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“Si alguna vez llega el fascismo al poder lo hará en nombre de la libertad”. Thomas Mann, premio Nobel 1940.
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Sociedad e Interés General - 29-05-2024 / 08:05
29 DE MAYO DE 1969: LA MAYOR PROTESTA OBRERA Y POPULAR EN LA HISTORIA LATINOAMERICANA (SEGUNDA PARTE)

El Cordobazo: Memorias de la insurrección popular y sus consecuencias

El Cordobazo: Memorias de la insurrección popular y sus consecuencias
Era una escena inédita en la Argentina que una manifestación popular se enfrentara e hiciese huir a policías represores. Arriba: La famosa escena, en que jóvenes obreros del Cordobazo se plantan, no retroceden, arrojan piedras sobre la milicada y esta huye. La resistencia hace retroceder a los temibles "cosacos" y los trabajadores del SMATA se toman revancha del escuadrón de caballería, derrotándolo en la vieja Terminal. Allí cerca caería muerto Máximo Mena. Abajo: Una escena frecuente, arquetipo de las batallas de ese día, el enfrentamiento de manifestantes universitarios con piedras contra los elementos represivos con armas de fuego, en las proximidades de la Plaza Vélez Sarsfield.
Escribe: Blas García (partícipe de "El Cordobazo")   
El Cordobazo: Memorias de la insurrección popular y sus consecuencias
Agustín "El Gringo" Tosco una de las principales figuras del Cordobazo, por su combatividad y formación cultural, marcha al frente de la columna de trabajadores de Luz y Fuerza. En la imagen, se observa la presencia, en primera fila, de las militantes y delegadas de Luz y Fuerza.


 
Hace 55 años, el 29 de mayo de 1969 ocurrió uno de los acontecimientos más trascendentales en la historia argentina del siglo XX. No fue un alzamiento popular espontáneo, fue organizado por los sindicatos obreros cordobeses, que contaron con el apoyo de los universitarios, de varios partidos políticos y la participación generalizada del pueblo.
 
En el Cordobazo la policía reprime cargando con la caballería, arrojando granadas de gases lacrimógenos y disparando con armas de fuego. Se inicia así el combate de masas callejero en respuesta a la represión. Las fuerzas policiales no tienen espacio para tomar prisioneros; en ese momento sólo se registran muertos y heridos de ambos bandos. 

Contando con el apoyo y la participación de toda la población, más de 50.000 mil manifestantes se adueñan de la ciudad, levantando barricadas y combatiendo contra la policía, que derrotada, debió replegarse a sus cuarteles dejando la ciudad en manos de los trabajadores y estudiantes, en un momento de triunfo de la rebelión popular y la insurrección urbana.

Por primera vez, desde la Semana Trágica, el aparato represivo es puesto en retirada por las fuerzas populares. Desesperado, el gobernador pide auxilio al Ejército. Los vecinos de la zona céntrica y estudiantes sueltos, se solidarizan con los obreros y colaboran en forma abierta en la sublevación popular. 

El saldo de la batalla de Córdoba fue trágico. Más de 16 héroes y mártires muertos, cientos de heridos y numerosos detenidos. Pero la rebelión popular, tal como fue planeada, triunfó y el pueblo se hizo dueño de su destino. 
 
La dictadura antiperonista del general Juan Carlos Onganía quedó herida de muerte y con ella sus proyectos de perpetuarse 20 años en el poder. Se desmanteló el programa económico-social neoliberal y las pretensiones autoritarias, abriendo el camino para el retorno a la democracia en 1973.

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Escribe: Blas García (partícipe de "El Cordobazo")

 
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Avance popular hacia el centro de la ciudad

El jueves 29,  a la mañana temprano, con Jorge Busti y otros compañeros pasamos a buscar por el hotel a Rodolfo Ortega Peña (luego asesinado por las AAA) y a Eduardo Luís Duhalde (ex secretario de Derechos Humanos de la Nación) que estaban en Córdoba con el historiador José María Rosa desarrollando un curso que organizamos desde el Integralismo sobre "Los caudillos federales", y a quienes acompañamos en las primeras horas de ese histórico día.
 
