Nacionales - 31-05-2024 / 08:05
DESALMADOS E INHUMANOS: PETTOVELLO HARÁ REPARTIR CON EL EJÉRCITO LA LECHE EN POLVO CASI POR VENCERSE
Circo insólito de un Gobierno en crisis: Los alimentos retenidos afectan forzosamente a Milei
¿Cuánto dura la cobertura de la herencia como excusa a los dramas del presente? ¿Cuánto dura la paciencia social frente al derrumbe del ingreso, la pérdida de empleos y el hambre? ¿Cuánto dura un gobierno que se regocija en el sufrimiento que provoca su gestión? El rechazo masivo que provocó la retención de alimentos, y la marcha atrás de un gobierno hipersensible a las encuestas de opinión, es indicio de un cambio en el humor social respecto a un gobierno que empeoró las condiciones de vida que prometió mejorar.
La cruel retención de alimentos para la asistencia social no es un revés más en el gobierno de Javier "el Loco" Milei. Tiene todos los condimentos para ser una crisis política. Surgió como denuncia del periodismo opositor y de Juan Grabois, que ahora queda así reivindicado. Las acusaciones sobre la retención de alimentos por parte del ministerio de Capital Humano llevan semanas, en las que el gobierno prefirió llevar la discusión al campo político e insinuar que había intenciones espurias por parte de las organizaciones sociales.
Ante las protestas lideradas por Juan Grabois, la respuesta del portavoz presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni fue: "Les molesta que hayamos terminado con los intermediarios. Había muchos beneficiarios que se sienten dolidos porque se les terminó el usufructo personal". Fue en ese marco que surgieron las informaciones sobre que la mayoría de los alimentos almacenados eran yerba de mala calidad, como acusó la subsecretaria legal de la cartera, Leila Gianni, cuya acusación fue luego repetida por el flamante jefe de gabinete, Guillermo Francos.
Después de esas polémicas públicas, el hecho de que ahora la inútil ministra Sandra Pettovello reconozca que hay alimentos cercanos a la fecha de vencimiento -como leche en polvo- y que se procederá a su distribución inmediata, no sólo es el reconocimiento de un error sino que, además, pone en una zona de duda las acusaciones previas. Así, no hay oposición a quien culpar y no hay argumento posible. Se trata de un típico error de gestión sólo atribuible a problemas propios. Y el comunicado de Pettovello lo admite de manera explícita, al afirmar que hubo funcionarios que "por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería".
Una de las consecuencias que más debe lamentar Milei desde el punto de vista político es que, al reconocer un error en la distribución de alimentos, se debilita el argumento oficial sobre la corrupción asociada a la intermediación de las organizaciones sociales. Y se debilita la denuncia contra los piqueteros. Para colmo, es una crisis difícil de explicar a la propia base electoral. Con el caso de la ayuda social, el hecho de que los votantes de Milei manifiesten antipatía por la dirigencia piquetera no implica que estén en contra de la asistencia a los más pobres. De hecho, Milei obtuvo altos porcentajes de votación en las provincias más pobres del país -se impuso en todas, con la excepción de Formosa, Chaco y Santiago del Estero-.
La crisis deja mal parada la estrategia legal del gobierno, que había apelado una media de amparo y afecta a Pettovello, una integrante del entorno cercano a Milei. Por más que se desvíe ahora las responsabilidades hacia chivos expiatorios, como funcionarios de segunda línea, lo cierto es que la imagen de la ministra quedó golpeada, y deja una duda sobre hasta dónde seguirá gozando del respaldo presidencial.
Todo esto cuestiona el falso argumento de que la asistencia social no fue parte del ajuste. Un tema recurrente en los discursos del Milei y del ministro Luis "Toto" Caputo es que, pese a haberse realizado un brutal ajuste fiscal, no se afectó la asistencia a los sectores más desprotegidos. Ahora, con la revelación de toneladas de alimentos con fecha de vencimiento inminente y que se habían retenido indebidamente en medio de una situación de pobreza creciente, ese argumento sobre la preservación de la asistencia social también queda cuestionado. Ahora el Gobierno hará repartir con el Ejército mil toneladas de leche en polvo a punto de vencerse.
La Opinión Popular
Se pudrió
Luego de varios días de ensayar excusas para justificar lo injustificable, el gobierno admitió lo que El Destape había revelado ocho días atrás: que retiene millones de kilos de comida a punto de vencer.
