Entre Ríos - 25-03-2024 / 08:03
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO
Frigerio no puede ser cómplice ni tibio con Milei porque no servirá para recuperar lo que nos saqueó
En el caso de Entre Ríos, hasta en la época de Mauricio Macri había canales de diálogo, había puentes, interlocutores. Hoy no. En ese marco, el gobernador entrerriano ha tomado una postura de sumisión, sea por convicción o resignación ante el hecho de no ser atendido. Fue el primero en dar su apoyo político, institucional y moral, ante el anuncio del "Pacto de Mayo". Es un camino equivocado porque esa tendencia a subordinarse a la autoridad de Milei no le va a servir para que la Nación devuelva algo de lo que saqueó. Es más que evidente la intransigencia de Milei ante la dirigencia política, con la que debería compartir su gestión. Cree que gobierna solo, cuando solo ejerce uno de los poderes del Estado, porque desprecia a los políticos, al Estado y sus regulaciones. Además, es un dirigente político que está siempre dispuesto a provocar y confrontar para mantener la centralidad.
El experimento anarco capitalista, en beneficio del 10 por ciento que es clase alta, está generando ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres. El resultado de las políticas que quiere implementar Javier "el Loco" Milei genera cada vez mayor pobreza y más argentinos excluidos. Busca que Argentina termine siendo, en forma permanente, un país sin clase media. La miseria planificada por la gestión de un gobierno improvisado, centralista y porteño, ya comenzó a hacer estragos en el interior federal.
Sacaron el incentivo docente, el subsidio del transporte. Han quitado todo el acompañamiento de la obra pública, tanto en rutas como en la construcción de viviendas. Eliminaron los recursos para los niños pobres con los aportes que se hacían para los comedores. También retienen los fondos que son extra coparticipables para atender desequilibrios, pero que forman parte del presupuesto, dejando a la provincia sin esas herramientas, en una situación de vulnerabilidad.
Tal como ya lo expresó, Rogelio Frigerio tiene sintonía ideológica con el modelo que lleva adelante Milei, y se ha desorientado al ver que no existe discusión ni intercambio de ideas, para gobernar en un país que es cien por ciento federal. No hay dialogo ni respeto a la democracia, ni a las autonomías provinciales, ni a la legitimidad popular, aunque las autoridades provinciales también fueron elegidas por el voto popular, en algunos casos con mayor porcentaje de lo que fue elegido Milei.
El dilema de Frigerio es: o defiende a Milei o defiende a los entrerrianos. En la Casa Gris, y en privado, muchos piensan que está mal lo que hace Milei, pero tienen miedo de decir la verdad, al igual que Mirtha Legrand, quien se quejó del recorte al Incaa y el cierre del Gaumont y recibió una lluvia de ataques de los trolls libertarios en redes sociales. También hay gobernadores que tienen miedo a hablar porque el Presidente usa el método de censura directa, agrediendo e insultando, lo que lleva a que no se animen a decir nada. Y dejan en claro que no saben cómo pararse frente a la gestión de Milei.
En el caso de Entre Ríos, hasta en la época de Mauricio Macri había canales de diálogo, había puentes, interlocutores. Hoy no. En ese marco, el gobernador entrerriano ha tomado una postura de sumisión, sea por convicción o resignación ante el hecho de no ser atendido. Fue el primero en dar su apoyo político, institucional y moral, ante el anuncio del "Pacto de Mayo". Es un camino equivocado porque esa tendencia a subordinarse a la autoridad de Milei no le va a servir para que la Nación devuelva algo de lo que saqueó. Es más que evidente la intransigencia de Milei ante la dirigencia política, con la que debería compartir su gestión. Cree que gobierna solo, cuando solo ejerce uno de los poderes del Estado, porque desprecia a los políticos, al Estado y sus regulaciones. Además, es un dirigente político que está siempre dispuesto a provocar y confrontar para mantener la centralidad.
