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Entre Ríos - 15-04-2024 / 11:04
GESTIÓN PROVINCIAL: ¿LE QUEDA GRANDE EL SACO DE GOBERNADOR?

La actitud servil y de sometimiento hacia Milei, a Frigerio no le está dando resultado alguno

La actitud servil y de sometimiento hacia Milei, a Frigerio no le está dando resultado alguno
En el oficialismo provincial hay temor por un desgaste prematuro de Frigerio. Los gremios le perdieron la paciencia y lo acusan de ser cómplice del ajuste de Milei. El peronismo empezó a pegar. Entre la dirigencia de Juntos por Entre Ríos se comienza a dudar de la estrategia dialoguista para acordar con Nación. Aunque buscan preservar al Gobernador, también se escuchan críticas internas a una gestión "parada" a la espera de un acuerdo con Milei.
En el oficialismo provincial hay temor por un desgaste prematuro de Frigerio. Los gremios le perdieron la paciencia y lo acusan de ser cómplice del ajuste de Milei. El peronismo empezó a pegar. Entre la dirigencia de Juntos por Entre Ríos se comienza a dudar de la estrategia dialoguista para acordar con Nación. Aunque buscan preservar al Gobernador, también se escuchan críticas internas a una gestión "parada" a la espera de un acuerdo con Milei.
 
Cuando a principios de 2021 se decidió a emprender el camino a la gobernación, Rogelio Frigerio seguramente no se imaginaba un escenario como el actual. Es que el brutal recorte a las provincias que está aplicando Javier Milei no registra antecedentes en la historia contemporánea de Argentina.
 
De poco le ha servido al Gobernador tener una buena relación con el Presidente. A cuatro meses de haber asumido, todo lo que recibe Frigerio de Nación son malas noticias. Y su gestión lleva varias semanas esperando el punto de inflexión que le permita arrancar con la normalidad de un país federal. Hasta ahora, todo es emergencia.
 
La semana que pasó escenificó el fin de la luna de miel con la dirigencia gremial. En particular con la que representa a los docentes, las primeras víctimas de la motosierra de Milei, que vieron recortados sus salarios por la eliminación de los fondos nacionales que llegaban a las provincias. Muchos maestros lo votaron sin saber que el candidato a presidente se refería a ellos cuando hablaba de "casta".
 
Pero el reclamo, como corresponde porque la educación es provincial, se dirige al Gobernador. En concreto, le reprochan a Frigerio avalar con su alineamiento político el ajuste a los trabajadores. Le exigen un cambio de estrategia para la defensa de los intereses provinciales. Lo comparan con otros mandatarios electos por JxC que pusieron algunas fichas en la confrontación sin dejar de negociar, como Gustavo Valdés, en Corrientes.
 
Mientras tanto, entre la dirigencia de Juntos por Entre Ríos se continúa, a trazos gruesos, justificando la estrategia seguida por Frigerio. Se apuesta a que su vínculo personal con Milei y con funcionarios clave de su gestión, como el ministro de Economía Luis Caputo, arroje resultados. A que, finalmente, Frigerio sea de algún modo premiado como uno de los mandatarios más leales al gobierno nacional.
 
Pero el paso del tiempo sin resultados multiplica los interrogantes sobre la eficacia de esa estrategia. Algunos funcionarios del gobierno provincial dudan que en algún momento se pueda cerrar un acuerdo con Milei. Al menos un acuerdo que el Presidente cumpla. "Este tipo está loco y no tiene código alguno. Es un fundamentalista capaz de cualquier cosa", afirma, afligido, un funcionario de la primera línea del gobierno de Frigerio.
 
Entre los dirigentes de la coalición oficialista, en particular entre los radicales, no hay todavía un malestar directo con Frigerio, al que le reconocen haber tenido un criterio de apertura para la integración de un gobierno que está lleno de hombres y mujeres de la UCR en sus distintos niveles de gestión.
 
Pero en el plano partidario se percibe un creciente malestar, particularmente entre los que quedaron sin contención. Algunos referentes internos del radicalismo fueron premiados con un cargo, pero sin posibilidad de disponer de otros espacios. Sus propios militantes se lo reprochan: "te acomodaste solo". Son los problemas de responder a los compromisos en una coalición electoral tan amplia como Juntos por Entre Ríos, desde un gobierno que se propuso reducir la planta política.
 
Son contrariedades que en otro contexto, más próspero, no pesarían tanto. No causaría tanto malestar interno, por caso, que alguna autoridad partidaria haya movido sus influencias en beneficio de su familia, en medio de un proceso que -en teoría- viene a terminar con viejos vicios de la política. Esos vicios que facilitaron el arribo al poder de un outsider que prometió barrer con la "casta".
 
Los radicales, de vuelta en el gobierno provincial después de 20 años, buscan no hacer olas que compliquen la navegación de este primer y más complicado tramo de gestión de Frigerio. Pero el malestar en la siempre viva interna radical crece y promete explosivos discursos para el próximo congreso partidario que alguna vez tendrá que reunirse, aunque más no sea para descomprimir con unas horas de catarsis. Ya dejaron pasar dos asambleas: diciembre y abril.
 
La interna que atraviesa a la UCR en el orden nacional baja a Entre Ríos con inesperadas reivindicaciones al porteño Martín Lousteau (por su voto contra el DNU de Milei) de parte de dirigentes provinciales que siempre lo resistieron por su desdén al radicalismo del interior. Y viceversa: otros encuentran un nuevo motivo para criticarlo por derecha. Algunos radicales nunca estuvieron tan a la derecha, al punto de poner entre paréntesis sus convicciones republicanas.
 