La ministra de Capital Humano aceptó los hechos sacándose la responsabilidad de encima, como parece ser el sello de la gestión Milei. Sandra Pettovello cargó las culpas sobre un funcionario -el subsecretario Pablo de la Torre, ya despedido-, activó la distribución de alimentos -que según mintió su subsecretaria Leila Gianni eran incomibles- a través del Ejército, impostó decencia con una presentación en la Oficina Anticorrupción por manejos "poco transparentes" de sus propios funcionarios a cargo de la compra de alimentos, y fingió ignorancia sobre lo que ocurre en su ministerio: en el comunicado de la confesión la ministra aludió no haber sido debidamente informada del estado de las mercaderías, justo luego de que este medio difundiera información oficial donde constaba que en dos meses vencían unos 300 mil kilos de leche en polvo, entre otros productos. La información tenía más de una semana a la vista, para quien quisiera ver.
Pettovello puede actuar a discreción porque cuenta con el respaldo sin fisuras del presidente Javier Milei. La relación entre ambos es tan estrecha que la ministra suele pernoctar en Olivos y el presidente tiene una foto de su ministra en un despacho de la Casa Rosada. Esa relación nutrió a Pettovello de un poder inusitado con la absorción de cuatro carteras claves: Trabajo, Salud, Educación y Desarrollo Social.
Periodista y egresada en Ciencias de la Familia en la Universidad Austral -una carrera de dos años que aborda las cuestiones familiares con un punto de vista interdisciplinar y "desde una perspectiva holística y socioecológica"-, sin experiencia alguna en la gestión ni siquiera en el ámbito privado, Pettovello llegó donde está por interpretar sin desvíos el programa cruel que preside Milei.
Durante su nueva gira promocional por los Estados Unidos, en la Universidad de Stanford, el presidente fijó las reglas de la versión de los Juegos del Hambre que se propone ejecutar en la Argentina: "Va a llegar un momento donde la gente se va a morir de hambre. De alguna manera va a decidir algo para no morirse. No necesito intervenir. Alguien lo va a resolver", dijo, saboreando cada palabra.
En política, las cosas no se dicen porque sí. ¿Qué pretendía Milei con su nueva provocación? ¿Qué los millones de argentinos hambreados irrumpiesen en los galpones para distribuir la comida a punto de vencer que el gobierno mantenía retenida?
Si lo hiciera, la multitud estaría cumpliendo al pie de la letra lo que propone el presidente: "La gente va a decidir algo para no morirse".
Eso sí: la irrupción en los galpones sería una solución por mano propia. Pero en acción colectiva. La peor pesadilla del autoproclamado líder mundial de los liberales libertarios, una secta que cultiva la supremacía del sálvese quien pueda.
Podría ocurrir también que los argentinos se pusieran de acuerdo para pedir que se termine ya el mandato de un presidente hambreador. El reclamo estaría dentro de las reglas vociferadas por el presidente en Stanford. ¿O acaso terminar ya mismo con la miseria planificada y ejecutada por el gobierno no sería "decidir algo para no morirse"?
Por supuesto, esta columna no alienta las reacciones violentas ni la interrupción del orden institucional. Solo pretende marcar el peligro de la provocación presidencial. Para sí mismo, que sería lo de menos, y para las mayorías populares que le pondrían el cuerpo a la obvia represión que entusiasma a Patricia Bullrich.
Nacido y criado en los set de televisión, el presidente no distingue la ficción de los shows mediáticos con los efectos que pueden tener sus actos en la vida real. Esa distancia con lo que le pasa a las personas es tan notoria como solapada por los dueños del dinero que se frotan las manos con las opciones de negocios que promete el elenco gubernamental. También es negada por muchas víctimas, todavía esperanzadas porque lo "nuevo" barra una década de gobiernos deficientes, abusos políticos y frustraciones.
¿Cuánto dura la cobertura de la herencia como excusa a los dramas del presente? ¿Cuánto dura la paciencia social frente al derrumbe del ingreso, la pérdida de empleos y el hambre? ¿Cuánto dura un gobierno que se regocija en el sufrimiento que provoca su gestión?
El rechazo masivo que provocó la retención de alimentos, y la marcha atrás de un gobierno hipersensible a las encuestas de opinión, es indicio de un cambio en el humor social respecto a un gobierno que empeoró las condiciones de vida que prometió mejorar.
Por Adrián Murano
Fuente: El Destape