Milei está muy equivocado si piensa que puede gobernar sin o contra las provincias; o que se puede sacar el país adelante con desarrollo e inclusión, pensando en fundir no a los gobernadores, sino a las provincias. Retacear los recursos de las provincias es menos salud, menos educación, menos seguridad, menos justicia, menos obra pública. Se debería dialogar y debatir con él absolutamente todo, pero primero que cumpla con la Constitución, los pactos fiscales y las leyes. Y que a las provincias le devuelvan lo que indebidamente le han retenido.
Milei, un presidente débil, sin partido, ni legisladores ni equipo propio de gobierno, convocó a un diálogo trucho, el "Pacto de Mayo", en un ejercicio de poder violento porque llaman una vez que ha despojado a las provincias. ¿Quiere negociar o solo procura imponer?
El Jefe de Gabinete, Nicolás Pose, y el Ministro del Interior, Guillermo Francos, sentaron a los mandatarios provinciales en una mesa para ofrecerles una parte o devolverte algo de lo que ya les saquearon, reponiendo el abusivo impuesto a las Ganancias que, en definitiva, es meterles la mano en los bolsillos a los trabajadores para reembolsarle algo a las provincias. ¿Hasta dónde es posible un pacto democrático, que es una concertación entre partes, en tales condiciones?
¿A qué costo quiere Milei aplicar su plan motosierra, con recesión y pauperización, ya que no es compatible con la vida de la gente? ¿No piensa acaso Frigerio en los entrerrianos? ¿No debería prestar atención a las condiciones de vida del pueblo, y preocuparse por el empleo, el crecimiento y los salarios? Milei dolarizó el costo de vida, pero no los salarios. Lo que va a pasar cuando llegue la boleta de la luz con un brutal incremento será tremendo, y no solamente va a perjudicar a los ciudadanos.
¿Cómo va a impactar en los productores, la industria, los comerciantes entrerrianos? Hay lamentablemente dos palabras que no figuran en la agenda de Milei: producción y trabajo. Plantea lo financiero, lo cambiario, pero no cómo producir y trabajar. Eso se suma a una situación en donde no hay consumo por la inflación desbordada. Los comerciantes no venden nada y los servicios son cada vez más caros. Si deciden reducir personal, ¿cuántos entrerrianos se van a quedar sin trabajo? Mientras la provincia pierde recursos, las demandas sociales, en materia de salud, educación y en los comedores, irán creciendo.
En la Provincia hay alarma por la parálisis productiva, temen que haya una fuerte afectación del empleo -que comenzará esta semana con cientos de despidos de contratados del Estado nacional- y advierten que el ajuste ya está ante un límite en lo que respecta a tarifas. "Lo que sigue es el cierre masivo de comercios y pymes", reiteran desde la Casa Gris, donde asumen que pretender mejorar la recaudación provincial es una quimera.
A Frigerio le aparecen límites en materia de una gestión que no ha comenzado a funcionar. En el equipo económico advierten que la Provincia no tiene espaldas para asumir el costo de todo lo que deja de pagar Milei: los boletos sociales, el pago del incentivo docente con recursos provinciales y los caudales propios que se necesitan mensualmente porque la Anses no les envía lo que corresponde a los jubilados provinciales. ¿Deberá recurrir a los Bonos Federales?
¿Se puede dar vuelta esta complicada situación? Depende de la unidad que puedan tener las provincias más allá de la ideología y los partidos políticos que cada uno represente. Hay que hacer un llamado fuerte a cada uno de los distritos provinciales, sin importar el signo político, en defensa del interior federal y del Estado, que es el garante de que la gente pueda estar mejor. La posibilidad de cambio va a pasar por la firmeza que pueda tener los gobernadores y los legisladores nacionales. Es evidente que Frigerio le huye al conflicto pero es hora de ponerse los pantalones largos frente al poder central.
