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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 09-06-2024 / 08:06
MÁS ESCLAVISTARIO QUE LIBERTARIO: CON LA LEY BASES REVIVEN LA BANELCO Y EL DIPUTRUCHO

Es suicida otorgarle facultades extraordinarias a Milei que quiere vaciar el Congreso y destruir el Estado

Es suicida otorgarle facultades extraordinarias a Milei que quiere vaciar el Congreso y destruir el Estado
El Congreso no puede otorgar facultades extraordinarias al que se propone anularlo y destruir al Estado. Por más migajas de concesiones que consigan algunos pocos gobernadores, las instituciones no se pueden pegar un tiro en el pie.
Tres días después del Ni Una Menos el gobierno de Javier "el Loco" Milei desmanteló la subsecretaría contra la Violencia de Género; cuatro días antes del Día del Periodista, el gobierno denunció a dos periodistas, y el jueves Milei reconoció públicamente que pidió facultades especiales para destruir al Estado. Ni la violencia contra las mujeres ni la libertad de prensa le interesan a este gobierno, pero reconocer que su objetivo es destruir el Estado amerita su destitución vía juicio político.
 
Desde que asumió Milei, la relación del Ejecutivo con los demás poderes republicanos es al menos conflictiva, en especial con el Congreso a cuyos integrantes no los bajó de la clasificación zoológica de ratas. Asumió de espaldas al Parlamento como primera señal de su desprecio y desde el principio trató de anularlo con un DNU y luego con una ley ómnibus donde reclamaba la delegación de facultades en 11 áreas, por los cuatro años de su mandato, prácticamente el ejercicio absolutista del poder público.
 
Esa medida puso en evidencia la falta de convicción democrática del gobierno más esclavistario que libertario. Después de una negociación en la que se cansó de insultar a sus aliados de la oposición concesiva, el pedido de facultades especiales se redujo a las áreas administrativa, económica, financiera y energética y a cuatro temas: la reforma del Estado, la cuestión de la competencia, la energía y los incentivos a las grandes inversiones, por el término de un año.
 
De las más de 600 leyes que se creaban o reformaban, el gobierno mandó un nuevo proyecto recauchutado con 279. La norma tuvo rápido dictamen, con otras reformas y cuando fue aprobada, los diputados que la respaldaban y los funcionarios que fueron convocados para defenderla, no sabían con exactitud lo que se estaba votando.
 
Esa aprobación pasará a la historia de los agujeros negros en la vida institucional democrática del país como en su momento lo fueron el diputrucho y la ley Banelco. El proyecto con media sanción llegó al Senado, sin que la mayoría de los Diputados supiera lo que se había votado porque el oficialismo había reescrito lo que se había cambiado. Y el resultado final fue una manta de remiendos, algunos de los cuales se anulaban entre sí.
 
Desde el inicio, cada remiendo había sido escrito por los estudios de abogados de las principales empresas, que pusieron lo que les convenía. Un ejemplo de esta práctica fue la insólita resolución de la Superintendencia de Seguros de la Nación de sacarles a las compañías de seguros la obligación del servicio de grúa. El seguro no bajó el precio, pero las compañías se ahorraron decenas de millones de pesos que deberá pagar el usuario.
 
Después del bochorno que fue la aprobación en Diputados, los senadores se lo tomaron con más seriedad y se dieron tiempo para, en algunos casos, estudiar la norma, y en otros para que los gobernadores más cercanos al oficialismo negociaran concesiones especiales para sus distritos. El súper ministro Guillermo Francos acaba de anunciar la reanudación de obras públicas que habían sido abandonadas a cambio de la aprobación de la ley.
 

 
Pero mientras se desarrollaba este proceso en el Senado, en Diputados se produjo el acuerdo inesperado, aunque fuera el más lógico, entre Unión por la Patria, los radicales, Hacemos Coalición Federal, Iniciativa Federal y la Coalición Cívica para sacar dictamen positivo y aprobar en el recinto un proyecto mejorado de actualización de las jubilaciones.
 
La aprobación con los dos tercios de los diputados presentes sacó de quicio a Milei a quien le importó "tres carajos" y anunció que iba a rechazar "a puro veto" todas las normas que salieran del Congreso y pusieran en riesgo el déficit cero. En realidad, los cambios en la jubilación apenas modifican los números de la macro, pero, igual que con la comida de los pobres, Milei sólo reconoce los derechos del gran capital y desconoce los derechos populares como la alimentación o la jubilación.
 