A las 10 horas el movimiento obrero deja sus lugares de trabajo organizados en columnas, siguiendo las rutas establecidas el día anterior. Las columnas son socialmente homogéneas, sus integrantes se conocen y, a la vez, se puedan identificar fácilmente a los sindicatos intervinientes y, para el caso de los estudiantes, las facultades a las que pertenecen, lo que le da una gran uniformidad y solidez al conjunto movilizado. 

Desde Grandes Motores Diesel y Perkins, por la Ruta 9; desde Perdriel e Ilasa, en las cercanías del aeropuerto de Pajas Blancas; desde la central de Lima y Maipú de la Empresa Provincial de Electricidad de Córdoba (EPEC), desde Santa Isabel, por el camino a Alta Gracia, las columnas obreras, densas, compactas, cargadas de impulso y rebeldía, doblegarían los sucesivos cordones policiales que las esperaban armas en mano. 

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Táctica de las fuerzas represivas

La marcha hacia el centro se lleva a cabo y la lucha se entabla cuando reprime la Policía. Las columnas que son agredidas, inmediatamente se rearman y siguen su marcha. La primera batalla se libran cerca del mediodía, 5.000 obreros mecánicos frente al Hogar Pizzurno, en la Avenida Vélez Sarsfield.

La policía advierte que no puede impedir el desplazamiento del movimiento popular, porque avanzaba en múltiples columnas. Entonces concentran su atención en la custodia de lugares estratégicos: medios de comunicación, dependencias oficiales, usinas, puentes, etc.

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Ocupación del centro de Córdoba

A partir del momento en que la mayoría de las columnas llegan a la zona del centro de la ciudad, entran en contacto los distintos sectores movilizados y se generaliza la lucha en condiciones de ciudad ocupada. 

A las 12,30 horas, entretanto, una fuerte batalla campal hacía retroceder y huir a la caballería policial (los "cosacos") en las inmediaciones de la plaza Vélez Sarsfield y allí cerca cae la primera víctima fatal, el obrero de IKA-Renault, Máximo Mena. 

Al circular la noticia de la muerte se construyen barricadas para defenderse de la policía en casi todas las esquinas del centro, siendo reforzadas con fogatas; se vuelcan y se incendian vehículos para obstaculizar el desplazamiento de las fuerzas policiales y se producen algunos pocos casos de saqueos a comercios. 

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Combate de masas callejero

La policía reprime cargando con la caballería, arrojando granadas de gases lacrimógenos y disparando con armas de fuego. Se inicia el combate de masas callejero. Las fuerzas policiales no tienen espacio para tomar prisioneros; en ese momento sólo se registran muertos y heridos de ambos bandos. 

Contando con el apoyo y la participación de toda la población, más de 50.000 mil manifestantes se adueñan de la ciudad, levantando barricadas y combatiendo contra la policía, que derrotada, debió replegarse a sus cuarteles dejando la ciudad en manos de los trabajadores y estudiantes.

Por primera vez, desde la Semana Trágica, el aparato represivo es puesto en retirada por las fuerzas populares. Desesperado, el gobernador pide auxilio al Ejército. Los vecinos de la zona céntrica y estudiantes sueltos, se solidarizan con los obreros y colaboran en forma abierta en la sublevación popular. 

A las 13.15 horas el Ejército emite un comunicado informando que se han constituido los Consejos de Guerra, pero nadie se retira del campo de batalla que abarca más de 200 manzanas.

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Control popular de las calles

Se toma por asalto el Círculo de Suboficiales del Ejército, en San Luís y La Cañada, donde queman, destrozan y arrojan a la calle todo lo que encuentran en su interior, se incendia la firma estadounidense Xerox, la concesionaria Citroen, las oficinas de la Dirección General de Rentas, y la Aduana. Los manifestantes toman como rehenes a cinco agentes de policía a quienes se los conduce a una casa particular para luego ser liberados. 