El debate medular que determina las tensiones dentro de la UCR es el rol que deben jugar ante el gobierno de Milei: opositores o aliados. En Entre Ríos, ser parte del gobierno de Frigerio complejiza ese debate. Los radicales entrerrianos, incluso los que pertenecen a Evolución (la línea de Lousteau) se ven muchas veces obligados a morder su lengua.
 
 
Problemas propios
  
En paralelo a la preocupación por la cuestión de fondo -la recuperación del país federal que clausuró Milei- empiezan a escucharse cuestionamientos internos sobre determinados funcionarios a los que "les queda grande el cargo" y que explican lo que muchos definen como una "paralización" de la gestión por falta de resolución de problemas.
 
Son contratiempos de gestión que no se le pueden reprochar a Milei ni a la herencia de cinco gobiernos peronistas consecutivos. Tienen que ver, en todo caso, con las dos décadas de haber estado fuera del gobierno y con el modo en que algunos han tomado posesión de sus cargos.
 
De pronto, hay toda una generación sin experiencia, que llega sin el más mínimo conocimiento del funcionamiento del Estado.
 
La transición no ha sido fácil. En algunos casos, movidos por la desconfianza -y también por el interés de generar vacantes para los propios- retiraron de sus puestos a los que venían manejando la botonera, en lugar de invitarlos a colaborar. "Si no tienen denuncias ¿para qué los vas a echar? En general, sirven y se alinean en el trabajo. Son responsables porque ponen el gancho", explica un funcionario que adoptó otra estrategia para el cambio de gestión.
 
Mientras algunos siguen asimilando la gestión, Milei y la herencia peronista le sirven para exculparse. En cualquier caso, la moral media del funcionariado provincial no es la mejor. Como Frigerio, ninguno se imaginaba un escenario como el actual.
 
Por: Pablo Bizai
 
Fuente: Página Política
 

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30-11-2025 / 21:11
Realizar obras. Esa es la clásica estrategia para que un gobernante se sostenga en la consideración pública. Pero esas obras no se circunscriben tan solo a mejorar la cara de un municipio, de una provincia y, en definitiva, de una gestión. Se trata de un proceso de construcción política de mediano y de largo plazo porque la pelea por 2027 ya arrancó, en el mismo momento que el 26 de octubre se conocieron los resultados.
  
Rogelio Frigerio necesita robustecer su imagen porque le esperan dos años duros, más allá de su rol dialoguista con Javier Milei. El gobernador necesita solucionar las deudas internas, esas que mellan su administración de Gobierno y que pueden hipotecarle su futuro político. Diciembre siempre ha sido un mes difícil para la gestión. Alienta el consumo y prepara a los entrerrianos para tomar un respiro en el verano. Los eneros suelen ser traumáticos. Frigerio espera por Papá Noel, vestido de violeta, para que cumpla las promesas financieras. Es que Milei ha prometido toda una serie de compensaciones a las provincias que, hasta hoy, no se ha cumplido.
 
He aquí donde empiezan las dudas de los gobernadores. Santilli tiene toda la predisposición para acordar con ellos, pero chocan con el frontón que impuso el mismo presidente de la Nación: Luis "Toto" Caputo, el ministro de Economía. Más temprano que tarde, todos aquellos que negocian en la Casa Rosada tendrán que cruzarse al frente, al Palacio de Hacienda para saber si habrá financiación.
 
Los gobernadores son observados de cerca por los libertarios en la nueva etapa institucional que se abrió tras las elecciones de medio término. Deben unirse en el reclamo a Nación porque el torbellino violeta ha perdido fuerza. De otra manera, no se explica la impronta que Milei le ha dado a Santilli para que visite y verseé a los mandatarios.
 
Entre Ríos tiene la urgencia de otros distritos, como los patagónicos, la provincia y la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe o Córdoba para salir al mercado voluntario de crédito para endeudarse en dólares aprovechando la baja del Riesgo País. "De ninguna manera nos endeudaremos. Antes hay que reclamar lo que nos corresponde", exclama el PJ entrerriano cuando se le consulta acerca de la posibilidad de que la provincia recurra a empréstitos en el exterior para encarar obras de infraestructura, por ejemplo.
 
El porteño gobernador prefiere esperar, al igual que su ministro de Economía, que en los días que le quedan a esta semana realizará un peregrinaje por distintos despachos oficiales en Buenos Aires. Los salarios estatales deben estar calzados. Además, se pagará el medio aguinaldo y antes del 6 de enero, Festividades de los Reyes Magos, los salarios de diciembre. La inyección dineraria que el Estado volcará al circuito financiero y comercial rozará los $ 400.000 millones.
 
En Economía hay inquietud porque la recaudación de impuestos no sigue el mismo ritmo que el incremento salarial, que a su vez está retasado con la inflación. Los colaboradores de Fabián Boleas, ministro de Hacienda y Finanzas de Entre Ríos, estiman una caída real del 9% en los ingresos tributarios. Frente a esa realidad, y con el fin de sostener el equilibrio en las cuentas públicas, la Provincia debería redoblar las gestiones para que el Gobierno nacional cumpla con el pago de las acreencias.
 
¿Cuánto le debe la Casa Rosada a Entre Ríos? Según los cálculos preliminares, por compensación de deudas, hay un saldo a favor de la provincia que superaría los $ 50.000 millones. En el conjunto de reclamos también se incorporan los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) no girados por el gobierno central. En este sentido, en los últimos dos años y medio se ha generado una masa de unos $ 63.000 millones que debieron llegar a Entre Ríos, tomando en cuenta el índice de coparticipación. Y la deuda con la Caja de Jubilaciones. 
 

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