La reacción de Milei, tanto con los alimentos de los pobres que escondió en los depósitos del ministerio de Capital Humano, como con las jubilaciones, no está relacionada con el gasto sino con mostrar en los hechos que las necesidades no generan derechos, como establece la máxima justicialista. Para Milei, la justicia social es una "aberración", es una "injusticia" para las empresas.
 
Milei va desplegando su pensamiento. La denuncia contra Darío Villarruel y Nancy Pazos por las coberturas del escándalo con los alimentos y la desaparición de la Subsecretaría contra la Violencia de Género forman parte de ese bagaje de antiprincipios, o sea de todo lo que los argentinos han podido ciudadanizar o democratizar tras la salida del largo ciclo de las dictaduras militares.
 
Porque la esencia de ese pensamiento brutal en su ignorancia y en su incapacidad de gestionarlo, con representaciones intermitentes y burdas, es muy parecido al de las dictaduras militares. Es un gobierno de extrema derecha respaldado por las grandes corporaciones que manejan la economía del país, pero además es un mal gobierno.
 
Y en este momento solamente piensa en el resultado de las próximas elecciones en Estados Unidos con la esperanza de que un triunfo de Donald Trump en noviembre le consiga los dólares que no han conseguido en ningún lado. Para el gobierno es la única luz al final del camino mientras el reloj mide el tiempo de la paciencia popular.
 
En la entrevista que se conoció el jueves en la publicación The Free Press, de California, la periodista le preguntó a Milei si no pensaba en lo que sienten las personas que tienen hambre y no tienen qué comer. El Presidente dijo varias frases, como "hay que terminar el mito del paraíso". O sea que solamente en el paraíso la gente no se muere de hambre. Estamos fritos.
 
Pero después arrancó con el Lamborghini. La mujer le preguntó por la gente que tiene hambre y no por lo que piensa el dueño de un Lamborghini. Pero Milei agarró por ahí para explicar la relatividad de los sentimientos. "Si tienes un Lamborghini y estás rodeado de pobres, seguramente serás feliz, pero si tienes un Lamborghini junto a otras 15 o veinte que también tienen Lamborghinis, no sé si estarías tan feliz". La periodista escribió que Milei "es la clase de animal que puede arruinar cualquier fiesta".
 
Lo de animal corre por cuenta de ella, pero efectivamente el tipo no conectó nunca con lo que pensaría el que no puede comer. Ensambla con el que tiene un Lamborghini. Y resulta que aún así serás feliz siempre que tengas el autazo y los que te rodeen no. Para Milei, la felicidad está en la desgracia de los demás. El animal que puede arruinar cualquier fiesta también puede arruinar cualquier vida.
 
Pero lo más grave es su idea de que está dispuesto a destruir al Estado. No fue actuación. Lo ha dicho siempre. El Estado es el que organiza y evita que un país se convierta en bandas de salvajes enfrentados unos contra otros o sojuzgados por el que tenga más fuerza.
 
La idea de destruir al Estado amerita la destitución vía juicio político. A confesión de parte, la evidencia es incontrastable. Al menos, el Congreso no puede otorgar facultades extraordinarias al que se propone anularlo y destruir al Estado. Por más migajas de concesiones que consigan algunos pocos gobernadores, las instituciones no se pueden pegar un tiro en el pie.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página 12
 

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26-10-2025 / 10:10
La elección de legisladores a nivel nacional tiene un doble peso: además de renovar el Congreso, será un plebiscito para Javier Milei. Las escuelas ya están abiertas. Las urnas esperan. Este domingo 26 de octubre, la Argentina decide mucho más que 24 senadores y 127 diputados nacionales. En esta jornada, el veredicto de 36 millones de electores funcionará como un plebiscito ineludible sobre la desastrosa gestión de Milei que, con la lengua afuera, está desesperado por mostrarle algo a Donald Trump.
 
El Gobierno, que hace poco pronosticaba un amplio triunfo en todo el país, llega a las elecciones con corrida cambiaria, escándalos de corrupción, una interna que lo paraliza y la difícil tarea de defender el 55% de 2023 y evitar que toda la atención se concentre en la provincia de Buenos Aires. Aun así, aspira a un resultado que le permita a Trump sostener su inédita intervención imperialista. En ese escenario, la oposición busca poner freno a la destrucción nacional que impulsa Milei.
 