Urge rechazar el inconstitucional DNU 70/23 para frenar la grave situación que atraviesa el interior. Si los gobernadores se ponen de acuerdo, pueden terminar con este mamarracho jurídico que sigue haciendo mucho daño y conduce, inevitablemente, a una crisis política, económica y social. Es momento que Frigerio reclame por mayores recursos coparticipables, mayor autonomía, mayor federalismo y mayor respeto a las provincias. La lucha por el federalismo es lo único que va a garantizar desarrollo armónico con igualdad de oportunidades en cada rincón de la Argentina. Es necesario estar a la altura de las circunstancias, de la coyuntura histórica, para eso lo eligieron los entrerrianos.
La Opinión Popular
CONTEXTO NACIONAL
Crecen las dudas sobre la sostenibilidad del plan de Milei
El dólar planchado y el déficit cero extendieron el veranito para el mundo financiero mientras el resto de la economía pasa a terapia intensiva. El Gobierno celebra la baja de la inflación y la suba de reservas, pero crecen las dudas respecto a la sostenibilidad de ambos procesos. Villarruel se desmarcó de Milei y dejó expuesta la fractura de la pareja presidencial.
Pero ninguno de los antedichos será el tema central del domingo cuando la conmemoración de la que tal vez sea la fecha más oscura de la historia argentina dejará un nuevo testimonio del cambio de época que atraviesa el país. La condena a la dictadura cívico militar y a la represión ilegal del Estado ya no concitan el consenso social que tuvieron en las últimas cuatro décadas. Argentina también retrocedió en eso.
La utilización política de las históricas banderas de los Derechos Humanos hizo un flaco favor a esa causa y las nuevas derechas -que en la mayoría de los aspectos son muy parecidas a las derechas de siempre- aprovecharon para diferenciarse con un discurso que coquetea con la reivindicación del Proceso. Para muchos de los sub-40 que no vivieron la dictadura, el Falcón verde dejó de ser un emblema del terror para convertirse en un meme derechista siempre a mano para "domar zurdos".
Argentina pasó de ser el único país en llevar a juicio y condenar a integrantes de un gobierno de facto por la comisión de delitos de lesa humanidad a votar masivamente a una candidata a vicepresidente que milita una teoría de "la memoria completa" que oscila entre un reclamo a favor de las víctimas de actos terroristas de Montoneros o el ERP y una reivindicación del accionar de la dictadura genocida.
La condena a la represión ilegal del Estado y la defensa de los Derechos Humanos dejaron de ser uno de los pocos temas en el que todos los argentinos (o al menos una enorme mayoría) estábamos de acuerdo, para entrar al barro de la grieta. Los actos, dichos y gestos del domingo 24 se inscribirán en ese escenario de batalla cultural que se desarrolla con cada vez más violencia y menos inteligencia.
Con el diario del lunes
Cuando se disipen las indignaciones, se calmen los ánimos ofendidos y se agoten las piezas de ingenio chapucero aplicadas a irritar los humores en las redes sociales, se volverá a hablar del rumbo accidentado de la economía y de los disparates de la política.
Los popes de las finanzas seguirán pedaleando en una carrera que les reserva premios cada vez más grandes mientras la economía real se sumerge en una depresión de la que no hay registros al menos desde el colapso de la convertibilidad a fines de 2001.
La voluntad de hierro que muestra el Gobierno anarco capitalista para ajustar el gasto todo lo que resulte necesario con tal de cumplir con la meta de déficit cero, es saludada por los mercados con subas de acciones y bonos y una baja sostenida del índice Riesgo País.
El gobierno de Milei vibra en frecuencias muy parecidas a las de la primera parte del gobierno de Macri. Hay gente que está haciendo mucho dinero en el paño verde de la timba financiera mientras el poder adquisitivo de los salarios se desploma y en la bajada lo acompaña el consumo.
El rumbo de la economía genera preocupación no solo entre los trabajadores que ven cómo su capacidad de consumo se diluyó dentro de la licuadora del endeudador serial Luis "Toto" Caputo sino también entre los empresarios que venden cada vez menos.