Se mantienen, defienden y construyen más barricadas; se producen atentados, destrozos, incendio de comercios y de coches, expropiaciones de armas a la policía, ataques a comisarías. La lucha es frontal, total. En ese momento se produce la derrota absoluta de la policía provincial y la fuga total de los efectivos, que se refugian en el Cabildo de la Ciudad. 

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El Ejército entra en operaciones

A las 15.45 horas se da a conocer otro bando militar anunciando que a las 17 horas el Ejército entrará en operaciones. La policía provincial se retira del campo de batalla.

En ese momento, las escaramuzas se habían extendido a todos los barrios de la ciudad y se suceden las siguientes acciones: asalto e incendio a organismos oficiales; enfrentamientos armados en el barrio Alberdi; atentados a líneas de electricidad; destrozos de destacamentos policiales y de comisarías; baleo contra domicilios de funcionarios públicos y acciones aisladas de francotiradores. En este momento del combate, ambos bandos disparan con armas de fuego.

Todas estas acciones se despliegan en momentos en que la policía se ha retirado del escenario de las luchas y éste se encuentra bajo el control del Ejército y Gendarmería.
 
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Desenlace de la rebelión popular

En la noche, el Ejército logra desalojar el centro, haciendo fuego indiscriminadamente, registrándose heridos en ambos bandos, pero ahora se ha creado el espacio para las detenciones. Se allanan sindicatos y la CGT "A", se llevan a cabo arrestos y se ponen en marcha inmediatamente los Consejos de Guerra. Así, son condenados los dirigentes Canelles, 10 años de cárcel; Tosco, 8 años; Elpidio Torres, 7 años. Estas fueron las respuestas de la dictadura a la pueblada.

El saldo de la batalla de Córdoba fue trágico. Más de 16 héroes y mártires muertos, cientos de heridos y numerosos detenidos. Pero la rebelión popular, tal como fue planeada, triunfó, el pueblo se hacia dueño de su destino y la dictadura de Onganía quedó herida de muerte y con ella sus proyectos de perpetuarse 20 años en el poder.

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Etapa de rebeliones persistentes

El Cordobazo puso en evidencia las limitaciones del Estado autoritario implantado en 1966 y de una política económica neoliberal que sólo satisfacía los intereses del gran capital monopolista nacional y extranjero.
 
Desde 1969 hasta 1971, la clase obrera cordobesa llevó adelante un colosal ascenso político que no sólo fue determinante para acabar con las dictaduras de los generales Onganía y Levingston, sino que también selló la suerte de distintos gobiernos provinciales. Además, el Cordobazo fue el hito inicial de un proceso de agravamiento de la protesta social y la lucha violenta que, durante varios años, se desarrolló en la sociedad argentina.

También, esta rebelión fue el punto más alto en el curso de la lucha popular que se inicio en 1955 y culminaría en 1972 con el regreso de Juan Perón a la Patria, el peronismo aglutinando a todo el pueblo, el triunfo electoral de 1973 y las Fuerzas Armadas saliendo por la puerta de atrás de la Casa Rosada. 

El Cordobazo, signado por la metodología de la violencia popular, nos enseñó que cada pueblo tiene la capacidad de desarrollar respuestas acordes con el tiempo que le toca vivir, que pueden tomar distintas formas: legales o ilegales; pacificas o violentas. Y nos demostró que: con una política popular, con dirigentes firmes y unidad de todos los sectores, se pueden derrotar los proyectos reaccionarios más represivos y cruentos, aunque parezcan muy sólidos.
 
El 29 de mayo de 1969, los obreros y estudiantes de Córdoba nos sublevamos contra un orden opresivo y carente de libertad, un gobierno autoritario, usurpador e ilegítimo que recurría a la represión para conservar y gestionar el poder, para imponer sus intereses económicos y ejercer su voluntad política. Y asumimos el derecho a la rebelión, que es del pueblo. Y ese derecho, que nace en la aspiración a la libertad, de la Patria y de las personas, es un derecho irrenunciable.
 
