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Sociedad e Interés General - 24-05-2024 / 08:05
EL 24 DE MAYO DE 1940, NACE EN BUENOS AIRES

Joe Baxter y el fatalismo de vivir peligrosamente

Joe Baxter y el fatalismo de vivir peligrosamente
 
El 24 de mayo de 1940, en Buenos Aires, nace José Luis Joe Baxter. Fue un militante revolucionario argentino muerto en Francia. Un controvertido personaje con una trayectoria política igualmente controvertida. Su nombre de guerra era Rafael.
 
Ex afiliado juvenil de la Unión Cívica Radical, dio sus primeros pasos como dirigente a fines de los años 50 en un nacionalismo católico con rasgos antisemitas. A comienzos de los 60 se pasó con armas y seguidores al Peronismo Revolucionario. Fugitivo en Uruguay, se relacionó con el dirigente agrario Raúl Sendic y participó en la creación del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros.
 
En 1968, residía en París y fue testigo del Mayo francés, un masivo movimiento universitario que levantaba dos consignas: "La imaginación al poder" y "Seamos realistas: pidamos lo imposible". Fue allí donde se vinculó a Roberto Mario Santucho. A partir de ahí se integró al Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Y finalmente se unió a un desprendimiento trotkista: la Fracción Roja, perteneciente a la Cuarta Internacional, entonces dirigida por el belga Ernst Mandel.
 
Desde allí viajó a Madrid, El Cairo y Argel donde se entrevistó sucesivamente con Juan Perón, el mandatario egipcio Gamal Abdel Nasser y el estadista argelino Ben Bella. Junto con un grupo de tacuaras de izquierda y militantes de la Juventud Peronista recibió entrenamiento militar en China. Después pasó a Vietnam y se unió al Vietcong.
 
El 11 de julio de 1973, en un viaje hacia París, José Baxter muere al incendiarse el vuelo en el que viajaba con 40.000 dólares, que iba a ser entregado al Frente Sandinista de Liberación Nacional, de Nicaragua. Fue un militante del cual lo único seguro que se puede decir es que intentó, con sus acciones, seguir el mensaje de Friedrich Nietzsche"Tenemos que pensar, tenemos que vivir y vivir peligrosamente con voluntad de eternizar, tomando por asalto el cielo", popularizado luego por Benito Mussolini con: "Vivere pericolosamente".
 
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Joe Baxter y el fatalismo de vivir peligrosamente 

José Baxter: vivir por vivir
 
El 11 de julio de 1973, un Boeing 707 de la compañía Varig que debía volar a Bruselas se estrelló en el aeropuerto francés de Orly a los cinco minutos de despegar. Murieron 123 de sus 134 pasajeros. Fue muy difícil para los familiares de uno de ellos retirar el cadáver calcinado, porque viajaba con un pasaporte falso. Era argentino, tenía 33 años y había vivido en la cuerda floja durante la última década de su vida. Se llamaba José Baxter y hoy está sepultado en el cementerio británico de Buenos Aires.
 
Aunque Baxter era, junto con Alberto Ezcurra Uriburu, uno de los rostros visibles del Movimiento Nacionalista Tacuara, adquirió una espectacular notoriedad después del asalto al Policínico Bancario, el 29 de agosto de 1963. Ese hecho, que representó un botín de 100 mil dólares de la época -destinados inicialmente a financiar una invasión por mar a las Islas Malvinas- se considera la primera acción guerrillera urbana en la historia argentina.
 
Hoy a nadie le interesa conmemorar la fecha o reivindicar públicamente su figura. Ni siquiera sus viejos camaradas de distintas organizaciones quieren tocar el tema. Y es que Baxter fue un controvertido personaje con una trayectoria política igualmente controvertida.
 
Ex afiliado juvenil de la Unión Cívica Radical, dio sus primeros pasos como dirigente a fines de los años 50 en un nacionalismo católico con rasgos antisemitas. A comienzos de los 60 se pasó con armas y seguidores al peronismo revolucionario. En 1968, residía en París y fue testigo del Mayo francés, un masivo movimiento universitario que levantaba dos consignas: "La imaginación al poder" y "Seamos realistas: pidamos lo imposible".
 
Fue allí donde se vinculó al contador santiagueño Roberto Mario Santucho. A partir de ahí se integró, con el nombre de "Rafael", al Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Y finalmente se unió a un desprendimiento trotkista: la Fracción Roja, perteneciente a la Cuarta Internacional, entonces dirigida por el economista belga Ernst Mandel.
 
Descendiente de irlandeses, estudiante de abogacía y empleado de Teléfonos del Estado, tenía 24 años de edad cuando su nombre saltó a las primeras planas de los periódicos.
 
A mediados de septiembre de 1963, Baxter habló en la Facultad de Filosofía y Letras ante estudiantes de izquierda, presentó al Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara y tomó distancia del grupo dirigido por Ezcurra Uriburu. Dijo: "No sólo hay liberalismo cipayo e izquierdismo cipayo; hay también nacionalismo cipayo. Los nacionalistas cipayos son quienes creen que la batalla por la soberanía argentina se jugó en la cancillería de Berlín en 1945".
 
Unos días antes, Baxter le había confiado a un periodista judío: "Nos sacamos de encima toda la Segunda Guerra Mundial... Hacer antisemitismo ahora es crear un problema artificial de tipo diversionista. Divide inútilmente y fabrica confusión en torno al verdadero enemigo".
 
Fugitivo en Uruguay con el nombre de "Salvador Ballesteros", vivió durante casi tres años en la casa de la familia Pérez Iriarte, en la esquina de las calles 26 de Marzo y Buxareo, en el barrio de Pocitos. En Montevideo se relacionó con el dirigente agrario Raúl Sendic y participó en la creación del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros.
 