Los mismos empresarios que celebraron el arribo del libertario al gobierno se declaran en alerta por la baja en sus ventas. La devaluación de diciembre disparó la inflación y la desregulación de distintas actividades, la eliminación de subsidios y la suba de impuestos echaron más leña al fuego.
Las empresas de medicina prepaga se aprovecharon del DNU para aplicar aumentos muy superiores a la inflación y reducir prestaciones. Ninguna aumentó sus tarifas menos de 120% en los últimos tres meses y ya comunicaron nuevas subas para abril.
La quita de los subsidios al transporte del interior, combinada con una suba de más de 100% en los combustibles en menos de tres meses, disparó una suba en las tarifas del transporte público de pasajeros. El boleto urbano en las principales ciudades del país pasó de un parámetro de 250 pesos a alrededor de 800 pesos de diciembre a esta parte.
Lo propio pasó con las tarifas de energía, impactadas por el doble efecto de la quita de subsidios y suba de costos, se duplicaron en todo el país y todavía hay más aumentos pendientes. En enero la construcción se redujo un 21,7% y dejó a 25 mil trabajadores en la calle en todo el país y la actividad industrial cayó 12,4% interanual.
Ahora, los mismos empresarios que militaron un modelo de libre mercado claman por la mano proteccionista del Estado. Pero el pedido de los empresarios enfrenta una dificultad severa: la Nación prácticamente eliminó las transferencias no automáticas y las automáticas se reducen porque la recaudación se retrae.
Además se cortó totalmente el envío de recursos nacionales para obra pública de todo tipo, la Anses no paga una deuda que mantiene con los jubilados, sin contar la eliminación del FONID que repercute directamente en los bolsillos de los docentes.
Mientras muchos de los dirigentes de Juntos por el Cambio que militaron el ajuste de Milei ahora se rasgan las vestiduras por el alto costo social del "plan motosierra", el peronismo, que durante la campaña anticipó prolijamente los efectos negativos que un gobierno del libertario tendría sobre la economía, ahora se encuentra ante la tarea de gestionar en un contexto de escasez de recursos.
¿Vale la pena tanto ajuste?
Frente tanta pena y tanta herida que impone el ajuste, los analistas intentan contestar la pregunta del millón: ¿esta vez sí funcionará?
Es que la política económica que impulsa Milei y que los jóvenes libertarios conciben como una novedad, en Argentina ya se intentó en reiteradas oportunidades, con mayores o menores variaciones, pero siempre terminaron en fracaso.
Más allá del alto costo social, la administración Caputo puede mostrar resultados que tienden al ordenamiento de la macro. Se eliminó el déficit fiscal, la brecha cambiaria bajó, se acumularon reservas y la inflación, que todavía es más alta que antes de la asunción de Milei, comenzó a bajar.
Pero hay dudas crecientes respecto a la sostenibilidad de todos esos logros. En primer término, la reducción del déficit fiscal se alcanzó gracias a un torniquete de gastos que en algún momento habrá que aflojar. El 35% del ajuste recayó sobre las espaldas de jubilados y pensionados a quienes en algún momento habrá que aumentarles los ingresos.
Aunque no se hagan nuevas obras, en algún momento habrá que poner plata al menos para sostener la infraestructura existente. A las provincias tampoco se las puede tener tomando agua toda la vida.
Otro asunto para tener en cuenta es que el ajuste empieza a comerse su propia cola. Porque se vende cada vez menos y se recauda cada vez menos. Eso obligará al Gobierno a hacer nuevos recortes para evitar el déficit, con lo cual se profundizaría la caída de la actividad.
Respecto a la tan promocionada acumulación de reservas hay también algunas consideraciones que revelan la insolvencia de ese proceso. Desde que Milei asumió en diciembre, el Central acumuló 7.000 millones de dólares en sus reservas, la misma cifra en la que aumentó la deuda con los importadores. Es decir que si se hubieran pagado las importaciones que efectivamente se hicieron, las reservas no hubieran aumento un centavo.