Por eso esta crónica merece ser recordada. Y quienes en aquel 29 de mayo de 1969 tuvimos la oportunidad de estar allí, de ser partícipe de tan histórico hecho que nos marcó a fuego, y estamos vivos para contarlo, tenemos el ineludible deber de hacer conocer esta historia, ejemplo popular de movilización y lucha que dejó huellas imborrables en toda una generación de militantes obreros y juveniles, para enseñar a las nuevas generaciones que la mejor forma de lucha es aquella que responde a la situación histórica concreta que se esta viviendo.

Escribe: Blas García*
*Participó, como presidente de la Federación de Agrupaciones Universitarias Integralistas, en el "El Cordobazo".

 
El Cordobazo: Memorias de la insurrección popular y sus consecuencias 
Por la tarde, el ejército inició la operación de recuperar la zona del centro y al caer la noche los manifestantes se habían retirado a los suburbios, donde atacaron comisarías y otros símbolos de la autoridad. Mientras tanto, francotiradores disparaban contra las tropas, retardando su avance por la ciudad. El restablecimiento del orden por el Ejército se logró gracias al espectáculo que dieron los soldados enfrentando directamente a sus conciudadanos en las calles de Córdoba.


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26-07-2024 / 08:07
El 26 de julio es un día de recordación para todos los sectores populares, porque ese día murió de cáncer y a los 33 años,  esa gran revolucionaria que fue María Eva Duarte, Eva Duarte, Eva Perón, o Santa Evita y que quiso ser llamada simplemente Evita.

Querida por el Pueblo hasta el misticismo y odiada por la oligarquía hasta la profanación de su cadáver, legó a su Patria una extraordinaria obra de justicia social, los derechos de los trabajadores y de la mujer, y el ejemplo de su fuerte compromiso militante por el bienestar de los pobres.

Tuvo el derrotero de vida de una heroína predestinada a la grandeza, que consiguió sobreponerse al espanto de la niñez y la juventud para alcanzar la cima rompiendo con todos los mandatos sociales de la época. De origen humilde, migró a la ciudad de Buenos Aires a los 15 años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras del sindicato de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta. En 1944 conoció a Juan Perón, entonces secretario de Estado.

Participó activamente en la generación de la histórica movilización revolucionaria del proletariado argentino el 17 de octubre de 1945 y en la campaña electoral de 1946 que permitió el triunfo popular. Con el Pueblo en el Gobierno, impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los sectores más pobres. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. 

Los gorilas oligarcas la despreciaron tanto que no lograron más que agigantar sus logros y volver más férrea la defensa popular. Su voz, sus discursos, su joven belleza y su rebeldía quedaron para siempre en el corazón de todo un pueblo. Inmortal, intocada por la muerte, agigantada en su martirio por el cáncer y el robo su cuerpo, es un mito que el tiempo se encarga de tener siempre vigente, aquí en su Patria y en el mundo.
 
Como a todos los grandes líderes populares de la historia, el odio la envolvió y la siguió más allá de la muerte. Sus enemigos, la antipatria y la oligarquía, ejecutaron la macabra y enfermiza venganza de profanar y secuestrar su cadáver.

Ni siquiera así, y prohibiendo nombrarla, sus enemigos pudieron arrancarla de la memoria y el cariño popular. El odio de la oligarquía y el amor del pueblo son parte del mismo fenómeno, escindido en dos efectos antagónicos; uno y otro se alimentan recíprocamente.

Evita sigue viva, mas revolucionara, más mujer, más combativa que nunca. Ya volvió, en los albores de los años ´70, como símbolo y bandera revolucionaria, en un periodo de grandes transformaciones políticas y sociales, en Argentina y en toda Latinoamérica, para sumar a vastos sectores juveniles a la militancia por el retorno de Juan Perón.

Evita reaparece siempre en su ejemplo, para que pongamos en práctica los valores que nos legó, como bien lo recordara el poeta José María Castiñeira de Dios en "Volveré y seré millones".

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García 

26-07-2024 / 08:07
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