma. Los beneficios se extenderían por doce meses y variarían según el tamaño de la compañía.
 
Con el impulso del anarco capitalismo, tras el resultado electoral, y bajo las recomendaciones del FMI y los grandes grupos empresarios, el Gobierno de Milei volvió a poner en agenda la reforma laboral, una de las piezas centrales de su programa económico ultra conservador, fascista y reaccionario, que promueven las llamadas "ideas de la libertad" y un modelo de mercado sin regulaciones estatales ni derechos laborales colectivos. La iniciativa busca abaratar despidos, bajar salarios, debilitar convenios y ampliar el poder patronal sobre las condiciones de trabajo.
 
La Opinión Popular
 

28-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump se adjudicó el triunfo libertario en la lejana Argentina y felicitó a su propio equipo por el resultado. Javier Milei se deshizo en agradecimientos. Para buena parte de los consultores, lo decisivo fue el factor miedo: temor a que las cosas exploten si no ganaba Milei; caos, disparada del dólar; precios en aumento incontenible. Para otros consultores, las cosas se combinaban con que hay un 40 por ciento de la población que (todavía) califica con un bien o muy bien al presidente, es decir que tienen expectativas de que las cosas mejoren. Y, por supuesto, en ese 40 por ciento anida el temor al regreso del peronismo.
 
Desde ya que ni la propia Casa Rosada tenía un diagnóstico, algún estudio, que indicara la posibilidad de ganar en el territorio de la Provincia de Buenos Aires. Se preveía que LLA ponía ganar en Córdoba y en Santa Fe, pero no por tanta distancia y, en cambio, eran previsibles los triunfos libertarios en Mendoza, CABA y Entre Ríos. En todos los casos, los números finales fueron mejores que las previsiones, pero el salto cualitativo y cuantitativo fue el bonaerense. Nadie lo vio venir.
 
"La campaña del miedo, que fue armada directamente desde Estados Unidos, en la que participó Scott Bessent y el propio Trump, no fue casualidad -analiza Roberto Bacman, del CEOP-. El presidente norteamericano dijo que los argentinos nos estamos muriendo y que si no nos queremos morir tienen que confiar en Milei. Esa campaña, además, se produjo en una semana en que el dólar crypto había llegado a 1.600 y se vivía una fuerte inestabilidad. Eso pegó mucho en Provincia de Buenos Aires, Córdoba, CABA, Santa Fe, Mendoza, los lugares con mayores centros urbanos".
 
La situación más bien dramática en el plano económico, vivida durante la semana anterior a las elecciones, derivó también en una polarización: se cayeron fuertemente las fuerzas del centro. El dato objetivo es que el peronismo, en Provincia de Buenos Aires, perdió únicamente 256.000 votos -bajó de 3.861.000 a 3.558.000 votos, algo que se puede adjudicar a que no votaron los extranjeros esta vez y, obviamente, a que las listas de concejales, en los que además figuraban muchos intendentes, esta vez traccionaron menos. No mucho menos. También ocurrió que hubo varias listas peronistas disidentes que sumaron 220.000 votos. Pero lo decisivo fue que LLA subió en 850.000 sufragios -de 2.755.000 a 3.605.000 votos-, consiguiendo la ventaja. La elección se convirtió casi en un blanco o negro, desapareciendo las fuerzas que transitaban por el medio, en especial en el interior bonaerense y, en especial, subió la cantidad de votantes (computando votos válidos) en casi 1.200.000, que gran parte se fue también a la lista libertaria.
 
El gobierno tiene una base. "El gobierno obtuvo el 40 por ciento y es evidente que no hay un 40 por ciento al que le vaya bien económicamente -diagnostica Federico Aurelio, de Aresco-. Pero yo observo que al núcleo duro de acompañamiento que tiene el gobierno, un 25 por ciento del electorado, se suma un núcleo esperanzado que considera que vale la pena el esfuerzo y que Milei es el que puede encabezar o intentar de alguna manera solucionar las problemáticas. Para mí, el peronismo no hizo una mala elección. En muchas provincias perdió por márgenes muy bajos. A nivel nacional no sacó muchos menos votos que los previstos. Lo que ocurrió es que LLA consiguió en las últimas horas una mayor polarización del voto, a costa de las terceras opciones. Estaba prevista una mala elección de Provincias Unidas, pero no tanto. Y todo eso que perdió Provincias Unidas en Córdoba, Santa Fe y otras terceras opciones, fue a LLA".
 