Desde allí viajó a Madrid, El Cairo y Argel donde se entrevistó sucesivamente con el exiliado ex presidente Juan Domingo Perón, el mandatario egipcio Gamal Abdel Nasser y el estadista argelino Ben Bella. Junto con un grupo de tacuaras de izquierda y militantes de la Juventud Peronista recibió entrenamiento militar en China. Después pasó a Vietnam y se unió al Vietcong.
 
Su leyenda personal sostiene que, gracias a su aspecto físico -alto, corpulento, pelirrojo y con pecas- entró vestido de militar canadiente al Club de Oficiales del ejército de Estados Unidos en Saigón. Se dice que poco después, durante la ofensiva del Thet, participó del ataque de ese lugar y que el líder vietnamita Ho Chi Minh lo condecoró por su valor en combate.
 
Uno de sus ex camaradas, el sociólogo Alfredo Ossorio, describe a Baxter como "ocurrente e histriónico" y dice que su personalidad le recuerda una frase de José Ortega y Gasset: "En épocas de crisis hay hombres que se hacen matar por una ficción". Algunos ex tupamaros aseguran que era "un aventurero". Ex integrantes del PRT-ERP lo definen como "un chanta con mucho bla bla". Y hay quienes tienen la duda, sin poseer datos concretos, de que fue "agente de algún servicio de inteligencia".
 
Alberto Pérez Iriarte, uruguayo de 55 años nacionalizado suizo, ex militante del Movimiento Revolucionario Oriental (MRO) y actual vicepresidente del Partido Socialista de Ginebra, tiene una visión diametralmente opuesta. Él tenía 14 años cuando Baxter se alojó en su casa del barrio de Pocitos y compartió su habitación. Después se siguieron viendo en Cuba, en el Chile de Salvador Allende y en Europa. Lo recuerda como "un joven de conversación rápida, graciosa, con ironías porteñas, amable y respetuoso".
 
Pérez Iriarte afirma: "Contra lo que opinan muchos, para mí el gordo Joe sigue siendo un personaje legendario, casi como Lawrence de Arabia o André Malraux".
 
A 30 años de su muerte, José "Joe" Baxter, alias "El gordo", "Salvador" y "Rafael", continúa representando el mismo enigma que lo caracterizó en vida. Un hombre del cual lo único seguro que se puede decir es que encarnó con sus acciones la consigna "vivere pericolosamente".
 
Por Roberto Bardini
 
Fuente: El Ortiba

 

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24-03-2025 / 09:03
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El 24 de marzo de 1976 una sublevación cívico-militar derrocó a la presidenta constitucional, María Estela Martínez, instalando una dictadura de tipo permanente autodenominada "Proceso de Reorganización Nacional", gobernada por una Junta Militar integrada por tres jerarcas militares, uno por cada fuerza. La junta designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla.

El gobierno militar suprimió los derechos civiles de los ciudadanos y las libertades públicas, anuló las garantías constitucionales, suspendió la actividad política, vedó los derechos de los trabajadores, intervino los sindicatos y la CGT, prohibió las huelgas, disolvió el Congreso y los partidos políticos, y destituyó la Corte Suprema de Justicia.

La dictadura impuso el terrorismo de Estado como método sistemático, un régimen de represión ilegal, violencia indiscriminada, persecuciones, tortura sistematizada y desaparición forzada de personas, en el que se violaron masivamente los derechos humanos y se produjeron, en un verdadero genocidio, decenas de miles de desaparecidos.

Pero la dictadura no se instaló sólo para torturar y matar gente, sino para posibilitar una transferencia masiva de riquezas hacia los núcleos más concentrados de la economía, quienes se apropiaron además de buena parte de los negocios públicos. Durante el proceso militar, por ejemplo, el grupo Macri pasó de tener 7 a 47 empresas, mostrando que el golpe no fue solo accionar de fuerzas represivas. Y los empresarios que mandaban en 1976, siguen mandando.

Para imponer un régimen alejado de los intereses nacionales y populares, el golpe militar fue ejecutado en contra del Pueblo y del peronismo en su conjunto, institucional, política e individualmente. Pensado en función del molde agro exportador de fines del siglo XIX que, dados los cambios internacionales, derivó en el programa pro financiero y desindustrializador, el modelo neoliberal. Hoy Javier Milei y Victoria Villaruel expresan muchos de esos ideales de Videla y Martínez de Hoz, pero también de los grandes empresarios, eternos dueños del país.

El Terrorismo de Estado produjo miles de desaparecidos. Hubo 30.000 luchadores sociales barridos por la represión, de todos los sectores políticos populares y revolucionarios. La inmensa mayoría de las víctimas fueron jóvenes, la inmensa mayoría fueron cuadros y militantes de la clase trabajadora, la inmensa mayoría fueron peronistas.

El Proceso puso fin al "Estado de Bienestar" fundado por Juan Perón y al Proyecto Nacional y Popular concebido por el justicialismo desde la década del 40, dejando en lamentable estado la convivencia democrática, la economía, la sociedad y las instituciones, abriendo profundas grietas que recién después de más de cuatro décadas empiezan a ser curadas.

A 48 años de aquel infausto 24 de marzo, en el contexto de un gobierno anarco capitalista que niega, justifica o exalta los crímenes cometidos por las fuerzas represivas, convocamos a mantener viva la memoria del Pueblo en apoyo a la continuidad de la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos y en defensa de los Derechos Constitucionales, los Derechos Humanos y las Libertades individuales de ayer, de hoy y de siempre.
 
Carlos Morales para La Opinión Popular 

23-03-2025 / 11:03
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