En una jornada crucial, sin PASO y con el debut absoluto de la Boleta Única de Papel, los comicios legislativos reconfigurarán el centro de gravedad de la política nacional. El resultado no solo moldeará el Congreso que asumirá el 10 de diciembre, sino que definirá la gobernabilidad inmediata, la proyección de un Gobierno que viene de meses a la defensiva y los liderazgos de una oposición que ya mira hacia 2027.
 
El oficialismo, con La Libertad Avanza como única fuerza presente en los 24 distritos, llega a esta cita con una ventaja estructural: no pone bancas en juego en el Senado y solo renueva dos en Diputados. Su representación crecerá sí o sí. Sin embargo, el presidente y su ministro más poderoso, Luis Caputo, calificaron esta elección como más determinante que la presidencial de 2027.
 
La apuesta es alta. El crecimiento libertario se dará, en buena medida, a expensas de sus propios aliados. El PRO, socio electoral en distritos clave como Buenos Aires y CABA, pone en juego 21 de sus 35 bancas y ya cedió espacios y cabezas de lista a LLA. El Gobierno incluso puso en la cancha a dos ministros: Patricia Bullrich, como candidata a senadora por la Ciudad, y Luis Petri, como cabeza de lista en Mendoza.
 
Frente a ellos, el peronismo estrena a nivel nacional el frente Fuerza Patria, la marca que lo llevó a una victoria aplastante en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre. Pero este sello solo se repite en 13 provincias. De fondo, se disputa el liderazgo interno entre el gobernador Axel Kicillof, arquitecto del desdoblamiento electoral, y Cristina Kirchner, quien se opuso a esa estrategia. Cualquier resultado ajustado en el distrito que alberga al 40 por ciento del padrón puede reactivar una interna apenas contenida por la disciplina electoral.
 
Un tercer actor busca quebrar el duelo bipolar. Seis gobernadores -de Santa Fe, Córdoba, Chubut, Santa Cruz, Corrientes y Jujuy- conformaron el frente Provincias Unidas con la ambición de erigirse como una opción de poder real. Su performance, especialmente la de Córdoba, un feudo clave para Milei en 2023, pesará en la interpretación final del resultado nacional.
 
Lo que está en juego trasciende las bancas. Para el Gobierno, se trata de asegurar al menos un tercio del Congreso para ahuyentar el fantasma de un juicio político y garantizar la viabilidad de sus decretos de necesidad y urgencia y sus vetos. Su ambición máxima es un Congreso más amigable para impulsar reformas laborales, tributarias y previsionales.
 
Pero el resultado de hoy hará más que definir números. Dentro de la Rosada, dirimirá la interna sorda entre el armado político de los "Menem" que reportan a Karina Milei vs Santiago Caputo. Y fuera del país, las miradas están puestas en Washington. Trump ya advirtió: si Milei no gana, Estados Unidos no será "tan generoso" con la Argentina.
 
La Opinión Popular
 

25-10-2025 / 10:10
En el contexto de una furiosa batalla mundial por el control de chips, de tecnología de baterías de litio y nuevas fuentes de energía, la designación de Pablo Quirno como canciller, un economista sin experiencia en la diplomacia, pero relacionado estrechamente con el fondo de inversiones JP Morgan, dio pistas sobre las garantías requeridas a cambio de la intervención financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
 
El diario The Wall Street Journal publicó que el apoyo de Estados Unidzos a Javier Milei se basa en el interés por conseguir nuevas fuentes de aprovisionamiento de uranio. El uranio argentino está en la mira. "Ha quedado dolorosamente claro que Estados Unidos se ha vuelto demasiado dependiente de fuentes poco fiables de minerales, productos y manufacturas críticas, todas ellas esenciales para nuestra seguridad nacional", explicó a mediados de octubre de este año Jamie Dimon, cabeza de este grupo que especula con bonos en Wall Street y en todo el mundo.
 
Dimon formuló estas declaraciones al presentar el informe Security and Resiliency Initiative, el ambicioso programa de inversiones del JP Morgan. En ese comunicado, Dimon se refirió concretamente a la estrecha ligazón de la institución financiera que dirige, con la seguridad nacional y los intereses económicos de los Estados Unidos. No es una empresa alejada de la política, sino que sus metas coinciden abiertamente con las de Estados Unidos como potencia hegemonista.
 