Redondea Hugo Haime, de Haime y Asociados- "Si viene el presidente de Estados Unidos diciendo que ustedes se están muriendo y tienen una sola alternativa, indefectiblemente pega. A esto hay que sumarle el temor a la vuelta del peronismo. La campaña de LLA se centraba en el peligro del regreso del kirchnerismo, que, además, había ganado de forma impactante en septiembre en la Provincia de Buenos Aires. No tengo dudas que eso sembró temor. Yo creo que las peleas del peronismo, la falta de autocrítica y balance del gobierno que terminó en 2023, también tienen su peso. Todos fueron factores concurrentes para que LLA se quedará con los votos de las fuerzas del medio y sumara ese 40 por ciento que te dice que tiene esperanzas".
 
En 24 horas se convirtió en un lugar común el paralelismo con la elección legislativa que Mauricio Macri ganó en 2017, con más amplitud todavía que LLA, y que terminó en su derrota en las presidenciales de 2019.
 
La Opinión Popular
 

27-10-2025 / 08:10
Aunque bajó 15 puntos desde 2023, el Gobierno de Javier "el Cipayo" Milei consiguió el triunfo que buscaba. La ola violeta recorrió el país y hasta ganó por décimas la provincia de Buenos Aires. Apoyado en la intervención extorsionadora de Donald Trump, Milei convocó a los gobernadores derrotados para alcanzar el respaldo parlamentario que necesita para profundizar el ajuste sobre los trabajadores, los jubilados, la educación y la salud pública. El mandatario yanqui escribió un mensaje en el que destacó el triunfo libertario en las legislativas. "Cuente conmigo para dar la batalla por la civilización occidental", le respondió Milei.
 
La Libertad Avanza llegó en crisis a la elección, pero, con polarización y el salvataje multimillonario de Trump, logró un triunfo electoral este domingo en comicios con muy baja participación. Sin embargo, no resuelve su problema de fondo, que consiste en la falta de fortaleza política para aplicar los próximos ajustes y reformas estructurales que le exigen Estados Unidos, el FMI y los grandes empresarios. Derrota del peronismo y fracaso de su estrategia de moderación y pasivización como vía para enfrentar a Milei.
 
Nadie muere en la víspera, tampoco se suicida antes. Al parecer esto se puede aplicar a un conglomerado más complejo como es el pueblo e incluso podría servir como una primera explicación del resultado electoral de estas elecciones legislativas de medio término. El miedo que el gobierno distribuyó de manera equitativa (la única distribución que hizo desde que asumió) con la inminencia de la debacle si no se conseguían los salvatajes de Donald Trump fue uno de los factores que provocó este resurgimiento electoral.
 
En la vereda de enfrente, el peronismo contuvo su núcleo duro, pero la continuidad de la disputa interna dejó al movimiento nacional y popular sin un mensaje que convoque y aglutine, sobre todo a ese votante más laxo. Así, La Libertad Avanza obtuvo, a nivel nacional, 40,84 por ciento (15 puntos menos que en 2023), contra un peronismo que sumó en todas las provincias 34,8 por ciento.
 
Una elección absolutamente polarizada que dejó al experimento Provincias Unidas prácticamente hundida con un 5,12 por ciento de votos. Pero este resultado, que le permitirá al Presidente enfrentar unas semanas con más tranquilidad, lo deja ya sin la red de última instancia que representaba la herencia del gobierno anterior. A partir de ahora, todo lo que haga, todo lo que toque, todo lo que rompa, será pura y exclusivamente su responsabilidad.
 
En cada elección los partidos invierten dinero para la campaña. Reciben donaciones, pero también una cuota que le corresponde por ley y que entrega el gobierno. Ahora, para estos comicios el presidente Milei consiguió un récord histórico porque su triunfo lo garantizó con un incremento neto de la deuda externa en 40 mil millones de dólares que le mandan desde la Casa Blanca. Por ahora superó el primer escollo, el electoral. Ahora tiene que garantizar gobernabilidad, pero sobre todo la entrega del país a los capitales norteamericanos que visitan de manera asidua la Argentina. Es lo que le reclama Trump y Scott Bessent. Los recursos naturales del país son la garantía de esos miles de millones de dólares que llegarán.
 
Estas elecciones reavivan un debate. ¿Qué lleva a muchas personas a votar en contra de sus propios intereses? Entendiendo por intereses, no sólo los económicos, sino también los culturales, los políticos, los derechos en general. La explicación de moda tiene que ver con la "política identitaria": esto es, quien vota en contra de sus intereses lo hace por defender una identidad, una autopercepción de su persona. Por ejemplo, el pobre que vota a la derecha que lo va a sumergir aún más en la indigencia, lo haría porque se auto percibe como miembro de una clase superior en la que se cree bienvenido.
 