La política cambiaria tampoco muestra visos de sostenibilidad. Ni bien se puso la banda presidencial, Milei dispuso una suba del dólar oficial de 118%, lo que llevó a un salto de competitividad para los exportadores, pero también aceleró una inflación que rápidamente se fue comiendo ese colchón de competitividad.
Si el Gobierno mantuviera el crawling peg (micro devaluaciones) en el orden del 2% mensual, en 30 días el dólar oficial estaría al mismo valor relativo que tenía antes de la devaluación de diciembre y en esas condiciones sería difícil que los agroexportadores liquiden sus divisas.
Mientras Caputo jura que no acelerará la devaluación, los analistas se dividen entre algunos que creen que el grawling peg acelerará al orden del 6% y otros que pronostican un nuevo salto discreto del tipo de cambio que no sería tan pronunciado como el de diciembre.
En cualquier caso el efecto sobre los precios y tarifas sería el mismo: aceleración. Con lo cual también el camino de baja de la inflación luce insostenible de cara a los próximos meses.
Muñeca brava
La protagonista excluyente de la semana política fue la vice Victoria Villarruel. Para apaciguar las aguas y acallar los rumores destituyentes después del tropiezo del DNU en la sesión convocada por la compañera de fórmula de Milei, se desarrolló un operativo de acercamiento de la pareja presidencial que inició con una foto fraternal, siguió con un desayuno y debía culminar con una entrevista de reconciliación en el amigable programa televisivo de Joni Viale.
Pero terminó ocurriendo algo que no estaba en los planes de los inexpertos operadores libertarios. Villarruel aprovechó la entrevista para marcar diferencias y hasta para menoscabar la figura del presidente, al que definió como un "jamoncito" apresado entre dos "mujeres bravas": "el jefe" Karina y la mencionada mandataria.
No ocultó su disconformidad con el hecho de que Milei incumpliera la promesa de entregarle el manejo de las áreas de Seguridad y Defensa y cuestionó la iniciativa para modificar la ley de Seguridad Interior que fue presentada por los ministros de esas áreas, Bullrich y Petri. Recordó que durante la dictadura se puso a las FFAA a hacer seguridad interna en el "combate al terrorismo" y que la cosa no había terminado bien.
Defendió la suba de sueldos a senadores que encolerizó a Milei y deslizó que el propio presidente también había intentado aumentar remuneraciones en el Ejecutivo. Advirtió que la catarata de despidos en el sector público podría generar una ola de demandas: "acá hay estabilidad laboral, esto no es un reinado", disparó en una frase teledirigida al presidente.
Condenó el llamado a una "rebelión fiscal" que hizo José Luis Espert y respaldó Milei. Dijo que se "enteró por los diarios" de las nominaciones del juez federal Ariel Lijo y del jurista Manuel García Mansilla para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación y presentó reparos a la posible designación de Lijo.
La interna entre la pareja presidencial es solo un aspecto del alto grado de fragmentación del variopinto arco político que va desde el respaldo absoluto al presidente hasta posiciones intermedias de quienes no terminan de alinearse.
En ese desdibujado grupo entra todo Juntos por el Cambio, donde conviven fundamentalistas del libertario, como Patricia Bullrich, y otros dirigentes del PRO que piden más ajuste y licuación, con críticos de todo el proceso como Martín Lousteau.
Los dirigentes radicales y amarillos que militaron el voto por Milei intentan mostrarse como "defensores del cambio" pero se desentienden de los tarifazos y lamentan la pérdida de poder adquisitivo que sufre la gente.
El surgimiento de Milei puso a Juntos por el Cambio frente a una contradicción que los empujó al borde de la desaparición. El libertario se apropió de las banderas del cambio, les colgó el cartel de casta y los terminó desnudando en su falta de propuestas.
La Opinión Popular
Fuente: misionesonline.net