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Sociedad e Interés General - 04-06-2024 / 07:06
ENSAYO DE NEOLIBERALISMO “JUSTICIALISTA”

El Rodrigazo: drástico plan de ajuste para combatir la inflación, reducir el déficit fiscal y sincerar el dólar

El Rodrigazo: drástico plan de ajuste para combatir la inflación, reducir el déficit fiscal y sincerar el dólar
El 4 de junio de 1975, se produce el Rodrigazo. El nuevo ministro de Economía, Celestino Rodrigo, anuncia el paquete de medidas que marcan el fin del modelo industrialista del peronismo. En medio de una profunda crisis con inflación y estancamiento económico, Rodrigo devalúa la moneda, aumenta los precios de los servicios públicos y los combustibles hasta un 180 por ciento e impone topes salariales a los acuerdos paritarios. La inflación se dispara y hay desabastecimiento. Por primera vez, el sindicalismo, bajo presión de las bases, le hace un paro a un gobierno peronista. Se reconoce como autor intelectual del programa al viceministro Ricardo Zinn, un ultraliberal que así trazó los lineamientos del plan económico de la dictadura. Rodrigo, que había asumido dos días antes de anunciar las medidas, dura un mes y medio en el cargo. En la imagen: La ex presidenta Martínez de Perón, a su lado, el siniestro José López Rega.
El 04 de junio de 1975, la presidenta María Estela "Isabelita" Martínez lanza el llamado "Rodrigazo" (así denominado en alusión al ministro Celestino Rodrigo) que fue el primer mega-ajuste de la historia económica argentina, y que inició la serie de planes que siempre incluían la fórmula "devaluación y tarifazo" para corregir distorsiones de la economía.
 
Implicó una devaluación de 160%, un aumento de los combustibles de un 180% y de todas las tarifas públicas en hasta 100%. Las deudas en pesos, naturalmente tuvieron una enorme licuación.
 
Los salarios se ajustaron a 45%, lo cual era, de hecho, una brusca disminución del poder adquisitivo. La presión sindical llevó que luego hubiera nuevos ajustes, que de todas formas quedaron licuados porque la inflación se disparó por encima de un 180 por ciento anual.
 
El plan tenía su explicación: había que oxigenar la economía que enfrentaba restricciones externas (léase se había quedado sin dólares) y se hacía impostergable sincerar los precios artificialmente reprimidos.
 
Pero la forma brutal en que se hizo el plan llevó a empresas a la bancarrota, hundió el poder adquisitivo, produjo bruscas transferencias de recursos entre sectores por la devaluación. Y, por cierto, agregó nafta a la hoguera de la violencia política imperante en aquella época. 
 
Días de crisis
 
A mediados de 1975, la presidenta María Estela Martínez, "Isabel", acumulaba cada vez mayores presiones en el plano político, y ya se intensificaban los rumores sobre un intento de golpe militar.
 
En ese contexto, la economía daba señales de agotamiento, luego de haber soportado la crisis mundial petrolera de 1973. En mayo, el dólar se disparó, el costo de vida alcanzó en términos anuales un 80,5% y los precios mayoristas un 75,4%.
 
Así, la estadía en el Palacio de Hacienda de Alfredo Gómez Morales, el histórico ministro del General, comenzó a tambalear.
 
El 2 de junio, José López Rega convenció a Isabel de que nombrara en su reemplazo a uno de sus colaboradores, el secretario de Seguridad Social Celestino Rodrigo, un ingeniero que hacía prácticas esotéricas como él.
 
Según cuenta una leyenda muy difundida, la noche anterior al anuncio de su plan, Rodrigo le dijo al "Brujo": "Mañana me matan o empezamos a hacer las cosas bien".
El flamante ministro difundió el 4 de junio un programa económico, que consistía en una devaluación asimétrica de la moneda que la llevó de 10 a 26 pesos-ley por dólar para el comercio exterior, a 30 pesos para el circuito financiero, y a 45 pesos para el turismo.
 
Asimismo, las tarifas eléctricas aumentaron entre 50 y 75 por ciento; el gas, entre 35 y 70%, la nafta común, 181% y la nafta especial, 172%. Y como "piedra de toque", el Gobierno ordenó un techo para las paritarias de entre 38 y 45%, con lo cual los salarios se evaporaron en el aire.
 
La Argentina no tenía memoria de una inflación tan alta ni de un ajuste tan brutal de precios relativos, por lo cual cayó de inmediato en recesión y acabó con un ciclo de 12 años de crecimiento sostenido inauguro por Arturo Illia.
 
En tanto, las reservas disminuyeron de 1.400 a 700 millones de dólares y la deuda externa trepó a 10 mil millones.
 