El concepto de "poco fiables", aludió básicamente a China, Rusia y otros países asiáticos. Cuando el presidente estadounidense Donald Trump anunció que aplicaría aranceles abusivos a los productos chinos, la respuesta de los agredidos fue suspender las compras de soja y la venta de tierras raras. China compraba el 50 por ciento de la soja norteamericana y los abastecía con la mayor parte de las tierras raras que insume la industria electrónica.
 
Con una política de defensa del interés nacional, Argentina tiene posibilidades de inserción en ese escenario tan complejo porque, además de la producción de alimentos, tiene riqueza en el litio que consumen las baterías de la industria electrónica y además tiene reservas de uranio y un desarrollo nuclear propio con capacidad de exportación de reactores con tecnología desarrollada en el país.
 
El concepto de "poco fiables" para la seguridad nacional de los Estados Unidos le agrega otra condición a cualquier negociación con el JP Morgan en las áreas que ellos han definido, como el litio y la energía nuclear. El concepto implica que los Estados Unidos tienen que tener control sobre "esos productos esenciales para nuestra seguridad nacional".
 
Argentina es un país independiente, no es otra estrella en la bandera de los Estados Unidos. Además, es un país democrático. Mañana puede cambiar el gobierno. La pregunta es cuáles serían entonces las medidas que exige el JP Morgan para que sean "fiables" las concesiones que haga la política entreguista de este gobierno.
 
Estados Unidos está perdiendo suministros estratégicos a manos de sus competidores y parece decidido a reemplazarlos por otras fuentes en América Latina. Y para eso necesita impedir el desarrollo local de industrias que incorporen valor agregado a sus riquezas naturales.
 
En esa visión del mundo, en la que América Latina funcionaría como una cantera de materias primas para salvar al hegemón de su decadencia, resulta inconcebible, y hasta lesivo para ellos, que Argentina desarrolle una industria nuclear de punta y competitiva. El país tiene grandes reservas de uranio sobre todo en la provincia de Chubut, y también en Mendoza, Río Negro, La Rioja y Salta.
 

24-10-2025 / 07:10
Donald Trump, JP Morgan y el FMI apuntalan un modelo anarco capitalista que se derrumba. Con el dólar contenido artificialmente y un salto en el endeudamiento, el gobierno de Javier "el Loco" Milei llega arrastrándose a las elecciones legislativas. El capital extranjero y el gran empresariado local preparan una nueva ofensiva contra los trabajadores. La confusión es mayúscula; la desconfianza, también. Solo el voto al peronismo puede enfrentar este proyecto de saqueo y entrega.
 
A solo días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, el nuevo informe de Trespuntozero marca una tendencia clara de recuperación del voto peronista, en contraste con el estancamiento del oficialismo libertario. Según los datos, Fuerza Patria (FP) alcanza el 46,2 por ciento de intención de voto nacional, frente a un 40 por ciento de La Libertad Avanza (LLA). Milei llega al 26 de octubre sostenido solo por los yanquis.
 
El sondeo, realizado en seis provincias clave (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Tucumán) más un muestreo nacional complementario, deja ver que la gestión de Javier Milei acumula un 54 por ciento de imagen negativa y apenas un 42 por ciento positiva, con caídas en casi todos los distritos principales
 
En la provincia de Buenos Aires, Jorge Taiana (FP) se consolida con el 47,1 por ciento, superando a Diego Santilli (LLA), que apenas llega al 38,7 por ciento. En Santa Fe, la candidata peronista Caren Tepp achicó la distancia con el libertario Agustín Pellegrini, situándose en un 32 por ciento frente al 34,6 por ciento, en un distrito históricamente adverso para el PJ
 
Para la Casa Rosada, Córdoba es otra vez la madre de todas las batallas. Si ganan la provincia mediterránea pueden evitar el papelón de presentarse como la fuerza que representa la iniciativa privada y perder en el corazón productivo del país real (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe).

El estudio también revela un dato clave: el 73,3 por ciento del electorado afirma tener "muchas ganas" de ir a votar, lo que podría favorecer a los espacios opositores tras un año de malestar social y ajuste económico. "El 50 por ciento de los argentinos llega a fin de mes usando ahorros o endeudándose", advirtió Raúl Timerman, quien señaló que la pérdida del poder adquisitivo es el principal motor del voto castigo.