Sin embargo, estos análisis a veces olvidan una explicación bastante más sencilla, que nunca debería descartarse como explicación de la conducta humana: la estupidez, que siempre encuentra el justificativo moral en la pertenencia a un sistema colonizador de conciencias. La estupidez es la conducta de quien produce un daño a otros sin que de ello derive un beneficio propio.
 
La Opinión Popular
 

26-10-2025 / 10:10
La elección de legisladores a nivel nacional tiene un doble peso: además de renovar el Congreso, será un plebiscito para Javier Milei. Las escuelas ya están abiertas. Las urnas esperan. Este domingo 26 de octubre, la Argentina decide mucho más que 24 senadores y 127 diputados nacionales. En esta jornada, el veredicto de 36 millones de electores funcionará como un plebiscito ineludible sobre la desastrosa gestión de Milei que, con la lengua afuera, está desesperado por mostrarle algo a Donald Trump.
 
El Gobierno, que hace poco pronosticaba un amplio triunfo en todo el país, llega a las elecciones con corrida cambiaria, escándalos de corrupción, una interna que lo paraliza y la difícil tarea de defender el 55% de 2023 y evitar que toda la atención se concentre en la provincia de Buenos Aires. Aun así, aspira a un resultado que le permita a Trump sostener su inédita intervención imperialista. En ese escenario, la oposición busca poner freno a la destrucción nacional que impulsa Milei.
 
En una jornada crucial, sin PASO y con el debut absoluto de la Boleta Única de Papel, los comicios legislativos reconfigurarán el centro de gravedad de la política nacional. El resultado no solo moldeará el Congreso que asumirá el 10 de diciembre, sino que definirá la gobernabilidad inmediata, la proyección de un Gobierno que viene de meses a la defensiva y los liderazgos de una oposición que ya mira hacia 2027.
 
El oficialismo, con La Libertad Avanza como única fuerza presente en los 24 distritos, llega a esta cita con una ventaja estructural: no pone bancas en juego en el Senado y solo renueva dos en Diputados. Su representación crecerá sí o sí. Sin embargo, el presidente y su ministro más poderoso, Luis Caputo, calificaron esta elección como más determinante que la presidencial de 2027.
 
La apuesta es alta. El crecimiento libertario se dará, en buena medida, a expensas de sus propios aliados. El PRO, socio electoral en distritos clave como Buenos Aires y CABA, pone en juego 21 de sus 35 bancas y ya cedió espacios y cabezas de lista a LLA. El Gobierno incluso puso en la cancha a dos ministros: Patricia Bullrich, como candidata a senadora por la Ciudad, y Luis Petri, como cabeza de lista en Mendoza.
 
Frente a ellos, el peronismo estrena a nivel nacional el frente Fuerza Patria, la marca que lo llevó a una victoria aplastante en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre. Pero este sello solo se repite en 13 provincias. De fondo, se disputa el liderazgo interno entre el gobernador Axel Kicillof, arquitecto del desdoblamiento electoral, y Cristina Kirchner, quien se opuso a esa estrategia. Cualquier resultado ajustado en el distrito que alberga al 40 por ciento del padrón puede reactivar una interna apenas contenida por la disciplina electoral.
 
Un tercer actor busca quebrar el duelo bipolar. Seis gobernadores -de Santa Fe, Córdoba, Chubut, Santa Cruz, Corrientes y Jujuy- conformaron el frente Provincias Unidas con la ambición de erigirse como una opción de poder real. Su performance, especialmente la de Córdoba, un feudo clave para Milei en 2023, pesará en la interpretación final del resultado nacional.
 
Lo que está en juego trasciende las bancas. Para el Gobierno, se trata de asegurar al menos un tercio del Congreso para ahuyentar el fantasma de un juicio político y garantizar la viabilidad de sus decretos de necesidad y urgencia y sus vetos. Su ambición máxima es un Congreso más amigable para impulsar reformas laborales, tributarias y previsionales.
 
Pero el resultado de hoy hará más que definir números. Dentro de la Rosada, dirimirá la interna sorda entre el armado político de los "Menem" que reportan a Karina Milei vs Santiago Caputo. Y fuera del país, las miradas están puestas en Washington. Trump ya advirtió: si Milei no gana, Estados Unidos no será "tan generoso" con la Argentina.
 
La Opinión Popular
 

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