En ese marco, los gremios consiguieron aumentos del 100%, pero el Ministerio de Trabajo amenazó con no homologarlos.
 
La relación estalló: El 27 de junio, la CGT lanzó un paro por 48 horas y una manifestación que enfrentó, por primera vez en la historia, a un gobierno peronista reclamando la renuncia de López Rega y Rodrigo.
 
Con otros fines, las principales asociaciones patronales, coordinadas por el entonces titular de CARBAP, Jorge Aguado, lanzaron un lock out. La suerte de la democracia estaba echada.
 
El mismo día del paro, se realizó una reunión de mandos del Ejército en la Capital Federal, donde se rechazó intervenirla CGT a pedido de Isabel. Un día después Jorge Rafael Videla y Roberto Viola sumaron presión y sugirieron que denunciarían ante la prensa la integración de la Triple A.
 
"Lopecito" finalmente renunció y se exilió en Suiza el 19 de julio. El 21, cayó Rodrigo y su plan económico pasaba a la historia.
 
Fuente: iprofesional.com

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El 27 de octubre de 2010, en El Calafate, muere Néstor Carlos Kirchner. Una figura política decisiva en la Argentina de los últimos tiempos. Su muerte llegó en forma sorpresiva y además de generar intensos efectos emotivos, también provocó un fuerte impacto político.
 
Su Gobierno, el mejor desde el retorno de la democracia, generó un estilo que rescató la política del descrédito en que había caído, privilegió una decidida militancia social y juvenil, jerarquizó la figura presidencial y su autoridad, amplió el poder del Estado, reconstruyó la autonomía nacional. Significó un cambio total respecto al nefasto modelo neoliberal que se implantó con el golpe militar de 1976, se profundizó en la década de los 90 con el menemismo, explotó con la crisis de 2001 y terminó con el nefasto gobierno radical de la Alianza.
 
Hoy todos debemos reconocer de Néstor los logros concretos de su gestión, como: el crecimiento económico; el desarrollo de la industria nacional y la importante contracción de la tasa del desempleo; las mejoras salariales en la mayoría de las actividades, que superaron las proyecciones inflacionarias; el auge del consumo y el crédito; la ampliación de los beneficios jubilatorios para personas que no habían hecho aportes; la función activa del Estado desplazando al "mercado". Estableció un tipo de cambio alto para favorecer las exportaciones, dispuso tasas de interés bajas para promover la industria y aumentos reales de salarios para impulsar el mercado interno.
 
Además, el discurso reivindicativo, nacional y popular, frente a las grandes corporaciones empresariales y a organismos internacionales como el FMI; la renovación de la Corte Suprema; el concreto desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional; la política de Derechos Humanos y la nulidad de las leyes de obediencia debida: la integración regional... Por todo esto, ya tiene un lugar en la historia, con toda justicia.
 
A pesar que en este proceso se colaron nichos de corrupción política, como consecuencia de una dilatada permanencia en el poder, el descuido en el reclutamiento de colaboradores y el escaso control de su irregular cuadro de funcionarios, que contravino objetivos y rumbo, la derecha gorila argentina utiliza esto para evitar la discusión política de fondo y negar la historia.
 
Jamás, hechos de corrupción de funcionarios puede ser la referencia esencial para juzgar gobiernos o etapas políticas. Siempre es más importante lo que hicieron y porque hicieron. La Privatización de YPF por Menem, la Reforma Laboral de De la rúa o el brutal endeudamiento de Macri son más dañinos que las coimas a algunos funcionarios. Los escándalos personales impactan en la gente común pero las grandes decisiones económicas y políticas gravitan mucho más.
 
El móvil actual de la operación cultural, política y mediática anti-kirchnerista es tapiar la discusión sobre las políticas públicas de Kirchner. Los medios lo ponen en manifiesto en todo momento para cubrir o conceder espacios secundarios a los terribles daños que causaron las medidas neoliberales de los gobiernos de Macri y Milei. Se concentran en aspecto del pasado para no hablar del presente. Pretenden ocultar los derechos populares alcanzados y la presente anulación de esos derechos.
 
Hoy, cuando se pretende minimizar o anular las realizaciones de Néstor Kirchner, lo cierto es que ha marcado un antes y un después. Es parte fundamental en la realidad argentina, vive en el corazón de su pueblo, porque puso nuevamente en marcha un proyecto político peronista transformador que forjó nuevos derechos, en la pelea por la igualdad y la equidad social, en la lucha permanente de la causa nacional y popular por: la Soberanía Política, la Independencia Económica y la Justicia Social, contra el neoliberalismo antipopular.

Propaganda macrista: De Goebbels a Durán Barba 
Por Blas García   

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