La encuesta expone un creciente desencanto con el modelo económico libertario, que se refleja tanto en los indicadores de gestión como en la caída de intención de voto en Córdoba, Mendoza y Tucumán. En palabras de Timerman, "la adhesión al peronismo aumentó discretamente, la de LLA se estancó y lo que se redujo fue el universo de indecisos".

Los datos consolidan una tendencia que preocupa al desquiciado Milei en la recta final: la elección se nacionalizó alrededor del malestar económico, y los números muestran que su narrativa de recuperación pierde fuerza frente al voto opositor. Es horrible todo lo que está pasando y se huele el miedo en el oficialismo. El caos consume a un gobierno sin plan y sin cabeza. El Presidente no conduce. Nadie conduce. La anarquía, de novedad virtuosa pasó a virus letal. 

La Opinión Popular
 

23-10-2025 / 08:10
En el ocaso de una campaña sin épica, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el miedo más grande de su propio gobierno: quedar sin el tercio legislativo que sostiene su poder político seudo democrático. El que hace un año prometía "refundar la Argentina", llega a la elección del 26 de octubre devaluado, aislado y con un discurso cada vez más errático, mientras las encuestas anticipan una caída que podría dejar a La Libertad Avanza sin capacidad de defensa en el Congreso.
 
Consultado por Guillermo Andino sobre qué consideraría un "buen resultado", el presidente no habló de ganar ni de convencer, sino de sobrevivir: "Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa", admitió Milei, resignado a celebrar un empate como si fuera un triunfo. Esa "pared" es lo único que separa al Gobierno anarco capitalista del colapso institucional. Sin ese tercio, el oficialismo perdería poder de veto sobre leyes opositoras, vería caer sus DNU y hasta quedaría a tiro de un eventual juicio político, algo que hoy se comenta en voz baja en despachos peronistas y radicales.
 
Según un informe elaborado por el politólogo Gonzalo Taboada, el Gobierno solo mantendría control con un 39 por ciento de los votos, cifra que nadie se anima a pronosticar. En el escenario más optimista, Milei llegaría a 104 diputados sumando el PRO y algunos gobernadores aliados; pero con un resultado más realista, cercano al 32 por ciento, el oficialismo quedaría a merced de bloques provinciales y de una oposición fortalecida, con 109 bancas y capacidad de bloquear cualquier iniciativa presidencial.
 
En el peor escenario, con un 30 por ciento o menos, La Libertad Avanza ni siquiera lograría conformar el tercio propio ni sumando al PRO, lo que significaría una catástrofe política. "Una elección de 30 por ciento o menos es el número del abismo", señaló Taboada. "En ese escenario el Gobierno dependería de los árbitros, perdería autonomía y quedaría sin margen de maniobra".
 
La situación no sorprende a quienes observan el deterioro del poder libertario. El desquiciado Milei, que se soñó emperador, terminó mendigando apoyo a Donald Trump, mientras su ministro de Economía intenta contener una recesión que ya acumula dos años consecutivos, con inflación persistente y un dólar que sigue escalando.
 
A la crisis económica se suma una soledad política creciente. Karina "la Coimera" Milei se atrincheró en la Secretaría General, Santiago Caputo perdió influencia y el vínculo con los gobernadores aliados se tensó al extremo. El PRO ya no se comporta como socio, sino como tutor de un Gobierno que no logra ordenar su propia tropa.
 
La estrategia electoral del oficialismo se limitó a campañas de miedo, spots improvisados y discursos cargados de enojo, sin propuestas ni respuestas ante el descontento social. Milei dejó de hablar de "reformas estructurales" para conformarse con conservar la silla presidencial y evitar el aislamiento total.
 
"Pasar de un balotaje con 55 por ciento a una legislativa que arranque con un 20 y pico sería un golpe devastador", reconoció un operador libertario que, en privado, admite que el Gobierno festejará si logra un empate técnico. La foto final podría marcar un antes y un después. Si Milei no alcanza el tercio, su relato de liderazgo "anticasta" trucho quedará pulverizado y su futuro político dependerá de los mismos actores a los que prometió "dinamitar". La elección del domingo, más que una prueba electoral, será un plebiscito sobre su propia capacidad de gobernar.
 
La Opinión Popular
 

22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

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